Holaa.
Bueno, este capítulo es especialmente por San Valentín, para tener un momento lindo después de tanto caos. (Todos los eventos que pasen aquí, sí suceden en la historia. No es algún tipo de mundo alternativo ni nada. La fecha es de antes que Lara y Neal viajaran a Londres). Aclarando esto, espero que lo disfruten.❤
13 de julio, 2020.
Lara Spencer.
Tomé uno de los cupcakes disimuladamente, fijándome si alguien me veía. Cuando noté que todos estaban enfocados en recibir a los invitados, entonces me escabullí para comerlo donde no me miraran.
Me merezco comer algo dulce antes de que sirvan la comida, lo cual será en un rato más.
Muero de hambre y necesito recuperar energía después de haber organizado esto y no detenerme hasta que estuviera perfecto.
Así nos equilibramos Sandy y yo: Ella toma una siesta de unos diez minutos mientras nadie la ve, y yo como algo rico de la mesa de postres mientras nadie me ve.
―¿Ahora se supone que tengo que arrestarte en medio de una fiesta? ―Escuché a mis espaldas.
El cupcake casi resbala de mis manos cuando me sobresalté.
Casi.
Por suerte aún está vivo.
Me giré, llevando mi mano libre a mi pecho para sentir los latidos alocados de mi corazón.
―¿Por qué siempre me asustan? ―Hice un puchero.
Neal me sonrió.
―A veces olvido que eres muy asustadiza, lo lamento ―Dijo, dando un paso hacia mí―. Ahora, ¿por qué te escondes para comer? Hasta parece que escapas para que nadie se de cuenta de tu delito.
―Después pensarán que la mesa de postres ya está abierta y todo se acabará antes de que sirvamos la cena.
Ladeó la cabeza.
―Y si no está abierta, ¿por qué hay un cupcake en tu mano?
Me balanceé sobre mis pies.
―Me lo robé.
―¿Y se lo confiesas a un agente especial? ―Hizo una mueca, aunque parece demasiado divertido con la situación.
Me acerqué, extendí mi cupcake hasta ponerlo cerca de su boca. Insistí en que lo probara, por lo que, inmediatamente lo hizo.
Lo vi masticar mientras una sonrisa se formaba en mis labios.
―Ya eres mi cómplice. Si yo caigo, tú caes conmigo.
Me observó incrédulo.
―De mi boca no sale nada.
Se recargó contra la barra y miró hacia afuera, a través de la puerta transparente que da directo al jardín. Ese lugar que está lleno de decoraciones, mesas, sillas, brincolines, gente y dulces. Sandy y yo invitamos a muchas personas, entre ellas gente que trabaja en la editorial. Después de todo Ellie se lleva muy bien con sus empleados y somos un gran equipo. Es bueno que estén aquí.
Aparte, Eloise es la adoración de todas las personas aquí.
Es que es tan linda, tan dulce, tierna y hermosa.
Que honor ser su madrina.
Incluso si es muy llorona.
―¿Te parece una linda fiesta? Necesito la opinión de un experto y todos sabemos que aquí, tú eres el rey de las fiestas ―Hablé, mirando en la misma dirección que él lo hacía.
―Me gusta, siendo sincero, es agradable y muy linda ―Asintió, enfocando sus ojos en mí―. Le prestaron atención a todos los detalles. Seguro fue cansado organizarlo para que quedara perfecto y encima, en poco tiempo.
Fruncí los labios.
―Lo fue. Pero vale la pena, Ellie no tuvo un baby shower y todo lo referente a Eloise y su embarazo, le hacen mucha ilusión, después de todo es su primer bebé y solo te embarazas por primera vez una vez en toda tu vida ―Carraspeé, antes de morder mi cupcake, masticar y tragar―. Sandy y yo queríamos que tuviera algo así, lo más parecido a uno. Ahora Elaine no para de sonreír mientras recibe a los invitados.
Me brindó una sonrisa pequeña.
―Hicieron un buen trabajo.
―Gracias ―Suspiré, tirando el papel que envolvía mi cupcake. Después me detuve delante de Hardy y dejé caer todo mi peso contra él, por lo que inmediatamente sus brazos me rodearon para que no me cayera―. Estoy cansada.
Realmente lo estoy. Elaine es muy perfeccionista con todo, siempre se preocupa por todo en lo referente a los demás, no descansa hasta asegurarse de que los demás estemos bien. Por eso, Sandy y yo quisimos hacer lo mismo, que todo quedara perfecto, hasta el más mínimo de los detalles. Es por eso que apenas si tuvimos tiempo de descansar.
No sabía que organizar una fiesta fuera tan agotador.
Coloqué mis palmas contra el pecho de Neal y miré hacia arriba. Después me incliné para oler ese perfume y ese aroma tan delicioso que tiene.
―Que bien hueles ―Gemí bajo contra su pecho―. ¿Cómo puedes oler tan rico?
―Este perfume se llama «Ven, te llevaré a la habitación de invitados para que descanses unos minutos» ―Mencionó.
―¿A la ha...?
Me tomó de los muslos y me alzó de un solo movimiento, lo rodeé en automático con mis piernas y me permití descansar contra él mientras nos llevaba directo a las escaleras.
―Que asco, consíganse una habitación ―Escuché la voz de mi hermano.
―Justo a eso vamos ―Le contestó Neal.
Reí cuando Thomas fingió tener una arcada.
―Gracias por arruinarme la noche, cuñadito.
―Siempre un honor, corderito.
Siguió subiendo las escaleras y después lo sentí abrir una puerta, cerrar con pesillo detrás de él y suspirar. Me acercó a la cama y me dejó en ella con cuidado.
Me incorporé un poco para quitarme los tacones que solo hacen que mis pies sufran.
Volví a recostarme en la cama.
―Solo serán unos minutos ―Susurré.
Neal se acomodó a mi lado, me quitó el cabello del rostro y me sonrió.
―Anda, duerme. Te despertaré si alguien te busca.
―No quiero dormir, solo recostarme y relajarme ―Negué―. Mejor hablemos, ¿podemos?
―Podemos.
Coloqué mi codo contra la cama, para después apoyar mi cabeza contra mi mano.
―¿Sally está emocionada por nuestra visita?
Hizo una mueca.
―Es una sorpresa, aún no sabe que iremos ―Admitió―. Ahora debes mantener el secreto tú también.
Alcé mi mano libre a modo de juramento.
―Lo haré.
Asintió, completamente complacido con mi respuesta.
―Recordé que tengo algo para ti ―Mencionó, rebuscando en los bolsillos de su chaqueta. Después sacó dos bolsitas de lo que parece ser cartón, tiene un diseño de color verde por fuera―. Toma.
Alcé una ceja.
―¿Qué es?
―Semillas.
Parpadeé, un poco confundida. Él insistió en que las tomara, por lo que eso hice. Leí lo que decía en la parte frontal, así que inmediatamente sonreí. Unas son semillas para plantar girasoles y las otras para sembrar fresas.
―¿Me compraste semillas? ―Pregunté en un susurro, aguantándome las ganas de llorar de la emoción y de la ternura que estoy experimentando.
―Pasé por el centro hoy y había un hombre vendiendo semillas diferentes. Pensé en ti cuando las vi, sé que te gustan mucho y que te gusta cuidarlas y verlas crecer. Así que bueno, por eso las tienes.
Otra sonrisa se dibujó en mis labios.
―¿Las compraste porque pensaste en mí?
Asintió.
―Sí. Amas tus macetas, probablemente quieras cultivar fresas y plantar algún girasol ―Apuntó, sentándose en la cama―. Y si tus ojos van a brillar de esa manera cada vez que te obsequie semillas, entonces creo que el hombre que las vende, ya tiene un cliente frecuente.
Me lancé a sus brazos, por lo que cayó de espaldas contra la cama. Sus manos se posaron en mis caderas cuando las mías tomaron sus mejillas para acercarlo y juntar nuestros labios.
Cuando él tiene este tipo de gestos, cada vez que es tan él, un simple gracias no vale nada para mí. Actúo por impulso, por emoción, solo quiero abrazarlo y besarlo hasta desgastarle los labios, hasta hacerle saber que cada vez, me enamora más
Jamás pensé que se podía amar tanto a alguien, hasta que conocí a Neal Hardy.
Me dediqué probarlo, a besarlo, sentirlo. Nuestros labios se movieron con una sincronía impresionante, los movimientos fueron hábiles, movimientos que demostraban un sinfín de sentimientos.
A mí abuela le gustaban muchos los rompecabezas. Todo tipo, desde los de sonidos, claves, números, hasta los que tenían miles de piezas que debías juntar.
Una vez, cuando era una niña aún, me sentó frente a ella, puso un rompecabezas de mil piezas y me pidió que lo armara. Por un rato, estuve entretenida haciéndolo, hasta que estaba por terminar y vi que faltaba una, la busqué por todos los lugares posibles, duré una eternidad buscando, más de lo que tardé armando. Al final, me senté frente a ella y comencé a llorar, completamente triste y decepcionada.
―Falta una ―Murmuré, secándome una de las tantas lágrimas que escapaban de mis ojos.
Ella miró del rompecabezas a mí.
―¿Y eso cómo te hace sentir, cielo?
Bajé la cabeza.
―Triste. Decepcionada ―Suspiré―. Pasé horas intentando armarlo, para que al final, faltara una pieza. Está incompleto.
Mi abuela me sonrió de manera dulce, de esa forma en la que suele hacerlo cuando intenta animarnos a Thomas y a mí.
―Eso, Lara, es justo lo que ocurre con las personas ―Sus palabras me hicieron mirarla, un tanto confundida―. No importa qué tan exitoso seas en la vida, cuántos amigos tengas, cuántos lujos o que tan bien te lleves con tus seres queridos. Al final, si te falta alguna pieza importante en tu vida, te sentirás vacía e incompleta. No importa con cuánta fuerza lo intentes, no importa cuánto tiempo intentes sobrellevarlo, siempre existirá ese vacío hasta que encuentres lo que realmente te falta para llenarlo.
―¿Y cómo sé cuál es la pieza que falta?
Alzó ligeramente los hombros.
―No hay manera de saberlo, por lo menos no hasta que la tengas frente a ti.
Ella se llevó una mano al bolsillo de su suéter y de él, sacó un objeto. Se inclinó y lo dejó en la mesita de centro, por lo que solo pude mirar de ella al objeto. Así varias veces más.
La pieza que faltaba.
Ella la tuvo todo este tiempo.
Se levantó y me sonrió.
―Ahora lo sabes, Lara. Ahora sabes que allá afuera, en algún lugar del mundo, se encuentra la pieza que en algún momento te hará falta ―Dijo―. Ya llegará a tu vida, solo debes esperar a ese momento. Te aseguro que cuando la encuentres, no volverás a sentir que algo te falta.
Él es mi pieza.
Neal es mi jodida y bendita pieza.
A su lado me siento completa, viva, absolutamente feliz.
Besé sus labios unos segundos más, antes de separarme para llenar mis pulmones de oxígeno. Respiré agitadamente cerca de él, incluso él hizo lo mismo. Aún me sostenía sobre su regazo, cerca de él.
―Bien, sé que mataré el momento dulce y tierno...―Murmuró cerca de mí―. Pero, ahora solo pienso en lo mucho que deseo follarte.
Abrí los ojos, riendo en el proceso.
―Estamos en casa de Elaine y Mason.
―Podemos estrenar la habitación de huéspedes.
―¿Eso no cuenta como invasión a la propiedad privada? ―Inquirí, pasando mis manos detrás de su nuca―. Tú eres agente, algo debes saber respecto a eso.
―No cuenta si fuimos invitados ―Ladeó la cabeza con inocencia―. Así que los demás pueden escuchar esa forma tan bella en la que gimes cuando tu coño me envuelve.
Pasó su nariz por mi cuello con suavidad. Suspiré, echando la cabeza a un lado para darle total libertad.
―Eres un descarado ―Susurré―. Un descarado insaciable.
―Un descarado insaciable que te pone caliente ―Corrigió, antes de besar mi piel con suavidad.
―Un descarado insaciable que me pone caliente y que sí deseo que me haga suya en este momento ―Me mordí el labio―. Pero que sea rápido, Hardy. Debemos regresar con los demás.
―Como ordenes, hechicera.
Así que treinta minutos después, en los que efectivamente, me la pasé gimiendo y suplicando mientras él me llenaba, terminamos con el estreno de la habitación. Mi cuerpo temblaba por la oleada de placer que me atacó cuando me corrí con fuerza.
No sé si grité mucho, de ser así, espero que no tan alto. No quiero que los demás sepan lo que hicimos en la habitación de invitados.
Cuando arreglé mi cabello, mi ropa y mi maquillaje hasta que no quedó rastro de que acaban de follarme, ambos volvimos al patio con los demás. Fuimos directo a la mesa de bebidas, ahí estaban mi hermano y Liv, platicando y riendo de quién sabe qué cosa. Él la mantenía abrazada y ella se dejaba envolver por él.
Se quieren mucho, se les nota en las miradas y en los gestos.
―¿La están pasando bien? ―Pregunté.
Neal tomó dos botellas de agua, una me la dio a mí y la otra se la quedó él.
―Mejor que ustedes, no creo ―Thomas reprimió una risa―. ¿Qué te pasó en el cuello, cuñadito? ¿Te atacó un vampiro?
Rápidamente enfoqué mi vista ahí.
Y...sí, lo dejé marcado.
Poco a poco se van haciendo más notorias.
―Un caballero no habla de las cosas que hace con su novia.
La sonrisa de Thomas se borró.
―Cuidadito que soy un hermano sobreprotector con mi hermanita.
―Soy tu hermana mayor, tarado celoso ―Le recordé.
―¿Y?
―Ignóralo, Lara. A esta chinche solo le gusta molestarlos ―Bufó Liv.
―Oh, lo sé muy bien. No quiere admitir que adora a Neal, por eso se comporta así.
―El sentimiento es mutuo, corderito ―Se integró Hardy, lanzándole un beso a mi hermano.
―Dos puntos menos por chistosito, Neal ―Resopló, recargando su barbilla contra la cabeza de Liv, por lo que la chica inmediatamente sonrió.
―Muy bien, antes de que Neal siga bajando puntos, mejor nos vamos ―Dije, tomándolo de la mano―. ¡Disfruten de la fiesta!
―La disfrutaría más si no hubieras invitado a la odiosa que me ha mirado mal desde que llegué.
―¡Oh, vamos, Tom! Bella es una chica muy agradable ―La defendió la castaña―. Conmigo fue muy linda.
―A ti no te culpa de haberla empujado a una piscina.
―Pero no la empujaste ―Rió.
―Díselo a Barbie nadadora.
―No seas grosero, no le digas así ―Lo reprendí.
―Ella me llamó simio mal parado.
Neal reprimió una risa por el apodo de Bella a mi hermano. Incluso yo tuve que hacerlo.
Bien, fue gracioso. Ese sobrenombre debió aprenderlo de Derek, es el único que conozco que usaría simio o energúmeno mal parado como insulto.
―Intenten llevarse bien ―Lo animó Liv―. Los minutos que platiqué con ella mientras estabas con su hermano, nos llevamos muy bien. Seguro que si lo intentan, podrían ser amigos.
―Te trató bien porque no sabía que eres mi novia. De saberlo en el primer instante, estoy seguro de que habría sido grosera.
―Tom, Bella es una chica agradable ―Insistí. Mi cuñada asintió, dándome la razón.
Pude verlas platicando antes de irme con Neal. Reían y parecían congeniar bien.
―Si fuera agradable, me pediría disculpas por la forma en la que me trató ―Bufó―. Quieren que nos llevemos bien, de acuerdo. Cuando ella venga a pedirme perdón por ser una maleducada, entonces nos llevaremos bien. Mientras tanto, yo no le debo nada.
Puse los ojos en blanco.
―Bueno, si eso es lo que quieres, entonces esperemos que algún día lo haga ―Suspiré―. Estaremos con Ellie y los demás. Diviértanse.
Ellos se despidieron de nosotros, por lo que Neal y yo fuimos directo a nuestro grupo.
―Es raro que no se lleven bien. Bella es una chiquilla muy dulce y noble, no suele ser grosera con los demás ―Habló Neal, después de darle un trago a su botella de agua.
―Lo sé. Realmente creí que el día que se conocieran, se llevarían muy bien ―Hice una mueca―. Después de todo, tienen casi la misma edad. Es como para que se la pasen juntos en las reuniones donde los adultos somos mayoría.
Asintió, completamente de acuerdo.
―A Bella ya se le pasará el coraje, es solo es cuestión de tiempo. No puede pasar tanto tiempo enojada por algo. Esperemos que esta no sea la excepción.
Fruncí los labios un poco.
Realmente espero que se lleven bien.
Finalmente llegamos con los chicos. Están sentados alrededor de la mesa, incluso ya están cenando. Sandy y Bella ríen de algo que Derek dice mientras que Elaine y Mason hablan de algo referente a la bebé que está en los brazos de mi mejor amiga.
Lleva un gorrito de lana blanco sobre su cabeza, uno que la abuela de Ellie le tejió. Sus ojos claros están muy abiertos y parece muy enfocada en ver cómo sus padres hablan de algo que aún no es capaz de entender.
Por suerte no está llorando como suele hacerlo.
Es muy llorona
Pero que sea tan dulce y preciosa, lo compensa.
Claro, para los que no dormimos con ella. Las ojeras debajo de los ojos de los padres primerizos, no dicen lo mismo.
―¿Vas a dejar que la tía Lara cargue a la alerta sísmica? ―Pregunté, una vez que me detuve al lado de Elaine.
―Ya no le digan así. Llorará más ―Hizo un puchero.
―¿Más? ―Repitió Mason, cayendo de espaldas contra su silla―. No más, por favor.
Neal rió, burlándose de la desgracia de su mejor amigo.
―Aún recuerdo cuando Cheer estaba embarazada y todos asegurábamos que la bebé sería igual de tranquila que Mason ―Mencionó―. Que mal, nos equivocamos.
―Eres el padrino, te la quedarás una semana para que nosotros podamos dormir ―Le dijo Elaine―. Hazlo por la familia.
Neal retrocedió, negando con la cabeza cuando ella la alzó en su dirección.
Sé que solo quiere asustarlo, ella no pasaría ni dos minutos sin supervisar a su bebé.
Es una mamá osa.
―Ya tengo suficiente con un gato.
―Pero se llevarán bien, Nela es muy tierna ―Insistió Ela―. No como mi Manolett, no le gustaban las personas, era muy ermitaño.
―A mí me amaba ―Se señaló su marido.
―Pero tú eres tú, cariño.
Él le sonrió.
―Sí, soy todo un encanto ―Respondió, antes de mirar a su hija. Le sonrió con dulzura y después, tocó la nariz de la bebé con suavidad―. ¿Verdad que papi es un encanto, mi amor?
Obviamente, ella no respondió.
―¿Cuándo comenzará a hablar? ―Se quejó.
―Tiene dos meses, Mase ―Le recordó su esposa―. Cierto que quieres cargarla, lo olvidé.
Esta vez, se dirigía a mí.
―Gracias por recordar que estoy aquí ―Mi tono fue irónico.
Me pasó a la niña con cuidado, por lo que la acomodé entre mis brazos. Aún es muy pequeña y aunque ya me acostumbré a cargarla, siempre soy muy paranoica con eso de que no se caiga y se lastime.
―Hola, bebé. Que linda eres ―Besé su mejilla―. Wow, cada vez eres más rubia, igual a tu mami.
Sí, estoy intentando que mi voz suene más aguda mientras le hablo a la bebé.
Noté a Bella aplaudir animadamente, demasiado feliz con mis palabras.
―¡Y eso es genial! ―Expresó―. Ya necesitábamos más integrantes en el team rubio. Solo éramos Elaine y yo.
―Papá también existe, Isabella ―Le recordó su hermano mayor.
Sí, el señor Castle también es rubio.
Ella abrió un poco la boca, como si acabara de tener una revelación.
―De la emoción que sentí, lo olvidé por completo ―Hizo un puchero―. Ya me sentí culpable.
―Tranquila, guardaremos tu secreto ―La animó Sandy.
Acompañamos a los demás a comer, mientras cenaba, Elaine tomó a su hija, ingresó a la casa y dijo que en unos minutos volvía. Supongo que fue a alimentarla o a cambiarle el pañal. Cuando estábamos por terminar, ella regresó, se sentó a mi lado, así que volví a pedirle a su hija para cargarla.
Pude ver a mi hermano y a su novia acercarse después de un rato. Liv se sentó cerca de Sandy, mientras mi hermano se sentó en el asiento libre junto al mío, ya que el otro era ocupado por Hardy.
―Lo logré convencer de venir a convivir y a cenar con ustedes ―Me informó Liv.
Gesticulé un gracias con la boca, por lo que ella me sonrió de esa manera tan dulce en la que suele hacerlo.
―Claro que vienes a ofrecerme una disculpa ―Afirmó Bella, dirigiéndose a mi hermano.
Thomas la enfocó.
―Claro ―Soltó, intentando imitar el timbre de voz de la rubia.
―Bueno, te escucho. ¿Ya comenzarás?
―Claro ―Siguió con el mismo tono.
Lo miró mal.
―Me estás jodiendo, ¿verdad? ―Gruñó.
Mi hermano dejó escapar una risa baja y burlona.
―Claro.
―Que insoportable eres ―Bufó Bella. Él simplemente se encogió de hombros, enfocando a la bebé en mis brazos.
―Es idéntica a Mason ―Le sonrió a Eloise, ignorando por completo a Bella.
Elaine dejó caer la cabeza contra el hombro de su marido. Se quejó, sacando su lado dramático.
―Ya no te daré hijos, Mason Vaughn.
―Oh, vamos. Ni siquiera soy tan feo. Eloise es hermosa y se parece a mí. Así que eso debe decir algo de mi belleza.
―Eres todo un galán, amorcito. Que no te afecte lo que diga tu esposa ―Lo animó Derek, lanzándole un beso.
―¿Por qué le dices amorcito a este? ―Preguntó Neal, entornando los ojos en dirección a Castle―. Yo soy amorcito.
―Este tiene nombre, tóxico ―Se defendió Vaughn―. Aparte, tú ya pasaste de moda, ahora yo soy la novedad.
―Novedad mis hu...
―¡Neal! ―Lo reprendí―. Hay una bebé presente.
―No me entiende.
Ellie lo señaló con su dedo acusatoriamente.
―No malas palabras frente a hija, Hardy ―Advirtió―. Si aprende a decirlas, te juro que te castro sin anestesia.
Él bufó, cruzándose de brazos.
―Como si supiera qué cosas digo ―Refunfuñó.
Negué con la cabeza.
―Bien, yo iré a pasear con Eloise por el jardín. ¿Quieres acompañarme? ―Le pregunté a Neal, por lo que asintió―. Prometo que no dejaré que diga malas palabras frente a Eloise.
Esta vez, me dirigí a Elaine.
Ella agradeció, por lo que nosotros tres comenzamos a alejarnos. En el camino a las bancas que hay lejos de todos, pude notar que Eloise está muy tranquila, solo mira a su alrededor, como si sintiera curiosidad.
―Hola, que preciosa eres ―Le di un beso en la frente―. No puedo dejar de mirarte, eres tan linda.
Me senté con cuidado, mirando a Neal sentarse a mi lado.
―Realmente la adoras ―Señaló a la bebé.
―Lo hago ―Sonreí―. ¿Tú no?
―Por supuesto que sí, es encantadora ―Picó la nariz de Eloise con suavidad, después pude ver una sonrisa dibujarse en sus labios mientras la miraba―. Llora mucho, pero la quiero.
―¿Quieres cargarla? ―Pregunté, acercando a la bebé.
Él la tomó con cuidado y sin rechistar. Cuando la tuvo en sus brazos, acercó sus labios a su frente.
―Te juro que, si tu primera palabra es tío Neal, te regalo mi apartamento de Londres ―Le prometió, hablando muy bajo―. Ese es mi trato.
―Oye, no es justo, no puedes comprarla ―Le reclamé―. Su primera palabra tiene que ser el nombre de su persona favorita. Obviamente, ese será el mío.
―Sueñas ―Se burló.
Lo miré mal.
―Grosero.
Ladeó la cabeza.
―Un poco ―Aceptó. Miró unos segundos a la bebé, antes de mirarme a mí―. ¿Ya pensaste dónde sembrarás tus semillas?
Hice una mueca pequeña.
―Probablemente en mi balcón o en donde tengo todas mis macetas. No hay mucho espacio en mi apartamento, si fuera así, tendría un vivero repleto de todo tipo de flores y plantas frutales.
―¿Un vivero? ―Repitió, un tanto asombrado―. Realmente te gustan las plantas.
Sonreí.
―Demasiado ―Admití―. Mi sueño, es tener una casa con un jardín inmenso y lleno de flora. Me gustaría que pasando el área de juegos de los hijos que tal vez algún día tenga, haya un vivero. Ahí me encargaría de mis flores y de mis plantas. Sería absolutamente feliz con algo así.
Sentí su mirada en mí, por lo que lo enfoqué de inmediato.
―¿Eso es lo que deseas tener?
Miré mis manos, un tanto avergonzada.
―Bueno...sí. Tal vez algún día me case, tenga niños y una casa. Existen todo tipo de posibilidades ―Suspiré―. Quiero tener algo así en algún momento, tener una familia. ¿Eso es muy tonto?
Él negó, mirando mis ojos.
―No, no lo es.
Fijó su vista unos segundos en la bebé rubia entre sus brazos, después volvió a mirarme a mí.
―Tal vez algún día ―Susurró.
Se inclinó para besar mi frente. Inmediatamente cerré los ojos, disfrutando de este momento tan agradable y lindo junto a él.
Tal vez algún día.
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N/A.
Holaaa, holaaa♡♡
¿Cómo los trata la vida?
A mí mal, acaban de iniciar mis clases híbridas y toda esta semana me toca ir a la Uni. Lo triste es que voy en el turno de la mañana, por lo tanto debo madrugar.😭
Ya no quiero.
No tenía planeado hacer este capítulo especial, pero las chicas del grupo de wsp lo mencionaron y lo pidieron, así que aquí tienen gracias a ellas.💖
Es bueno tener un momento lindo después de todo lo malo que pasó en los capítulos anteriores:(
Muchas gracias por leer.
Esta semana subo el 52.
Pronto les estaré dejando el adelanto de ese capítulo...👀
Besoos.💋