Mi Pareja Perfecta IV

By Brity22

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Ángela Grant, es una joven recién egresada que empieza a trabajar en el hospital Edwards, tal como su abuela... More

Ángela Grant
Supervisión
La salida al Spa. I
La salida al Spa. II
La vida de Martina Edwards I
La vida de Martina Edwards parte II
Buscando a la chica perfecta.
Incógnita
Catalina Grant
La chica del Tinder I
La chica del Tinder II
Fiesta en New York I
Fiesta en New York Parte II
En la boca de la loba I
En la boca de la loba II
En la boca de la loba III
Mala, del verbo ''mala''.
''No pegan, ni juntan''
Salida a casa de Tía Fer.
Lecciones de motocicleta
''Por la boca muere el Edwards''.
Única en su clase.
Aniversario de Matrimonio I
Aniversario de Matrimonio II
Sesión de Fotos.
Fin de semana de Jefazas.
''Si Quieren Guerra...''
Buscando al culpable
Juntas de amigos
Hogar, dulce hogar.
Inauguración
Una historia romántica y no de acción
Citas a ciegas y aniversario
''Dos grandes que se unen''
La cena familiar.
Buenas jugadas.
Salida en familia I
Salida en familia II
''La terquedad hecha pareja''
Las Intensas.
Especial: ''El dilema de las Gabis''

La despedida.

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By Brity22

Christine E.:

−Mira yo creo...

−Tú crees...

−Que esto ya sobrepasa mis capacidades, te recomiendo un psiquiatra.

− ¡Gabriela! −Espeto.

−Jejeje ¡Vamos Christine! Si Fer, Sandra, Ale y Kate pudieron ¡Tú también!

− ¡A Sam la conocemos desde que respira! −Gruño. −Sabemos que es buena chica. Pero esta es una Grant ¡Son 27 años de historia que no conocemos! ¡Y Tina! ¡Tina está...!

− ¿Fascinada? ¿Feliz? ¿Enamorada? −Responde.

− ¡No digas esa palabra!

−A mi me parece que tienen bastante química −Dice esta tocándose las mejillas. −Cuando hablan y no existe nadie más... ¡¿Lo recuerdas?!

−Aún lo vivo −Digo maravillada− ¡Pero ese no es el punto!

−Si lo es ¡es todo el punto! uno puede encontrar el amor en los lugares más recónditos −Dice. −O acaso lo olvidas.

−Oh si, Noelle jamás estuvo en la agenda −río. − ¡Pero ella es un ángel!

−Solo tú la demonizas −Bromea Gabi. − ¿Ah que sí?

−Si bueno... −Tuve un don para acabar con su paciencia al principio...−Pero me preocupo de que sea feliz.

− ¡Aaaaah! ¡si eres una ternurita! −Dice encantada −Siempre lo he dicho. Pero... ¿Acaso por ser Grant esa chica no merece ser amada?

−Por supuesto. −Confirmo.

−Christine... −Gabi se indigna.

− ¿¡No puede ser amada por otra!? −Gruño. − ¡Tenía que ser mi hija!?

¡Tengo derecho a enojarme con el destino!

−Las cosas ya son como son, además Christine. La chica es bastante linda, y es prohibida, eso es como ¡Hey! ¡Enamórate de mí! −Abre sus grandes ojos castaños. − ¿la respeta no? ¡te soporta! ¡Es más de lo que todos esperábamos!

−No chismoseen sobre mi −Gruño. −Estoy consciente de que si no quiero alejar a Tina de mi debo aceptar sus decisiones, es solo que...

−Es parte de la vida, además. No creo, Tina es muy apegada ustedes, a ti Christine.

Ya lo sé.

−Y no creo que Ángela sea del tipo que le prohíba algo. Se ve bastante buena gente.

−Estuvo haciéndose pasar por otra persona −Me indigno. −Y ni siquiera lo hizo bien.

−No dije que inteligente. −Se ríe. −Pero se las arregla como puede, eso es lindo. ¡Apuesto a que Tina le gusta eso! −Toca sus mejillas. −Eso y ese cuerpezote.

−Tina no es superficial −Levanto el mentón.

− ¡No me vengas con mierdas o te hecho de este piso! −Me apunta enojada.


Martina E.:

− ¿Quieres otro beso en el trasero? −Sonrío malvada. −Una mordidita tal vez.

−No. Ya tengo tus incisivos marcados, gracias. −Puedo escuchar el tonito de reproche de Ange tras el teléfono.

−Aburrida. −Miro mis notas. −Eres mi novia, debes comportarte como tal.

− ¿Y cómo es eso?

−Ya sabes... obediencia −Comento despreocupada.

−Tina −Escucho un tono cariñoso.

− ¿Sí?

−Vete al demonio.

Me río.

No es lo que esperaba, pero estoy satisfecha.


Christine E.:

Caminamos por el pasillo con Gabi.

−Por cierto, fue una tarde aclaradora −Sonrío de medio lado. −Buena terapia.

− ¿Terapia? −Gabi frunce el ceño.

− ¿No lo era?

−No, yo te estaba hablando como amiga −Se ríe. −No estoy preparada para atender a Christine Edwards.

La miro de reojo, sonríe muy ufana.

−Estoy aburrida de ti. −Espeto.

− ¡Pero como te gustaría que fuese cierto! ¡No es así Edwards! −Gruñe. − ¡Volverías arrastrándote!

− ¡Ya quisieras! −me carcajeo con ganas.

(...)

Voy al piso de Tina, como si atrajera el desmadre veo la cabellera negra con raíces castañas de Ángela ser rodeada por una multitud de personas que hablan muy fuerte para este sagrado lugar, gritan, ríen y se abrazan ¿En este piso nadie trabaja o qué?

− ¡Qué significa esto! −Los reprendo.

¡No están acá para darse abracitos!

Todos enderezan la espalda como si les tirasen un barril de agua helada. Vuelven a lo suyo y Ángela me mira notoriamente pasmada.

− ¿Tú no puedes estar sin generar caos verdad? −Entrecierro los ojos, ella abre los suyos a tope y niega con la cabeza.

− ¡Solo venía a buscar a Tina para almorzar!

− ¡Tina tiene almuerzo acá! −Me indigno.

− ¿Ocurre algo? −Martina frunce el ceño apareciendo tras la puerta. Una preocupada morena mira por el espacio de la puerta hasta ver a Ángela, ambas se saludan afables.

− ¡Si! ¡Por qué no estás en tu puesto! − ¡El colmo!

−Es hora de comer señora explotadora Edwards. −Responde. Entrecerramos los ojos. −La mayoría de aquí ya se desocupó. −Me informa.

[...]

− ¡No me digas explotadora frente a todos! −Golpeo el escritorio.

− ¡Estaban todos en sus puestos mamá! ¡Nadie escuchó!

Me toco el entrecejo y miro mis dolores de cabeza.

− ¡No entiendo! −me toco la sien − ¡por qué siempre que pasa algo están ustedes! −Miro indignada a Tina, Ángela, Chloe y Sam. − ¿Sam? ¿Qué carajos haces acá? – ¡eras la esperanza de este grupejo! ¡De las otras tres no espero nada!

−Vengo a buscar a Chloe para almorzar− Responde.

− ¿Y Chloe? −Gruño.

−Me envió tía Gabi −Hace un puchero. −Dice que, si soy tan buena distractora y no dejo trabajar a los demás, que la venga a distraer a usted, que lo necesitaba. −Recita.

¡Esa mujer!

−Chloe cuantas veces te he dicho que no te pongas a conversar con todo... −Me interrumpo. Miro a Ángela tratando (fatalmente) de hacerse más pequeña entre las tres restantes. −Tú no te ocultes ¡eres la peor! −Golpeo la mesa.

− ¿Peor que Chloe? −Se sorprende Sam.

− ¡Si! ¡Y ni siquiera trabajas aquí! ¡Acaso no recuerdas que por tu culpa mucha gente salió afectada! −Grito.

Ella baja la vista.

−Solo quería ver a Tina −Murmura.

− ¡Estoy segura de que pueden soportar estar unas horas separadas! – Comento. Se miran de reojo y se ruborizan. Chloe las mira entretenida.

−Tina, Ange pueden irse, ¡y véanse fuera del hospital! −gruño. −Ustedes dos se quedan. Sam y Chloe se detienen y se dan una mirada que no pasa desapercibida para mí.

Al quedar a solas les advierto.

−Ustedes parejita dispareja −Gruño. − ¿Se puede saber por qué entran a mi oficina sin permiso? No, no me respondan. ¿Tina verdad?

−Seh. −Dice Sam, adivinando que ya vi las grabaciones. Estás tienen practica en eso...

− ¡Soplona! −Chloe le da un empujón indignada. Me mira desafiante. − ¡Primero moriremos antes de traicionar a nuestra amiga! −Me apunta− ¡No nos arrepentiremos de nada jefa!

−No tienes idea de las ganas que tengo de encerrarte en un calabozo mocosa. −me enojo. − ¡Tal vez así aprendas a no golpear a mi secretario! ¿¡Y si me demanda!? −grito.

¡Tuve que pagar los daños! ¡Y darle una motivación para que no joda!

− ¡Dígale entonces que aprenda a tratar a una señorita! −Levanta su mentón indignada. −hirió mis sentimientos.

− ¡Y tú lo heriste físicamente!

− ¡Un pequeño precio a pagar! −Reclama.

−Chloe... −Me toco la frente. ¡Yo no puedo con ella y su tía en el mismo día! −Deja de meterte en problemas, Tina estará bien y lo sabes.

−Si... −Mira sus pies. Se enoja nuevamente para mi sorpresa− ¡Y por qué solo me reta a mí! ¡Rete a Sam!

− ¡Estaba pasando desapercibida! −Se indigna, ahora sus ojos esquivan los míos.

− ¡El problema es que Sam te sigue a ti! −Se me marca una vena con el nombre de Chloe ¡Ni siquiera es mi hija! − ¡Tú eres la de las ideas macabras! ¡No te hagas!

− ¡Esas son puras mentiras! ¡Tina es la de las ideas! ¡A ella se le ocurre todo! −La acusa. Sam frunce el ceño confundida.

−No entiendo si estás del lado de Tina o no... −Murmura

Toco mi frente. Ellas saben que no les penalizaría nada, ni les daría ningún castigo. ¡Pero les hace falta un escarmiento! −Ya hablaré con Tina. −Digo. −Vayan a comer. −yo también lo necesito...

Martina E.:

−Era obvio que se enteraría −Les digo a las chicas que llegaron un poco más tarde. Salimos a comer fuera para que mamá no joda. −Borré lo que hicieron en la oficina, pero no en la recepción... en mi defensa ¡había muchas más cosas de las que preocuparse!

−Al menos el secretario no denunciará a Chloe −dice Sam.

−Lo siento −Ángela las mira algo avergonzada −Si mi hermana no hubiese causado todos estos problemas...

Toco su pierna quedamente por debajo de la mesa.

−No es tu culpa. −Digo. Las chicas asienten.

−Si, siempre hay un loco en cada familia, en la mía es mi hermano. −Revela Chloe.

La quedamos mirando.

−Lo bueno es que al menos ya no joderá −Dice Sam viendo de reojo a Chloe entretenida, seguro que pensando si tomarle el pelo o no. −El loco nunca asume que está loco. −Bromea.

No, no se aguantó.

−Tú estás loca −Responde Chloe −Por mí.

−No exageres.

− ¡Cómo te atreves Samantha! −la apunta. −Siempre lo has estado. ¡Desde que yo era un feto!

−No. Yo te odiaba.

− ¡Claro que no!

Las quedo mirando y aprieto el muslo de Ange, siento su estremecimiento, deslizo mis dedos con suavidad y levanto la vista encontrándome con una gris mirada cargada de intensidad.

Sonrío y sonríe a su vez.

Chloe carraspea.

−Las estoy vigilando Kardashians – Nos advierte.

Ángela y Sam se ríen.

−Debemos dejar de abusar de la paciencia de mamá−Comento.

−Tu ya te encargas de eso sola −Bromea Sam. −Al menos los sabotajes ya no servirán.

−Algo es algo −Digo. Ange toca el dorso de mi mano con delicadeza.

−No joderá nadie de mi familia. O ya verán. −Intenta poner cara de mala. Ternurita.

−Eso espero −Le advierto. −En la mía... mi madre es especial pero mi otra madre la mantiene a raya. −Digo no muy segura.

−Eso pude notar −Ange se ríe.

− ¡Ooh! ¡tía Christine es un alma enamorada! −exclama Chloe.

Antes de irnos las chicas se adelantan y Ángela se despide. Me abraza, besa mi mejilla.

−Me tengo que ir, tengo reunión.

−Ooh mi chica es una mujer de negocios −Sonrío. Ella sonríe incómoda.

−Si, son negocios... familiares. −Frunzo el ceño.

− ¿Estarás bien? −Pregunto. No sé me ocurre nada más para no pecar de intrusa, pero tampoco de insensible, es obvio que algo le pasa.

−Si −Responde rápidamente, con la misma velocidad me da un beso y se va.


Ángela G.:

Miro mi correo dudosa, supongo que debe ser un intento de arreglar o perjudicar las cosas, con ese hombre nunca se sabe. Toco mi frente, resoplo. Confío en que el abuelo lo haya hecho recapacitar, con que no me joda por Tina, me conformo.

[...]

Entro a su oficina, lo veo serio, de pie ordenando unos papeles. Al mirarme carraspea.

−Bienvenida Ángela.

−Gracias.

Lo quedo mirando, fuera de su habitual rectitud y seriedad, se ve igual que siempre. Elegante, serio y frío...

−Tenemos asuntos que atender. −Dice él.

− ¿Cuáles? −Digo falsamente extrañada. −Pensaba que ya no teníamos secretos.

− ¡Basta! −Me advierte. −Sabes que eso que tienes con Martina Edwards es imposible. −Dice, levanta el índice −Dios no lo aprueba.

−Que bueno que no le pregunté su opinión −Comento ácidamente.

− ¡Ángela me preocupo por ti! −Se espanta. −Te irás al infierno con todas esas... lesbianas −Dice con desprecio. −No es seguro.

¿Me está asustando o me esta ilusionando?

−Haz el favor de no meterte −Digo.

− ¡Soy tu padre!

− ¿Y? −Gruño. −No eres ni la mitad de padre de lo que es el abuelo.

Por la cara que puso me va a pegar, pero yo ya no estoy para aguantar sus estupideces.

−No porque haya vivido bajo tu techo vas a decidir por mi −Gruño. −Yo ya me fui de todas formas y ya no necesito nada de ti.

Se le acaban los argumentos.

−Tú madre no hubiese...

Doy un paso adelante.

−Mucho cuidado. −Espeto. −No te atrevas... −Se detiene unos segundos con una expresión de temor, cosa que parece le afectó porque vuelve con más enojo que antes.

− ¡Entonces yo no tengo una hija! −Toma aire furioso− ¡No vuelves nunca más! ¡No me interesa si te casas o tienes hijos si se pueden llamar así! −Me mira con un desprecio renovado−Siempre fuiste una piedra en el zapato... −Finaliza.

Lo quedo mirando muda, no es porque le tema o porque me sorprenda su desprecio... quizás es porque lo asumió, o quizá porque si dentro mío hay una gota de esperanza en que el cambiase ya se evaporó.

−Me importa una mierda− Digo apenas, con absoluta seriedad me voy de allí.

Al llegar a la casa con los ojos vidriosos me apoyo en la puerta y a mi pesar me reto a mi misma por sentir pena.

Debería darme un respiro...

''Última vez que paso por esto'' respiro profundamente, con paciencia... si mi propia familia me trata mal no le daré en el gusto tratándome mal yo también, dejo las lágrimas ir... y llevarse con ellas a mi padre.

(...)

Mi celular vibra, yo estoy sentada sumergida en mis pensamientos, ya más tranquila, no haciendo nada.

−Aló −Murmuro roncamente sin ver la pantalla.

−Ange... −Junto las cejas porque la persona detrás de la llamada es Tina. − ¿Qué tal? −Pregunta.

−A que te refieres −Digo.

−A... tus negocios familiares. −Dice−Mira no importa, pero te noté distinta... y quiero saber si estás bien −Murmura con un tono inseguro. −No sé si estoy siendo entrometida...

Sonrío sintiendo la extrañeza de ese movimiento en los músculos de la cara. Creo que me había quedado pegada sin pensar en nada.

− ¿Puedes venir? −Pregunto.

−Claro −Dice. − ¿Pero estás bien?

−Si −Respondo.

Mucho mejor.

Escuchar a Tina es como un calor revitalizante.

−Entonces nos vemos −Dice

[...]

−No puedo creerlo ¡es un monstruo! −Exclama Tina indignada.

Estábamos recostadas en la cama conversando hasta que, después de una larga conversación decidí contarle lo de papá.

−Así es él−Digo con seriedad. Yo ya estoy curtida. −Prefiero que esté lejos a que esté aquí jodiendo o irrumpiendo en el hospital −hago una mueca.

−Que horrible. −Murmura.

−Digamos que es tajante en ese tema −Bromeo... ese y mil temas más. − ¿Acaso tu madre no era tajante por lo de la misteriosa y sexy Ángela Grant? −Pregunto.

O aún lo es...

−Si, pero no hará nada a la misteriosa y sexy Ángela Grant −dice −Mamá está loca, pero nos ama. Confío en ella.

Ella sabrá, a mi aún me da miedo, aunque ahora menos desde que sé que es una vieja gobernada.

Me río internamente, podrá ser la reina de lo que quiera, pero en su casa la reina es otra.

−Al menos está saliendo todo bien. −Digo feliz.

−No te emociones −Bromea.

¡Tarde! La abrazo emocionada.

− ¡Gracias por venir! −Digo dándole un fuerte beso en el cabello.

−Si, ya me preguntaba como estarías sin mí, es bueno que suba tu ánimo.

−No te creas tanto −Gruño. Ya se puso Edwards, decido ignorarla y acariciarla.

Nos quedamos en silencio mientras deslizo mi mano por su piel.

− ¿Y tú para dónde vas? −Dice cuando llego a su vientre.

−A subirme el ánimo −Respondo.

− ¿Así nada más?

Me inclino hacia abajo.

−Nah, con algo más. −Me hago la coqueta y bajo su bragueta con los dientes.

Con sumo cuidado de que no me apriete la boca y la sensualidad se vaya al carajo.

−Uy −Dice Tina − ¿Así que puedes ser sugerente Grant?

−Ya sé que no es lo tuyo −Le tomo el pelo llegando a la meta − ¿Pero podrías no arruinar el momento?

Se ríe mientras elevo una ceja con sensualidad y lentamente quito su ropa interior de la vista. Me inclino y deshago mi lengua en sus líquidos.

−Ah, ya veo que querías esto.

−No −Responde.

−Claro que sí. −Digo sonriente pasando mi lengua por la superficie de su vulva hasta llegar a zonas más profundas. Muevo la lengua provocadoramente y me devuelvo. La miro de reojo, ella a su vez, se baja lentamente el pantalón.

Así me gusta que colabore.

Me inclino unos minutos y me muevo lentamente, puedo sentir su suavidad y lubricación acrecentarse, sin embargo, no aumento la velocidad y muy ufana, me hago la que no se da cuenta cuando se acerca cada vez más a mí, rítmicamente entre caricias en mi cabello, me baja con un toquecito impaciente.

Sonrío, le doy una mirada pícara.

− ¿Qué pasa Edwards? −pregunto relamiéndome a propósito − ¿Quieres más?

Se queda en silencio mirándome con rencor.

−Tal vez.

Me mira lastimera de reojo. Libero una risita y se la chupo como si la besara a ella.

Es que es imposible no querer más de esta mujer, lo hago famélica. Escucho un ruidito ahogado y continúo esta vez sin parar. Mis manos bajan y apartan cualquier prenda y parte del cuerpo que pudiese entorpecer mi labor. Me acomodo el cabello, subo, bajo, me las arreglo para recorrer cualquier lugar recóndito que me haya quedado pendiente si es eso posible, separo sus piernas y continúo.

−Ángela −susurra.

Apenas hago un sonido audible que escapa de mi garganta. Mis manos viajan por su torso, la acaricio y siento su mano sobre la mía. Esto es tan pervertidamente tierno... continúo mi ritmo, sonrío cuando se apoya en mi pierna y se tensa.

Como me gustan sus quejidos.

−Que dulces gemidos −murmuro burlona.

−Yo no gimo dulce, yo gimo sensual −suspira indignada.

Se me escapa una risita, Tina me sigue.

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¡EEEEESA! 

ya mucho romanticismo, faltaba un oral 

Como día lunes ]: ) 

Que tengan una linda semana, nos leemos pronto. 












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