Narra Tn:
— Tn, con cuidado — dice Osamu kun agarrándome del brazo para después sentarme en frente a la televisión en el sofá.
— Gracias Samu kun — le sonrío levemente. — Puedes irte si quieres, seguro que tienes trabajo.
— Le prometí a Suna que te cuidaría y eso haré.
Rio un poco observando la televisión en donde estaba el equipo de Suna jugando.
9 meses atrás me había quedado embarazada de nuestro primer hijo, y Suna había estado cuidándome desde entonces, ahora, y si no podía él siempre hablaba con Osamu o Kita, no me gusta depender de los demás pero por desgracia en este estado tengo que hacerlo.
Suna y yo nos conocimos en la primaria por mi madre y su padre que eran muy amigos en la secundaria, en un tiempo fueron pareja, pero lo dejaron porque mi madre iba a estudiar a Europa, cuando se volvieron a ver, ambos estaban casados, y bueno, desde aquella somos amigos, él me hizo una promesa que nunca olvidaré.
"Tn, prometo protegerte, no permitiré que nadie te haga daño y cuando seamos mayores nos casaremos y seremos felices"
Y la cumplió, bueno, no del todo, no estamos casados, pero estamos comprometidos, nos casaremos en 10 meses, ya lo tenemos todo preparado, solo nos falta arreglar unas cuantas cosas, los trajes ya los tenemos, las mesas de los invitados, las invitaciones, absolutamente todo, solo falta mirar donde se hará ceremonia y quién nos casará, y algunos detalles más.
Estoy muy emocionada, en cualquier momento podría tener a mi primera hija, con Suna, pero de algún modo siento que todo esto le está molestando en su carrera deportiva, hay que pensar que él es jugador profesional de voleibol, ¿y si no podemos irnos de luna de miel? En verdad la necesito, necesito estar a solas con mi niño, mi futuro marido, mi todo…
Más o menos por la mitad del partido comienzo a sentir unos dolores en la barriga.
— Samu kun — murmuro. — Cre-creo que ya viene.
— Déjame ayudarte y te llevo al hospital.
Después de 12 horas de parto me encuentro acostada agarrando a la pequeña con una leve sonrisa en mis labios acariciando su pequeña mejilla mientras bebía de mi pecho.
— Suna Akina, suena bien, mi pequeña y linda flor — susurro cuando siento una presencia a mi lado, al voltearme veo a Suna con una sonrisa quién besa mi frente acariciando mi mejilla para luego detener su vista en la pequeña al igual que yo. — Akina, ese es su nombre.
— Es precioso — contesta en el mismo tono acariciando su cabeza con dulzura.
— Por fin la tenemos — digo susurrando mientras la veía beber del pecho.
— A nuestra pequeña princesa — continúa besando mi sien.
Han pasado 8 meses desde el nacimiento de Akina, ahora mismo nos encontramos en el coche, yo en la parte de atrás con la niña y Suna delante conduciendo.
— Amor, tengo que darle la comida a la niña, ¿cuánto queda para casa de Osamu?
— Queda poco nena, enseguida llegamos.
En estos meses Rintaro y yo hemos estado algo estresados, no solo por el tema de la niña, si no tambien por el de la boda, resulta que el restaurante dice que no nos puede atender ese dia porque cierran, así que tuvimos que buscar otro y volver a hacer todas las invitaciones, enviarlas otra vez y hacer las mesas de los invitados, eso claramente me cabreó muchísimo, tenían que habernos avisado antes, si no fuera por Rintaro habría ido allí para pegarles cuatro ostias.
Llegamos al edificio de Osamu y tras aparcar, me bajo por la otra puerta con mi bolso mientras Suna quita la silla del maletero, agarro a Akina acómodándola despacio en mis brazos a la vez que Rintarō cierra el coche.
— Hey nena, ¿quieres meterla en la silla y así vas más cómoda? — dice caminando a mi lado llevando la silla.
— No, no hace falta, ella está cómoda aquí, ¿verdad? — sonrío mirando a la pequeña quien estaba acurrucada en mis brazos. — ¿Ves?
Reímos un poco mientras observo sus ojos color aceituna con una sonrisa, al llegar a la puerta, llamo al segundo B, que es donde vive Osamu.
— ¿Si? — preguntan.
— Samu kun, somos nosotros — respondo.
— Ahora os abro — tras esto lo cumple.
Entramos y nos metemos en el ascensor dándole al segundo piso, mientras Rin acaricia el cabello de Akina con delicadeza besando su pequeña cabeza.
Al llegar al piso, salimos del ascensor y toco con suavidad, para luego ponerme al lado de Rin quien me deja un beso en la mejilla, solo sonrío un poco sonrojada, al momento abre Osamu con una ligera sonrisa.
— Bienvenidos, pasad, los demás están en el comedor — dice apartándose para que pasemos, cosa que hacemos.
Al llegar al pasillo miro a Suna deteniéndome.
— Amor, ¿me das la tetina para el pecho para darle a la niña? — pregunto acomodándola.
— Si espera — abre la bolsa buscándola, al encontrarla me la entrega. — Aquí tienes, nena.
— Gracias enseguida voy — la agarro y voy a la sala de estar.
Dejo a la pequeña en el sofá con cojines para ponerme la tetina en el pezón, luego cojo a la niña quien comienza a buscar para comer, al encontrarlo empieza a succionar rápidamente.
— Despacio mi pequeña flor — sonrío observándola mientras acaricio su cabello.
Cuando termina, me saco la tetina bajandome el sujetador y la camiseta, la coloco en mi hombro dándole suaves golpecitos en la espalda hasta que eructa, tras esto vuelvo con los demás dándole el objeto a Rintaro
— Lávalo porfa.
Él asiente agarrandola y yendo a lavarla mientras meto a la niña en la silla, agarro el manillar y miro a Osamu y Atsumu.
— Feliz cumpleaños chicos — sonrío levemente.
— Gracias Tn — rie Atsumu acercándose. — ¿Y qué tal está la renacuaja? — la coge en brazos.
— Atsumu kun, ella… — empiezo.
— Sh sh, tranquila que ella está con el mejor de sus tíos
En ese momento la niña empezaba a llorar fuerte, separo a Atsumu y la cojo en brazos calmándola, a un lado veo a Rin con cuatro venas marcadas en la sien y con fuego a su alrededor, no literalmente, asesinando a Atsumu con la mirada.
— Atsumu Miya… ¿Acabas de hacer llorar a MI hija por tus tonterías? — pregunta acercándose muy enfadado.
— Fue sin querer lo juro, no quería hacerla llorar — se excusa alejándose
— Oye Rin, tranquilo amor, la niña ya está calmada — sonrío nerviosa metiendo a la niña en la silla
— Alejate de mi hija Atsumu — le mira entrecerrando los ojos.
— Suna Rintarō — le miro seria cruzándome de brazos. — Compórtate
El me mira y bufa observando de reojo a Atsumu.
— Esta bien
— Oye, ¿y al final se arregló lo del restaurante de la boda? — pregunta Aran mientras bebe de su vaso.
— Si, esos hijos de puta, como los agarre los mato — respondo moviendo la silla despacio para dormir a la pequeña. — Nos podían haber avisado antes y no hacer el mismo trabajo dos veces.
Suna se sienta al lado de Kita en silencio viendo su móvil.
— Y encima todavía no encontramos quien nos puede casar ni el lugar de la ceremonia, aunque, la amiga que me recomendó al diseñador para el vestido me dijo de un lugar que fue donde se casó, tenía pensado ir a mirarlo mañana con Suna.
— ¿Te refieres a Kiyoko? — me mira.
Asiento con la cabeza mientras continúo moviendo la silla.
— El vestido me lo hizo la antigua estrella del Karasuno, Asahi Azumane.
— A ver si es fácil de quitar — murmura Rintarō.
— Rin — frunzo el ceño mirándole sonrojada
— ¿Qué? Solo digo.
Ruedo los ojos y al ver que la niña dormía puse la silla a mi lado tras sentarme.
2 meses después en la noche de bodas…
Me agarro al cuello de Rin con fuerza con una sonrisa tonta en mis labios, al llegar a la suite me deja en el suelo besando mi cuello y mis hombros descubiertos mientras acaricia mi cintura.
— Tenía tantas ganas de que llegara este día — susurra relamiéndose los labios dejando marcas en mi cuello. — ¿Puedo?
— Oh cariño, no pidas permiso — sonrío quitándome la flor de la cabeza y deshaciéndome el peinado.
A medida que baja la cremallera va dejando besos por mi espalda, al llegar al final me comienza a quitar el vestido tirándolo al suelo dejando ver mi sexi ropa interior negra de encaje, noto como me come con la mirada por lo que sonrío girándome y rodeando su cuello con mis brazos a la vez que acaricia mi cintura viendo descaradamente mis pechos, luego sube a besar mis labios con pasión tumbandome en la cama, sigo el beso rodeando su cuello con mis brazos y su cadera con mis piernas, empieza a descender sus besos desabrochando mi sujetador con una mano, empieza a dejar marcas en mis pechos mientras toca mi intimidad por encima de la tela sacándome jadeos y suspiros.
Continúa descendiendo hasta que llega a mi ropa interior donde me mira relamiéndose los labios, apoyo mi cuerpo en mis antebrazos observándole sonrojada, se acerca a mi quedando a centímetros de mis labios.
— Estos días voy a aprovechar todo lo que no pude en estos 19 meses, y te voy a dar todo lo que tengo para que no pares de gritar mi nombre mi reina, quiero complacerte mucho… — susurra en mis labios.
— Siempre me complaces — respondo rozando nuestros labios.
El sonríe besándome lentamente acariciando mi pelo, sigo el beso, noto como su mano se mete en mi ropa interior metiendo dos dedos en mi interior, suelto un leve jadeo dentro de su boca a la vez que muerde mi labio, siento el sabor a sangre, pero no me importa, lo lame con suavidad mientras baja despacio acariciando cada parte de mi piel, retira mis bragas viendo mi sexo completamente húmedo.
— Mm, que delicioso — murmura acercando su cara comenzando a lamer quitando los dedos.
Aprieto sus hebras morenas soltando algunos gemidos mientras acaricia mi clítoris con un dedo, su lengua acaricia mi interior mientras separa sus dedos de mi clítoris agarrando mis piernas metiendo la lengua más al fondo lamiendo cada vez más rápido a la vez que mete dos dedos.
— ¡Rin! — suelto un gemido alto tirando de su pelo.
Un cosquilleo comienza a nacer en mi barriga, no aguantaré mucho más, intento cerrar las piernas pero me detiene sacando los dedos y agarrando mis piernas mordisqueando suavemente mi interior para seguir lamiendo.
— Rin… No aguanto…
— Quiero mi premio — susurra ronco para volver a lamer con más rapidez metiendo cuatro dedos de una.
— ¡Ahhhh! — gimo antes de correrme.
Siento sus dulces lamidas que me hacen unas cosquillas mientras se traga toda mi corrida sin dejar escapar nada, al terminar sube a besarme lentamente, lo sigo rodeando su cuello con mis brazos sintiendo como roza la punta con mi intimidad, se separa un poco mirándome mientras acaricia con una mano mi pelo sonriéndome.
— ¿Lo quieres normal? ¿O duro? — murmura con la voz ronca.
— Tenemos mucho tiempo Suna, podemos hacerlo de muchas maneras — contesto con mi mano en su hombro.
—¿Eso es un duro?
Asiento despacio, él se muerde el labio y me la mete de una estocada fuerte haciéndome soltar un gemido fuerte, sus embestidas son rápidas y bruscas.
Paso mis manos por su espalda gimiendo fuertemente a la vez que araño su espalda más cada vez que aumenta la velocidad, comienza a dejar marcas en mi cuello mientras acaricia mis pezones sacándome más gemidos.
Su nombre sale de mis labios mientras umenta la fuerza al encontrar mi punto G por un momento araño más fuerte su espalda.
— Lo encontré pequeña — susurra en mi oído mordiendo suave mi oreja.
Sus estocadas son más fuertes en ese punto, otra vez el cosquilleo, siento que me correré pronto, sus movimientos son torpes, le queda poco, saca mis manos de su espalda y las agarra entrelazando los dedos.
Esta imagen… Está con el pelo despeinado, sudando, sonrojado y con la boca entreabierta por donde suelta algunos jadeos, es la viva imagen de un dios griego, un dios que es mi marido y que me complace cuanto le pido.
Cuantas desearían tener a semejante dios para ellas solas… Un sueño para muchas. Una realidad para mi…
Nos corremos a la vez, apoya su cabeza sobre mi hombro intentando recobrar la respiración, se separa despacio y deja besos por mi rostro.
— Espero que no estés cansada porque esto ha sido solo la primera ronda.
—Estoy lista para estar despierta durante toda la noche, cielo
— Así me gusta…
Se acerca a besarme otra vez jugando con mi lengua.
ᏕξᎮΛᖇΛƊΘᖇ
Bien, para el siguiente tengan cerca varias cajas de pañuelos, es un consejo ^^.
Que disfruten del dia
Otra cosa me gusto este one shot y no se si hacerlo historia, ustedes que dicen??