Sheila:
Hace un año tuve mi primera exhibición en una galería, parece que fue hace mucho mucho tiempo, pero solo ha sido un año y es genial que eso me abriera las puertas en el mundo del arte.
Aveces me sigo sintiendo insegura, pero cuando me siento en mi estudio y tomo el pincel, es como si todo se llenara de colores a mi alrededor, los bonitos ojos de Ana vienen a mi cabeza.
Esta molesta conmigo.
Anoche tuvimos una pelea, salio de nuestra habitacion hecha una furia, ahora estoy en la que antes era de ella en el apartamento, la pintura frente a mi me devuelve la mirada.
Es su rostro, sus ojos, su perfil, como una explosion de colores, su cabello igual de largo, no lo ha cortado mas estos ultimos meses y se ve mucho mas hermosa. Creo que desarrolle un fetiche por meter mis dedos entre su pelo cuando nos acostamos, o hacemos otras cosas verdaderamente geniales.
Estos años he crecido como persona, ya no le temo al mundo, incluso me encontre con mis padres hace unos meses, mi padre esta enfermo, eso hizo que desidiera hacer las pases con su unica hija, ya no les guardo rencor, pero eso no significa que los resiva con los brazos abiertos, al menos ahora me escriben de vez en cuando, es super tenso e incomodo, pero igual es mejor que nada.
Suelto el pincel cuando un rayo de sol llega a mi rostro, no se como se hizo de dia y como pude pintar un lienzo tan grande en tan poco tiempo.
Pintar para mi es expresar mis emociones, y estaba bastante frustrada anoche.
Reviso mi celular nuevamente, solo tengo el mensaje que me paso ayer cuando se fue corriendo, esta en casa de Carol, me aviso que estaba alli, eso hizo que mi estres bajara considerablemente, la preocupacion estaba matandome.
Discutimos porque bueno, le he mentido un poco ultimamente. Y ella ha mal pensado todo.
Voy al cajon mas alto del estante donde guardo mis utensilios de dibujo, murmuro una maldicion cuando casi no alcanzo, pero saco la carpeta con ¨mi secreto¨.
Compre una casa, esta a las afueras, y quería darle la sorpresa de irnos a vivir juntas a nuestra propia casa, por lo que he salido modo secreto para arreglar las ultimas cosas de la nueva propiedad, me ilusionaba incluso ir a buscar muebles con ella.
Siempre se me adelanta en todo, es como una roba momentos especiales, pero eso me encanta de ella, cuando me pidio ser su novia, cuando me pidio casarme con ella, miro el bonito anillo en mi dedo, llevo el de compromiso, es fino y de oro rosa, con pequeñas piedritas en forma de corazon.
En una cadena en el cuello llevo aquel que me regalo en el baile de navidad, el del gatito, ella insistio en que no tenia que llevarlo a todos lados, pero me gusta tanto que siempre quiero tenerlo conmigo.
Suspiro agarrando todos los papeles, incluso cojo las llaves, dos juegos de llaves, uno para mi y uno para ella.
Con bonitos llaveros a juego.
Agarro la pintura con cuidado, aun esta mojada, la pongo en el asiento trasero de mi camioneta, otra cosa que compre, en realidad con todo lo que he ganado solo he comprado esta camioneta, la casa, y puse una cantidad bastante grande en una cuenta bancaria para la universidad de Theo, luego me ocupare de la de Cheryl, por más que Rosa insista en que no debo hacerlo, lo haré de todas formas, Ana me pego su terquedad.
Adoro esos niños, Ana y yo hablamos de adoptar una vez, pero al final desidimos ser las tías con dinero que complacen a sus sobrinos, lo que se traduce a Theo, Cheryl y Jason, el hermoso niño de Carol que hace poco cumplio su primer añito.
Conduzco por una media hora minetras reproduzco musica en el auto, termino de tararear los ultimos acordes de una nueva cancion que esta de moda y bajo del auto con cuidado de no estropear la pintura.
Abro la puerta de la casa, me abruma un poco lo grande que es y lo vacia que se ve sin muebles.
Paso por el salon, la cocina, el baño de abajo, una habitacion que usare como estudio, me asomo a la ventana y veo el patio trasero. Sonrio viendo la puerta del sotano, algo me dice que Theo se apoderara de el en un futuro, va a ser un adolescente rebelde, solo tiene 11 años y practicamente quiere controlar su vida, se ha ganado un monton de regaños por sus travesuras.
Subo las escaleras, una habitacion donde ya instale unos libreros gigantes y un escritorio, es para Ana, ella ama escribir, pero le da miedo mostrarse al mundo, su novela es realmente famosa, y aunque no le da miedo salir en la tele conmigo, le asusta que le asosien a su libro, yo la apoyare en todo, y su seudonimo es bastante lindo.
Sacudo la cabeza y voy a la habitacion principal, entiendo porque sospechaba que tenia una aventura, dibujar eso me tomo mas de 12 horas y no podia hacerlo todo de una.
Miro el techo, una galaxia en tonos pasteles me observa de cierta forma, un dragon en la esquina de la habitacion como una sombra, es una referencia a su libro. Reviso que todo este en orden, incluso me tomo el trabajo de dejar rosas rojas desde la entrada hasta nuestra habitacion, espero que Carol no se haya ido de boca, porque juro que la mato.
Pongo la pintura de su rostro al pie de la escalera y sonrio saliendo de la casa, voy a buscar a mi prometida.
Estaciono frente al edificio donde viven Carol y Kenny, ella trabaja en una agencia de viajes, y Kenny en la misma editorial que Ana.
Suspiro tocando el timbre desde abajo, traigo la venda rosa que usamos para otras cosas interesantes, solo que esta vez sera para cosas menos pervertidas, oh dios Sheila purifica tu mente.
— ¿Si?
— Soy yo, Ana.
No puedo verle pero apuesto a que frunce el seño.
— Ya voy a bajar.
Y cuelga el intercomunicador, mi telefono comienza a vibrar intensamente y apuesto que nuestra amiga chismosa vio mi camioneta desde el balcón, me asomo a la acera y me saca la lengua, rio.
Miro a ambos lados de la calle para ver si no hay paparazzis o algo asi, y le saco el dedo medio, me lanza un beso justo cuando Ana abre la puerta, le hago señas de que entre y troto hacia la pelinegra.
Sus ojos estan un poco hinchados, y unas leves ojeras estan debajo de sus ojos, no se si abrazarla pero ella si que lo hace.
Entierra su rostro en mi cuello y comienza a llorar, meto mis dedos en su cabello.
— No queria mentirte cariño, no te oculto nada malo.
— Lo siento, no debi salir asi corriendo sin dejarte explicar nada, Carol me dijo que me tenías una sorpresa y eso me hizo sentir terrible.
Agarro sus mejillas, a pesar de siempre parecer mas fuerte que yo, ella sigue siendo una chica sencible, una chica sencible a la cual amo con todo mi corazon, roso mis labios con los suyos unos segundos antes de hablar.
— Eres mi vida Ana, lo eres, perdón por ocultarte esto y andar rara a tu alrededor, pero es que te tengo una sorpresa como dijo Carol, me ofende un poco que confies tan poco en mi como para acusarme de ser infiel, pero dado que todo ocurrio porque colgue la llamada cuando entraste a la habitacion, bueno, lo justifica un poquito, solo un poquito. No dudes mas de mi, nunca lo hagas, solo tengo ojos para ti.
Sorbe su nariz y limpia sus ojos con su mano, me da una sonrisa pequeña y me jala del cuello para besarme, somos casi de la misma altura, pero ella un poquito mas alta, por lo que me pongo de puntitas a proposito lo que le obliga a subir su rostro y apretar mi cintura. Las reconciliaciones son tan geniales que no me importa besarle en medio de la calle.
— Vamos a por tu sorpresa.
Le vendo los ojos con nuestra cinta rosa, sube y baja las cejas, le doy un golpe en el estomago con mi dedo, tonta.
— Dame una pista.
— No. Vas a adivinarlo pronto y me niego a que arruines la sorpresa.
Se cruza de brazos en el aciento del copiloto, el viaje es un poco largo por lo que enciendo la radio y ella tambien comienza a tararear.
— Ten cuidado con las uñas. —Sus dedos se aferran a mi brazo, aveces jugamos de mano, o guerras de almohadas y alguna termina arañada por las uñas de la otra.
La guio hasta la entrada y abro la puerta, cuando esta a salvo en el recibidor apago las luces y corro a encender las velas falsas que compre porque no me arriesgaria a quemar mi nueva casa.
— Estira la mano.
— Esto se esta volviendo sucio de formas raras.
Suelto una risa nasal y dejo caer la llave en su mano, frunce el seño y se quita la venda con su mano libre, su vista cae directo en su mano, luego en mi, luego en las paredes a su alrededor, las rosas, y su pintura.
Sus ojos se ponen llorosos, va a decir algo pero se detiene, me observa y extiende sus brazos mientras contiene las lagrimas, doy los pasos hasta ella y le abrazo desde abajo.
— No se que decir.
Sus dedos se enredan en mi pelo y jadea nuevamente cuando me separo y observa la casa.
— Supongo que debo seguir las rosas.
Aciento efusivamente, se detiene a observar la pintura, me mira por sobre su hombro y sonrie agradeciendo por lo bajo, su carita esta sonrosada.
— No, no es posible, osea no.
Comienza a delirar mientras grita y da saltos en la puerta de nuestra habitacion, se gira y me abraza pero nuevamente mira el techo y vuelve a gritar, sabia que iba a amarlo.
— Gracias gracias gracias, perdon por dudar de ti. —Y ahora vuelve a ser todo lagrimas, pero se rie en medio de sus lagrimas.
— Ya no llores, perdon yo tambien por actuar raro.
Beso la punta de su nariz antes de sacar mi blusa por encima de mi cabeza, sus ojos van directo a mi pecho y su boca hace una perfecta O.
— No te creo, oh dios que has hecho con mi dulce he inocente Sheila. ¿Esto es parte de mi sorpresa? Porque realmente me encanta.
Muevo mis dedos y junto la punta de lo indices, me sonrojo un poco por su mirada, pero pronto se le olvida el llanto y sus manos estan tocando todo lo que puede, me rio por su desespero al tirar de mi pantalon.
Las reconciliaciones siempre seran lo mejor.
Su dedo tira del pircing en forma de corazón que adorna mi pecho y muerdo su labio inferior. Si, las reconciliaciones son geniales.