bad boy โ”โ” [#1] jeon jungkook

By thebidoom

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โ”โ”๐—•๐—”๐—— ๐—•๐—ข๐—ฌ โel chico malo no era tan maloโž Jeon JungKook quiere esconder sus problemas detrรกs de su fa... More

ใ€Œ BAD BOY ใ€
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Jeon JungKook

—¿Por qué te tienes que ir más temprano? —refunfuñó ella somnolienta desde la cama, sentada en medio de esta con las piernas cruzadas mientras me veía colocarme mi uniforme.

Volteé a verla y sonreí con sus mejillas infladas que en la mañanas suelen estar coloradas junto a sus ojos decaídos.

—Lo siento, Junie. —le sonreí— Debo... hacer algunas cosas.

—¿Qué cosas? ¿Te andas metiendo en problemas? —cuestionó arqueando una ceja y cruzando sus brazos.

Reí porque lejos de verse intimidante o autoritaria, me mataba de ternura.

—¿Por qué piensas así de mí? Son cosas de TaeHyung, no tienes de qué preocuparte.

Imbécil. Idiota. Estúpido. Y otra vez idiota.

Detesto mentirle y no quería hacerlo, pero digamos que Cleo June no iba a estar muy de acuerdo con lo que tenía pensado hacer, y sé que la haré enojar con ello. Pero no podía quedarme sin hacer nada. Ya luego me disculparía con ella. Ahora siento que realmente debo hacer esto.

Entrecerrando sus ojos colocó dos dedos de su mano en estos y luego me señaló, diciendo con ese gesto: «te estoy vigilando». Pero seguía viéndose tan tierna y bonita.

Proseguí vistiéndome abotonando mi camisa dejando los dos últimos botones sueltos, y ya sólo quedaba mi saco, el cual dejé abierto como de costumbre.

—Oye, mira que luces guapo así, pero ¿por qué no usas la corbata?

Tras aquella pregunta llevo inconscientemente mi mano a mi cuello abierto. Y es que desde hace muchos años dejé de usar corbata, lo que me había traído muchas discusiones con profesores que finalmente se resignaron conmigo por ya no tenerme paciencia.

¿Por qué no la usaba?

Remontandome a muchos años atrás se me venían a la mente infinidad de malas experiencias. La que más se repetía eran esas veces en las que me jalaban de la corbata como si fuese algún perro. Detestaba que me hicieran eso. Pero mucho más detestaba recordar los horribles momentos con mis padres.

—No sé hacerla. —me limité a decir para no seguir pensando en todo ello.

—¿De verdad? Yo puedo enseñarte —emocionada y casi de un salto se levantó de su cama y fue con prisa a su uniforme colgado en las puertas de su armario.

—N-no es necesario. —dije al verla venir hacia mí— Además, ya perdí hace tiempo mi corbata.

—Te regalo la mía. —señaló.

—Pero...

—Descuida. Tengo un repuesto para cualquier parte de mi uniforme desde que ALGUIEN tiró un chicle en mi saco. —frunció molesta su ceño y recordé ese día como si hubiese sido hace años. Y es que siento muy lejana mi relación de odio con Cleo June. Me había acostumbrado tanto a ella, a su besos, sus abrazos y sus mimos que pareciera que hemos estado una vida juntos.

Sonreí recordando aquél momento, porque en ese entonces jamás habría imaginado que esta chica me haría tan feliz.

—Perdón. —me disculpé al darme cuenta que nunca lo había hecho— Pero, Cleo, no necesito la corbata, en serio.

—Vamos, me hace ilusión enseñarte. —insistió, y realmente le hacía ilusión aquello, porque su ojitos anteriormente dormidos ahora brillaban con emoción. Pero yo no me sentía cómodo con ello y en mi expresión lo reflejaba, sólo que no quería decirle que no a esa hermosa mirada. Un pequeño momento en silencio fue suficiente para que ella captara el mensaje— ¿Por qué no quieres?

Auch. Me dolía ver esa carita triste.

—No... me gustan las corbatas. —bajé la mirada algo apenado, sintiéndome un idiota por mi maldito malestar debido a aquellos recuerdos.

Lo había dicho antes ya, me jode no ser normal para ella. Es sólo un pedazo de tela, Jeon.

—¿Es porque quieres andar enseñando pechuga? —preguntó con una mueca triste jalando del cuello de mi camisa.

—Siempre... —traté de pensar una forma de decirlo sin que sonara tan mal y así n— detesté que las personas jalaran de ella.

Ladeó la cabeza y creo que mis esfuerzos por no verme demasiado nervioso o incómodo fueron en vano cuando preguntó:

—¿Qué personas?

—En la escuela me molestaban. —me encogí de hombros como si no fuese la gran cosa.

—¿Y quienes más? —mordí mi labio inferior negado a decirlo. Me sentía ridículo y hasta me daba la sensación de que podría comenzar a hartar a Cleo June con todo esto— ¿Tus padres? Sabes que puedes decírmelo, JungKook.

No podía ocultarselo, así que finalmente avergonzado y desviando la mirada a un costado, asentí.

—Solía llorar porque no sabía hacerla, —dije refiriéndome a la corbata— y eso hacía enojar mucho a mi padre.

No fue necesario dar detalles para que se imaginara lo que podía suceder cuando mi padre se enojaba, y creo que mi cara también lo decía todo, así que no me pidió continuar. Sentí su mano calida posar y acariciar una de mis mejillas, haciéndome así levantar la cabeza para mirarla.

—Lo lamento, Kookie. —dijo antes de rodear mi cuello con sus brazos pegándome totalmente a ella.

—Descuida, ya pasó. Sólo... Me trae malos recuerdos. —susurré.

—Te entiendo, cariño. Pero... hospitales, médicos, corbatas... No está bien que esos miedos permanezcan en ti, porque son una parte de tu pasado que no has soltado y te van a seguir lastimando. —deshizo el abrazo y al apartarse vi como sus ojitos me miraron tristes, realmente preocupados por mí— Quiero que estés bien. Déjame ayudarte con eso, de a poco, ¿sí? Yo no voy a hacerte daño. —sonrió— Si no te gusta, te la quitas ¿okey?

Ella tenía razón, y eso era lo que yo quería, superar de una vez todo lo de mi pasado para que ya no afecte mi presente y futuro, sobretodo el que quiero con ella. Esto lo haría, de a poco lo iba a intentar.

Okey... —repetí, no muy emocionado, pero con la certeza de que con ella nada me lastimaría, ni siquiera los malos recuerdos.

Su sonrisa se animó un poco más, lo que a mí me hizo sonreír también, y comenzó a abrochar esos últimos botones de mi camisa que siempre estaban abiertos. Aunque no quisiera, yo estaba dispuesto a esforzarme para ser... un poco más normal.

—Mira, es más fácil e inofensivo de lo que parece. —dijo colocando la corbata deshecha al rededor de mi cuello, y me miró— ¿Listo?

Asentí una vez más.

»El dinosaurio pasa por debajo del manantial. —dice cruzando ambas tiras de la corbata, ganándose así una mirada confundida de mi parte por tal incoherencia— Cruza el puente de las almas perdidas del inframundo. Recorre una pradera de flores. Corta camino por las islas de Hawaii. Se detiene a comprar un taco. —me mira unos segundos sin hacer nada como un pequeño descanso y provocandome una pequeña risa— Y finalmente pasa por el túnel místico del reino de las hadas. Y ya. —aplaudió contenta.

Absolutamente todo es mejor sólo si lo hace ella.

—No... entendí nada de esa explicación. —reí algo desconcertado por aquél... ¿recorrido?

¿Puente de las almas perdidas?

Ella también rió devolviendo sus manos a mi corbata floja para ajustarla como detalle final.

—¿No? Pero si así me lo enseñó mi tía. —dijo y lentamente comenzó a correr el nudo hacia mi cuello, ajustándolo cada vez más, hasta que en un momento se detuvo— ¿Quieres que la deje hasta aquí o puedo subirla un poco más?

Volví a concentrarme en su mirada para no olvidar que hacía esto con tal de mejorar para ella, dándome aún más seguridad.

Sabía que no tenía nada qué temer cuando se trata de Cleo June. Sabía que puedo confiar plenamente en ella.

—Súbela.

Tras dedicarme lo que pareció ser una sonrisa orgullosa por mi esfuerzo, terminó de ajustarla correctamente. Luego se encargó de acomodar el cuello de mi camisa y saco, asegurándose de que estuvieran prolijos.

Adoro cuando me trata como si fuera un niño. Sólo ella puede hacerlo.

—Te queda muy bien, guapo. —sonrió peniando ahora mi cabello con sus dedos.

—Es raro.

Nuevamente llevé mi mano a mi cuello, comprobando así que la corbata no estuviese demasiado ajustada y me ahorcara.

Ella me tomó del brazo y me llevó hasta estar frente a su espejo, dónde me mostraba el resultado final.

—Mírate, tan elegante y con ese peinado. —rió— Te ves tan bonito. ¿Te gusta?

Me miré detenidamente al espejo, resultandome rara esa imágen de mí. Corbata y el cabello abierto a un costado. Hasta parezco simpático.

Apenado presioné mis labios en una pequeña sonrisa vergonzosa.

—Me gusta.

A través del espejo veía también la sonrisa de Cleo June y ya no supe qué decirle. Simplemente la adoraba por hacer todo lo malo de mí tan bueno.

Llevé mi mano a la corbata, la cual en realidad era de Cleo June, y podría jurar que sólo por ser de ella podría usarla siempre y para siempre. Nunca me había gustado tanto usar esta prenda, pero como siempre, Junie hacía milagros. La acaricié con aprecio, porque este simple detalle me permitía dejar de lado el recuerdo malo para darle prioridad a este.

—Lo siento. —dije algo apenado.

—¿Por qué? —me miró desconcertada a través del espejo.

—Por ser... así. Soy patético. —hablé con un tono frustrado— No puedo ni usar una corbata.

Pronto sentí ambas manos suyas cubrir una de las mías en forma de consuelo y volteó la cabeza para mirarme directamente a mí.

—No es tu culpa. Nada de lo que te pasó es tu culpa. —la miré y una pequeña sonrisa de su parte me mostraba toda su comprensión— Y descuida, porque juntos vamos a trabajar en superarlo.

—¿En serio quieres soportar todos mis miedos?

—Abrazaré cada uno de ellos hasta que sanen y no duelan más.

Juraría que mis ojos estaban comenzando a lagrimear conmovidos de todo el cariño que ella me brindaba pero que nunca en toda mi vida sentí.

»Jeoni, escúchame. —suelta mi mano y la veo moverse hasta quedar frente a mí una vez más. Ella miró fijamente la corbata por unos segundos mientras la sostenía entre sus manos, para así luego subir su mirada hasta hacerla coincidir con la mía. Sentí un leve tirón en mi cuello que no me incomodó, era suave y delicado con tal de no lastimarme, y me hizo encorvar la espalda para llegar a su altura— Ni tu padre ni tu madre están aquí. Ya ninguno puede lastimarte, Kookie. Sólo estoy yo, y te quiero mucho.

Aquellas palabras, tan sinceras palabras, me hacían sentir ese acogedor calor interno que tanto me gustaba.

Sin poder seguir soportando la distancia, besé sus labios con tanta intensidad que le hice soltar un quejido de sorpresa, pero tan a gusto como yo correspondió. Aferré mis manos a su cintura como las suyas en mi nuca y no quise soltarla hasta aburrirme de besarla, cosa que dudaba de que fuera posible. Besaría esos lindos labios todo el día si me fuera posible.

Sentía aquella radiante energía concentrarse en mi pecho, una sensación tan maravillosa que sólo esperaba que Cleo June también la estuviese experimentando.

Lo único que se oyó en la habitación por un buen rato eran los sutiles chasquidos de nuestros besos que ninguno de los dos queríamos parar. Pero finalmente fue Cleo June quien tomó la iniciativa para romper el contacto.

—Oye, te tienes que ir. —dijo recuperando el aire.

—Sólo un poco más. —susurré mientras hundía mi rostro en su cuello, aspirando esa deliciosa esencia de vainilla que se mezclaba con su natural aroma corporal.

No estaba dispuesto a soltarla todavía y no me importaba retrasar mi asunto con tal de difrutar este momento.

La oigo suspirar pequeñas risas ante los suaves y rápidos besos que dejaba por todo su cuello con toda la intención de provocarle cosquillas. Me divertía con esos tiernos y melodiosos sonidos, siendo también yo partícipe de ellos cada que Juni soltaba una carcajada descontrolada que me resultaban graciosas. La llené de tantos besos como pude, hasta que en determinada área me detuve para tomar su delicada piel entre mis dientes, presionandola y jalandola con fuerza, empezando así a escucharse un agudo chillido suyo que rogaba por que me detuviera.

Sonreí divertido sobre su piel y bruscamente me aparté de ella debido a un fuerte empujón de su parte.

—¡Jeon! —regañó provocando que mi sonrisa se ensanchara con su mano sosteniendo su cuello y dándole caricias— Bruto.

—Te gusta, preciosa. —me reí tomando mi mochila— Ahora sí me debo ir.

...

Rescostado sobre mi casillero observaba con atención a los demás estudiantes caminar de un lado a otro. Mi mirada se clavaba en cada uno esperando reconocer a ese idiota. Ninguna cara se escapaba de mí.

Cleo June aún no había llegado. Por supuesto, todavía era muy temprano para ella. Siempre suele llegar a los últimos minutos antes de que tocara el timbre.

Es tan linda... —sonreí pensando en ella.

Ese no es el punto, Jeon.

A sus amigos tampoco los había visto. Estuve un buen rato aquí mirando a cada estudiante y creo que puedo decir que ninguno había llegado. Pero eso no interesa.

Yo sólo espero a uno.

Y justo en ese momento, afortunadamente, lo veo pasar.

Park caminaba con toda la tranquilidad del mundo, pero con una cara de mierda mucho peor de lo que normalmente es. Y lo siento, siento la rabia consumirme.

¿Puedes estar así de tranquilo sabiendo que hiciste llorar a mi chica, hijo de puta?

Entonces tomo camino directamente hacia él cuando está pasando justo frente a mí. Poco me importan las personas a mi alrededor, voy e, inesperadamente para él, lo estampo contra uno de los casillero tan fuerte como puedo. El estruendo que ocasiona su cuerpo al chocar y el leve quejido que suelta me hace saber que le dolió, y eso sí que lo disfruté. Claro que sí.

Al ver que se trataba de mí no quiso mostrarse débil y su mirada llena de odio le hizo competencia a la mía.

Las personas a nuestro alrededor se apartan evitando así ser parte del problema y un tenso silencio se hace en los pasillos. Y me jode. Me jode que todos tuviesen la vista puesta en nosotros como si no tuviesen nada mejor que hacer. Al mismo tiempo me maldigo por ser tan impulsivo, porque a Cleo June no le gustaría que llamase la atención de esta forma.

Tampoco es que haya sido muy disimulado, pero me moría de ganas de golpear a Park contra algo.

—¿Qué mierda quieres, Jeon? —él fue el primero en romper el silencio entre nosotros.

—Ven conmigo. —dije, y luego de soltarlo bruscamente caminé por el pasillo apartando a quien sea que se entrometiera.

Caminaba seguro de que Park iría detrás de mí sin chistar, porque al igual que yo tengo ganas de partirle la cara, él quiere partirme la cara a mí. Ese idiota lo único que quiere es llamar la atención de Cleo June de cualquier forma, así sea que ella deba estar llorando por él.

Salí fuera del instituto con tal de ir a un lugar más apartado posible sin personas a nuestro alrededor, y cuando encontré el sitio ideal sólo tiré mi mochila a un costado, preparado para lo que sea que pudiera pasar. Y aunque sé perfectamente que es algo que Cleo June no querría que hiciera... No puedo no hacerlo. Es injusto.

Ya sentía mi sangre hervir otra vez con sólo recordar el desastre que era Cleo June cuando volvió de "celebrar" su cumpleaños. La hizo sentir como la mierda.

—¿Me dirás cuál es tu problema? —oí a mis espaldas y volteé encontrándome con su molesta mirada.

—¿Por qué no me dices tú tu maldito problema? —me acerqué lentamente a él con mis manos en los bolsillos, viendo en el proceso cómo su mochila también se deslizaba entre su brazos hasta caer al piso— ¿Te sientes muy hombre haciendo llorar a las chicas? —hablé ya estando frente a frente con él.

—¿Y tú? ¿Eres muy hombre cuando las golpeas? —respondió altanero, dedicándome esa oscura mirada ya muy familiar para mí. Me estaba provocando, y vaya que lo estaba consiguiendo, porque los músculos de mis brazos se endurecieron al querer soltarle el primer golpe— No me hagas perder mi tiempo y dime para qué me trajiste aquí.

—Para decirte algo muy simple, idiota. —bruscamente lo tomé del cuello de su uniforme— Lo que tengas contra mí no te lo desquites con ella. Cleo June no tiene por qué estarse aguantando tus berrinches.

—¿Yo soy un idiota con berrinches? ¿Y qué nombre te das a ti? —de un manotazo me apartó— Te metes con una estando con otra, ¿O acaso terminaste con HaNeul? ¿Sabe lo que estás haciendo? Seguro que no.

—No te incumbe.

—Me incumbe si se trata de Cleo June.

—¿En serio? —di una sonrisa sarcástica— Porque hasta donde sé la mandaste a la mierda.

—Es mi problema con ella.

—No, es tu problema conmigo que desquitas con ella. —hablé nuevamente molesto.

Él bufó desviando la mirada a un costado, remiendo su labio inferior con molestia, y tras sólo algunos segundos volvió a mirarme.

—Deja de fingir que te importa, Jeon. Sabes perfectamente que sólo juegas con ella.

—La quiero mucho más de lo que tú podrías.

—Pero no mucho más que a HaNeul, ¿verdad? —ahora torcía él una sonrisa.

—¿De eso se trata? ¿De HaNeul? Tu fuiste el idiota, no te quejes ahora.

—Para creerte ser el que tiene control de la situación, créeme que no sabes nada. HaNeul te oculta muchas cosas, Jeon. —entrecerró sus ojos y no deshizo esa sonrisa burlona, siendo él quien se creía saberlo todo.

Pero ¿quién era Park? Aparentemente alguien que sólo sabe hablar de la vida de otros, pero no mira la suya propia. El había sido un hijo de puta ¿y ahora pretendía insinuar mierdas sobre ella?

—Tú no sabes nada de ella. —aseguré y hasta podría apostar por ello.

—Estoy seguro que sí. Pero ella no es lo que me interesa. ¿Crees que dejaré que lastimes a Cleo June? Ni siquiera te importa si sigues con HaNeul. No te importa ninguna. —escupió esto último con asco.

Sabía perfectamente que soy un idiota por la forma en la que estoy haciendo las cosas, pero tampoco entiendo quién es él para meterse en vidas ajenas cuando estar conmigo es una desición de Cleo June.

—Primero que nada fíjate en lo que haces, imbécil, porque quien la está lastimando eres tú. —lo empujé golpeando su hombro— ¿No se supone que son amigos? ¿Eh? —volví a empujarlo, obligándolo a retroceder— ¿La dejas de lado así como si nada? ¿Puedes dormir tranquilo por las noches sabiendo que ella llora por ti? Por supuesto, tú estás feliz con que por lo menos ella piense en ti de alguna forma.

—Lo que no me deja dormir es saber que Cleo June esté con un idiota como tú. —me devolvió el empujón y viendo ahora en sus expresiones faciales la rabia y enojo de sus celos— El problema es que está tan cegada contigo que no se da cuenta del daño que le vas a hacer. No se da cuenta de lo que está haciendo ni de lo que pasará. Quiero protegerla de ti.

Me enfurecía oírlo hablar de esa forma cuando ambos sabemos que Cleo June no le importa lo suficiente como para dejar sus malditos celos de lado y hablar con ella. No, él prefiere fingir que es importante mientras ella se siente como la mierda.

—No. Tu puto problema está en que andas como perro detrás de ella, pero no te toma en cuenta por mí. —dije casi gritándole en la cara, harto de su hipocresía.

—¿Y te crees que me gusta verla ilusionada por un idiota como tú que cuando se aburra sólo la dejará de lado? —contestó de la misma forma.

En serio me estaba conteniendo, pero necesitaba tirarle aunque sea un golpe.

Él no sabía nada, absolutamente nada de nosotros.

Nuevamente lo tomaba por el cuello de su camisa y, como puro acto de reflejo, mi otro puño se levanta contra su cara ya preparado con toda la fuerza para golpearlo.

—¿Y tú qué mierda puedes saber?

Park sonrió de costado.

—Vamos, golpeame. Hazlo y demuestra que sigues siendo el mismo idiota de siempre. —entonces recuerdo a Cleo June y que de todas formas, por alguna razón, ella quiere a este tarado, y a diferencia de él yo no estoy dispuesto a lastimarla con mis acciones. Tampoco quería darle el gusto, así que traté de reprimir mis impulsos una vez más y lo solté bruscamente, apartandolo y tomando distancia— Si a estas alturas no terminaste con HaNeul, ya lo tengo confirmado. Deja el estúpido juego que estés haciendo.

Suspiré pesadamente mientras cerraba los ojos para tranquilizarme. Sólo debía recordar a Junie diciéndome que pelear no es la forma de solucionar nada, y supongo que se refería tanto física como verbalmente. Esto no era por mí, era por ella. Esto no se trataba de si yo soy mejor o peor que Park, se trataba de ella. No debía pelear con él sólo para hacerle las cosas más difíciles a Cleo, se supone que trate de ayudarla.

Teniendo todo eso en mi mente, abrí mis ojos y lo miré.

—Bien, lo admito y perfectamente lo reconozco, soy un idiota. Lo sé. —reconocí, no sólo para que estuviese satisfecho, sino porque también era la verdad— Pero a ella no le hagas eso. A ella no la hagas llorar más.

—Ya te dije que es nuestro problema.

—Te quiere, Park. ¿Tienes idea de lo horrible que ha sido su cumpleaños y cómo se siente? ¿Tienes idea de lo mucho que ha estado llorando? —dije sin poder quitar de mi mente los bajos estados de ánimo que ha tenido Junie últimamente— Ahora es cuando ella más necesita el apoyo de sus amigos y que le hagan saber lo mucho que la aprecian. Ahora es cuando ella necesita un abrazo y que le digan lo maravillosa que es.

Por unos momentos veo como su mirada deja de verse tan dura y se desvía a uno de sus costados inferiores, pensativo y, tal vez, considerando que sí fue injusto con ella. Su postura tensa también parecía relajarse, dejando de estar tanto a la defensiva y se permitió escucharme estos instantes.

»Cleo June prefiere guardarse muchas cosas para ella misma, pero realmente necesita cariño de sus cercanos. En serio la está pasando muy mal, y creo que en estos momentos le gustaría tener a su mejor amigo con ella. —sus ojos oscuros se elevaron para cruzarse con los míos que trataban de rogarle un poco de comprensión— Yo tampoco entiendo por qué me quiere tanto ni me considero lo suficientemente bueno para estar con ella. Pero la quiero demasiado y sé que de alguna forma la hago feliz. Y no... No busco lastimarla.

Hubo unos segundos de silencio en los que Park parecía seguir pensando en lo que había dicho. Pero podía notar como el ambiente había cambiado, ya no era hostil por parte de ninguno.

—¿Entonces por qué le haces esto? —cuestionó ya sin oírse enfadado o irritado y dándole paso a lo que podría ser una conversación más civilizada— Le estoy haciendo daño y en parte me detesto por ello, ¿pero crees que ella está bien y feliz contigo cuando la tienes escondida? Porque no me lo niegues, frente a los demás finges que ni la conoces. Puede que te quiera y puede estar tan enamorada de ti que intente entenderte en todo, ¿pero crees que a ella le gusta estar por debajo de HaNeul?

No rechisté ni contradije absolutamente nada, sabía que no podía hacerlo porque, sí, todo eso también era verdad. Y ahora era yo quien bajaba la mirada. No podía juzgarlo por pensar de ese modo cuando el único que estaba haciendo las cosas mal era yo. Desde el primer momento en el que sentí esa ligera atracción por Cleo, por más negado que estuviese, debí terminar con HaNeul.

Park, al notar que no diría nada al respecto, continuó:

»¿Quieres estar con ella? Adelante. Pero no la hagas sentir como la segunda. Y yo no estoy dispuesto a aceptar nada de esto a menos de que le des a ella el lugar que se supone que debería tener.

—Planeo solucionar eso. —aseguré levantando la mirada, seguro de que así sería.

La severa mirada de Park no parecía ni un poco convencida, y claro, no podía esperar que confiara en mi como si nada.

—Deja de planear y hazlo de una vez. Si no te vas a tomar en serio a Cleo June deja de hacerle perder el tiempo con un imbécil sin nada que aportarle como tú. —dijo ya resignado a continuar con la discusión.

Me quedo aquí parado mientras lo veo dar media vuelta e ir por su mochila con toda la intención de irse, pero apenas acomoda esta sobre ambos hombros suyos, se detiene y voltea a verme otra vez.

»¿Y tú, Jeon? ¿Duermes tranquilo en las noches cuando sabes perfectamente que a Cleo June la está matando esta situación de mierda que le haces pasar? ¿Puedes ignorar así sus sentimientos? —vuelvo a mantener silencio, sabiendo que la hice pasar demasiado tiempo con ese horrible sentimiento y nunca hice nada al respecto, y me siento avergonzado de ello— Sólo te pido que la respetes.

Tras decir aquello, se fue definitivamente, dejándome con un amargo sabor en la boca.

Me siento una basura, porque siento como si todo este tiempo sí hubiese estado jugando con ella. Cualquiera que viera todo desde afuera pensaría lo mismo que Park.

«Un idiota sin nada que aportarle», Park me había definido a la perfección, y más que enojarme por todas esas palabras, me frustraba darme cuenta lo mierda que he sido con ella. Yo también era un hipócrita que no la quería lo suficiente.

Y ahora no puedo evitar sentirme un idiota que no sabe tratar correctamente a una chica tan maravillosa como Cleo June como verdaderamente se lo merece. Entonces me doy cuenta de que nunca estuve equivocado, yo no soy lo suficiente como para merecerla en mi vida, y vuelvo a preguntarme qué ve ella en mí.

...

Kim Cleo June

Ahg... Odio levantarme temprano. Pasan lo años y uno nunca se acostumbra a ir a clases.

Si soy sincera, estaba molesta, yo quería seguir en la cama con JungKook. Luego de que se fue me quedé ahogado penas en dos tazones de cereales con jugo, contando con la única compañía de Cereales, aunque luego se nos unió la tía Clarity.

Aproveché este momento para hablar con ella sobre las cosas locas que me han pasado últimamente, detallando más mi extraña historia de amor con Don Cookies, y es que con ella siempre había tenido este tipo de charlas. Era lindo tenerla aquí y hablar otra vez después de mucho tiempo. Me distraje tanto hablando con ella que nuevamente, como todas las mañanas, veía en mi reloj que estaba por llegar tarde, así que tuve que salir casi corriendo.

Llegué tan sólo minutos antes de que sonara el timbre. Afortunadamente fue el tiempo suficiente para ver a los chicos en los pasillos, por alguna razón, rodeando a JiMin en su casillero.

Me detuve a mitad de camino, insegura de acercarme y recibir nuevamente el rechazo de JiMin. Tal vez era mejor irme directamente a clases, y eso iba a hacer, si no fuera porque EunRin gritó mi nombre apenas me vio y con un gesto de su mano dijo que me acercara.

¿Estaba loca esta chica?

Bien, sólo iría a saludar.

Al llegar junto a ellos la atención pasó de JiMin hacia mí.

—Hola, chicos. —saludé algo incómoda, recibiendo así un mismo saludo por parte de los demás y esperando algún trato de JiMin igual al de la vez anterior. Ya saben, cuando me trató de peste.

JiMin no me saludó, pero, sorprendentemente, tampoco se vio molesto o desagradado de verme. Incluso me miró, y no con odio o ganas de matarme, era una mirada neutral.

—¿¡Te enteraste, Cleojinia!? —gritó EunRin brincando de un lado a otro.

—¿Cleojinia? —repetí esa inusual forma de llamarme que en parte también me daba gracia.

—JiMin peleó con JungKook. —señaló ella al pelinegro y por reflejo lo miré, cruzando incómodas miradas con JiMin hasta que él desvió la suya.

No me puedo acostumbrar a un JiMin tan serio y callado.

—¿Qué? —pregunté mirando al resto buscando las explicaciones que no podía conseguir de JiMin directamente.

—No pelearon en realidad. —explicó SunKo— ¿Pero sabes por qué estaba tan enojado? JungKook llegó de la nada y azotó a JiMin contra lo casilleros...

—¡Y dicen que JungKook lo arrastró hacia afuera y lo golpeó hasta machacarlo! —interrumpió Rin— ¡Y le hizo PUM! ¡Pero JiMin hizo PAM! ¡Sin contar que JungKook haría CATAPLUM! —dijo, casi gritando, mientras lanzaba desordenados golpes al aire.

Miré a SunKo reprimiendo una carcajada y ella rodó sus ojos con una sonrisa.

—Eso no es cierto, JiMin está aquí sano y salvo. Está así desde hace rato. —me dijo y volteé para verla seguir pateando al aire— Ambos fueron afuera a, supuestamente, hablar.

—Pero todos andan creyendo que hubo una pelea super épica. —agregó HoSeok.

—Es como el chisme del día.

—Yo... no tenía idea. —expliqué. Se suponía que JungKook venía temprano a ayudar a TaeHyung con algo. ¿Acaso... me mintió?— ¿Por qué?

—Eh...

—JiMin no quiere decirnos.

Tras las palabras de YoonGi miré otra vez a JiMin, y al verlo noté que ya me estaba mirando, pero rápidamente dejó de hacerlo.

—Sólo vino a joder. —dijo como si no fuese la gran cosa.

No tenía idea qué era, pero estaba segura que debió tratarse de mí.

Un momento... ¿JiMin acaba de... hablar en mi presencia? ¿Debería considerarlo un avance?

Tenía ganas de decirle algo a JiMin, tal vez un «Lo siento, es que cuando JungKook se altera se pone un poco loco, jaja». Pero no, me iba a matar con la mirada.

Pero... Verlo así, tan tranquilo comparado a los últimos días me daba el impulso de intentar hablar con él como por... ¿cuarta? ¿quinta vez? Lo único que me acobardaba era recordar mis últimos intentos y lo dolorosos que fueron. Además, tenía el miedo de que muy probablemente volvería a cagarla, así que es preferible esperar un poco más a que las aguas esten totalmente quietas.

En camino a nuestros salones buscaba a JungKook con la mirada, porque apenas me lo cruzara iba a... a... A darle la mirada más regañadora de su vida... Sí.

¿Regañadora es una palabra?

Oh, ahí estaba, sentado es su banco leyendo apuntes como todo un nerd. Dios, pero que lindo nerd.

¡No! No es momento.

Alcé la voz al estar pasando por la puerta con tal de hacerle saber a JungKook que estaba aquí, y sí, él levantó su mirada con los ojos bien abiertos, pero tan pronto como me vio volvió a su cuaderno.

Sí, ya sé lo que hiciste, Jeon JungKook, y no voy a permitir que me ignores así.

Jeoni💕

Jeon -

Apenas envié ese mensaje lo vi dirigir su mano a uno de sus bolsillos y sacar su celular. Desde aquí se apreció perfectamente a su nuez de Adán subir y bajar cuando trago duro. Noté que estuvo a punto de dejar el celular a un lado, pero pronto recordó que estamos en el mismo salón y que ahora mismo estaba bajo mi mirada, cosa que corroboró viéndome temeroso de reojo.

Mírenlo al gran Jeon JungKook, alias el chico malo, alias «golpeo a quien se me cruce», alias no lo mires porque es malo muy malo. Mírenlo, asustado por una chica a la que le saca una cabeza y que sin problemas puede noquear de un golpe.

Ja, lo que es el amor.

Basta, estás enojada, CJ.

- Kimi <3

Sí, hazte la ratita muerta.

Nada de Kimi -

Tú y yo vamos a hablar -
seriamente

- Quiero que sepas que en
ningún momento mi intención
fue hacerte enojar

Te dije que dejaras de -
meterte en peleas sin sentido

- Si es por ti no es una pelea
sin sentido

- Sólo quería defenderte

Mierda, pero deja de ser tan lindo.

Luego hablamos de esto -

Tonto -

- ¿<3?

Rodé los ojos y aguanté una risa sin poder creer que este chico tiene la reputación de ser un tipo peligroso.

<3 -

- <333

Tan lindo.

...

Esperé pacientemente a Jeon en aquel salón de música, cruzada de brazos y pensando las palabras correctas para regañarlo. Porque, primero que nada, me mintió en la cara diciéndome «ñiñiñi, asuntos de TaeHyung». Segundo, se fue más temprano y me dejó ahí solita en mi cama sólo para pelear con JiMin.

Cuando ingresó al salón traté de poner mi cara más seria tomando de referencia aquellas que hace mi madre cuando hago alguna travesura inocente. Pero con sólo verlo caminar con la cabeza gacha y pararse frente con esa carita de cachorro ya se me había ablandado el corazón.

Es que es tan lindo.

No. Seria, CJ, seria.

—¿Estoy en problemas? —susurró él mientras yo tenía una lucha interna entre mi cerebro y mi corazón de pollo, sacándome de mis pensamientos.

—Sabes que estás en problemas y sabes por qué. —dije tomando una postura más firme y frunciendo ligeramente el ceño. Sí, me veo mala, pero en realidad quiero comermelo a besos— ¿En qué estabas pensando?

—En ti.

Mierda. Lindo, lindo, lindo, muy lindo.

No es momento de doblegarse, Kim. Recuerda que estás tratando con un ser que abusa de su ternura.

—Tú sabes que no me gusta que hagas esas cosas. —él asintió— ¿Por qué hiciste eso?

—Porque Park te hizo llorar.

Eso había pensado. La verdad que no se me ocurrían más razones por las que JungKook estuviese tan molesto como para confrontar a JiMin en medio del pasillo. Después de todo, JungKook lo vio todo. Él vio y tuvo que consolarme en los momentos que estuve destrozada por JiMin. Supongo que es lógico que haya estado molesto.

Amo que sea tan tierno y me quiera proteger de todo, pero debemos trabajar también en esas reacciones tan... intensas.

Esa carita triste me estaba matando y creo que ya tuvo demasiada tortura mental para un sólo día. No voy a hacer las cosas más complicadas ni quiero hacerlo sentir mal. Lo que pasó ya pasó. Además, después de todo, él no golpeó a JiMin ni nada por el estilo.

Para levantar esa arrepentida y triste mirada del piso, tomé una de sus manos entre las mías, dándole mimos en el dorso de la suya.

—Aprecio tus gestos. —hablé ya con un voz más suave— Pero te he dicho que pelear no es la manera, y mucho menos si se trata de un amigo mío. ¿Acaso golpearas a todo lo que me haga llorar? —reí.

—Si puedo, sí. —respondió inmediatamente y muy seguro, recibiendo una juzgante pero divertida mirada de mi parte. Ya me imagino JungKook golpeando a mi armario cada vez que lloro por no encontrar la ropa exacta que busco— Pero no lo golpeé. Bueno, en un principio me moría por romperle la cara. Sólo... hablé con él.

—¿Sobre qué?

—Sobre ti. —murmuró tímido y ya veía las puntas de sus orejas enrojecerse— No me parece justo cómo te ha estado tratando y que te haya hecho sentir tan mal. Sé lo importante que es Park para ti, sé que te ha hecho falta, y sé que te tortura estar así con él. Yo... —suspiró frustrado— sólo quería ayudarte. Me siento responsable de lo que sucedió.

¿Cómo puedo enojarme con intenciones tan lindas de su parte?

Podía sentir a mi corazón enamorado latir de la emoción con sólo pensar lo mucho que le importo. Porque la mejor parte es que JungKook no me hace una escena, él entiende perfectamente mi cariño y relación con JiMin, y estuvo incluso dispuesto a hablar con él con tal de arreglarlo de alguna forma por más que lo odia.

—JungKook... No es tu culpa. —le sonreí tiernamente— Bueno, tal vez sí tengas bastante que ver porque JiMin... No le caes bien. Pero yo me metí en esto. JiMin es mi amigo y creo mis problemas con él debo arreglarlos yo. No quiero que te sientas responsable a solucionar... todo en mi vida. ¿Entiendes? —en silencio volvió a asentir.

No aguantaba más a ver algo tan tierno, por eso me puse de puntitas y dejé un pequeño beso en su mejilla. Estaba tentadísima a hacerlo, y amé ver su sonrisa luego de ello.

—Lo siento por meterme. Yo sólo le pedí que dejara de lastimarte.

No me juzguen, pero se ganó otro besito por tierno.

—Gracias por preocuparte tanto. —sentí un apretón de su mano a la mía y ambos sonreímos como dos tontos enamorados, que de hecho es lo que somos.— Por cierto, —dije cortando el ambiente romántico para colocar ambas manos mías en mis caderas— me contaron por ahí que golpeaste a JiMin contra los casilleros.

—No te voy a mentir, tenía ganas de hacerlo. —admitió sin titubeos.

—JungKook. —lo regañé.

—Lo disfruté.

—¡Jungkook! —alcé ya la voz para que tranquilizara esas ganas de destruir la integridad física de JiMin.

—Perdón.

Reí a lo bajo al verlo bajar otra vez la cabeza arrepentido. Este tonto me mataba de risa y ternura. No podía ir por ahí dándose fama de chico malo cuando en realidad es como un tierno conejito.

Tentada a hacerlo llevé una mano a su cabeza y le propiné algunas caricias que lo despeinaron ligeramente.

—¿Sabes? Creo que en realidad sí me ayudaste. —dije queriendo subirle el ánimo.

—¿En serio? —preguntó sorprendido y levantando la mirada.

Y es que era verdad, no sé exactamente lo que habrán hablado, aunque ya me hacía una idea, pero supongo que JungKook dijo algo que apaciguó bastante a JiMin.

—Hoy JiMin no se veía enojado ni nada por el estilo. —comenté feliz y animada— Creo que es cuestión de tiempo para que las cosas mejoren. Así que gracias, menso. —dije antes de darle un beso rápido en los labios.

—Verte feliz me hace feliz. —respondió él con una sonrisa.

Jeon JungKook

Me había salvado, aunque yo ya estaba preparado si es que llegaba a enojarse demasiado, incluso me había preparado un discurso sobre lo mucho que la quería. Pero afortunadamente nada salió mal.

Corro la mirada y la veo ahí, jugando en silencio junto a la chica fantasía a hacer una torre con todos sus lápices y bolígrafos, sin prestar la mínima atención al profesor. Sonreí cuando volteó a verme y arrojó un inaudible y desapercibido beso en el aire.

Me arrancaría la cabeza si supiera que para nuestra cita de mañana no tenía idea de a dónde llevarla. Tanto tiempo pensando para seguir sin llegar a algo. Lo peor es que sé que ella no conoce Corea, así que llevarla a cualquier lugar sería algo nuevo para ella, pero no sé decidirme a dónde.

Mierda, ¿de qué me sirven las buenas calificaciones si no puedo pensar a dónde llevar a mi chica?

—Hola, Kook. —saludó apoyando ambas manos suyas sobre mi mesa.

Levanté la vista y me encontré con una sonriente YuRi que no me quitaba lo ojos de encima. Su repentina aparición me había hecho salir de mi nube de pensamientos, dándome cuenta de que ya varios alumnos estaban saliendo de clases.

—Hola. —respondí sin mucho interés y la miré expectante, suponiendo que vino a mí para decirme algo.

—¿Por qué tan serio? —preguntó divertida, inclinándose sobre el pupitre hacia mí.

—Es mi cara de siempre.

—Me olvidé que esa expresión es parte de tu encanto. —terminando de decir aquello me guiñó el ojo, gesto que preferí ignorar— ¿Estás ocupado ahora?

Esto me estaba poniendo incómodo y la verdad era que no me apetecía hablar con ella. Me incomodaba su exagerada simpatía acompañada siempre de ligeros halagos a mi apariencia. Pero lo más incómodo era saber que sólo era así conmigo, porque al resto de chicos y chicas, sobretodo con TaeHyung, era grosera y desinteresada.

—Amm... Sí, voy a ir con TaeHyung...

—TaeHyung ya se fue. —me interrumpió señalando el asiento a mis espaldas que pertenece a mi mejor amigo. Volteo y, efectivamente, estaba vacío. Todos se habían ido— Sólo necesito hablar algo contigo... en privado.

—¿No puede ser aquí? Y rápido, porque tengo cosas que hacer. —fui lo más tajante posible.

—Oh, estoy segura de que sí las tienes.

Ella mira a un costado y, siguiéndole la mirada, volteo viendo a unas de las pocas personas que aún estaban aquí. Cleo June copiaba con velocidad lo escrito en la pizarra mientras su amiga fantasía le hacía porras. Pero es entonces que me doy cuenta y miro a YuRi nuevamente a los ojos, sintiendo como el corazón se me saldría por la boca cuando forma con sus labios una sonrisa ladina.

—¿Y bien, guapo? ¿Vienes conmigo o no?

No me jodas que...

¿Cómo...?

Sonríe victoriosa cuando luego de guardar mis cosas me ve parado frente a ella, dispuesto a seguirla a donde sea que quisiera ir, mientras por dentro la maldecía de mil formas distintas y me preguntaba cómo es que lo supo.

Caminé a un paso detrás de ella, siguiéndola hasta llegar a la azotea habitada sólo por un grupo de chicas que se fueron apenas YuRi las amenazó.

—A solas por fin, ¿no crees? —me dedicó una de sus gentiles sonrisas más falsas con la que sólo buscaba burlarse de mí. Estiraba sus brazos y respiraba ondo como si fuese una situación totalmente casual.

—Lo sabes. ¿Cómo? —fui directo al punto. No había sentido en alargar esto innecesariamente.

—¿Qué cosa? —dijo y suspiró tranquilamente mientras arreglaba su cabello con el ligero viento— ¿Tú y Kim? Sí, hace un buen tiempo. No sabía que te gustaban esas cosas, Kookie.

—¿Cómo? —repetí mi pregunta, tratando de no mostrarme intimidado.

—Mis fuentes son secretas. —colocó su dedo índice sobre sus labios, dándome a entender que no diría nada al respecto de eso. Yo ya sentía el sudor en mis manos ocultas en los los bolsillos de mi pantalón, pero no permitía que esos nervios se propagaran a mis expresiones faciales. Me mantuve serio y en silencio unos segundos que resultaban eternos tratando de pensar qué decir en estos momentos, y su mirada junto a su sonrisa ladina no hacían más que hacerme enojar, detestandola una y mil veces al saber que lo estaba disfrutando. Finalmente, soltando una pequeña risa, habló— Descuida, Jeon. No diré nada.

Levanté una ceja extrañado de ello. No me creía para nada que hiciera todo esto sólo para decirme que se quedaría en silencio. Por su forma de comportarse era evidente que quería algo.

—¿A cambio de qué?

Mi pregunta le provocó otra de esas risas cínicas mientras me miraba fijamente, acercandose a lentos pasos sin borrar la diversión en las expresiones de su cara.

—Adoro que seas tan listo. —canturreó con el ruido de sus pasos de fondo. A pesar de mi postura firme y por más que tratara de verme calmado, era más que obvio que quien tenía el control ahora era ella, ambos lo sabíamos muy bien. Sus pasos se desviaron, comenzaba a rodearme caminando lenta y continuamente en círculos, como si se tratara de un tiburón asechando en el mar— ¿Sabes? Te entiendo perfectamente. HaNeul te debe tener aburrido, ¿verdad?

Por mucho que me perturabara todo esto, no podía demostrarlo, así que no abandoné mi posición y no dejé de mirar al frente en ningún momento.

—Lo que suceda en mi relación no es asunto tuyo. —respondí cortante e indiferente.

—Yo también estoy aburrida de TaeHyung. Simplemente es... estúpido. —dijo está última palabra en un suspiro frustrante.

Creo que la única razón por la que puede considerar a TaeHyung estúpido es por seguir tras ella como perro. No era necesario todo esto para ser uno consciente de sus verdaderos pensamientos. Esos constantes gritos, insultos y quejas de todos los días lo dicen todo.

Mis puños se apretaban con fuerza, muriéndome de ganas por soltarle un golpe al oírla hablar así de mi amigo.

—¿Me dirás lo que quieres o no? —cuestioné harto de escucharla.

—Sólo quiero hacerte una última pregunta. —la oí volviendo a caminar nuevamente en mi dirección y para cuando me di cuenta ya la tenía parada delante y muy cerca de mí— ¿Por qué con Kim... —inesperadamente colocó sus manos sobre mi pecho pegando su cuerpo al mío— y no conmigo?

—¿Qué mierda estás diciendo? —susurré desagradado por aquella insinuación e intenté alejarme dando un paso hacia atrás, pero ella me siguió.

—Yo también podría ayudarte cuando estés aburrido.

—Aléjate. —la aparté mientras volvía a retroceder— ¿Te estás escuchando?

—¿Acaso no es lo que te gusta? Te diviertes a espaldas de HaNeul. Podemos divertirnos juntos.

—HaNeul es tu amiga.

—También se supone que es tu novia. Y mírate, te andas metiendo con Kim. Kim... —chasqueó la lengua demostrando asco en sus expresiones— Qué perra. Mis sospechas sobre ella no eran erradas después de todo. —dijo más para ella misma soltando pequeñas risas, hasta darse cuenta de que comenzaba a enojarme, lo que preció divertirle aún más, pues me dedicó una sonrisa altanera— ¿Qué? ¿Te molesta que le diga perra? Vamos, ya sabes que algunos dicen de ella.

Entrecerré mis ojos sin saber exactamente a qué se refería, pero no me sorprendería que fuese algún absurdo rumor a los que y estoy acostumbrado a oír aquí.

—Este lugar está plagado de idiotas que invitan cosas.

—Por favor, Jeon. El beso que te robó en su pelea, lo cariñosa que es con Park, todos saben lo que pasó en el campamento entre ella y KiHyun, y hasta la han visto con JB y su banda. —con cada cosa que mencionaba parecía estar esperando una reacción de mi parte— Todos saben que va de tipo en tipo.

Lo sé, sé perfectamente lo que quiere. Está equivocada si cree que con un truco tan estúpido como ese voy a enojarme con Cleo June.

—Que todos piensen lo que quieran, ella no tiene que justificarse por nada y puede pasar tiempo con quien se le dé la gana, y no por eso es una perra. —traté de mantener la compostura, pero sinceramente nunca había tenido tantas ganas de golpear a una mujer.

Ella bufó.

—No me digas que te gusta esa mestiza, Jeon. —mi respuesta no pareció gustarle, es mas, hizo una mueca y puso sus ojos en blanco— Vas de mal es peor. Mira que por lo menos HaNeul es... Roza la decencia.

—¿Y quién eres tú para hablar de HaNeul? Estoy seguro que en su cara no sueltas ni media palabra, y por eso caminas siempre a sus espaldas. —le mostré una sonrisa de costado, aprovechando esta oportunidad para burlarme de ella, y lo disfruté cuando la diversion de su cara fue reemplazada por una expresión y gestos irritados.

—¿Y tú? ¿Le has dicho en su cara que te estás acostando con Kim? —se cruzó de brazos, levantando su mentón con una mirada desafiante y recordé que provocarla ahora no me ayudaría mucho, así que guardé silencio— Hagamos un trato, Kookie.

—¿Qué mierda quieres? —hablé ya molesto.

—¿Sabes por qué detesto a HaNeul? A parte de que es una insoportable, tiene algo que yo quiero. Te tiene a ti. —dijo esto último avanzando un paso y mi única reacción fue retroceder.

—Sigue queriendo.

—JungKook, tú me gustas desde hace años. Y HaNeul... —resopló molesta— Ella lo arruinó todo cuando ni siquiera te quiere.

—¿Entonces por qué sigues con TaeHyung?

—Vamos, ese tarado ni siquiera me gusta. —rió desinteresada— Sólo me sirve para distraerme un rato y comprarme cosas.

Realmente me sorprendía lo indiferente que podía ser con ambos, porque aunque tuvieran sus diferencias, HaNeul sí la aprecia como amiga y la defendería de lo que sea. Y TaeHyung... ¿cómo podía rechazar así todo el cariño que él le ofrecía?

—¿Cómo le haces esto a HaNeul y TaeHyung? —negué con la cabeza, decepcionado de lo que acababa de escuchar— Ambos te ayudaron cuando lo necesitaste.

—Prefiero no vivir en deuda con nadie. —se encogió de hombros— No es un secreto para nadie que odio a HaNeul. Y no la defiendas, Jeon. Tú también sabes que es sólo una perra melancólica que no supera a Park. Sólo sabe llorar y victimizarse. Porque pobrecita HaNeul ¿verdad? Pasó por mucho.

—No sabes nada de ella. No conoces ni la mitad de su vida.

—Tienes razón, y me da igual. Y en cuanto a TaeHyung... —llevó sus dedos a acariciar su cien, irritada con sólo pensar en él— Es un tarado que aún no sabe ser un hombre y trata de fingir ser algo que no es. Pero tú, JungKook, —me miró con una sonrisa— tú siempre me has gustado por lo maduro que eres.

—Si TaeHyung finge algo, es por ti. Siempre es por ti todo lo que hace. Siempre es por dejarte satisfecha.

—Pues, para su mala suerte, no me gustan las cursilerías. Pero supongo el dinero lo salva. —no podía creer que tuviese tan poco corazón para que ni siquiera le afectara en lo más mínimo— Este es el trato, Jeon: yo no le digo nada a HaNeul, sólo si también te acuestas conmigo.

—No. —respondí al instante— Y para tu información, no me acuesto con Cleo June.

—¿La llamaste por su nombre? —rió divertida, como si acabase de escuchar algo completamente ridículo— No me engañas, Jeon. Los tipos saben que es una perra, pero también dicen que está buena. Pero no es la gran cosa, si quisiera yo también podría tener senos grandes. —dijo poniendo sus ojos en blanco.

Eso sí que era algo que no iba a tolerar.

Fue sorprendente para ella cuando la tomé bruscamente del cuello de su camisa y jalé tan fuerte de ella que casi la hacía tropesar.

—Me da igual si eres una chica, no vuelvas a hablar vulgarmente de ella o te rompo la cara. —gruñí con la voz ronca.

—Ella sola se da esa mala fama.

¿Para qué rebajarme con esta basura?

Furioso la solté de un fuerte e intencional empujón que la desequilibró, pero lastimosamente no llegó a caerse.

—No voy a aceptar ese trato de mierda.

—Bien. —se cruzó de brazos—  Entonces le diré a HaNeul.

—¿Y tienes alguna prueba?

Sus ojos se abrieron y miró a uno de sus costados nerviosa, posiblemente pensando en algo que pudiera servirle.

¿En serio fue lo suficientemente idiota como para venir a amenazarme sin nada que la respalde?

Bien... Esto iba bien a mi favor.

—N-no. Pero...

—Y si yo le dijera sobre tu insinuación, ¿a quién piensas que HaNeul le creerá? —levanté una ceja en forma de pregunta y la vi removerse en su lugar— Yo tengo a mi favor la confianza de HaNeul y TaeHyung, ambos me creerán a mí. ¿Y sabes que va a suceder? Te echarán del grupo y pasarás a ser de esas chicas asustadas que lloran en el baño cuando se cruzan con HaNeul, porque nadie va a querer defenderte de ella cuando se entere lo que haces a sus espaldas.

Veo como comienza a angustiarse porque sabe perfectamente que la cagó al haber hecho todo esto sin ninguna prueba y sus ojos van de un lado a otro en busca de una salida. Ya no tenía el control de absolutamente nada, poco le había durado su confianza y altanería.

Y aprovechando su momento de debilidad, sonreí a mis adentros y hablé nuevamente:

»¿Y quieres que te diga una última cosa? —dije atrayendo su mirada abrumada— Eres un completo asco en todos los sentidos, sin importar cuánto trates de arreglarte por fuera.

No tienen idea de lo disfrutable que fue ver a sus ojos hundirse en lágrimas ante mis crueles y tajantes palabras. Me importaba una mierda si yo le gustaba o lo que sea, que se jodiera por ser la mierda de persona que es.

No me quise quedar a ver su drama, así que sin mucho interés me di media vuelta listo para irme mientras escuchaba sus gritos a mis espaldas.

—¡Te vas a arrepentir, Jeon! ¡No tienes idea de lo que soy capaz de hacer! —gritaba entre lágrimas, pero nada de lo que dijera me interesaba. Después de todo, pronto terminaría con HaNeul— ¿¡Por qué!? ¿¡Por qué con esa zorra!?

Estando justo en la puerta de la azotea, me detengo, molesto nuevamente por cómo se refirió a mi chica, pero tampoco tenía planeado en perder más tiempo con ella.

Volteo ligeramente mi cara y por el rabillo del ojo veo su cara molesta, empapada y enrojecida, dando fuertes bocanadas de aire.

—¿Zorra? No la compares contigo.

Y fuertemente cerré la puerta, dejándola sola con su propia irritante presencia.

...

Nunca las clases me habían importado tan poco como este día, justo en este momento. La sangre me hervía desde esa conversación con YuRi, y se fusionaba con mi estrés provocandome un fuerte dolor de cabeza. Todos se me estaba yendo de las manos y lo sabía perfectamente. Tenía que acabar con esto pronto, porque mi relación con Cleo June en conocimiento de YuRi era una bomba de tiempo, más aún después de todo lo que le dije.

Era cuestión de tiempo para que YuRi consiguiera o pensara en algo para arruinarme las cosas. Yo debía actuar antes. Todo se complica. Además, así como YuRi se enteró, ¿quién más podría hacerlo? Alguien podría estar divulgando el secreto colocandome la espada en el cuello.

Miraba atento la pantalla de mi celular con el chat de HaNeul, aquellos últimos mensajes que le mandé diciéndole para hablar no habían sido respondidos, pero sí leídos, y me volvía loco. Lo necesitaba. Necesitaba terminar con ella cuanto antes. Ahora más que nunca.

Mierda. Me jodía toda esta situación, y no puedo imaginarme lo mucho que debe estar jodiendo a Cleo June. Park tiene razón, sé que a ella le debe lastimar no ocupar el lugar que debería y se merece. Eso es lo que más me jode, saber que Cleo June la está pasando tan mal.

Mañana era nuestra cita y no podía arruinarse. Se suponía que para mañana ya debería haber terminado con HaNeul. En su día especial no quería que ella siguiese sintiéndose como... la segunda. Quería darle ese lugar especial en mi vida, y yo también quería tomarlo en la suya.

Sigo mirando ese maldito chat, sin una maldita respuesta, y muerdo mi labio inferior molesto. Juro que podría mandar a la mierda todo en este mismo momento para ir a casa de HaNeul y terminar con todo con tal de darle mañana la cita perfecta a Cleo June.

¿Qué es una zorra? ¿Una perra? ¿Que está buena? Sólo quiero estar oficialmente con ella para ver si algún otro enfermo de aquí se atreve a siquiera pensarla de esa forma. No estaba dispuesto a dejar que cualquier idiota le faltara al respeto, ni tampoco a que todo esto llegue a saberse por todo el instituto para que todos terminen señalando a Cleo June.

No. No, maldita sea, claro que no. No quiero que ella termine tan perjudicada.

Y ya es suficiente, no puedo seguir sentado a esperar que algo malo simplemente pase. Tengo que terminar ahora con HaNeul.

La idea de irme ahora mismo no sonaba para nada absurda, así que ya sin aguantar más esos malditos pensamientos guardé velozmente las cosas sobre mi mesa, llamando así la atención de mis amigos me susurraban preguntas para que el profesor no escuchara. Pero no me iba a detener por anda.

Fui algo brusco cuando repentinamente me levanté de mi banco porque lo había arrastrado ligeramente, y ahora tenía sobre mí las miradas de todos.

—Joven Jeon, ¿sucede algo? —preguntó el profesor. Sin dirigirle una sola palabra o siquiera la mirada, caminé con mi mochila al hombro hacia la puerta— ¿A dónde va? ¡Jeon JungKook! ¡Jeon JungKook, regrese aquí!

Hice caso omiso a sus llamados y de un fuerte golpe cerré la puerta a mis espaldas. Esto era mil veces más importante que cualquier sanción.

Kim Cleo June

¿Qué fue eso?

Mi mirada coincidió con las curiosas de HoSeok y EunRin, como si esperaran a que yo tuviera la respuesta de tan repentino actuar de JungKook, pero la verdad era que yo tampoco tenía idea y hasta me preocupaba. Sólo podía preguntarme qué pudo haberle pasado ahora para que se fuera de esa forma. Fue como si mi instinto protector se activara y comencé a preocuparme, sintiendo una especie de dolor en el pecho al creer que él podría estar mal.

Necesito saber qué le pasó, y en caso de que no estuviera bien ir a abrazarlo. Por ello, unos momentos después de que Jeon abandonara el salón de clases junto a los gritos del profesor, levanté mi mano pidiendo permiso para ir al baño, permiso que me fue otorgado.

Quise salir tan rápido como pude para ir por él, aunque estando a medio camino de la puerta oí la molesta voz de YuRi.

—Yo también quiero ir al baño. —volteé y la vi levantando la mano, haciendo el ademán de levantarse.

Mi corazón dio un brinco de miedo, porque si ella salía yo no podía ir detrás de JungKook.

—Cuando su compañera regrese. —ordenó el profesor.

Fue raro, porque por alguna razón ella me estaba matando con la mirada. Pero pude respirar tranquila una vez el profesor dijo eso.

Como sea. Mi chico me espera.

Apenas salí del salón y di unos cinco pasos, comencé a correr a toda velocidad, importandome muy poco que en los pasillos estuviese prohibido y dispuesta a tomar el riesgo. Iba en dirección a las escaleras, aunque a medio camino recordé la posibilidad de que Jeon hubiese ido por el otro lado.

Bueno... Esperemos que no.

Me sentí bendecida por Dios cuando llegando a las escaleras, desde lejos, veo a JungKook apenas bajando los primeros escalones. Para cuando llegué él ya estaba en el descanso de estas, y se detuvo al oír mis acelerados pasos bajando a toda velocidad, viéndose sorprendido de mi repentina aparición.

Yo, desesperada por haber querido llegar a él, me lancé a sus brazos con toda la fuerza y velocidad que había conseguido en esa pequeña carrera apenas estuve a su lado.

—Jeoni... —jadeé cansada, apoyando todo el peso de mi cuerpo en el suyo.

Uff, casi me muero.

—¿Kimi? —preguntó confundido, abrazándome para evitar que me cayera. Yo respiraba tan pesadamente que necesité unos momentos de total quietud para recomponerme— Hey, bonita, ¿estás bien? —lo oí ya más preocupado y yo asentí difícilmente con la cabeza.

—¿Qué pasó? ¿Está todo bien? ¿Por qué te fuiste así? —pregunté de la misma forma, aunque aún se notaba el cansancio en mi voz.

—Yo... Lo siento, linda, es que tengo algo que hacer. —me sonrió colocando una mano suya en mi cabeza, dando caricias en mi cabello con ella.

Pff, como si no hubiese escuchado ese cuento antes.

—¿Qué cosa? —fruncí el ceño porque sabía que esa mentira de JungKook escondía algo— Jeon JungKook...

—Tranquila, no voy a pelear con nadie. Será algo rápido. —no me fiaba de ello y mi cara lo decía perfectamente. Entonces JungKook me tomó de ambas mejillas y dejando un beso en mi frente me miró a los ojos y me susurró— Te lo prometo.

Sí, decía la verdad, o al menos eso sentía yo. No parecía estarme mintiendo, aunque luego de lo de esta mañana desconfiaba un poco.

Vamos, en el cumpleaños de SeoHyun apareció con golpes por todos lados.

—Que así sea, Jeon, porque mañana es nuestra cita y no quiero que aparezcas con la cara abollada. No lo olvidaste, ¿verdad? —hablé en un tono más desanimado, con miedo de que lo que sea que hiciera ahora afectara en algo mañana y por eso no quisiera decírmelo. Pero una cálida sonrisa suya me reconfortó.

—En ningún momento ha salido de mi cabeza, preciosa. —murmuró contra mi cabeza antes de dejar otro beso en ella— Tendrás tu cita de cumpleaños aunque... lluevan tiburones.

Reí ligeramente con esa exageración que me llegué a imaginar.

—¿Alguna vez viste Sharknado? —pregunté provocandole esta vez una risa a él.

—Nunca la vi, pero creo que me imagino el contexto.

—No quiero arruinarte la película, pero es un tornado de tiburones.

Me separé de él, aunque me sostuvo de mis antebrazos para no poder apartarme mucho, y ambos reíamos tratando de controlar el volumen de nuestra voz para no ser escuchados. Suspiraba a mis adentros con sólo ver esa sonrisa y ojos felices. Adoro verlo reír.

Levanté la quijada cuando él se inclinó a besarme, aceptando gustosa a sus labios y correspondí a cada dulce movimiento de estos. Sus manos fueron a mi cintura dándole un leve apretón apegándome más a su cuerpo, y en respuesta las mías, que se sostuvieron de su saco, se hicieron puños y jalaban de este hacia mí.

Estabamos tan inmersos en el beso que JungKook y yo olvidabamos un pequeño e importante detalle, y es que estamos en medio de la escuela. Era muy estúpido besarnos en un lugar donde alguien podría llegar en cualquier momento, pero esta sensación era tan disfrutable que fácilmente pasó por alto. Y por supuesto que eso iba a tener su consecuencia.

Ambos pegamos un pequeño brinco cuando nos dimos cuenta de la presencia de alguien al final de las escaleras. Juraría que mi corazón se detuvo durante los tortuoso segundos en los que ambos cruzamos miradas. Justo cuando creí que al menos todo iba a ser más soportable, que por lo menos se había calmado un poco, ahí estaba JiMin mirándome con una expresión incluso peor que cualquier otra que me haya dedicado en los últimos días. Dolió mi pecho debido a eso, porque sabía lo que significaba esa mirada. Si ya todo estaba mal, ahora estaba peor.

Fueron pocos segundos a los cuales yo sentí como horas. JiMin no iba a querer quedarse para mirar y retomó camino con la vista ahora hacia el frente, dando pasos fuertes y furiosos, pasó por nuestro lado ignorandonos completamente, a diferencia de mí que en todo momento lo seguí con la mirada.

Mierda... La cagué otra vez.

Cerré mis ojos y bajé la cabeza sintiéndome como una estúpida, viendo venir nada bueno de esto.

—Hey... —la dulce voz de JungKook me hizo abrir los ojos y su mano en mi muñeca voltear hacia él— Ya debo irme, pero... si quieres que me quede contigo lo haré.

—No... —negué sintiendo que no podía levantar la cabeza de la vergüenza que sentía hacia mí misma por todo lo que estaba pasando— No, descuida. Ve. Yo estoy bien. De todas formas él ya estaba enojado conmigo. —me encogí de hombros tratando de no sonar tan afectada.

—¿Segura? —asentí con un movimiento de cabeza— Llámame si me necesitas, dejaré lo que sea que esté haciendo para venir por ti.

—Gracias, Kookie.

Él mismo levantó mi cabeza con una de sus manos en mi mentón y dejó un rápido y último beso de despedida en mis labios.

—Te quiero, hermosa.

—Yo también. —traté de sonreírle.

Y rápidamente él tomó camino a la salida del instituto. Apenas JungKook salió de mi campo de visión suspiré mirando escaleras arriba, justo por donde JiMin se había ido.

Ay no...

Será estúpido, pero traté de subir los escalones lo más rápido posible y nuevamente corrí para poder alcanzarlo ahora a él. Ni siquiera sabía qué iba a decirle, pero, vamos, la décimo cuarta vez es la vencida.

Me detuve justo a sus espaldas tratando de retomar el aire, pero esta vez no sé si era por correr o por los nervios, porque no tenía esperanzas de nada bueno sinceramente. Mientras él siguió caminando como si no hubiera nadie.

—JiMin... —me hallaba jadeando otra vez.

Debería mejorar mi condición física.

—¿Ya se fue tu novio? —dijo sin siquiera voltear— Ah... Es verdad... No son nada.

Okey, sí lo sentí como un de golpe bajo.

Con una mirada triste y sin moverme de mi lugar veía caminar de espaldas, alejándose lentamente de mí. Y es que aún no puedo creer que JiMin pueda ser una persona tan hiriente, y tampoco entendía por qué. ¿Por qué no puede verlo como YoonGi?

—¿Por qué eres tan cruel? —dije en voz baja, pero que de todas formas fue lo suficientemente audible, y lo sé porque en medio de su andar se detuvo.

—¿Yo soy cruel? —cuestionó volteando. Quedé en silencio mientras lo veía avanzar hacia mí y tragué saliva, preparándome para el posible desastre que salga de esta discusión, hasta que lo tuve parado en frente y nuevamente volvió a hablar— ¿Yo? ¿Tienes idea de las cosas que ha hecho él? ¿Tienes idea de lo cruel que ha sido él?

Me frustraba que fuese nuevamente lo mismo, y JiMin no parecía entenderlo.

—Mierda, JiMin, nada de eso me importa. No me importa lo que hizo él como no me importa lo que has hecho tú. —coloqué la punta de mi dedo índice sobre su pecho— Nunca te juzgué por nada porque sólo he tenido en cuenta quien eres ahora. Y ahora eres eso... —alejé lentamente mi mano de él, mirándolo de arriba hacia abajo sin reconocer al chico que tenía en frente— eres cruel.

Molesto desvió sus ojos y corrió ligeramente su cabeza a un costado, aún negado a escuchar lo que trataba de decirle. Sólo quería que entendiera que no estaba tratando a uno de bueno y al otro de malo.

—Pero JungKook no cambió, ¿por qué no lo juzgaste?

—En su momento lo hice. En su momento lo juzgué y hasta lo odié. Pero también lo conocí, y me permití entender muchas cosas de él. Y te lo repito, no se trata de quién es peor o mejor.

—Él no terminará con HaNeul, Cleo June. —dijo devolviéndome la mirada, y de paso otro golpe con sus palabras— ¿Acaso no es cruel que tú sólo seas la chica que ve a escondidas?

Claro que todo eso me duele y claro que me lastima. Pero yo ya había decidido confiar en él, y aunque todo termine de la peor forma posible, quería tomar el riesgo.

—Yo voy a confiar en él. —dije firme y segura, mirándolo a los ojos.

—¿Y por qué no confías en mí? —susurró, pero a eso no supe responderle. Presioné mis labios nerviosa porque simplemente no me salía nada mientras tenía encima a sus ojos que, por primera vez en toda la conversación, no se veían molestos, sinó tristes. Y creo que mi silencio había sido suficiente para él— Bien. Sigue dejándote utilizar.

Y sin decir más dio media vuelta tomando camino a su clase. Me quedé sola en medio de ese pasillo maldiciendome porque estaba segura de que todo se fue a la mierda.

Creyendo que nada podía ir peor, llega un mensaje de JungKook que me angustió.

Jeoni💕

- Me olvidé de decírtelo, pero
ten cuidado con YuRi

- Luego te lo explicaré

¿Y ahora que estaba pasando? ¿Por qué la vida me odia tanto?

••••
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bts_tuspatrones07
El mes pasado dijiste que era tu pumple y me habías pedido que actualizara pero no pude, así que te dedico este capítulo como regalito. Espero que hayas tenido un limndo pumple <33333

Hasta la próxima, queridos camaradas. Fiumba

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