Ya había transcurrido alrededor de un mes, desde que el pequeño Jimin cumplió un año más de vida.
Ahora se encontraba trabajando como todas las tardes, junto a Taemin.
— Buenas tardes. — Dijo el castaño.
— Buenas tardes ¿Qué se le ofrece?— Sonrió escribiendo en la computadora.
— Mmm... No sé que pedir. — Dijo indeciso. — ¿Me recomiendas algo? — Miro a Park.
— Quizás un café expresso, están dos por uno. — Lo miro amable.
— No me gusta el café. — Negó. — ¿Hay otras bebidas a dos por uno? — Preguntó viendo el menú.
— Las malteadas love. — Apuntó en aquel papel. — Una es de chocolate y otra de fresa, son especialmente para parejas. — Sonrió.
— Perfecto. — Asintió pagándole.
— ¿Para llevar o beber aquí? — Dijo poniendo el dinero en su lugar.
— Para beber aquí, mi novio no debe tardar en llegar. — Soltó yendo a sentarse a una mesa.
Aquella persona había causado algo en Jimin, como si lo conociera o le diera vibras raras... Aunque jamás lo había visto.
— ¿Hola? Tierra llamando a Jimin. — Rió pasando las manos enfrente de Park.
— Ah si perdón. — Dejó de ver aquel chico. — ¿En qué le puedo servir? — Puso su vista en la computadora.
— Un frapuccino y una orden de tus besos, para comer aquí por favor. — Pidió sacando su dinero.
— Lamento decirle que mis besos se acaban de terminar, llegó tarde. — Dijo Park viéndolo burlón.
— Que mal servicio. — Lo miro ofendido.
— Ya enserio, ¿Sólo un frapuccino? — Rió viendo a Kai.
— Si cariño, en la misma mesa. — Le guiñó el ojo para ir a sentarse.
Enserio que Kai estaba logrando acercarse rápidamente a Jimin, entre bromas, palabras bonitas, actos amorosos y más.
Había logrado a gustarle a Park, aunque este no se lo había confesado a nadie.
Prefería guardárselo y esperar a que fluyan más sentimientos entre ambos... Después de todo si ambos debían estar juntos, el destino se encargaría de aquello.
— Y una dona por favor señor. — Pidió aquel pequeño de alrededor de cinco añitos. — ¿Con esto me alcanza? — Miro tierno a Park.
— Si pequeño. — Sonrió aguantándose las ganas de abrazarlo. — ¿Quieres llevártelo a casa? — Dijo recibiendo aquel billete.
— Sí, debo invitar a mi mami. — Asintió.
— Está bien, ahora te la envuelvo. — Sonrió para alistar su pedido.
— Señor yo voy primero. — Se quejó el niño al tener a un chico delnate suyo tapándolo.
Jimin al darse vuelta para ver que ocurría con aquel niño, se llevó una sorpresa inmensa.
Era él.
Era Jeon.
— Jimin. — Susurró Jeon al verlo.
— Señor por favor respete la fila, el pequeño está antes que usted. — Dijo frío.
— Tanto tiempo. — Ignoró las palabras de Park para seguir viéndolo.
Pero alguien más los iba a interrumpir.
— ¡Amor, aquí! — Gritó Taehyung levantando la mano.
Así que era el... Por aquel chico lo dejo. No lo culpaba, era guapo... Muy guapo.
— Jimin, ¿recibiste mis flores en tu cumpleaños? — Lo miro fijamente.
— Señor el niño está antes que usted, por favor respete la fila. — Volvió a decir Park.
— Amor, ¿Acaso estás sordo? Te grite desde nuestra mesa. — Soltó Taehyung agarrándolo del brazo.
— Sí escuche Taehyung. — Dijo sin separar la vista de Park.
— Disculpe joven, ¿Podría llevar a su pareja a su mesa? El niño cree que le quiere quitar su lugar. — Explicó un Jimin neutro.
— ¿Cariño hay algún problema? — Dijo Kai detrás de Kim y Jeon.
— Todo bien, solo una equivocación. — Sonrió viendo a Kai.
— ¿Tu quien eres? — Jeon volteo a verlo con la mandíbula tensa.
— ¿Por qué debería decirte? — Dijo serio.
— ¿Jimin quién es el? — Hablo aún viéndolo.
— ¿Cariño lo conoces? — Preguntó Kai sorprendido.
— No, lo debió leer en mi gafete. — Dijo Park tomando de la mano a Kai. — Ve a sentarte ¿Sí? Solo fue una equivocación. — Sonrió.
— Bien, si tienes algún problema me dices. — Sonrió para acariciar su mejilla e ir a sentarse.
— ¿Jeon de dónde lo conoces? — Preguntó Kim.
— El es mi ex-novio. — Dijo para ver a Park.