El despertador sonó e instantáneamente lo tiré al suelo, solté un gemido y seguí durmiendo un rato más pero ya no pude conciliar el sueño (gracias, despertador),rápidamente me levanté y tallé mis ojos, me coloqué en los pies los calcetines que se me habían caído en la noche, de niño pensaba que eran los "ovnies" los que venían a mi casa en la noche, así que un día me quedé grabándolos con una cámara pero ahí despareció mi "teoría".
Normalmente todas las mañanas salía a dar vueltas en la bicicleta para quitarme el estrés de muchas cosas, ya era costumbre.
Mis padres no estaban ya que ellos trabajaban casi todo el día y regresaban en la noche, era hijo único , otras personas piensan que los hijo únicos extrañan tener un hermano o hermana pero la verdad es que así vivía muy bien ya que tenía a mi mejor amiga Viena y la consideraba como una hermana.
Mi sueño desde niño ha sido ser un fotógrafo profesional, me gusta tomarle fotos a las cosas que considero "hermosas" o que ayuden al desarrollo de la humanidad. A veces suelo tomar fotos para el periódico en donde trabajan mis padres.
Salí de mi casa y fui por mi bicicleta, seguramente Viena estaría dormida ya que son las 6 a.m..
Monté mi bicicleta y disfruté del cálido aire de California, a esta hora había pocas personas en la colonia. Las calles estaban un poco húmedas ya que había llovido durante la madrugada. Solamente estaba yo pero disfrutaba de la soledad, en algún momento te tienes que acostumbrar a ella ya que no sabes si vas a acabarás solo en esta vida o acabarás con alguien.
De repente vi al gato "cagón" ahí en la calle, era un gato de color blanco con manchas de color gris, sólo que esta vez estaba un poco mojado.
Decidí compadecerme de él y lo agarré empezó a arañarme pero no me importó más bien puse mis manos más firmes y el gato dejó de arañar, me subí a la bicicleta con el gato en mi mano derecha y me dirigí hacia mi casa, abrí la puerta y prendí la luz ya que todavía seguía un poco obscuro, lo primero que hice con el gato fue bañarlo, fui hacia el baño y agarré una cubeta con agua tibia, probablemente esto me traería consecuencias pero el gato me había estado removiendo la conciencia, el pobre siempre ha estado en la calle desde que Viena y yo éramos pequeños.
Puse el gato en una tina y lo empecé a bañar, su cola estaba un poco sucia ,repetía muchas veces meow , tallé su cara y me empezó a arañar así que llevaba mi mano a mi boca cada vez que lo hacía.
Al final acabé y me lo llevé hacia mi habitación, lo acosté en el sofá y le puse una cobija alrededor, se veía algo tierno , tenía una cara que en vez de parece gato cagón ,parecía un gato gruñón.
-El mundo es muy peligroso para gruñones como tú-.Me limité a decir mientras me sentaba al lado del gato y abría un cómic.
Después de una hora el mismo gato se quitó la cobija, se subió a mi cama y brincó hacia mi ventana, se sentó encima de unos libros acomodados en pila, su cola quedaba colgando y la mecía ligeramente, estaba viendo hacia la ventana de Viena, que parecía buscar desesperadamente algo mientras con sus dos manos se agarraba la cabeza y caminaba de un lado para el otro, la escena se hacía un poco cómica, así que fui por mi cámara y me coloqué en un ángulo en el cual la luz no molestara demasiado, me arrodillé y saqué la foto.
Sonreí ligeramente, en eso ella volteó hacia nosotros y se le formó una sonrisa malévola, de repente se puso un abrigo y salió de su habitación, sabía que en algunos pocos segundos estaría afuera de mi casa tocando la puerta.
Eres predecible.
Dicho y echo en pocos segundos empezó a tocar la puerta con su peculiar ritmo, bajé las escaleras y abrí la puerta, en ese momento ella entró de golpe a la casa.
-¿Es ese el gato cagón?
-Si ¿por que?
-No por que me pareció otro gato-hizo énfasis en la penúltima palabra.
-No pues es ese gato-
-¿Lo vas adoptar?-preguntó.
-No lo sé-me senté en el sillón.
A Viena se le dibujó una sonrisa pícara en la cara.
-Podrías tener pesadillas con ese gato.
-Viena ya no somos más niños como vamos a tener pesadillas y... con un gato?
-No lo sé, tal vez en esa pesadilla... el gato cagón se acueste en el piso con una pose muy sexi y te diga con voz sexy:
Ven a mi chiquito
En ese momento ella se empezó a reír con una risa muy suave.
Quería alargar el tiempo para que ella pudiese reír más.
Le empecé a seguir el juego también y me empecé a reír igual, en ese momento el gato cagón bajo las escaleras, ella fue hacia el y lo cargó entre sus brazos.
-¿Por que a este no lo odias y a Chopin si?
-Chopin necesita mucha atención-hizo énfasis en la penúltima palabra-.Y en cambio este no, este puede estar por allá, por los himalayas y regresa a tu casa-¿Y tus padres que van a decir acerca de esto?-preguntó.
-No lo sé, probablemente me dejen, pero si no...-me interrumpió.
-Pero si no haremos una casita para que él pueda vivir tranquilamente.
-Claro, lo haremos-le seguí la corriente
Viena se sentó en el otro sillón mientras acariciaba al gato.
-¿Ya pensaste en un nombre?
-No, no lo he hecho
-Por que no podemos llamarlo gato cagón para toda la vida-¡Ya sé como podemos llamarlo!, podemos llamarlo Clyde ,así será parte de nuestra hermosa familia, tu Blinky, yo Inky y el Clyde, solo nos faltaría otro fantasmita, pero así estamos bien-
A veces solías ser muy inocente
-Claro, se llamará Clyde-dije mientras rodeaba los ojos
-¡Bienvenido a la familia Pac-man Clyde!-exclamó mi entras alzaba al gato
-Será raro llamarlo Clyde, ya me había acostumbrado a decirle gato cagón.
-Si te lo quedas, tendrás que acostumbrarte a sus cacas.
Lo único que hice fue soltar una risa.
-¿Hoy no vas a la biblioteca?-pregunté
-No hoy tengo día libre, los viernes tengo día libre, por cierto tengo algo que contarte.
-¿Qué me tienes que contar?-pregunté curioso
-¿Te acuerdas de Tracy?
-¿Tracy Moore?
-Si ella
-¿Qué pasó con ella?
-Bueno... ella es voluntaria en la biblioteca-contestó con una mueca-y ella me contó que sus padres trabajan con tus padres, en la misma sección de redacción, ¿lo sabías?
-No...no...no lo sabía, mis padres nunca me contaron de eso. Sabes que casi no me cuentan nada-contesté un poco impactado.
-Bueno ahora ya lo sabes.
Me quedé asimilando la información que me había dicho, quizás su espionaje si habría sido de ayuda, ya que como había dicho mis padres casi no me cuentan muchas cosas, si tendría que averiguar algo de la familia de esa chica y la mía, sería por medio del espionaje, me convertiría en el cómplice de Viena, sería Blinky el cómplice.
-Tal vez no sea tan malo tu espionaje, es de ayuda-interrumpí el silencio
-¿En serio?-contestó ella
-Si, seré tu cómplice.
-¿Qué!
-Exacto como lo escuchaste, si me quiero enterar algo de lo que pasa en mi familia y la de ella tendré que espiar o sacarle la información a Tracy como tu hiciste con ella. Seremos como una familia de espionaje, como en las revistas que leemos.
-Me parece una buena idea mi querido Blinky.
-Cómo hoy es una de nuestras reuniones, traje una buena dotación de libros y además traje otra dotación de galletas de la señora Rachel-masculló mientras jugaba con la cola de Clyde.
-Cierto, lo había olvidado, hoy es una de nuestras tradiciones, si quieres lo podemos hacer aquí en mi casa.
-Si quieres, pero deja voy por los libros que están en mi casa mientras tu preparas todo.
-Ok
Viena salió de la casa mientras iba por los libros yo preparaba todo, Clyde estaba en el suelo lamiendo una de sus patas delanteras.
Puse en la mesita el tocadiscos y saqué unos discos de vinilo para escucharlos, a los pocos minutos regresó Viena con un pila de libros.
-¿Te vas a leer todos esos en lo que resta de la tarde?
-Si ¿por qué?-preguntó mientras dejaba una pila en la mesita de café
-Apuesto a que no te lees ni la mitad de un libro hoy.
-Subestimas mi poder-contestó ella.
-Como quieras- contesté.
Puse un disco de vinilo, para Elisa de Beethoven, Clyde estaba acostado en el regazo de Viena mi entras ella leía Sensatez y sentimientos de Jane Austen.
Me senté en el sillón a lado de ella y empecé a leer una revista de ciencia ficción, ella se reía algunas veces y yo a veces la contemplaba.
De repente le pregunté:
-¿Oye Inky la galletas?
-¿Las... galletas?-contestó ella confundida mientras dejaba el libro.
-Si , las galletas de la señora Rachel
-Supongo que se me olvidaron, pero ahorita voy por ellas-contestó con una suave sonrisa.
Clyde se movió de su regazo, y ella salió, a los pocos segundos regresó con una bolsa de galletas en la mano.
Buscó un plato en la cocina y ahí las vació todas en un tazón, mientras venía hacia acá se iba comiendo una de chocolate. Las puso en la mesita de café y yo agarré una.
...
Eran los ocho de la tarde y Viena ya se había ido de mi casa, Clyde se había largado a quien sabe donde, yo estaba en la habitación de los invitados por que estaba buscando un cartucho de mi cámara. De repente me pareció ver una persona en la casa vecina. Me acerqué y era Tracy quien se estaba peinando el cabello. Al poco tiempo ella se percató de que estaba ahí, así que dejó el cepillo en su tocador y se dirigió a su ventana, ella la abrió.
-Hola
-Hola-contesté
-¿Liam Maxwell, cierto?
-Si y ¿tu eres Tracy Moore verdad?-pregunté
-Si soy yo, ¿cómo sabes como me llamo?-preguntó con una sonrisa
-Viena me contó que eres voluntaria en la biblioteca.
-Si soy voluntaria , de hecho mis padres trabajan con los tuyos.
-Si, me dijeron-mentí
De repente en su casa oí que gritaron su nombre.
-Lo siento, me tengo que ir, te veo luego-dijo Tracy
-Si hasta luego-respondí con una sonrisa no muy grande.
Cerré mi ventana y me fui hacia mi habitación con el cartucho en la mano. Me fijé en mi ventana y Viena se encontraba concentrada leyendo.
Pensé en un momento en todo y creo que ya habría descifrado quien sería el próximo integrante de "nuestra familia".