"Tendencia + Torpeza" (Adap.)...

By jjkkbunie

115K 14.9K 6.3K

En donde Jungkook no tolera a su reconocido jefe y Seokjin estรก harto de su torpe asistente. ๐ŸŽ–#1 btsstory โ–ช0... More

โ€ข Sinopsis โ€ข
โ” Prรณlogo โ”
๐ŸŽ๐Ÿ
๐ŸŽ๐Ÿ
๐ŸŽ๐Ÿ‘
๐ŸŽ๐Ÿ’
๐ŸŽ๐Ÿ“
๐ŸŽ๐Ÿ”
๐ŸŽ๐Ÿ•
๐ŸŽ๐Ÿ–
๐ŸŽ๐Ÿ—
๐Ÿ๐ŸŽ
๐Ÿ๐Ÿ
๐Ÿ๐Ÿ
๐Ÿ๐Ÿ‘
๐Ÿ๐Ÿ’
๐Ÿ๐Ÿ“
๐Ÿ๐Ÿ”
๐Ÿ๐Ÿ•
๐Ÿ๐Ÿ–
๐Ÿ๐Ÿ—
๐Ÿ๐ŸŽ
๐Ÿ๐Ÿ
๐Ÿ๐Ÿ
๐Ÿ๐Ÿ‘
๐Ÿ๐Ÿ’
๐Ÿ๐Ÿ“
๐Ÿ๐Ÿ”
๐Ÿ๐Ÿ•
๐Ÿ๐Ÿ–
๐Ÿ‘๐ŸŽ
๐Ÿ‘๐Ÿ
๐Ÿ‘๐Ÿ
๐Ÿ‘๐Ÿ‘
๐Ÿ‘๐Ÿ’
๐Ÿ‘๐Ÿ“
๐Ÿ‘๐Ÿ”
๐Ÿ‘๐Ÿ•
๐Ÿ‘๐Ÿ–
๐Ÿ‘๐Ÿ—
๐Ÿ’๐ŸŽ
๐Ÿ’๐Ÿ
๐Ÿ’๐Ÿ (๐Ÿ)
๐Ÿ’๐Ÿ (๐Ÿ)
๐Ÿ’๐Ÿ‘
๐Ÿ’๐Ÿ’ (๐…๐ˆ๐๐€๐‹)
๐„๐๐ˆ๐‹๐Ž๐†๐Ž
๐„๐ฌ๐ฉ๐ž๐œ๐ข๐š๐ฅ #๐Ÿ: "El Niรฑo"

๐Ÿ๐Ÿ—

2.3K 302 44
By jjkkbunie

- ¿Por qué no me dices a dónde vamos? -Vuelvo a repetir, creo que por quinta vez.

-Ya te dije que es un lugar muy especial -bufa-. Adelante, sigue con tus preguntas.

La mano de Seokjin está detenida en mi muslo desde que el viaje inició hace casi una hora, y realmente espero que nunca la aparte de allí. Él sigue vistiendo su traje negro y costoso, pero la corbata ha desaparecido por completo, ya que la arrojó al asiento trasero. Estamos completamente solos en alguna parte del bosque y, a pesar de que el sendero se vuelve un poco siniestro de vez en cuando, el hombre que conduce el ostentoso Audi parece estar muy seguro de dónde se encuentra exactamente.

-Está bien -alargo, y mi expresión se torna pensativa-. Uhm... ¿Cuál fue el momento más vergonzoso que tuviste en público?

-Bueno, me he caído un par de veces en eventos.

- ¿Eso te parece algo malo? -Lo miro-. Yo me caigo todo el tiempo.

A Seokjin se le escapa una risa y noto que se muerde el labio ligeramente.

-Siguiente pregunta, joven Jeon.

-Bien, veamos... ¿Alguna vez pensaste en renunciar a esta vida carente de privacidad que llevas?

- ¿Te refieres a alejarme de la moda? -Pregunta, y asiento con la cabeza-. Sinceramente, no. Amo y disfruto lo que hago -él hace una breve pausa-. Pero he estado pensando en, ya sabes, disminuir un poco la cantidad de proyectos y trabajos que tengo por delante. Cuando el bebé nazca, solo quiero enfocarme en él o ella.

-Eso es adorable.

-Lo sé, soy encantador. -Una mueca altanera se pasea por sus labios.

-Continúo -digo, rodando los ojos nuevamente-. ¿Qué piensas realmente del increíble, maravilloso y sensacional Kang Wooshik?

Seokjin se ríe por la mirada tan ávida que le ofrezco, debido a que la respuesta a esa pregunta me genera genuino interés.

-Siempre me he llevado bien con él... Nunca me dio mala espina -sus hombros se contraen en un gesto fresco-. Sé, sin embargo, que él es muy poderoso y que todo el mundo debería preferir tenerlo de amigo, antes que tenerlo como enemigo.

- ¿Nunca te dio mala espina? -Repito, porque aquello me resulta poco creíble.

-Él no. Bonhwa sí.

- ¿Quién es ella?

-La madre de sushi -dice, y noto que empieza a mover la cabeza en una negativa-. Esa mujer es... Joder, es la rencarnación de Leviatán. No sabes cuántas veces quise contestar a todas las mierdas que decía sobre las personas homosexuales, ¡mientras cenábamos! Por favor, no había manera de frenarla.

-Debe de haber sido muy duro para ti y Yunbi-ssi.

-Lo fue... Todavía lo es -puntualiza-. Pero creo que ya me he acostumbrado. Cada vez que empieza a hablar mal de algo, simplemente reproduzco música de ascensor en mi mente.

-Ese es mi papi -digo, haciendo uso de un tono bajito y dulce.

Los ojos de Seokjin rápidamente se posan en mí, pero termina carcajeando.

-Qué gracioso eres -me murmura con indudable sarcasmo-. De todas formas, he estado pensando mucho en todo esto y no puedo evitar pensar que ella tiene algo que ver en lo que está sucediendo...

- ¿Por qué lo dices?

-Hace menos de un año nos enteramos que Bonhwa sufre de Lupus eritematoso sistémico. -Hace una pausa dudosa-. Realmente nunca me molesté en investigar al respecto, todo lo que sé es que es una enfermedad grave y está algo avanzado, y por eso ya no desea recibir a nadie en su casa, ni siquiera a Yunbi. Supuestamente se alegró con la noticia del bebé, pero no puede importarme menos -se encoge de hombros y, sí, en definitiva, no le interesa en absoluto.

- ¿Piensas que ella le dice a Wooshik que actúe para mantener el orden y la reputación? -Mi ceño se frunce.

-O que Wooshik lo hace para que ella no se estrese o deprima -refuta, manteniendo una expresión pensativa-. Piénsalo, niño. Imagina que su teoría era cierta, que tú y sushi tienen una aventura... -Se detiene solamente para reírse-. Mierda, me causa gracia incluso decirlo.

-Ya, prosigue.

-Bueno, imagina eso... Imagina la imparable repercusión mediática que tendría -me observa-. Tu cara, la de Yunbi y la mía estarían por todas las páginas web, por todos los periódicos y revistas de chismes. Eso no le haría nada bien a una mujer que lentamente está muriendo por su condición, ¿verdad?

Un silencio se impone entre nosotros, simplemente porque necesito procesar con detenimiento todo lo que acaba de decir. Por un momento, tengo ganas de reírme, pero luego lo pienso mejor y me doy cuenta de que no es tan descabellado todo lo que ha espetado.

Y no puedo evitar elogiar en mis adentros lo razonable e inteligente que es este hombre. Si dependiera de mí, la teoría final sería que unos extraterrestres secuestraron a Wooshik, le lavaron el cerebro e insertaron aquella idea sobre Yunbi y yo en su cerebro.

-Supongo que no...

El camino se vuelve más sinuoso ya que hay unos cuántos pozos en la calle de tierra, pero consigo hacer reír a Seokjin cuando finjo estar en una montaña rusa, soltando exclamaciones y algún que otro chillido atestado de fingido terror. No volvemos a tocar el tema de la familia de Yunbi, pero estoy seguro de que ambos seguimos dándole vueltas a dicho asunto.

De pronto, en el horizonte cercano, y escondida entre los espesos y altos árboles, logro divisar una casa. Al parecer, la única vivienda que existe por esta zona.

Mi ceño se frunce y, automáticamente, desvío la mirada hacia Seokjin.

-Y al fin hemos llegado. -Me dice, con un atisbo de sonrisa asomándose por sus labios.

El único pensamiento que tengo en la mente ahora mismo es que esta parece la típica casa en el bosque donde un asesino serial persigue y despedaza a sus víctimas, pero no se lo haré saber. Sé cuál será su respuesta: "viste muchas películas de terror, niño". Y sí, lo he hecho.

El Audi atraviesa una entrada decorada con una enredadera que cuenta con un precioso detalle de pequeñas florecitas. Avanza a baja velocidad por el camino creado para los vehículos y, finalmente, se detiene delante de la casa.

Seokjin se quita el cinturón de seguridad y yo lo imito, para luego descender del coche.

- ¿Esto te pertenece? -Le pregunto, aunque la respuesta es obvia.

-Así es. ¿Te gusta?

-Sí... -Digo, mirando con estupor en dirección a la vivienda-. Me pregunto si tienes un fetiche con las casas ubicadas en el medio de la nada.

Seokjin carcajea, justo antes de tomarme de la mano para entrelazar nuestros dedos, mientras que caminamos hacia la puerta principal.

-Créeme, vida -un tinte socarrón disfraza a su tono de voz-, tengo muchos fetiches, pero el que acabas de mencionar no es uno.

Ruedo los ojos con gracia.

- ¿Vamos a quedarnos aquí? -Otra pregunta estúpida se me escapa, pero no puedo evitar interrogar. Esto es demasiado lindo y siento que no lo merezco.

-Si quieres dormir en el bosque como un animalito salvaje, no voy a oponerme -se burla, al tiempo que encoge sus hombros.

-Qué gran chiste, Miranda... -Pongo los ojos en blanco, pero la diversión no abandona mis facciones-. ¿Hablaste con Yunbi-ssi?, ¿ella no va a enojarse si no regresas?

-No. Al contrario, ella y Minjoo van a adorarme por irme... -Me mira con una pizca de picardía-. Si sabes a lo que me refiero.

La risotada que se me escapa hace que Seokjin se una a la risa.

-Creo que tengo una idea.

El hombre que me acompaña -y que nunca deja de sorprenderme- me suelta la mano para tomar el manojo de llaves resguardado en el bolsillo de su pantalón oscuro. Del mismo, elige la que encaja en la cerradura y, luego de dos vueltas, la puerta blanca se abre. Seokjin me hace una seña para dejarme avanzar primero, así que lo hago.

El asombro es lo primero que arremete contra mí apenas doy un vistazo al interior de la estancia y, a ello, le sigue la admiración. Esta casa es muy distinta a lo que estoy acostumbrado a ver alrededor de Seokjin; es más pequeña que su mansión, no cuenta con tantas ventanas y el principal componente de la decoración es madera.

Este sitio parece sacado de un cuento de hadas, y sin duda es uno de los lugares más hermosos que he visitado en toda mi vida.

A medida que mis pies se adelantan, noto que el suelo es un edredón desigual de suaves piedras planas, y me sorprende que esté tan limpio, considerando que Seokjin no viene tan a menudo.

Las paredes blanquecinas le dan un toque armonioso y las puertas de cálida madera me resultan de lo más original. Se nota que los muebles decorativos han sido ubicados con muchísima logística previa, porque no hay ningún espacio que no tenga un protagonismo propio. Lo que más me gusta, sin embargo, es la chimenea colocada en una esquina.

Es una casa muy cálida... Muy Seokjin, pero no ese Seokjin famoso y millonario. Sino que ese Seokjin chistoso, curioso e inteligente.

Siento que unas manos grandes y familiares se posan sobre mis hombros y las mismas me ofrecen una caricia fugaz.

- ¿Te gusta? -Seokjin parece muy interesado en mi respuesta, justo antes de plantar un beso en mi nuca.

-Me encanta.

Percibo que sonríe y luego escucho el sonido que produce la puerta cerrándose.

-Tengo una pregunta.

-Dime, vida.

- ¿Cómo es posible que este lugar esté tan limpio? -Me río en medio de mis vocablos.

-Una persona de confianza viene cada semana a asear -contesta, un instante antes de volver a besarme, esta vez en la mejilla.

-Oh -mi nariz se arruga un poquito-, eso explica todo.

No puedo hacer nada más que seguir apreciando lo que me rodea. Cada pieza, cada pequeño detalle y color encaja en esta cálida casa como si de un gran rompecabezas tridimensional se tratase.

-Es mucho más pequeño que la casa que compartes con las chicas -observo en voz alta.

-Sí -dice, y detecto un poco de sospecha en su matiz-, ¿por qué suenas tan sorprendido?

-Porque pensé que te gustaban los lugares grandes -me encojo de hombros con naturalidad.

-Me gustan, pero esta casa suele ser habitada solo por mí y no vi la necesidad de que sea tan gigante.

Me giro para mirarlo.

- ¿Te refieres a que nadie ha venido aquí? -Mi entrecejo se frunce-. Además de ti, claro.

-Estás tú ahora, ¿no es así? -Una sonrisa tira de sus comisuras labiales y se muerde el labio inferior, antes de volver a robarme otro beso y agregar-: Yunbi conoce la ubicación, pero nunca ha venido por respeto. Sabe que este es el único lugar en donde puedo pensar, razonar, llorar, gritar, o destrozar algo.

- ¿Cómo hiciste para encontrarla? Quiero decir, la compraste, ¿verdad? -Continúo; no puedo parar con mi pequeño interrogatorio.

-No -su cabeza se mueve en una negativa-. Hice que la construyeran.

-Es muy hermosa, Jin -sonrío al fin, porque todas mis dudas fueron respondidas sin problema-. Tiene una vibra muy similar a la tuya.

Se acerca un poco más hacia mí y percibo que coloca su barbilla sobre mi hombro.

- ¿Qué tipo de vibra tengo?

La voz ronca y lenta que siento justo detrás de mí, hace que un escalofrío se desencadene en todo mi cuerpo y, de pronto, un nudo de anticipación se me instala en el vientre. Siento que la piel de mis brazos se eriza, pero me obligo a tragar saliva y seguir teniendo el control sobre mi propia respiración.

-Formal, cálida, atractiva, seductora... -Hago una pausa-. Un poco anticuada.

Un silencio se establece entre nosotros durante unos breves instantes. De repente -y como respuesta a lo que he dicho-, una de las manos de Seokjin envuelve mi cintura para obligar a que me voltee y quedar frente a frente con él. No puedo evitar reír ante la expresión tan insondable y seria que está tallada en su rostro ahora mismo.

- ¿Acabas de llamarme viejo, mocoso? -Reprocha en un gruñido bajo.

Comienza a hacerme cosquillas y yo pierdo la cordura absolutamente.

- ¡No! -Chillo entre risotadas histéricas-. ¡No quise decir eso!

-Veo que quieres meterte en problemas -espeta y se detiene.

Me veo obligado a, con el dorso de mi mano, limpiarme el rastro de lágrimas que se ha acumulado en mis ojos debido a todas las carcajadas que solté momentos atrás.

- ¿Más problemas de los que ya tengo? -Inquiero con ironía.

Él estudia mis ojos con un semblante burlón, mientras enarca ligeramente una ceja. ¿Es posible que un ser humano sea tan atractivo sin siquiera estar haciendo algo relevante? La respuesta es sí, y Kim Seokjin es la prueba.

Con lentitud levanta un poco mi barbilla y su boca atrapa a la mía. Es un beso tierno y lento, sin apremio ni ferocidad. Su lengua apenas toca la mía en un contacto gentil, agradable. Su sabor ahora me resulta tan familiar y cálido al mismo tiempo, que no puedo evitar apegarme más a su figura.

Cuando nos separamos, Seokjin pestañea un par de veces, sin apartar la mirada de mis labios húmedos. Me roba otro beso y luego se inclina hacia atrás.

-Voy a bajar las bolsas de comida -me informa-. ¿Por qué no vas a recorrer la casa?

- ¿No necesitas ayuda? Soy más fuerte que tú -bromeo.

Una risa carente de humor brota de su garganta.

-Ya veremos qué tan resistentes son tus músculos, pequeño desafiante.

Cada palabra que suelta cae sobre mí como un balde de agua fría y me paralizan por completo sin remedio. Siento que la respiración se me atasca y, por un instante, mis ojos se encuentran ampliamente abiertos. Parece que mi reacción fue la que él esperaba, pues lo veo sonreír antes de salir en dirección hacia el coche aparcado fuera de la casa.

Carajo. Muchísimos carajos juntos.

El terror se ha colado en mi torrente sanguíneo y no transcurre más de un minuto hasta que dicha abrumadora sensación me corre por todo el cuerpo. Yo no estoy loco, él dijo eso con un sentido sexual.

Aún tengo muchas preguntas referidas a eso. Una parte de mí, me grita con desespero que no está lista. Por otro lado, esa parte de mí que lleva casi diez meses sin sexo trata de endulzarme el oído para que simplemente me deje llevar, asegurándome de que acostarme con Seokjin no será nada de lo que deba arrepentirme más adelante.

Sé que debería hablar sobre este tema con él, pero la vergüenza me impide externar en voz alta todo eso que pasa por mi cabeza.

Jamás he estado con un hombre y nunca se me había pasado por la cabeza hasta que conocí a Seokjin. La idea de una nueva experiencia con él me aterra y me emociona en proporciones iguales; mi ano es extremadamente virgen y no sé qué carajos hacer.

Niego con la cabeza para dispersar estas ideas encontradas y, con pasos tímidos, comienzo a avanzar para echarle un vistazo al resto de la casa.

Me paseo por el comedor, la cocina pintada de verde, la despensa llena de comida, el vestidor de Seokjin en donde predominan ropas informales y cómodas, y también una luminosa oficina, donde cuelgan varias pinturas poco coloridas.

Un grito ahogado y cargado de emoción se me escapa cuando, en el cuarto siguiente, me encuentro con una inmensa repisa en la pared repleta de libros. Me resulta imposible contener el entusiasmo y la sorpresa. Mis ojos barren la extensión de la biblioteca de madera, tratando de analizar algunos de los títulos.

Decidido: dormiré aquí.

Luego, me sorprende descubrir que la casa solo cuenta con una única habitación; al inicio de la misma hay una improvisada y pequeña sala, llena de revistas de moda. Sin embargo, la atracción principal de la estancia es la cama, ya que es la más grande que he visto en toda mi existencia. Está cubierta por sábanas blancas y muchas almohadas. Carajo, cambié de parecer: ¡quiero dormir aquí! Según mis cálculos espontáneos, unas ocho personas entrarían en esa cama. Frente a la misma, hay una televisión -también- gigantesca.

En medio de mi análisis visual a la hermosa estancia, comienzo a escuchar la voz de Seokjin y mi ceño se frunce un poco. Sin dejarme distraer por la belleza del espacio en el que me encuentro, regreso a la sala en busca de mi hombre.

-Nahyun, te he dicho que... -Lo oigo exclamarle al teléfono, en el instante exacto en el que reaparece en mi campo de visión. Seokjin se percata de mi presencia, por lo que su boca se cierra para pensar mejor en las palabras-. Que puedes llamarme a cualquier hora, cualquiera sea el motivo... -Dice por obligación, en voz baja y con una pizca de frustración. Sin embargo, continúa con firmeza-: ¿Qué sucede?... ¡¿Qué?! ¿Y qué le dijiste? No, está bien, no te preocupes -niega reiteradas veces-. Vete a casa, es una orden.

La llamada entre mi amiga y Seokjin acaba cuando él baja el móvil, y su molestia parece incontenible. No deja de negar con la cabeza.

- ¿Qué sucedió? -Pregunto con preocupación.

-Wooshik fue a la empresa -espeta-. Nahyun le dijo que salí y que no sabía si volvería o no.

El estómago se me revuelve al oír el nombre de ese hombre horrible.

- ¿Debemos preocuparnos?

-Me ha llamado dos veces durante el viaje, pero no le contesté, obviamente -me informa, notablemente despreocupado-. Si es algo importante, enviará un mensaje.

Mis labios se fruncen un poco y un atisbo de mueca burlona tira con lentitud de los mismos.

-Creo que él tiene sentimientos por ti -suelto, actuando un semblante serio y pretendiendo analizar cautelosamente la situación-. Siempre va a visitarte.

La carcajada que Seokjin expresa ante la ironía de mi idea, me hace reír también. Su risita es totalmente contagiosa y me fascina.

-Debemos admitir que él es un viejo atractivo... -Mueve las cejas, pero la mirada coqueta desaparece de su rostro cuando mi expresión se endurece-. Es broma, es broma... Solo quiere asegurarse de que mi boda con Yunbi sea un éxito y que nos apresuremos en casarnos... -Suspira-. No sé qué reacción tendrá cuando la cancelemos, pero no quiero pensar en eso.

- ¿Van a cancelar la boda?

-Probablemente -puntualiza-. Debemos idear algún pretexto.

-Nahyun va a querer morirse -es lo primero que se me viene a la mente y no me lo reservo, aunque no sea precisamente un reproche-. Ella se ha esforzado tanto.

-Ella debería dedicarse a organizar eventos, ¿no crees? -Me mira con un destello dulce en sus ojos oscuros-. Es muy buena.

-Nahyun es buena en absolutamente todo lo que se proponga -asiento para mí mismo mientras hablo-. Cuando sea grande, quiero ser como ella.

- ¿Tienes hambre? -Seokjin pregunta después de que se ríe apropiadamente de mi declaración.

-De ti -contesto, sin un rastro de pudor en mi voz.

Mi contrario efectúa dos cortos pasos para acabar con la distancia que nos separa y me regala un beso suave, pero no se aparta. Sus labios rozan delicadamente los míos cuando vuelve a hablar.

-Tenemos todo el fin de semana, niño -susurra y me besa otra vez-. Voy a preparar algo para comer.

He tenido uno de los mejores días acompañado por Seokjin.

Almorzamos, dormimos una breve siesta, vimos una película, recorrimos un poco del increíble bosque que tiene como patio trasero, volvimos a comer y jugamos ajedrez. Su teléfono no sonó en ningún momento porque lo apagó luego de haber hablado con Yunbi y el mío... Carajo, tengo tres llamadas perdidas de mi padre. Va a matarme, pero estoy tan relajado en este sitio, que no quiero pensar en la tormenta que se me viene cuando me digne a dar la cara frente a Hyanie y papá.

Luego de que tomé una ducha, Seokjin pensó que imitarme sería una buena idea. Mientras espero a que él regrese, mato el tiempo apreciando la incontable cantidad de libros con los que su biblioteca cuenta.

Tiene libros de muchos géneros, pero predominan escritos policiales, de suspenso y dramas financieros. Algunos de los ejemplares parecen más antiguos que otros, y eso me sorprende. Con lo grande que es la cuenta bancaria de Seokjin, él podría sencillamente reemplazar sus libros todos los años.

Estoy sentado en el suelo de madera cuando mi cuerpo reacciona dando un brinco, una vez que siento que una figura familiar se ubica justo por detrás de mí. Lo siguiente que percibo, son las piernas de Seokjin rodeándome y apegando su torso a mi espalda mientras me abraza. Su aliento es como una llamarada en mi piel, la sensación es plenamente agradable.

- ¿Encontraste algo que te guste? -Pregunta, luego de haberme besado la parte posterior de mi cuello.

Sonrío antes de replicar:

-Tienes muchas crónicas y novelas policíacas -puntualizo.

-Mi favorita es "El halcón maltés" -me cuenta-, ¿la leíste?

- ¿De qué trata? -Cuestiono después de negar con la cabeza.

-Un detective privado es contratado por una mujer que, al inicio, parece una lunática. Básicamente, al aceptar todo el dinero que ella le da, debe comenzar una búsqueda extraña. Y también resolver el misterio de un asesinato que me dejó impactado.

-Suena interesante.

-Totalmente -espeta, con notable entusiasmo-. Puedes llevártelo, si gustas.

Mi ceño se frunce y mi mirada busca rápidamente la suya.

- ¿De verdad estás prestándome tu libro favorito?

-Puedes tomar todos los libros que llamen tu atención, niño -dice en compañía de una sonrisita cortés-. Pero me los devuelves sanos y salvos.

Arrugo la nariz agraciadamente y me inclino hacia él para plantar un pequeño beso en su boca.

- ¿Leíste todos estos escritos? -Continúo.

-Sí, excepto los de la última fila, los tengo pendientes.

-Esta biblioteca es asombrosa -hablo en un suspiro y lleno de vehemencia-. Y tu gusto literario también lo es.

-No he visto muchos libros en tu apartamento -dice, al tiempo que se desliza un poco para sentarse junto a mí, aunque nuestras piernas se mantienen prácticamente entrelazadas entre sí-. ¿Prefieres las películas?

-No, de hecho, prefiero los libros -contesto-. Pero realmente no he tenido la oportunidad de comprarme libros por gusto, todos los que tengo los he adquirido para la universidad.

Un suspiro se va después de todo lo que digo. De repente, siento que el calor va directo hacia mi rostro, pero no puedo hacer nada para evitarlo. Me siento como un tomate del carajo.

- ¿Por qué siento que estás avergonzado, vida? -La pregunta que Seokjin me hace suena cautelosa y puedo sentir sus ojos intensos sobre mí, pero no soy capaz de devolverle la mirada.

-Porque... -La inestabilidad se apodera de mi voz, por lo que me veo obligado a hacer una pausa para tragar saliva antes de volver a intentar hablar. Me siento incómodo y apenado-. Porque no tengo casi nada para ofrecerte. Literalmente no puedo darte nada que ya no tengas.

El silencio que sigue a mis palabras es tenso y me abruma absolutamente, es casi doloroso. Me siento como un completo idiota, pero no hay nada que pueda hacer al respecto.

-Jungkookie -Seokjin comienza a decir, haciendo que mi pulso se acelere. Mi mente me arroja el dato de que él nunca me había llamado así, hasta ahora-, ¿sabías que me ofreces todo lo que me hace bien con tan solo sonreírme?

Tiemblo literalmente de amor. Las comisuras de mis labios se levantan un poco, pero la angustia se mantiene firme en mi semblante.

-Entiendes cuál es mi punto -agrego.

-Sí, pero, ¿sabes una cosa? -Sus manos ahuecan mi rostro y levantan mi mentón, obligándome a devolverle la mirada-. Solo tienes veintidós años, tienes mucho por crecer aún y estoy seguro de que con tu inteligencia, creatividad y carisma, muchas puertas se te abrirán, pero necesitas ser paciente -sus labios se presionan dulcemente sobre los míos-. Aunque no lo creas, cuando yo era adolescente tuve que elegir entre comer o comprarme un par de zapatos para reemplazar los agujereados.

Nuestros ojos oscuros están más conectados que nunca y, es cuando Seokjin me acaricia el labio inferior con su pulgar, que todo mi cuerpo, mi alma y mi corazón, se dan cuenta de que están completamente enamorados de este hombre tan valioso y valiente.

No sé cuántas veces he parpadeado y no sé cuánto tiempo estuve callado, pero ahora este nuevo sentimiento está en cada parte de mí. Puedo sentir que mis manos sudan y que mis ojos comienzan a aguarse lentamente, aunque no son lágrimas de tristeza, sino que todo lo contrario.

Le doy un piquito.

-Serás un papá increíble -susurro.

Seokjin presiona sus labios, haciendo una pausa.

- ¿Vas a quedarte conmigo durante este aterrador viaje llamado paternidad?

-Por supuesto -digo, y mi cerebro se esfuerza por encontrar una respuesta más acorde al momento, pero mi verdadera personalidad es vencedora y decide soltar el comentario bromista-, alguien tiene que enseñarle chistes y contestaciones sarcásticas a esa bolita de amor.

Mi cielo personal se ríe, y ese sonido es similar a un beso suave.

-Tengo muchas ganas de ver eso.

AAAAWWWWW EL FINAL GENTE QUE BONITO *-*
Necesito una casa a solas como Seokjin, que envidia~
¡Vamos! Dejen su votito y comentario que me encanta leerlo ❤️✨
¡Nos vemos el lunes!

Continue Reading

You'll Also Like

90.3K 12.8K 27
Jin es un omega que vende su cuerpo por dinero y trata de sobrevivir por su bebรฉ, una noche desafortunada es mordido en el cuello por un Alfa descono...
10K 926 17
Ni Jimin, ni Junmyeon creian como su vida pudo haber cambiado, cuando fueron convertidas en esclavas, sobre cuando conocieron a 2 hombres, que eran e...
243K 38.7K 49
Un chico ciego que conoce el mundo a travรฉs de los ojos de un delincuente. โ—• Errores de ortografรญa y de narraciรณn. โ—• Historia totalmente de mi autorรญ...
430K 43.7K 110
La verdad esta idea es pervertida al comienzo, pero si le ves mรกs a fondo en vastante tierno mรกs que perverso. nop, no hay Lemon, ecchi obviamente, p...