¿Nervioso?
La mapache, como Katsuki la llamaba, se dirigía a él con paso calmado y una cara que gritaba pánico y diversión al mismo tiempo. Él estaba sentado en la barra de bebidas con su vaso a medio beber cuando esta arribó.
-no está interesado en mí- declaró tomando asiento a su lado.
- todos en esta fiesta están interesados en ti. - desde que habían entrado, el rubio percibió como la mayoría contemplaban a la rosada, era preciosa, cualquiera estaría interesado en ella.
-él no, créeme- aseguró y una pícara sonrisa se adueñó de su rostro- pero... está interesado en ti.
Katsuki que, tranquilamente había tomado un sorbo, escupió el líquido de sus labios explorando con sus ojos el salón hasta dar con el pelirrojo. - ¡¿qué fue lo que dijiste?!
-que tu nombre es Katsuki Yaoyorozu, no soy estúpida- el rubio volvió a mirar en dirección del Kirishima, pero este había desaparecido. - mira, lo puedes hacer es...
-Hola- el par se volvieron hacia la voz. Y por más que se intentó contener no pudo evitar escudriñar al hombre con la mirada, debía admitir que estaba bien vestido, muy bien vestido, y cargaba un porte de respeto. - sírvame un vino del 92- dijo al barman- y también uno a mi amigo- regalándole una radiante sonrisa al cenizo
- odio el vino- "y al que me lo ofrece igual", pensó.
Mina se deslizó de su asiento en silencio, sin embargo, sin siquiera mírala el ojirubí la sujeto- ¿adónde crees que vas? - se encogió de hombros como respuesta
- ¿te da vergüenza quedarte solo conmigo?
- ¡A ti nadie te hablo, pelos de incendio! ¡No te metas! - se levantó para quedar a la altura del pelirrojo, era ligeramente más algo que él, pero solo era por su estúpido cabello. - ¡¿en serio crees que me causas alguna clase de emoción?!
- entonces acéptame un trago, yo únicamente soy amable. Es que me pareces lindo- dijo aun con una sonrisa. "Demonios", pensó, "tendré que lavarme la legua con cloro".
Katsuki echó un vistazo a su amiga, pero esta ya se había fugado. El pelirrojo parecía un idiota, sacarle información no sería nada difícil.
- Un whisky – y el barman trabajo de inmediato
Esperaron por las bebidas. Bakugo no bajó la guardia en ningún momento, visualizaba al empleado con sumo cuidado de que no vertiera nada extraño a su bebida.
Un silencio lleno de tensión se instaló en el centro de los jóvenes, era tan denso que podía cortarse con una tijera para niños. Cuando sus respectivos tragos llegaron, ambos varones aguardaron, no sabían exactamente a qué, pero lo hicieron.
Se quedaron sin mover un solo dedo por un par de minutos, hasta que, de nuevo, el pelirrojo rompió el hielo- ¿eres comerciante, traficante o vienes de acompañamiento?
Hablar con este sujeto realmente era un martirio para Katsuki, era alegre, y sobre todo su enemigo. ¿Cómo es que no lo estaba torturando justo ahora? ¿Quizá con asido, fuego, golpes? Ya que no podía hacer nada de eso al menos debía aprovecharse de él como le fuera posible.
-no es tu maldita incumbencia- ok, quizá esto no era lo que quería contestar, pero por lo menos le respondió.
-yo soy comerciante de armas blancas, mi nombre es Eijiro.
Su estúpida sonrisa de niño bueno comenzaba a sacar a Katsuki de sus cabales. Parecía que al sonreír la zona en la que estaba era iluminada con fervor, aunque hubiera luz en ella. Y eso solo lo irritaba más.
-traficante- después de unos minutos, respondió. - vine a cerrar tratos. Trabajo con la mafia japonesa más poderosa.
- ¿los Kirishima?
-los Bakugo- lo miro con su típica sonrisa de superioridad, tentar a la suerte no era buena idea, pero no se iba a romper la cabeza para el idiota frente a él.
-mmmm, lastima- el de traje oscuro se levantó de su asiento y se acercó al cabello arenoso- he escuchado que son horribles, pero tú...- acorto un poco más la distancia- eres bello.
El cenizo iba a vomitar, en serio que era un idiota, tenía que ser inteligente, si el hombre estaba interesado en él tendría que jugar un poco más sucio de lo que le gustaría para obtener información. Tendría que ser como mina, coqueto y seductor. Qué horror.
Por otro lado, el pelirrojo se sentía igual de asqueado por aquel sujeto, puede que al verlo por primera vez le hubiera parecido hermoso, pero ahora que sabía quién era las cosas habían cambiado bastante. Si lograba seducirlo podría conseguir lo que buscaba.
- ¿te pongo nervioso no es así? - ninguno apartaba la mirada del otro, quien lo hiciera era porque era más débil.
-en lo absoluto, pelos de mierda.
Volvió a tomar asiento y pidió otra copa de vino, iba a necesitar más alcohol en su sistema para seguir adelante.
- ¿trabajas con ellos hace mucho?
- ¿qué tipo equipo usas?
-no respondiste mi pregunta.
- responde la mía- esto seria mas dificil de lo que sospechó
A base de "coqueteos", si es que podían llamarse de esa forma, transcurrió casi una hora entre preguntas minuciosa y discretas, y también siendo evadidas por ambas partes, era como ver danzar a dos aves, persiguiéndose una a otra para conquistar la meta.
El resto de su equipo se hacía lo ellos deberían estar haciendo, sin embargo, eran suficientemente capaces de hacerlo por su cuenta. Aun de este modo, esto no los estaba llevando a ningún lado. Por lo que o pensaban en un plan, o habrían desperdiciado una hora de su valioso tiempo con la persona que más les desagradaba.
Después de otro breve tiempo, el cenizo tomo pie de manera cauta. El pelo de mierda no lo notó por estar meditando un plan. Claro, Bakugo ya tenía uno. Este último rodeo el asiento de Kirishima colocando sus brazos sobre la barra y rodeando, sin tocar, a su enemigo.
Eijiro se sorprendió por aquella acción, pero no opuso fuerza.
- ¿Ahora quien está nervioso, idiota? -susurró Bakugo a milímetros de su oído.
- ¿Así que sí estabas nervioso?
El pelirrojo rodó sobre su habiendo sin que Katsuki cambiara de posición, quedando frente a frente uno del otro, Kirishima sonreía, pero ya no era una sonrisa gentil, sino una cómplice como si ya supiera las intenciones del rubio: provocarlo.
- Creo que quieres algo de mí, ¿no es así? - volvió a susurrar muy cerca de su rostro.
- Y tú de mí.
Los dos se veían con intensidad, esperando.
Las apuesta y subastas habían comenzado desde el inicio de la reunión, y estarían hasta el final. Sí. Katsuki tenía un plan.
- muy bien. Juguemos un rato, el que gane más subastas le pedirá al otro lo que quiera. - el cenizo nunca perdía, era rico y poderoso, y sobre todo más inteligente que el idiota delante suyo.
Cuando ganara solo pediría respuestas, o quizá, siendo más honesto consigo mismo, le ordenaría que se siguiese, de esta manera lo sometería y lo torturaría como tanto anhelaba.
El chico también tomo pie alto y sin cambiar la distancia en la que se situaba el par, sonrió con más vigor- me perece tan encantador como tú. Hagámoslo.
Les dije que les haría ilustraciones de vez en cuando.
Aquí les hice dos con mucho cariño. 💕
Este capítulo me causo algunos conflictos, ya que quiero mas acción entre mi bbs pero deseo que sea de forma orgánica y no forzada.
No se si la sientan así, pero almenos espero les guste.