— ¿Por qué estás ronco? — Preguntó Park por llamada al escuchar a Kai.
— Estoy un poco resfriado corazón. — Tosió. — Pero no es nada grave. —
— Te dije anoche que te llevarás mi sudadera. — Recrimino Park.
— Perdón. — Rió. — Sólo llamaba para decirte que hoy no podré ir a la cafetería. — Sonó desanimado.
— No te preocupes, lo importante es tu salud. — Explicó. — ¿Tienes medicinas? — Preguntó un tanto preocupado.
— Sí, pero me falta una importante. — Dijo para luego estornudar.
— ¿Cuál? Cerca de aquí hay una farmacia. — Dijo viendo a la calle.
— Me falta verte. — Sonrió. — Quiero verte mimi, seguro eso me aliviará. —
— Tonto. — Se quejó.
— ¿Envíame una foto, sí? — Pidió tierno. — Es de vida o muerte.
— Mejor duérmete. — Colgó sonriendo para arreglarse y tomar aquella foto. — No salgo tan mal... — Susurró viéndose así mismo con el uniforme de trabajo.
— Buenas tardes. — Sonrió.
— Buenas tardes, ¿En que le- — Levantó su vista al nuevo cliente, era Jeon. — ¿En qué le puedo ayudar? — Dijo reincorporándose para desviar su mirada.
— Un batido de fresa y una dona de jalea, por favor. — Pidió pasándole el dinero.
— ¿Para llevar o desea ingerirlo aquí? — Hablo serio.
— Para aquí por favor mimi. — Sonrió viéndolo.
— Enseguida estará su pedido. — Dijo sin darle importancia.
¿Aún con novio venía a coquetearle? ¿Cúanto era el descaro de Jeon? Pero no caería en su juego, ya le había visto la cara de estúpido por mucho tiempo, ya no lo permitiría.
Al paso de una hora exactamente, Jeon seguía sentado en aquella mesa no tan alejada de Jimin.
Quizás esperaba a su novio.
— Buenas tardes. ¿Qué desea ordenar? — Hablo Park sonriendo.
— Un batido de durazno, por favor. — Pidió para entregarle el dinero.
— ¿Sólo eso? — Lo miro sonriente.
— Sí, que sea para tomarlo aquí, por favor. — Pidió sonrojado.
— Bien... — Lo miro sin saber que más decir.
— ¿Podría... Pasarme... ? — Susurró viéndolo.
— ¿Perdón? No logré escucharlo. — Dijo Park prestándole atención.
— ¿Qué si puedo sentarme en cualquier mesa? — Dijo nervioso.
— Sí, por supuesto, todas están a su disponibilidad. — Asintió.
De inmediato aquel estudiante se fue a sentar a una mesa cercana a Jeon.
¿Por qué estaba tan nervioso? Porque había fallado en pedirle el número de celular a Park.
Desde hace dos días había venido, por curiosidad de sus bebidas, pero termino gustándole Jimin, era su "tipo ideal".
Jeon se encontraba viendo a Jimin sin vergüenza alguna, al parecer ese idiota de anoche no vendría hoy.
Punto a su favor.
— Bien Hyusik, sólo es ir y pedirle su número. — Dijo casi susurrando. — Bien, practiquemos una última vez. — Suspiro para tranquilizarse. — "Hola, soy Hyusik y quería pedirte tu número, eres mi tipo ideal y... Me gustas mucho." —
¿Acaso había escuchado bien? ¿Este niñito iba a pedirle el número de celular a su chico?
Jeon comenzó a hacerse más preguntas como esas, pero al ver como el estudiante se levantaba confiado en dirección a Park, no pudo evitar interrumpirlo.
— Hola, soy Hyusik y quería-
— Amor, ¿Hasta que hora trabajaras hoy? — Dijo Jeon a la par de aquel chico.
— ¿Perdón? — Hablo Park sin entender nada.
— Si lindo, te perdono, sé que trabajas mucho. — Sonrió Jeon para luego ver al chico. — Ah perdón ¿Te interrumpí? — Lo miró burlón.
— Yo... Solo quería saber si me pueden prestar el baño. — Dijo avergonzado.
— Claro que sí, es al fondo a la izquierda. — Hablo Park viéndolo confundido.
— Ja, iluso. — Bufó Jeon.
— ¿Qué es eso de "amor y lindo" Jungkook? — Hablo Park serio.
— Extrañaba decirte así. — Se defendió.
— Mira, enserio no sé que haces aquí y tu propósito al venir, pero solo te aviso que la amabilidad que antes tenía hacia ti, desapareció. — Dijo firme.
— No necesito que seas amable conmigo, solo deseo que nos volvamos amar. — Dijo para ir a su mesa nuevamente.
— No puede ser. — Dijo Park viéndolo serio.