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Autorstwa Cigarrettes98

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饾悂饾惈饾悽饾惂饾悹 饾惁饾悶 饾惌饾惃 饾惀饾悽饾悷饾悶 | Tiempos oscuros se acercan y ellos tendr谩n que escoger su propio camino. Wi臋cej

饾悂饾惈饾悽饾惂饾悹 饾惁饾悶 饾惌饾惃 饾惀饾悽饾悷饾悶
Cap铆tulo 1
Cap铆tulo 3

cap铆tulo 2

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Autorstwa Cigarrettes98

15 años antes

Ese día en aquella habitación, los presentes andaban de un lado a otro. Las tazas de té sobre la mesa seguían intactas, nadie se sentía de humor como para sentarse a la mesa con toda la tranquilidad, no después de lo sucedido. Algunos de ellos aún seguían en shock, la noticia había sido tan dura que las ganas de romper en llanto seguían presentes, pero tenían un asunto urgente que tratar.

— ¿Qué haremos con ella? —Sirius Black suelta la pregunta al aire con notoria ansiedad, nadie se apresura a responder.

— Lo mejor será mandarla a un orfanato. —Peter Pettigrew toma la palabra, ganándose la mirada de todos— Es lo mejor para ella y para todos.

Lily Potter se muerde las uñas con nerviosismo, sus pies golpean el suelo una y otra vez hasta que siente la mano de su esposo en su espalda para calmarla.

— No tiene que ser así, debe haber algún familiar. —dice Remus, esforzándose por encontrar la mejor solución que sea buena para la pequeña involucrada.

— No hay nadie. —informa Lily, quien es la que tiene más información al respecto— Los padres de William murieron cuando tenía dieciséis años, y Susan se alejo de su familia poco antes de casarse. Ni siquiera saben que tuvieron una bebé.

— Oh, eso es perfecto. —dice Peter con frustración.

James Potter toma la palabra, empezando a sentirse molesto por los comentarios de su amigo que no ayudaban en nada.

— Ya basta. Sus padres eran miembros de la orden, eran nuestros amigos, no podemos simplemente abandonarla a su suerte.

Todos los presentes guardan silencio. Sirius sirve vino en su copa por segunda vez para ayudarse a mantener la calma, Peter se cruza de brazos y Remus se mantiene pensativo por un largo rato.

— Aunque no me agrade la idea, si nadie se puede hacer cargo de ella, sólo quedará esa opción.

Entre el silencio, unos quejidos resonaron entre las cuatro paredes acompañado de un llanto. Remus fue el primero en apresurarse a llegar hasta la cuna. La bebé de apenas seis meses se removía entre sus mantas con ansias de ser levantada. Sus ojos de posaron sobre el hombre que se asomaba sin saber muy bien que hacer, miro a sus amigos en busca de ayuda y la única en animarlo a sostenerla fue la pelirroja.

Con las manos temblorosas tomo el pequeño cuerpo como si tuviese miedo de lastimarla. La bebé sólo necesito unos minutos para calmarse, sus miradas de encontraron creando una conexión instantánea. En un pequeño y sutil movimiento, tomo el dedo índice de Remus entre su pequeña mano apretándolo con las pocas fuerzas que tenía. Sólo así pudo quedarse dormida nuevamente.

— Yo lo haré. —Remus habló con  determinación, sin poder despegar su mirada de la niña, una sonrisa se dibujo cuando la vio removerse en sus brazos. Estaba totalmente perdido por ella.

— Por favor, ¿tú haciéndote cargo de un bebé? —se pronunció Pettigrew con escepticismo.

— Yo creo que puede hacerlo. —Lily Potter fue la primera en darle un voto de confianza.— Además, parece que a ella le agrada.

Sirius y James se acercaron a él, tomándole de los hombros en señal de apoyo incondicional.

— Buena suerte, amigo.

La pequeña soltó un pequeño llanto cuando intento recostarla de nuevo en su cuna. Remus asustado volvió a cargarla e inmediatamente se acurruco en su pecho, como pidiendo protección.

— No te preocupes, ahora yo cuidaré de ti.

Ya habían pasado dieciséis años desde aquel día. Juliet siempre supo su origen, sabía quiénes eran sus verdaderos padres porque Remus se aseguro de hablarle de ellos cuando tuvo la edad suficiente para comprenderlo.

Debia admitir que no había sido nada sencillo hacerse cargo de un bebé él solo, mucho menos después de la muerte de los Potter y con Sirius estando prisionero en Azkaban. Pero se sentía orgulloso de haber educado a una buena niña.

— Ya estás en casa. —exclamo Lupin con notoria emoción aprisionando a la chica entre sus brazos haciendo que su equipaje cayera al suelo.

— ¿Me extrañaste? —habló con dificultad debido al apretado abrazo.

Remus asintió fervientemente sin soltarla.

— La casa se siente sola sin ti, niña ruidosa. — la soltó sólo para ver su expresión para después revolver su cabello.

— Yo no soy ruidosa. —se defendió haciéndome la ofendida— A menos que los gemelos me pidan ayuda para sus nuevas creaciones.

Remus soltó una risa, pero en su interior pedía que los gemelos Weasley no la visitaran pronto. La última vez que estuvieron ahí Juliet había gritado con todas sus fuerzas al verse con el cabello de color verde. Tuvo que desvelarse esa noche para ayudarla a que su color natural regresara.

Al entrar a la casa Juliet miro por todas partes como si buscará algo con insistencia.

— ¿En dónde está Tonks? —preguntó cuando Remus se adentro a la cocina para servir algo de chocolate caliente.

— Oh, ella está... —cuando se dió cuenta de que había respondido sin pensar detuvo sus palabras y volteó a verla sorprendido. Juliet estaba sentada apoyando su barbilla sobre las palmas de su mano esperando ansiosa una respuesta — ¿Cómo sabes...?

— De las cosas que uno se entera, ¿No?. —le sonrío antes de darle un sorbo a su bebida.— ¿Por qué no me lo dijiste?

— No sabía cómo ibas a tomarlo. Es algo muy reciente, pensaba decírtelo hoy.

Juliet negó con la cabeza. Para nadie era un secreto que Nymphadora Tonks estaba más que enamorada de él. Solamente Remus se negaba a aceptarlo. Ella siempre aprovechaba  cada oportunidad que tenía para juntarlos, algunas de esas veces porque ambas lo planeaban. Pero Remus era bastante inseguro debido a su condición y nunca se había atrevido a más hasta ahora.

Tonks era increíble, y a pesar de que era muy menor que Remus, lo amaba. Lo sabía porque ella se lo decía todo el tiempo. La repuesta de Remus siempre fue Soy demasiado mayor, pobre y peligroso para ella.

Al final Tonks había logrado romper todas esas barreras, y eso la hacía feliz.

— Remus, querido... —se escucho la voz de la mencionada atravesando la puerta. Sus palabras se atoraron en su garganta en cuanto vio a la chica sentada a la mesa— ¡Juliet! ¿Cuándo llegaste?

— Hace cinco minutos, literalmente. - sonrió al verla tan nerviosa— ¿Debo empezar a llamarte "Madrina"?

Las mejillas de Tonks se pintaron de un tenue rosa.

— Como tu gustes.

—  De acuerdo, Nymphadora.

Su expresión cambio en un segundo, pero la paciencia y el cariño que le tenía a la adolescente era más grande que su desprecio a ese nombre.

— Como tu quieras, menos así.

Juliet soltó una carcajada.

— ¿Y la boda cuando es? —ambos la miraron sorprendidos y sin saber que decir. Remus casi se ahoga con su bebida—  Les digo que de las cosas que uno se entera.

Pero ellos ya no respondieron, sólo se miraron entre si, con cierta complicidad.

— Iré a desempacar, los dejo solos. — dejó la taza sobre la mesa, y fue directo a mi habitación.

Sólo que antes de desaparecer por completo, se asomó un poco y vió a Remus abrazar a Tonks cariñosamente.

Sonrió al verlos. Se llenaba de felicidad ver al hombre que me la había cuidado todos estos años, finalmente feliz. Un hombre que, sin tener ninguna responsabilidad, ni siquiera por lazos de sangre, la acepto cuando sus padres murieron.

Y por otro lado, no pudo evitar desear tener en algún momento de su vida un amor así.

(●●●)

DRACO

— ¿De qué están hablando? — preguntó.

En la sala de estar en la Mansión Malfoy se encontraban las dos hermanas "discutiendo" en lo que ellas creían que era una forma discreta. La atención de Bellatrix paso de su hermana a su sobrino.

— Draco, debes hacerlo. —dijo la bruja, poniendo las manos sobre sus hombros.

—  No. —apartó sus manos, como si el toque le quemara la piel— No quiero hacerlo.

— Draco, estás en peligro —habló esta vez su madre, tratando de ocultar su temblorosa voz—  ¿Crees que estoy de acuerdo con eso? Claro que no. Pero no quiero que te haga daño —acarició sus mejillas y Draco sólo se limitó a mirarla.

Era el inicio de las vacaciones, lo único que quería era estar justo a su familia, al menos la que tenía por ahora con su padre en Azkaban. Pero al regresar lo único que encontró fue una mansión oscura y lúgubre, mortifagos y la muerte aguardando en un rincón.

(●●●)

Draco se recostó sobre su cama con la mirada fija en el techo. ¿En qué me había metido? Ni siquiera él podía dimensionar la gravedad en ese momento.

Pero el hecho de que justo él haya sido elegido, le hacía sentir de alguna forma, importante. Y de alguna manera eso elevaba más su ego.

Pero ahora esa marca que llevaba en el brazo representaba a otra persona completamente diferente; un cobarde que no había tenido otra opción.

Y justo en ese momento, la recordó..
Como un acto involuntarió su aroma tan característico llegó a él, por alguna razón, sus ojos azules siempre lograban calmarlo.

Ella... Juliet

"¡No! ¡No puedo! No debo pensar en ella, no de esa forma, no ahora"

Pero no podía quitarse su imagen de la cabeza.

(●●●)

— Arriba, dormilona. — se escucho después de que la puerta de la habitación se abriera.

Remus reprimio una risa al ver a la chica dentro de las sábanas, cubierta de pies a cabeza.

— No quiero. —masculló, aferrándose más a sus cobijas cuando Remus abrió las cortinas de par en par.

— Anda ya. ¿No ibas a ver a tus amigos hoy?

Juliet no respondió. Sólo descubrió sus ojos para ver a Remus, recargado en el marco de la puerta.

—  ¡Es cierto! —se levantó de un salto.

Remus salió riendo de la habitación, y justo cuando Juliet buscaba ropa en su armario, una lechuza de color negro se paró en su ventana entregandole un sobre.

Juliet.

Ya se que te dije que no tenía tiempo para estas cosas, pero no tengo otra cosa que hacer. También es para que no me extrañes tanto.

Supongo que estás con tus ineptos amigos, así que trata de no meterte en problemas.

–– Draco

(●●●)

— ¿Pociones de amor, chicas? ––dijo uno de los gemelos, captando la atención de Hermione, Ginny y Juliet, quienes al verse descubiertas dejaron los frascos justo en su lugar.

–– Les aseguramos que funcionan. Son cien por ciento efectivas

–– Aunque por lo que sabemos, lo estás haciendo bien sin ayuda, Ginny.

— ¿De que hablan? ––preguntó la menor de los Weasley.

–– Estás saliendo con Dean Thomas, ¿No es así? ––Juliet pudo notar la expresión decepcionada de Harry al escucharlos.

Pero vamos, a Ginny siempre le ha gustado Harry y él siempre parecía no notarla. En algún momento esto iba a pasar.

–– No les incumbe. ––dijo la peliroja antes de irse en busca de algo más que captara su interés y la alejara de sus molestos hermanos.

Hermione pronto imitó su acción para huir de la insistente mirada de un chico. Juliet se mantuvo en el mismo lugar.

–– ¿Y tú, pequeña Julie? –– Fred, apareció a su lado tan inesperadamente que la chica pegó un brinco.

–– ¿Yo qué?

–– ¿Estás interesada en eso? ––pregunto Fred, señalando los pequeños frascos.

–– ¿Malfoy, tal vez?. —añadió George.

Juliet sintió sus mejillas arder, miró a cada uno de los gemelos, tratando de no lucir tan nerviosa.

–– ¿Malfoy?

–– Vamos, como si no te gustará. ––dijo George.–– Te ves a escondidas con él, ¿no?.

–– Shh. ––cubrió las bocas de ambos usando sus manos.–– No pueden decirle a nadie de eso.

–– Entonces si te gusta. ––hablaron al mismo tiempo, apartando las manos de su amiga. No preguntaron, lo afirmaron.

Cualquiera que conociera a los gemelos Weasley sabia de sobra que nl había nada como estar acorralada por esos dos, sobre todo con tantos cuestionamientos.
Así que Juliet optó por aprovechar la llegada de un tercer Weasley para dar la media vuelta y evitar que la siguieran interrogando.

–– ¿Cuánto por esto? ––preguntó Ron a los gemelos, al parecer algo le había llamado la atención.

–– Cinco galeones. ––volvieron a hablar al mismo tiempo, como solían hacerlo.

–– ¿Cuánto para mi?

–– Cinco galeones.

–– Pero soy su hermano. ––reclamó.

Se miraron entre si por un momento.

–– Diez galeones.

(●●●)


–– ¿Estás pensando en ella otra vez, Draco?

Por primera vez en lo que pareció largo rato, Draco escuchó la voz de su amigo. O tal vez estaba tan perdido mirando hacía los jardines de la Mansión que si su amigo había dicho algo antes, lo había ignorado por completo.

–– Cállate, Zabini. ––murmuró.

–– No me digas que te gusta.

Draco bufó con cierto fastidio, cuando Blaise se lo proponía podía ser algo irritante.

–– Y si así fuera, ¿qué? ––dijo con un tono de molestia.

–– A tu padre no le va a gustar esa idea...

–– Mi padre no está aquí. ––interrumpió con brusquedad.

Ya habían tomado una decisión sin haberle consultado antes, ya no quería que se siguieran metiendo en su vida. Había cosas que sólo podía decidir él, y nadie más.

Pero por otro lado, comprendía a quw se referia Blaise, la idea de un Slytherin con una Gryffindor era simplemente imposible. Era algo que ni siquiera se podía imaginar.
Además, Juliet nunca querría estar con una persona como él, mucho menos ahora. Y si ella se enterara...lo más probable es que terminara odiandolo de por vida.

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