Lobo Perdido Libro 2

By AlexKiaw

29.4K 4.4K 828

Ranshaw Lennox, Mike Denner, Amatis Stevenson y Kris Larsson están dispuestos a dejarlo todo para vivir la vi... More

Notas
Las manadas
1
2
3
4
5
6
7
8
Parte 1 | DENNER
Parte 2 | Dankala
10
11
12
Parte 3 | Müller
13
14
15
16
17
Parte 4 | Dankala
18
19
20
21
22
23
24
Parte 5 | Lennander
25
26
27
28
29
30
31
32
33
34
35
36
37
38

9

581 97 7
By AlexKiaw

—Tengo noticias excelentes —susurró Ranshaw apenas llego al Moony's Toreo y vio a Mike apoyado en la barra del bar.

Jonás se hallaba en el otro extremo, como siempre, acomodando cosas. No podía escuchar la conversación de los dos jóvenes.

—¿Qué pasa?

—Kris. ¡Creo que está esperando!

—¿Él te dio la noticia?

—No. Su aroma cambió. Fue tan sutil que hasta hoy me di cuenta.

Mike no dijo nada. Miró en dirección en donde Toreo se ocupaba de sus propios asuntos y dio una seña a Ranshaw para que lo siguiera al exterior, a la calle. Aquel esperaba un abrazo y una felicitación, así que, desconcertado, fue tras su amigo.

—Y ahora, ¿qué te pasa a ti?

—Amatis también lleva ya a mis cachorros. Y yo he estado pensando que no es seguro quedarnos en esta zona.

—Bueno —Ranshaw sacó un tubo de caramelos, desenvolvió dos y se los metió a la boca. Ofreció a su amigo, pero Mike lo rechazó.

—Podríamos regresar a Lennander —sugirió Mike.

—¿Biel ya no es Alfa Mayor? Porque de otra forma, no permitirá que volvamos.

—¿No crees que tu padre o el mío podrían influir?

Ranshaw negó. No tenía ninguna esperanza. Serían castigados, les quitarían a los Omegas.

—O busquemos alojamiento permanente lejos de la gente. Así los chicos podrán gestar en paz sin tener que estar siempre encerrados en esos cuartuchos inmundos.

—Eso me gusta más. ¿Cuál es la tercera?

—Unirnos a otra manada.

Ranshaw negó.

—En cualquiera, suponiendo que nos reciban, es lo mismo. El Alfa mayor será nuestro dueño. Los niños que tengamos serán suyos. No pasamos por todo esto para rendirnos al final.

—Es peligroso vivir solos y más aquí, Ran. Jonás habló, antes de que tú llegarás, de un grupo de renegados que atacó en el bosque de Jansen. Sobrevivieron casi todos y lograron refugiarse a la ciudad donde al parecer la manada suele mezclarse con humanos de forma habitual, pero hubo pérdidas entre el grupo de Alfas, tres jóvenes murieron en la lucha. Se llevaron a los ejecutores y al líder. Era la manada a la que pensé que podríamos integrarnos. El Alfa Müller tiene fama de ser un tío legal y habita tan al norte que Lennander no tendría ninguna influencia con ellos. Pero ahora ya no existe. Habría que buscar otra.

—Mike, decide tú. Entre nos, tú eres el Alfa Mayor y yo soy tu ejecutor segundo al mando.

—¿Por qué yo? —preguntó, indignado por la falta de consenso en esa decisión.

—¡Vamos mi hermano! Si tú no lo eres, ¿quién?

—¡Pues tú! En las pruebas nos superaste, menos a los seis que creíste que serían buenos ejecutores. A esos los dejaste ganar.

—Estás tergiversando los hechos. ¿Qué piensas que soy? ¿El guardián de Lennander? Hay que mantener el honor, pero yo no hice maldita cosa por nadie, más que por mí mismo.

—Y la idea de salir de ahí fue tuya. —dijo Mike. Caminaron despacio, conversando en voz baja, abrigados con voluminosas chaquetas y, aun así, medio congelados después de una vida entera de vivir junto al mar, corriendo por la playa—. Y nos has conseguido todo, estableciste la relación con Jonás, a pesar de que el contacto es mi padre. Negociaste las habitaciones. Y te llevas bien con cualquiera que se cruza por enfrente.

—Por eso soy tu mejor ejecutor. Cuando consigas algunos más, me relajaré un poco. En lo que respecta a mí y pregunta a los chicos, opinan igual, iremos a dónde quieras, incluyendo a Lennander. Solo recuerda que lo dejamos todo por tener libertad.

—¿Pero a cambio de seguridad?

Ranshaw no respondió. Pegó en el vientre de Mike con el dorso de la mano para detenerlo.

Al fondo del callejón se desarrollaba una escena por demás común en ese barrio peligroso. Tres hombres asaltaban a un chico. Pero la diferencia de edad era notoria. Era apenas un niño que no tenía más de quince años. Y los otros eran adultos.

—¿Puedes creer cuánto deshonor hay? Vamos.

Mike asintió.

—¿Qué diablos hacen con mi amigo?

Su aspecto y tamaño fueron suficientes para disuadir a los sin nombre de seguir molestando al chico. Armados con dos cuchillos, ni siquiera intentaron fingir un valor que no sentían. Salieron corriendo.

EL joven se recargó en la pared. Su palidez era más acentuada que el muro detrás de él.

—¿Estás bien, muchacho?

—Sí señor, gracias.

—¿Querían robar tus pertenencias?

—Eh, no. Es una cuestión de negocios. Supongo que me los encontraré otro día, y tal vez ya tendré lo que quieren.

A pesar de ser tan joven, su manera de hablar denotaba una madurez forjada en las calles, entre criminales. Pero no podía ocultar el temblor de sus manos y la boca seca. Enfrentar a la muerte no le resultaba tan fácil como pretendía simular.

—¿Y qué es lo que buscan de ti? —preguntó Ranshaw, mientras le pasaba el brazo por el hombro para sacarlo del callejón, como si fuera su sobrino favorito. Mike iba atrás, vigilando. Alcanzó a ver en la esquina a los sin honor de nuevo, escondidos tras una pared.

—Que les pague más. Quedamos en algo, hice mi trabajo, ahora dicen que no dijeron eso, que fue otra cantidad. Les dije que no les daría más y así terminé ahí, por poco ensartado.

—Entiendo. ¿Cuál es tu nombre?

—Me dicen Jaak.

—Bien, Jaak. Mucho gusto. ¿Ubicas a Jonás? Es el dueño de ese mugriento bar que está a dos calles de aquí.

El chico asintió. Conocía a ese tío. Y nadie solía meterse con él. Era, por mucho, el tipo más peligroso del barrio. Le tenían miedo.

—Irás a decirle que vas de mi parte. Soy Ranshaw Lennox.

—Ranshaw. Lennox —repitió el chico.

—Y él es Mike Denner. Di a Jonás o a su ayudante, Killian, que vas de nuestra parte. Dale este anillo.

Mike observó, atónito, como Ranshaw se quitaba la joya de oro de su padre y la ponía en las manos del chico que los miraba asombrado.

—Le dices que quiero mi sortija de vuelta —rio—. Ponte a su servicio para cualquier trabajo. Lo que sea que te haga hacer, será mejor que tus negocios con estos sujetos sin palabra. Cuéntale lo que pasó esta noche, para que sepa de qué tiene que protegerte. Confía en él. Dile que eres mi amigo.

El adolescente lo miró con asombro. Pero se tragó sus preguntas y salió corriendo en dirección del bar con la argolla muy apretada en el puño.

—No volverás a ver eso.

—¡Bah! Mi padre está aquí —. Se tocó el pecho—. Eso es un pedazo de metal que le puede dar una mejor oportunidad, haga o no lo que le dije.

—¿Por qué ayudas a todos? Ni siquiera lo conoces.

—Necesita una manada. O se lo comerán esos lobos renegados y cobardes.

—Tienes el alma de un gran Alfa Mayor, Ran. Debiste serlo. Eres compasivo, fuerte y generoso.

—Por favor, ¡Me hubiera muerto de aburrimiento mi hermano! Me habrías visto lanzarme por la ventana a la mitad de la primera reunión de ejecutores. ¡Vamos! Debemos buscar un hogar cerca al bosque. Tengo un nuevo amigo que se dedica a vender terrenos con plusvalía alta, ¡al diablo si sé lo que significa eso! Pero no importa; tiene uno para mostrarme. Míralo y tomas una decisión.

—De acuerdo.

El sitio era perfecto. Circundado por una zona boscosa bastante amplia y solo lotes para construir casas, protegidas por un muro. Los terrenos eran grandes, de modo que la distancia entre vecinos era suficiente.

Consiguieron un buen precio por un par de casas sencillas en la zona más alejada. El dinero aún duraba, pero Mike dijo que tenían que buscar la manera de generar más, pensando que adquirir todo. Era ideal para iniciar su propia manada.

—Necesitamos lobos que quieran unirse a nosotros.

—Jonás mencionó un tío, de nombre Linneti. Es su amigo. Es humano, pero creo que hace grandes negocios con él. Dijo que me lo presentaría pronto, que yo le sería útil. Parece que tiene mucho dinero. Se me ocurre que él puede invertir y luego, no sé, pagarle o algo.

—Aquí podrán crecer nuestras familias. Y los chicos comerán chocolate y se preocuparán por su nido.

—Será un año extraordinario —respondió Ranshaw con un brillo de esperanza en la mirada. 

Continue Reading

You'll Also Like

8.1K 733 14
Segunda historia de los vampiros Lupei Dos seres destinados a estar juntos a pesar de no ser lo que cada uno esperaba. El amor puede matar y puede de...
22.6K 1.7K 6
Amarlo nunca pareció ser suficiente Dre estaba confundido, ¿Porque hacia esto Cheng? El mismo lo había dicho...No había otra opción Alfa: Cheng Omeg...
98.1K 7.1K 14
Amar duele. Ser Alfa también. ¿Acaso no se puede amar y ser Alfa a la vez? Nunca había pedido aquello para su vida. Nunca quiso que pasara todo lo qu...
7.2K 603 9
No soy lo que se puede considerar una persona sensible, los años y las perdidas me han hecho fuerte o eso pensaba yo... Fue hasta que lo vi tirado en...