Dagger
Reconozco que me cuesta dejar a Blue dormido en la habitación, soy incapaz de separarme de él, de cubrirle con algo más ligero que una suave tela, porque lo que quiero es cubrirlo con mi cuerpo las 24 horas del día.
Soy un alfa en control, siempre lo he sido, pero lo pierdo completamente con él, con su rostro y sus ojos enormes que me miran con el amor más puro que he visto en mi vida.
Enredo mis dedos en sus suaves rizos oscuros, y el gime de placer. ¿Cómo he podido vivir sin él todo este tiempo?
Sonrío, porque me estoy convirtiendo en todo eso que una vez me pareció ridículo, un alfa blando y enamorado incapaz de separarse del culo de su omega.
—Me voy ya —le susurro suavemente, y Blue gime despacito. Sus ojos azules se abren lentamente, ¿pueden ser tan luminosos para que nunca pueda perderme?
—¿Puedo acompañarte? —Su sonrisa cansada es una tentación para no volver a salir de allí nunca más. Pero mi omega necesita un descanso, necesita descansar de mí aunque sea unas horas, y si viene conmigo ahora, no va a poder hacerlo, porque no voy a ser capaz de resistirme a él.
Y el bucle en mi cabeza de imágenes donde le tomo en cada rincón de este maldito lugar me dejan bien claro, que aún no estoy preparado para llevarlo conmigo a mis obligaciones.
Tengo que hablar con mis Primeros, Hammer ha llegado con malas noticias, y el consejo no deja de joderme con una reunión sobre los precios de los aranceles de la antigua manada de Blue.
¿No se dan cuenta de que soy un alfa enlazado y que solo quiero estar con mi omega?
Pero nadie dijo que ser el líder fuera una cosa fácil, ni cuánto control me requeriría no arrancar un par de cabezas al día de esos putos betas del consejo.
Sé que Blue ha llegado a mí como un regalo de la Diosa, un regalo que ni siquiera sabía que necesitaba, pero que he anhelado siempre.
—Te esperaré, no les gruñas mucho —dice. Y sé que le amo y que no es porque sea un omega y yo sea un alfa, es porque él es Blue, y ningún otro.
Sus labios están hinchados, aunque aún hace calor a finales de agosto, necesito cubrirlo del mundo, solo es una suave tela como sábana, pero me voy más tranquilo dejándolo protegido por ella.
Cuando salgo, Hammer, Axe y Saw me están esperando. Va a ser un largo, largo día, pero ahora, en mi casa, hay un pequeño y bonito motivo para volver.
Hammer
Nunca había visto el rostro de Dagger tan relajado, ese omega es toda una bendición de la Diosa, y me alegro por mi líder y mi amigo. Él más que nadie se merece un poco de paz y felicidad, aunque debe tener la polla en carne viva.
No me importa cumplir sus funciones el tiempo que necesite, pero más tarde o más temprano va a tener que volver a la vida pública, y esa es una carga que solo él puede llevar sobre sus hombros.
—Vedme contando qué pasa con la frontera norte. —Su tono se va haciendo cada vez más duro a medida que nos alejamos de Blue.
—Dos campamentos han sido arrasados, los han matado a todos, incluidos los gamma.
Ese era el problema de las hordas de deltas, que lo arrasaban todo. Las manadas siempre respetábamos a gammas y omegas, nunca los matábamos sino que los introducíamos a nuestra propia manada.
Los deltas solo destruyen, roban y matan. Y este grupo estaba pidiendo una acción inmediata.
—¿Cuántos crees que son? —pregunta Dagger.
—Mínimo deben de quedar 40.
—¿40? Eso no puede solo ser una horda de deltas, ¿seguro que no son una manada? Los de más allá de Clear Montain.
—Nuestros exploradores han comprobado que a ellos también los han atacado.
—En ese caso hay que encontrarlos y destruirlos, inmediatamente.
—Necesito un mínimo de 50 alfas, necesito rastreadores, y los exploradores del sur.
Dagger asiente, nuestra unión con la manada de Sweet Water, nos ha hecho más fuertes, nuestras fronteras están seguras, y podemos contar con nuestros alfas del sur.
—Axe, Saw —dice Dagger con rotundidad—. Os vais al norte, quiero sus cabezas.
Ambos asienten, y yo estoy dispuesto a recibir mis órdenes.
—Hammer, tú te quedas, te necesito aquí. Blue entrará en celo pronto.
El gesto de Axe es casi imperceptible, pero como segundo no puede decir nada, irá al norte, y traerá las 40 cabezas delta.
Saw es la única que se muestra encantada, mi amiga ha nacido para la guerra.
Todos sabemos que el celo de Blue se acerca, se nota en el ambiente, y ahora es lo más importante para la manada, de él depende nuestra prosperidad. Pero hubiera preferido irme al norte que tener la posibilidad de acosar al gamma que se filtra en ese momento por mi visión periférica cargado de sus productos de limpieza y un aura oscura.
Axe
No puedo decir que no lo esperara, pero mi necesidad de estar junto a Dagger cada vez duele más, y es más improbable.
Va a preñar a ese omega, va a parir una camada de omegas y yo voy a tener que verlo. Quizás después de esta misión pueda pedir un traslado a una de las fronteras, no quiero verlo, no quiero vivirlo.
También hubiera preferido no ir con Saw, nuestra relación cada vez es más tensa, y sé que acabará estallando de nuevo.
Mi control es lo único que me queda, mi control y mis muchos secretos, y cada día los siento más como agua entre mis dedos.
Si los pierdo, quiero estar lejos, muy lejos.
Saw
No necesito a Axe para controlarme, de hecho preferiría llevar a cabo esta misión yo sola y mis alfas.
Pero lo que dice Dagger es ley, y siempre es y será así.
El aura de tristeza de Axe se me pega a la piel, es asqueroso, y si me pide que acabe con él lo haré con gusto.
Somos alfas, no putos gamma llorones, pero también es mi amigo, siempre lo ha sido y la lealtad que siento por él me impide repudiarlo.
Sé que si lo enfrento, seré la segunda alfa, y él será repudiado como esos deltas que vamos a cazar.
Es lo que merece, es lo que los alfas tenemos que hacer. Aún así, solo asiento y lo vigilo. Pero su fin está anunciado como no cambie su actitud, y sé que por eso Dagger lo manda conmigo y se queda con Hammer.
Dagger le quiere, y a su modo lo está protegiendo.
Pero antes de irnos los cuatros sabemos que es muy posible que Axe no vuelva.
Una ronda de alfas intensitos.
Nos leemos.
Besitos.
Sara