Sorpresivamente, Taehyung llega a tiempo al trabajo. No es como si nunca llegara temprano por supuesto, bueno, realmente son pocas las veces, pero no lo juzguen, ser padre soltero conlleva una gran responsabilidad. Además, a Taehyung le gusta dejar a su más preciado amor en las buenas y pequeñas manos de su mejor amigo antes de partir hacia sus deberes. No obstante, sabe de antemano que una vez que Jimin parta de la ciudad, las cosas serán un poco más difíciles.
De todos modos, Taehyung no desea pensar en ello, no ahora que su mañana ha empezado con el pie derecho, pues se siente pleno y feliz, con unas ganas inconmensurables de sonreír todo el día, incluso sus mejillas duelen un poco ahora mismo.
Y cuando Jin y los chicos preguntan, no es capaz de decir a los cuatro vientos que el motivo de su felicidad es nada más y nada menos que Jeon Jungkook, pues su reencuentro no sólo lo ha envuelto en júbilo, si no también a Jaemin, quien no deja de hablar ni un segundo de Haneul, expresando una y otra vez que desea que nochebuena llegue ya, para poder verla una vez más.
─Bien, aquí estoy, listo para que me cuentes por qué esos ojos miel están brillando más que antes ─inesperadamente llega Jin al mostrador, halando la larga barba hasta retirarla, al igual que su gorrito navideño adherido a unos cabellos blancos y largos.
─Deberías tener cuidado ─expresa Taehyung, observando como su hermano pone los ojos en blanco─. En cualquier momento puede entrar un niño, y si te ve así, le destrozarás sus sueños.
─Eso no es asunto mío. Mi turno terminó hace aproximadamente diez minutos, ¡y un tumulto de niños me atacó allá afuera! ¿Los viste? ¡Parecían pirañas!
─No seas exagerado hyung, solo eran tres niños.
─Y esos tres niños hablaban como si cada uno llevara diez niños dentro, ¡No me dejaban en paz! Además, el traje me pica en algunas partes que no deben ser nombradas, estaba desesperado por irme de ahí.
─Entonces ve a los cubículos y quítate el traje ─responde con simpleza, y prosigue con el conteo de ganancias del día.
─¿Y entonces irme sin que me digas porqué estás así de contento? ¡Ja! ¡Por supuesto que no!
─No es nada Jinnie...
─¿Cómo que nada, sabías que el brillo de tus ojos y el de tu sonrisa destella hasta aturdirme?
─¡Eres tan exagerado!
─¡Y tu eres tan terco! Solo dile la verdad a tu pobre hermano el cual está desesperado por la picazón.
Taehyung niega y con una sonrisa elevada, deja lo que está haciendo para mirar a su hermano, el cual mueve su cuerpo de un costado a otro, cruzando sus piernas entre sí con desespero.
─¡Por dios Seokjin! Solo ve y quítate ese disfraz y en un momento vuelves y te cuento.
─¿Acaso me quieres ver la cara de estúpido? Cuando regrese seguramente ya no estarás aquí, tu turno termina pronto así que dímelo ahora.
─Jungkook y yo nos reencontramos, fuimos a cenar y casi nos besamos ¿Contento?
─Totalmente, ¡ahora sí me largo, no aguanto más! ─Seokjin con torpeza se aleja después de bramar─. ¡Cuando vuelva alimentarás mi curiosidad!
Taehyung tararea en respuesta observando a su hermano dar grandes zancadas hasta perderse por los pasillos de la juguetería.
Con una sonrisa corta y divertida, espera con paciencia a que su turno de trabajo finalice, faltan con exactitud treinta minutos, por lo que desliza sus manos por sus mejillas para descansar su cabeza sobre ellas, al mismo tiempo que visualiza como poco a poco las personas abandonan el centro comercial, con bolsas repletas de obsequios navideños.
Suspira profundamente y exhala con pesadez, la esquina de su boca se contrae en una mueca melancólica cuando Jaemin aparece en sus pensamientos, deseando al cielo y a sus ángeles que los pequeños obsequios que se hallan debajo del pequeño arbolito en casa, sean lo suficientemente buenos para él, pues después de todo, Jaemin ha sido un buen niño este año, los merece, sin duda.
Asimismo, Taehyung, totalmente perdido en sus pensamientos, no se percata de que un chico de cabello largo azabache le mira a través del gran ventanal, embelesado al observarle distraído. En este punto, a Jungkook le da completamente igual si Taehyung se percata de la forma en la que lo mira, pues aunque Jungkook se esfuerce por tratar de ocultarlo, simplemente es imposible, pues sabe de antemano que su mirada no miente, que no importa el lugar, el espacio, las personas que se encuentren alrededor, los ojos de Jungkook siempre están en Taehyung, a si ha sido siempre y está convencido de que así será para toda la vida. Ambos están conectados, no hay forma de negarlo.
Y la conexión es tan grande que un ápice de tiempo transcurre para que la mirada de Taehyung conecte hacia la de Jungkook, ambos se sonríen mutuamente, percibiéndose tranquilos el uno al otro, cuando la realidad es que sus corazones están saltando eufóricos dentro de su pecho.
No pasa mucho para que Jungkook salga de su trance y tome el valor de entrar con timidez a la tienda, dónde una suave canción navideña le recibe, al igual que un adorable y sonriente Taehyung con un suéter rojo navideño.
─Buenas noches Tae, deseaba llegar un poco más temprano, pero el tráfico es horrible. Prometo no demorar mucho en adquirir los obsequios.
─¡Oh, Jungkook, no te preocupes! Tómate el tiempo que sea necesario, ¿necesitas que te ayude en algo?
─Uhm, de hecho, si hay algo en lo que me puedes ayudar, sin embargo deseo decírtelo al finalizar mi compra, ¿Te parece?
─¡Seguro! Cualquier cosa que necesites aquí estaré, listo para ser de ayuda.
Le brinda la sonrisa más sincera que Jungkook haya visto jamás, y está convencido que ahora mismo, su rostro se encuentra teñido en carmesí, solo desea que Taehyung no lo note, sería muy vergonzoso.
Por tal motivo devuelve el gesto y tan rápido como le es posible desaparece del campo visual de Taehyung, quien suspira con pesadez, a la vez de su bolso extrae un espejo, ¡Y por dios!, Está a punto de dar un fuerte grito al ver su reflejo, luce cansado y su maquillaje se ha corrido un poco, por lo que de inmediato toma un bálsamo labial de sabor cereza y lo aplica en sus labios con delicadeza, para después pasar una capa de rímel por sus espesas pestañas, y colocar rubor en sus suaves mejillas, ¡Listo, como nuevo!
─Uhm, ahora veo que te retocas para él, Taehyungie.
El mencionado da un saltito en su lugar y pone los ojos en blanco, es muy propio de Seokjin aparecer en los momentos menos oportunos, pero a pesar de ello está más que acostumbrado.
─Yo... yo no sé de qué hablas ─la voz de Taehyung tiembla, y Jin sonríe satisfecho por dar en el clavo.
─Hablo de que, tú estás tratando de lucir bonito para Jungkook, ¡Por dios!, somos unos adultos ya Tae, solo aceptalo ─Seokjin eleva una de sus cejas y cruza sus brazos, esperando una respuesta.
─Lo dice quien pelea veinticuatro siete con niños de cinco años, quien hace berrinches porque odia vestirse de Papá Noel en navidad, y el que justamente está haciendo un puchero mientras escucha esto.
─¡Bueno basta ya! Esto se trata de ti, no de mi.
─¿Y qué quieres que te diga hyung?
─Qué Jungkook te gusta.
─Claro que me gusta, lo conozco desde la adolescencia, fue mi mejor amigo.
─Y tu ex novio. ¡Te has puesto rojo, mírate!
─¿Podrías dejar de gritar? Él podría escuchar, sería vergonzoso.
─¿Saber que te gusta? Vamos Tae, cualquier tipejo con tres dedos de frente se sentirá más que orgulloso de saber que Kim Taehyung gusta de él ─dice confiado.
─Pero no me gusta de esa manera, Jinnie hyung, solo como un buen amigo.
─Tus ojos me dicen algo tan distinto, Taehyungie.
─¿Qué te dicen exactamente? ─cuestiona Taehyung, ladeando su cabeza hacia un costado con un ápice de curiosidad.
─Que a pesar del tiempo, Jungkook sigue dentro de ese hermoso corazón. Sé que no me equivoco, pues te conozco bien, y si estoy acertando en ello, por favor, haz algo al respecto pues ambos sabemos que tú más que nadie merece ser feliz...
─¿Está buscando algún otro juguete señor?
La caja que Jungkook sostiene entre sus manos cae al suelo al momento en que una voz se escucha a su espalda, Jungkook se apresura a tomarla nuevamente entre sus brazos a la vez que la mujer hace una reverencia.
─Lo siento mucho señor, no fue mi intención asustarlo así, ¿quiere que le ayude?
─No se preocupe, todo está bien, si necesito algo sin duda le llamo ─se inclina hacia la mujer por lo que ella solo asiente y se retira del pasillo.
Jungkook coloca la caja en el carrito de compras y vuelve a su lugar inicial, mientras bufa con aparente irritación. Por el rabillo del ojo puede ver el movimiento de los labios rosas de Taehyung al hablar, y a simple vista, lucen suaves...
«¡Por supuesto que son suaves Jungkook!»
Se dice a sí mismo.
Lo sabía, pues después de todo los besó durante dos años...
«Aunque... ¿Me pregunto si seguirán siendo igual de dulces...?»
Sacude con fuerza su cabeza para alejar todos los pensamientos que tengan que ver con los labios de Taehyung, y se concentra en ambos hermanos, que ahora parecen estar discutiendo de manera acalorada.
Jungkook desea escuchar, necesita asegurarse de que no está equivocado, y lo que le escuchó decir a Taehyung es cierto. Taehyung ha dicho que gusta de él, ¿Lo dice en serio? ¿Pero en qué forma?. No obstante, los cuestionamientos de Jungkook no iban a ser resueltos, pues Seokjin se encontraba sujetando con ambas manos las mejillas de Taehyung, provocando que la boca de este se abultara, y formara un adorable y prominente puchero, antes de que Seokjin lo soltara y se fuera del lugar, dejando un ruborizado Taehyung pensativo tras el mostrador.
─¿Qué significa todo esto, Ggukie?
El azabache eleva la curvatura de sus labios en una tenue sonrisa al vislumbrar el rostro de Taehyung. Los ojos de este destellan y lucen vidriosos, lo que hace que las ganas de Jungkook por tomarlo de los hombros y acercarlo a su anatomía con fuerza para abrazarlo se apoderen de él. Sin embargo, decide no hacerlo, y simplemente permanece en silencio frente a Taehyung, quien metódicamente mira los obsequios que se encuentran en el mostrador.
─Son los obsequios que pidió mi pequeña Haneul.
─¿Esto es una especie de broma? Porque no es divertido, Jungkook.
Aquellos ojos avellana le miran directamente, incrédulos ante la situación. Jungkook parpadea suavemente y niega con la cabeza.
─Jamás bromearía así contigo. Todo esto es lo que Haneul desea para navidad...
Taehyung toma entre sus dedos la cajita donde yace aquel conejito afelpado, el obsequio que Jaemin siempre deseó y Taehyung no pudo pagar.
─Esto, todo esto que Haneul pidió, no es más que todos los obsequios que Jaemin deseó en las ambiguas festividades. Obsequios que jamás pude comprarle. Yo... yo no puedo aceptarlos.
─Los debes aceptar, Jae se los merece, todos y cada uno...
─Entonces te los pagaré, trabajaré duro y te devolveré todo el dinero que gastaste en ellos...
─Tae...
─Ggukie...
─Escucha Tae, tómalos, Haneul así lo quiere, se decepcionará si no decido colocarlos bajo el árbol ─Taehyung baja la mirada, y Jungkook no puede detenerse, con sus dedos en la barbilla de Taehyung, logra que este eleve la mirada y la conecte con la de él─. Y olvídalo, no me vas a devolver un solo centavo por esto, ¿de acuerdo? Haneul lo quiere así, y si no me crees, míralo por ti mismo.
Del bolsillo de su abrigo, Jungkook extrae un sobre púrpura con brillantina de colores decorando éste, el cual da a Taehyung, quien lentamente lo abre y comienza con la lectura.
"Hola querido Santa Claus, ¿Me recuerdas? Soy Jeon Haneul, y vivo en el centro de Seúl.
Tú más que nadie debe saber de mí, pues todos los años entras por mi chimenea y dejas bajo mi árbol todos los obsequios que te pido, al igual que bebes la leche de banana y comes las galletas que dejo para ti en la mesita de centro. ¡Me hace feliz saber que te gusta!
Aunque, ¿sabes? Algunas veces me gustaría saber la hora exacta en la que tú llegas para poder verte y hablar contigo, pues quisiera darte las gracias por siempre venir a visitarnos la noche de navidad. Normalmente, suelo quedarme dormida en el sofá junto a mi padre, y con mis ojitos abiertos, mirando hacia el árbol navideño, espero tu llegada, pero siempre me quedo dormida.
Pero esta vez trataré de no dormir, quiero verte una vez más y preguntarte el porqué no visitas a mi amiguito Jaemin ¿lo recuerdas? Él niño que iba junto a mi el día que te vimos en el centro comercial. Jae, es un niño muy muy bueno, noble, tranquilo y no parece un niño mal portado, al contrario, es educado, pero supongo que tú lo debes saber, entonces, ¿por qué no vas a su casita y le dejas los obsequios que él más desea? ¿por qué llevas regalos "sustitutos" como Jae suele decir?. Espero algún día pueda recibir una respuesta.
Ahora te preguntarás qué deseo para esta navidad, y la respuesta es: Nada. Bueno, no para mí, pero si para Jaemin, yo le prometí algo a mi amiguito, le dije que escribiría una carta para ti, y como tú siempre vienes a mi casita, imagino que esta vez, Jaemin tendrá lo que tanto anhela, así que, aquí te dejo la listita Santa Claus.
¡Oh!, pero antes de que la leas, quiero decirte que, también, escribí una lista de deseos, la que encontrarás en el arbolito, un sobre verde pastel, por favor, concédelos, Jaemin y yo te lo pedimos con toda el alma y corazón..."
─Ggukie, no encuentro palabras, más que agradecerte por todo esto ─expresa Taehyung entre sollozos.
─No hay nada que agradecer, Tae, vamos, no llores. Tú... tú luces más lindo cuando sonríes...
El contacto visual es inevitable para Taehyung y Jungkook, sin embargo, ambos por timidez no son capaces de sostener sus miradas, por lo que mirar a otros sitios se vuelve un poco más tentador, aunque de igual manera sus sonrisas los delatan, pero por supuesto que Taehyung y Jungkook no lo notan en absoluto.
Jungkook aclara su garganta y toma el valor para hablar una vez más.
─Vamos a casa, acompáñame está noche a envolver los regalos.
Taehyung de inmediato asiente y Jungkook con el dorso de su mano, retira algunas lágrimas, regalándole una sonrisa reconfortante a Taehyung, quien en ese preciso momento se dio cuenta de dos cosas; La primera, que Haneul es un angelito sin alas con un gran y precioso corazón, y la segunda, que Jungkook y sus caricias cariñosas repartidas en su dermis sólo le confirman que, aún siente algo por él, le gusta, Jungkook le gusta mucho, y no sólo como un amigo más...