La cena transcurrió muy aburrida y lo único bueno fue ver como Miguel se ponía nervioso al al ver a Daniel con vino en su camisa.
Anthony no paraba de verme en la cena, eso fue lo incómodo. Nunca me a gustado sentirme observada.
— Niños, ¿por qué no van al cuarto de Anthony? Hablaremos de cosas aburridas. — habló Amanda.
Anthony y yo asentimos, nos levantamos de la mesa, y subimos a su habitación.
Entre fui directo a sentarme en su cama.
— ¿Por qué pusieron leche en su casillero? —pregunte directamente. El me daba la espalda, se giro al oirme mientras se rascaba la nuca nervioso.
— Tu... ¿Como te enteraste?
— Te sigo en tik tok, ¿recuerdas?
— Cierto... Oye yo...yo...
— ¿Tú...?
— Lo siento, por mentirte, por lo de Kenny, por... todo —bajo la mirada.
Me pare de la cama y me acerque a él.
— Thony, no es a mí al que le debes esa disculpa. Es a Kenny, aun que no lo creas es un buen chico, no como Zack, Marcus o el otro al que nunca me aprendí su nombre.
Levantó un poco su vista y me miró dudoso.
— ¿Y si se la das tú? —preguntó con tono divertido.
— Thony...
— Sabes que no me gustan las disculpas. —rodó los ojos mientras bajaba la mirada.
— Lo sé, y por eso agradezco que te disculparas conmigo. —puse mi mano en su hombro— Pero si quieres todo mi perdón, tienes que pedírselo a él también.
— Bien...pero si los chicos se enteran...
— Si los chicos se enteran y te hacen algo, les pateó el trasero como aquella noche. —Anthony sonrió.
— Te ves más lindo cuando sonríes. —revolvió su cabello, Anthony sonrió agradecido, pero al percatarse de lo que había dicho me miró burlonamente.
— ¿Me consideras lindo? —pregunto, a lo que me sonroje, y mire a otro lado.
<<¿Que carajos? Desde cuando
me sonrojo >>
— No tanto como Chandler, pero si. Un poco. —volte a verlo, cuando el sonrojo pasó un poco.
— Ajá...
— ¡Ya Thony! —lo golpe levemente en el hombro, causando su risa.
— Okay, okay —mencionó entre risas.
— Te odio.
— Me amas.
— Te odio.
— No te la crees ni tu.
— Ya cállate, ¿por qué no jugamos? —fui hacia su consola.
— No cambies de tema. —me reclamó, tomándome de la muñeca frenandome.
— No lo hago, tú si. —le saque la lengua.
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— ¡Anthony LaRusso! Deja de hacer trampa. —me queje.
— No lo hago, tu eres mala perdedora.
Agarre una almohada que tenía cerca y se la lancé a la cara.
— ¡Hey! Aparte de mala perdedora, agresiva.
Me pare de donde estaba y me quería acercar, si no fuera porque salió corriendo cual gallina.
— ¡MAMÁ, LA LOCA ME QUIERE GOLPEAR! —y salió corriendo, conmigo detrás de él.
— ¡Anthony LaRusso ven aquí! —grite persiguiéndolo por toda la casa hasta llegar en la cocina, donde estaban los adultos.
Él fue y se escondió tras el sofá.
— Sal de ahí miedoso.
— Niños, ¿qué hacen? —pregunto Daniel llegando con nosotros.
— ¡Tú hijo es una gallina! / ¡Es una mala perdedora! —gritamos ambos.
— ¿¡Disculpa!? / ¿¡Perdón!? —gritamos de vuelta, a la vez.
— Bueno, al menos le regreso el buen humor. —Amanda se paró al lado de su esposo, abrazando su brazo.
— ¿Eh? —pregunté confundida.
— Estoy días a estado medio deprimido. —explicó esta vez Daniel.
— Si, aún que fue lindo no escucharte hablar de ella todo el tiempo.
— ¡Sam! —gritó Anth, mientras sus mejillas se volvían rojas.
Me reí.
— Vámonos Cami. —tomó mi mano y jalo de ella hasta ir de vuelta a su cuarto.
— Así que... no dejas de hablar de mi. —mencioné divertida para hacerlo enojar— Que tiernoo. —hice un puchero falso mientras juntaba mis manos.
— Mienten.
— Claro que sí, mienten cómo yo cuando digo que no me gusta Carl.
— Ya cállate.
— No.
— Si.
— No. —Daniel interrumpió la mini pelea entrando a la habitación.
— Camila, ya es tarde para que te vayas a tu casa sola. ¿Qué te parece si te quedas? —pregunto Daniel, entrando a la habitación.
— Claro. —Daniel asintió y salió del cuarto.
— Supongo que vas a robarme otra de mis camisetas, ¿no es así?
— Me conoces bien. —sonreí, el meneo la cabeza dándome la razón.
Fue a su armario y saco una camiseta, era dos tallas mayor que la mía. En pocas palabras era perfecta. Me metí en el baño para cambiarme, al salír lo vi jugando con su celular sentado en su cama.
— ¿Jugamos Mobile legends? —pregunte metiéndome en la cama junto a él.
— Claro, antes de que mi mamá venga.
— Nos matara si nos ve despiertos. —comente y reímos.
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Desperté en la madrugada y fue cuando el insomnio ataco.
Daba vueltas en la cama sin poder pegar el ojo de vuelta, me di por vencida. Prendi la lampara de mi lado y me levante de la cama para ir a la cocina por un vaso de leche tibia, eso si o si me haría dormir.
Baje alumbrando con la linterna de mi celular, tratando de no hacer mucho ruido. De un gabinete agarre un vaso y serví la leche.
— ¿Insomnio también? —pregunto alguien detrás de mí encendiendo la luz y asustándome.
Oh, es Amanda.
— Sí. —suspire pesadamente.
— Lo mío es por el trabajo, ¿y lo tuyo? —pregunto sentándose en una silla.
— A mi también me gastaría saberlo. —reí sentándome frente a ella y tomando del vaso.
El silencio llego, asi que aproveche para sacarme la duda rondaba en mi cabeza desde hace rato.
— ¿Fue enserió Anthony enserió habla mucho de mi? —pregunte temerosa.
— Todo el tiempo querida, pero descuida solo cosas buenas, como que eres la más inteligente, que eres muy buena en deportes, que le ayudas en la tarea o que lo golpeas cuando te gana en algún juego. —dijo, y al final soltó una risa diminuta.
— Wow.
— Pues ahora sí, él es mucho más feliz contigo ¿sabes? Estos dos días que no viniste o que no lo oímos hablando contigo estuvo muy desanimado, apenas y tocaba su comida o salía de su habitación. Él te quiere mucho, de verdad lo hace. No preguntaré porque se distanciaron porque es problema suyo. Solo... me alegra que mi hijo y tu sean amigos. Tal vez algún día más que eso.
Hice una mueca, ¿por qué siempre dicen eso?
— ¿Por qué todos piensan eso? Que algún día seremos pareja —pregunte evitando sonar molesta, aunque si lo estaba, es estresante cuando te lo dicen seguido. Y no solo familia, varios en la escuela siempre dicen lo mismo.
¿Qué no conocen la amistad de un chico y una chica?
— Porque vemos como se miran,—<<pues nos miramos con los ojos, ¿como nos veran ellos? >>— como no se pueden separar porque se ponen mal, porque sabemos que se quieren demasiado. Aún que ustedes aún no lo vean.
— ¿Te puedo preguntar algo?
— Por supuesto.
— ¿Como se sabe cuando te enamoras de alguien? —murmure muy bajo.
Ella sonrió enternecida.
— Eso solo lo sabrás tú en su momento. Por ahora, te puedo decir que cuando esa persona te toca o te abraza sientes esa sensación de calidez en el pecho, sientes esa seguridad. Sientes las clásicas mariposas en el estómago. —tome de mi vaso de leche— El típico corazón acelerado, y sobre todo, sientes querer pasar todo el tiempo posible con esa persona. Pero, ¿por qué lo preguntas? ¿Acaso...?
— ¡No! Por supuesto que no, sólo... solo tenía esa duda.
— Bien, en ese caso, descansa.
Ella sonrió por última vez antes de irse.
— Mierda. —susurre. Tomé toda la leche y deje el vaso en la mesa para subir de nuevo al cuarto.
Al llegar al cuarto vi a Anthony dormido abrazando una almohada. No resistí y le tome una foto con mi celular.
Y ahí se que ocurrió una idea. Fui a su escritorio, con la luz de mi teléfono encendida y busque un marcador permanente.
Al encontrarlo me acerque con cuidado al chico. Apague la linterna, destape el marcador y dibuje un bigote encima de sus labios, y escribí "Cami Winner ;)" en su mejilla y otras cosas más.
Por suerte no se despertó, se movió un poco pero se durmió enseguida.
Al terminar tape el marcador y lo dejé en la mesita de mi lado, me metí a la cama, pero el sueño aun no aparecía.
Suspire y me recargue en la cabecera de la cama. Anthony se movió pegandose a mi lado, comencé a acariciarle el cabello y él suspiro complacido por los mimos. Sonreí inconscientemente, y fue entonces donde las palabras de Amanda hicieron eco en mi cabeza.
<< ¿Sera posible que me llegue a enamorar de él? >>
— Luisa <3