Arde, mi bella estrella

By -TheDarkSwan-

73K 6.6K 3.6K

"Si ellos intentan asfixiarte, grita, el dolor te dará alas nuevas y el vuelo retomarás. Arde, mi bella estre... More

Capítulo 02
Capítulo 03
Capítulo 04
Capítulo 05
Capítulo 06
Capítulo 07
Capítulo 08
Capítulo 09
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Me plagiaron (1) :)
Me plagiaron (2)
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42

Capítulo 01

3.9K 219 124
By -TheDarkSwan-

Un trueno resonó en el cielo, la lluvia cayendo en todo Encanto mientras una mujer pelirroja se encontraba dentro de la guardería que estaba asignada a los niños hasta que cumplieran cinco años y una habitación mágica junto a un don se les otorgara gracias al poder del milagro que salvó a su familia y al pueblo.

Pepa Madrigal es una mujer muy volátil con sus emociones, debido a que su don está relacionado al clima, ella debe tener un control sobre sus emociones (o más bien reprimirlas), ya que sus arrebatos podrían molestar a la gente a su alrededor con sus nubes de lluvia y truenos, o con granizo... En el mayor de los casos, podría crear un huracán. Así que ahora mismo, Pepa está murmurando "soleado, soleado, soleado", ya que ahora, cualquiera que pregunte, le responderá que esta enojada mientras sus brazos acunan a una pequeña niña de rizos rebeldes, llevando un vestido blanco que no se ha quitado en dos días, aún si el evento sucedido debió llevar a la madre de la niña a que la atendiera y se deshiciera del estúpido vestido, que sería un recordatorio doloroso para la pequeña del día tan amargo por el que tuvo que pasar.

La controladora del clima esta furiosa con su hermana, sus ojos vagan por la guardería, intentando frenar los pensamientos irritados al mirar las paredes. Y pronto sus ojos están sobre el dibujo, y el corazón de Pepa se destroza de la misma forma en que lo hizo cuando entró a la habitación hace ¿una hora, quizás?, no tiene la noción del tiempo, solo esta segura de que ha pasado bastante rato desde que entró a la guardería.

En la pared, hay un dibujo plasmado con tiza dorada, un dibujo que contiene a la pequeña Mirabel y su nombre. El nudo en la garganta de Pepa volvió y la nube en su cabeza tronó junto al trueno del exterior, milagrosamente, su sobrina ni siquiera se inmutó, quizás estaba demasiado agotada como para registrarlo. Cuando entró a la habitación al escuchar los sollozos de su sobrina desde el otro lado de la puerta, sus instintos maternales la arrastraron sin dudar a la habitación, encontrándose con la dolorosa escena de como Mirabel, su pequeña niña estaba llorando frente al dibujo mientras aún sostenía la tiza en su mano.

~~~~~

—¿Mirabel? ¿Cariño? —la llamó suavemente, intentando no asustarla y repitiendo en su mente su mantra para que la nube sobre su cabeza no comenzara a soltar lluvia. Su pobre sobrina se estremeció cuando volteó a verla, sus labios se separaron una y otra vez, como si intentara hablar, pero ella soltó en llanto de nuevo. Pepa de inmediato se acercó a ella, cargándola en sus brazos mientras las gotas de lluvia comenzaban a caer sobre ambas. La mujer la meció de un lado a otro, ignorando que Casita cerraba la puerta para darles privacidad —. Oh, mi niña, todo estará bien —le susurró, se maldijo internamente cuando su voz salió temblorosa y llovió un poco más. 

—¿Ya nadie me amará? —le preguntó entre pequeños hipos, y Pepa se paralizó ante la pregunta, separando a Mirabel un poco para poder mirarla al rostro.

—Mirabel, por supuesto que aún te amamos —le responde, frunciendo su entrecejo con preocupación al ver brillar la duda en los ojos de su sobrina —¿Por qué creerías que te dejaríamos de amar? —pregunta, e inexplicablemente, teme la respuesta, como si ésta la fuera a poner furiosa, los vellos de su nuca se erizan con anticipación, como si una fuerte lluvia estuviera a punto de desatarse.

—Tío Bruno se fue, ¿fue por qué yo no recibí un regalo? ¿Es mi culpa? —Pepa abre sus ojos en shock, se paraliza un buen rato ante la dolorosa pregunta, su hermano desapareció a la mañana siguiente a la ceremonia de Mirabel, por más que intentaron encontrarlo, su madre fue tan fría como un bloque de hielo, deteniéndolo todo y estableciendo el "No se habla de Bruno" con una rapidez que honestamente, amargó la boca de Pepa. Antes de que pudiera responder para refutar esa idea en su pequeña cabeza, Mirabel continuó —. La abuela me mira diferente —agregó con su voz temblorosa, sus pequeñas manos agarraron los volantes amarillos del cuello de su vestido —. Ni mami, ni papi, ni mis hermanas han venido a verme, ¿también dejaron de amarme? ¿Soy una mala niña? —entonces la lluvia se desató sobre sus cabeza cuando Mirabel rompió en llanto abierto, escondiendo la carita en su hombro. Pepa se quedó paralizada, abrazando con un poco más de fuerza el cuerpo de su sobrina mientras las palabras de la niña se repetían en su cabeza.

¿Qué carajo? 

~~~~~

Pepa arrulló a Mirabel por bastante tiempo, intentando calmarla a pesar de que ella misma no estaba calmada en lo absoluto, pero si lograba que Mirabel al menos durmiera, lo tomaría como un triunfo para después hablar con ella más calmadamente y meter en esa cabecita suya que la desaparición de Bruno no era su culpa, que su abuela solo estaba impactada con lo sucedido y que debía procesarlo (pero algo en Pepa gritó que ese no era el caso, y que la relación de su madre con Mirabel no volvería a ser la misma)... Luego estaba esa otra situación.

No entraba en su cabeza el hecho de que Julieta, su hermana, no haya venido a ver a Mirabel en un largo tiempo, ¿desde cuándo? Pepa estaba confiando tanto en que su hermana estaba metida con Mirabel en la guardería que había decidido darles espacio antes de ir con su sobrina y abrazarla, al menos así había sucedido cuando la noche salió mal, pero, ¿Julieta no ha estado con ella desde la desaparición de Bruno? ¿Desde después de la tarde de ese mismo día que Alma había decidido que a Bruno no le importaba la familia y por ello se fue? ¿Desde cuándo? La nube sobre ella tronó.

—¿Mami? —Pepa dirigió su mirada de inmediato a la puerta, encontrándose con los ojos de su hija mayor, la cual tenía una pequeña mueca y sus ojos llorosos. Ay Dios, estaba tronando y no se dio cuenta de que su niña entró.

—Hey, mi cielo, lamento los truenos —le susurró, su nube calmándose, más no se despejó el cielo del exterior.

Dolores negó con la cabeza, ingresando a la habitación y sentándose a su lado —. Escuché a Mira llorar desde la cocina, iba a venir, pero entraste primero —su hija se retorció un poco incómoda, bajando la mirada a sus manos que descansaban sobre su falda roja —. Escuché las preguntas de Mira, mami —le susurra, la voz de Dolores tiembla como si quisiera llorar, y Pepa no puede evitar alarmarse, porque su hija parecía saber algo.

—Mi amor, necesito saber que sucede que te esta molestando, no dejaré que nadie se enoje contigo si me lo cuentas —le dice a su hija, por supuesto que se echara encima de cualquiera que intente castigar a su bebé por decirle algo que claramente debe ser importante si la tiene tan ansiosa.

—Después de que la abuela detuviera la búsqueda del tío Bruno, ella llamó a la tía Julieta para hablar —Dolores arrugó su nariz, como si acabara de masticar algo muy amargo. A Pepa se le estaba revolviendo el estómago, sabía que no le iba a gustar lo que su hija le diría —. La abuela le dijo a la tía Julieta que debía dejar de reconocer a Mirabel, porque ella era una mancha en la familia.

La nube de Pepa tronó, y los rayos cayeron en el exterior.

—¿Qué? —murmuró con incredulidad, mirando a su hija con clara conmoción.

Dolores se estremeció por el ruido sobre sus cabezas, pero la niña continuó —. La abuela le dijo que le había pedido una visión sobre la magia y Mirabel, y que el tío Bruno debió ver algo muy malo alrededor de Mirabel y que por esa razón se marchó —los ojos de su hija finalmente derramaron sus lágrimas y Pepa pudo identificar el llanto silencioso de su bebé como frustración, retorciendo el corazón de la mujer —. La abuela le dijo a tía Julieta que ella era su hija perfecta, que Isa estaba siguiendo sus pasos y que el don de Lulu era excepcional, que por eso, ella no debería seguir teniendo su atención en una niña que no aporta nada al Encanto, que ella era una mancha en su perfecta familia —Dolores mordió su labio, pasando el dorso de su mano por las mejillas para limpiarse las lágrimas —. La tía Julieta intentó decirle a la abuela que eso no estaba bien, que no podía apartar a Mira como su hija, pero la abuela la convenció, incluso le dijo que era mejor a la alternativa de enviarla a un hogar adoptivo y no la viera crecer, así que tía Julieta aceptó —Dolores finalmente volvió su mirada hacia Pepa —. Tía Julieta habló con tío Agustín y mis primas. El tío Agustín quería discutir con la abuela, pero al final se dejó convencer por la tía Julieta. Ayer, Mira estaba llorando, cada uno de ellos intentó acercarse, pero la abuela siempre los bloqueó y los regañó... Hoy ya no lo intentaron más —murmuró lo último entre dientes, Dolores rara vez mostraba lo enojada que podía estar por algo, pero claramente cruzaron una línea cuando estaban molestando a su prima bebé.

Pepa trató de digerir la información, pero el enojo burbujeante en la superficie la tenía en llamas, deseando poder salir corriendo de la habitación y gritarle a Julieta, ¿cómo su hermana puede siempre ceder su brazo con mamá? ¡Mirabel es su hija!, por una parte lo entendía, era muy difícil no complacer a su madre debido a la forma en que los crió, tanto ella y Bruno también daban a torcer sus brazos así con tal de complacerla... ¿Pero esto? ¿Ceder a no reconocer a una niña como tu hija? Eso era una línea que no se debía cruzar, o al menos, para Pepa no se debía cruzar ya que ella por sus hijos rompería las malditas montañas, también esperaba algo mejor de Agustín... Esto estaba simplemente mal.

—Cielo, ¿puedes sacar una muda de ropa limpia para Mira? —le preguntó suavemente, su mente cantando su mantra para poder controlar ese enojo lo más posible, primero debía encargarse de su sobrina que podría pescar un resfrío con el vestido húmedo (además de que ella misma va a tirar ese maldito vestido para que no sea un recordatorio para su sobrina), después se encargara de tener una civilizada plática con su hermana, y si se puede, con su madre. Su dulce Dolores asintió, dirigiéndose a realizar la tarea que se le asignó, Pepa dio suaves palmaditas en la espalda de Mirabel, arrullándola un poco para reconfortarse incluso a si misma.

Al menos no va a crear un huracán.

[...]

Bueno, Pepa no pudo con esto.

Dolores, su dulce niña tomó a Mirabel y se la llevó a su habitación, al menos el ruido no se filtraría y su sobrina no se despertaría, además, será un buen consuelo para la más pequeña tener a alguien a su lado al despertar, después de todo, ha estado sola llorando.

Cuando Pepa llega a la cocina donde ve a su hermana cocinando sin parar, con una expresión en blanco, la nube vuelve a aparecer y ésta truena, avisando a su hermana de su presencia. Bien, al menos capturó su atención y sabe que Juli reconoce que esta molesta al notar la mirada de reconocimiento que le da.

—¿Puedo saber por qué Mirabel ha estado llorando sola en la guardería? —le pregunta a su hermana, sus manos van hacia su trenza para peinarla ansiosamente, pero no borra su ceño fruncido en enojo, es una combustión lenta que va a explotar si su hermana no le explica todo esto. Julieta se estremeció, sus ojos se llenaron de lágrimas que no derramó, en cambio le dio la espalda, siguiendo con su labor de preparar comida —¡Julieta Cecilia Madrigal! —siseó entre dientes, sus manos se enroscaron en la trenza y apretaron con fuerza, enojada al ver como su hermana, oh, su hermana responsable y perfecta no quería responder.

—Yo... Ya no puedo reconocerla como mi hija —murmuró Julieta, tan bajo que casi se lo pierde. Pero no se lo perdió.

—¡¿Qué?! —gruñó, bajando sus brazos y apretando las manos con fuerza en la falda de su vestido —¡Julieta! —los papeles se invierten, Julieta era siempre la que solía reprenderlos a ella y a Bruno, era suave en ello, pero ese era su papel. Ahora Pepa esta aquí, deseando darle el sermón de su vida a Julieta por ni siquiera querer decir que fue mamá la que le dijo que ya no reconociera a Mirabel en su lado de la familia —¡¿Cómo que no puedes reconocerla como tu hija?! ¡Recuerdo claramente que la pariste! —despotrica frustrada. De la nada, Pepa siente como una mano familiar se desliza por su cintura, así que su mirada va hacia su izquierda, encontrándose con los ojos preocupados y confundidos de Félix. Luego, por el rabillo del ojo nota que Agustín también entró a la cocina y esta al lado de Julieta, y la chispa da vida al incendio —¡¿Cómo se atreven a rendirse así?! —les grita de vuelta, lo que antes era una pequeña nube ahora abarcaba toda la cocina y las gotas de lluvia comenzaron a caer junto al estruendo de los truenos —¡Es su hija!

—¡No lo entiendes, Pepa! —es la primera vez en años que escucha gritar a Julieta, pero Pepa no se siente intimidada en absoluto, al contrario, se siente más decidida a pelear con su hermana.

Todo se paraliza cuando Alma hace acto de presencia en la cocina —¡Pepa! —hay advertencia en el tono de su madre, pero la pelirroja no flaquea ante el desafío, no ante esto.

—¿Vas a hacer esto enserio, Julieta? —le preguntó a su hermana, su voz tembló mientras aguantaba las ganas de llorar por la frustración. Julieta solo agachó su mirada con total resignación, Agustín solo apartó la mirada apretando la mandíbula. Y cuando Pepa mira a su madre, la dureza firme en sus rasgos, la resuelta determinación a no cambiar de opinión, eso abre los ojos de la trilliza del medio, su madre primero le ha gritado y la ha reprendido, después se acercará a ella con palabras dulces y melosas para convencerla a ella también, reconoce ese método ya que siempre lo usó con los tres. Eso no sucederá esta vez, sabe que esta discusión no irá a ningún lado, que no convencerá a Julieta ni a Agustín a enfrentarse a su madre, así que tomará una posición ella misma —. Me encargaré de Mirabel yo misma —dice con calma, la nube vuelve a hacerse pequeña hasta solo estar en su cabeza. Julieta y Agustín la miran en shock, pero sus ojos están fijos en su madre —¿Quieres que la familia de Juli sea "perfecta"? Bien, inventa una historia, ¡Convence al pueblo! Diles que Mirabel en realidad era mi hija y es melliza de Camilo, que el bebé de Juli en realidad falleció y que hicimos pasar a Mira como su hija, pero que ahora puede revelarse la verdad debido a los "desafortunados" eventos —Pepa desafió a su madre con la mirada —. Mirabel no va a crecer viviendo en la misma casa que sus padres y hermanas, solo para sentirse sola y abandonada —Pepa no tiene ni idea de donde ha venido esta "rebeldía" y determinación por parte de ella, o como le ha dado la historia perfecta a su madre para poder manipular la situación, pero no importa, es Mirabel la que esta siendo lastimada aquí, la que saldrá lastimada en el futuro, así que no va a ceder con esto, quizás pueda doblarse a su madre con muchas otras cosas, pero no con el bienestar de su querida niña que no tiene la culpa de que la vela no la bendijera. 

—Si eso quieres —le dice su madre con frialdad. Pepa se estremece, pero no importa, solo se separa un poco de Félix, una señal de que se retiren, y su marido capta la indirecta, saliendo junto con él de la cocina en dirección a su habitación.

Mientras caminan, pasando las puertas, Pepa se detiene antes de llegar, su respiración comienza a acelerarse mientras sus ojos se nublan por las lágrimas. 

Ella se enfrentó a su madre.

Discutió con Julieta por primera vez.

Ella fue contra los deseos de su madre.

Todo el cuerpo de Pepa tembló, y si no fuera por el brazo firme de Félix, ella se habría caído de rodillas en el suelo.

—Hey, mi vida, está bien, respira conmigo —le pide gentilmente su esposo, moviéndose un poco de su posición para mirarla a los ojos —. Concéntrate en mi, amor —le dice con dulzura, y pronto Félix le esta indicando que lo imite en sus respiraciones, así que ella lo hace lo mejor que puede. Sus oídos registran que el chillido sordo comienza a desvanecerse, sus ojos nublados por las lágrimas comienzan a ver más claro y recupera un poco de las fuerzas en sus piernas —. Eso es, Pepi, lo haces bien —susurra su marido, y ella finalmente siente que tiene algo de control.

—Yo... Oh, Félix, lo siento, yo... —Pepa no sabe que decirle, ella dijo todo eso en la cocina y ni siquiera pensó en consultar con su esposo, ya que si su madre usaba esa historia, eso lo involucró a él también.

—Mi vida —la llamó, la mano de Félix acunó su mejilla y le sonrió con ternura —. No tienes que preocuparte, creo que entiendo un poco lo que pasa, pero si quieres hacer esto, si quieres que cuidemos a Mira, entonces lo hacemos juntos, amor —le dice con calma, y Pepa no tiene idea de como logró conseguir a un hombre tan maravilloso como esposo y padre de sus hijos.

Ninguno de los dos podría haber notado como unas grietas aparecían en el interior de su Casita.  

[...]

N/A: Este fic nació del hecho de que me gustan los fics que he leído donde Pepa actúa o es la madre de Mirabel, algunos son solo one-shots o fics que apenas van empezando, y son muy pocos los que hay con esta tématica así que dije "¡Yo también quiero hacerlo!" Así que aquí estoy con este.

La inspiración para el dilema que fue de que Alma separara a Julieta y su lado de la familia de Mirabel, con la excusa de que sería una mancha en su familia perfecta, fue del one-shot #8 de un libro de one-shots de Mirabel en Ao3. 

Créditos al artista del dibujo, quise poner el link pero por alguna razón no me deja poner links .-.

Continue Reading

You'll Also Like

119K 5.5K 41
Un día, dos chicas se encuentran en el metro. Violeta, que acaba de ser abandonada, se está recuperando de un corazón roto, y Chiara está lidiando co...
31.1K 2.8K 15
-... ¡Pero si sé que desearía tener otra nieta que tuviera un don! La abuela se arrepintió de haberle dicho eso casi al instante, pero aún más cuando...
79.4K 4.1K 15
-Casita al notar la tensión constante en la familia Madrigal y también al sentir cada vez más las grietas dentro suyo, ella toma una decisión, que es...
1.4K 80 6
Todos estaban harto de la actitud de Chloe Bourgeois y de que como trataba todos. Pero en eso Alya tuvo una idea y es que usar una Muñeca Vudú con fo...