Capítulo 29: Adiós, Tyler
Tal y como predije, diez minutos después comenzó a caer espuma de las pequeñas válvulas situadas en lo más alto del tercer piso del centro comercial. El motivo de esto era que la espuma pareciera nieve, una idea que surgió durante el mes de diciembre con el propósito de alimentar el espíritu navideño de las personas que iban a Antea. La idea les encantó, en especial a todos los niños, que corrían emocionados por la fuente y los pasillos, tomando la espuma con fascinación. Así que habían decidido conservar la llovizna de nieve falsa cada media hora.
Tomé un par de fotos a los chicos, quienes sonreían emocionados por la nieve falsa y los gritos emocionados de las fans.
-Aww, qué adorables son.-solté mientras veía el video donde Calum y Caleb se metían a la fuente para alcanzar la bola de espuma más grande.
"¡Es mía, idiota!"
"¡Yo la vi primero, maldita patata!"
"¡Dime que no acabas de llamarme patata!"
"¡Sí lo hice, Patata!"
"¿¡Ah, sí!? ¡PUES TÚ ERES UNA BANANA NEGRA Y CHINA!"
Entre risas guardé mi teléfono y enfoqué mi atención en dos chicas que se molían a golpes, peleando por el pañuelo en el que Seth había tirado su goma de mascar.
-¡Es mío, güey!
-¡Yo lo vi primero, pinche pendeja!
Oh, deja vú pero con la palabra "p" equivocada.
-¡Vete a la chingada, hija de tu....!
Suspiré y me acerqué a ellas sobre las vallas de metal que nos separaban.
-Chicas, chicas, no peleen por eso. Una puede conservar el pañuelo y la otra puede quedarse con ésto.
Saqué el gorro de Scott y se lo tendí a la rubia, quien había perdido en el forcejeo. Ambas me sonrieron, dieron las gracias y corrieron a presumir sus reliquias a las demás.
Emmy Lou Greene, haciendo sonreír a fans locas desde 1998.
-¡Oye Emmu, es hora de irnos!-vi a Ashton agitando la mano, así que corrí hasta él y nos unimos al grupo de guardaespaldas robustos que nos llevarían hasta la camioneta. El trayecto fue largo y doloroso, aguantando chillidos histéricos, empujones, jalones de cabello y ropa, pisotones, uno que otro insulto y flashes cegadores.
Finalmente llegamos a la van y fuimos arrojados a su interior. Avanzábamos lentamente por el estacionamiento de la plaza, rodeados de las fans que se adherían al cristal mientras se levantaban las blusas y besaban la ventana. De nuevo, Trent intentó tomar una fotografía cuando una de las chicas pegó su pecho en sostén al vidrio. Y de nuevo, Damen le quitó el teléfono y lo lanzó por el quema-cocos abierto. Las fans se abalanzaron a tomar el celular como un montón de leones hambrientos que se pelea por un trozo de carne.
Era un espectáculo salvaje y perturbador.
Gritamos cuando la puerta de la camioneta se abrió y varias fans intentaron colarse al interior. Por fortuna, los guardias del centro comercial y los guardaespaldas que nos acompañaban lograron sacarlas y cerrar la puerta.
-¡Pon el seguro, pon el seguro!-chilló Ashton, acurrucado contra Luke y con una mueca de miedo.
Se oyó el clic de las puertas siendo cerradas y su respiración se calmó. Creo que el pobre chico tenía un trauma con las fans en la camioneta, pues no profirió una sola palabra y se quedó en un rincón, abrazándose a sí mismo.
Fruncí el ceño al ver cómo Scott se golpeaba la cabeza histéricamente y empujaba a los que iban sentados a su lado.
-¿¡Y mi gorrito!?
Upsi doopsi.
Finalmente llegamos al hotel, luego de media hora en el tráfico. Jace y yo subimos exhaustos a las habitaciones, dispuestos a tomar una ducha y tirarnos a dormir, mientras los otros se entretenían en la alberca. Nos llevamos una gran sorpresa al encontrarnos con Valentina, Regina y una chica desconocida sentadas en la sala, mirando una de mis series favoritas: Baby Daddy. Se giraron hacia nosotros en cuanto nos escucharon entrar.
-¡Hola!-exclamó Valentina con entusiasmo.
-¿¡Qué hacen aquí!?-grité, sin rodeos.
Había tenido mi dosis suficiente de población humana femenina y estaba bastante segura que no podría lidiar con más mujeres hasta mañana después de las dos de la tarde.
-Ella es Amanda, mi otra hija. Las traje para que pasaran el rato con ustedes, chicos.-sonrió Valentina y sin dar más explicaciones, se marchó de ahí.
Nos había dejado con la loca violadora y su hermana, la chica guapa y callada.
-Regina, ¿por qué no vas al restaurante? Recuerda que tienes una cita con Jace.-dije, dispuesta a hacer cualquier cosa para que ambas chicas desaparezcan.
El rubio me fulminó con la mirada y se dispuso a protestar, pero Regina ya lo había tomado del brazo y arrastrado al pasillo.
De acuerdo, van dos y falta una.
Decidí salir al pasillo con la excusa de que necesitaba aire fresco, dejándola sentada en la cama, tratando de escapar para pensar en un plan para deshacerme de ella y poder tener la habitación para mí sola. Me senté en un pequeño sillón que está frente a la puerta del cuarto e intento concentrarme.
-Hola, bola.-saludó Caleb cuando él, los gemelos y Jacob salieron del elevador.
-Hay una chica rara en la habitación.- solté.
Ellos se asomaron por la estrecha rendija que dejé al emparejar la puerta. Entonces Jacob gritó como si estuviera poseído, agarró su mochila y huyó hacia las escaleras.
-¿¡Pero qué...!?
-¿Cómo se llama?-preguntó rápidamente Caleb.
-¿Quién?-respondí.
-La chica.
-¿Cuál?
-La que está ahí adentro.
-¿Dónde?
Caleb explotó.
-¿¡ME ESTÁS JODIENDO, RUBIA!?
-Sí.
Igual que Jace, el chico intentó retorcer mi cuello, pero fue detenido por Scott.
-¿Es Amanda?-preguntó, forzando los brazos de Caleb hacia atrás.
Asentí.
Salieron corriendo de la misma manera que mi primo hace unos instantes.
-¿Me vas a explicar qué chinitos está ocurriendo aquí?-fruncí el ceño y me crucé de brazos, dirigiéndome a Trent.
-Amanda es la ex novia psicópata de Jake. Dijo que intentó dejarlo estéril...
Ja, yo intento lo mismo con el gemelo. Será mi mejor amiga.
-...con un tenedor y una cuerda.-finalizó.
Retiro lo dicho.
-Eso es... aterrador.-tragué con fuerza.
-Ella no tiene que saber que Jacob está aquí.-dijo y nos acercamos a la puerta de nuevo.
-¡Encontré de las estrellitas que se pegan con babita!
Y fue así como terminó nuestra noche con Calum actuando como niño de cinco años con sus estúpidas estrellitas de baba y mi hermano ahuyentando a la bonita chica hablando acerca de los jamones llorones.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
-¡Adiós, México lindo!-agité la mano desde las escaleras del avión, despidiéndome de mi país y de las fans que habían acudido al aeropuerto a despedirnos.
Ellas contestaron de la misma manera, con lágrimas en los ojos y carteles coloridos con lindos mensajes. Luego de estar firmando y fotografiándonos cinco minutos más, subimos al avión y despegamos.
A medida que el avión se va elevando y mi ciudad natal se va haciendo cada vez más pequeña, comencé a pensar en la vida que solía llevar con mi padre. En cómo siempre pensé que seríamos felices por siempre. Recordé lo que me decía todas las noches antes de dormir y que nunca había logrado entender a lo que se refería:
"Todo ocurre por una razón, princesa."
Miré a los chicos a mi lado, peleando por la película que querían ver en la pantalla gigante. Entonces lo comprendí. La muerte de mi padre había sido horrible para mí y la había pasado muy mal, pues éramos muy unidos. Sin embargo, de no ser por eso, nunca habría conocido a estos seis idiotas, a mi primo, a mi hermanastro y a los cuatro chicos australianos con los que convivía todos los días.
Ellos habían hecho que volviera a sonreír con todas las tonterías que hacían y eran la razón por la cual había logrado superar el fallecimiento de mi padre y la inesperada aparición de mi madre. Se habían convertido en el pilar de mi vida y, sin ellos, yo no era nada. No me arrepentía de haberlos conocido, pues ahora eran más que los amigos del sobrino de Jeremy: eran mis hermanos.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
-¡Hogar, dulce hogar!-gritó Seth en cuanto entramos.
De inmediato, todos se dispersaron, yendo hacia sus habitaciones para relajarse y desempacar.
Por supuesto que yo era demasiado fabulosa para deshacer mi maleta en ese momento, así que salí a la piscina para refrescarme. Claro que más tarde, Seth o Mercedes me obligarían a sacar la ropa de la valija, pero por el momento estaba libre. Unos minutos después, Jace, Luke, Calum, Michael y Jacob se me unieron, así que formamos dos equipos y nos pusimos a jugar mano-ball.
El juego transcurrió con varios golpes en la cara, uno que otro ahogado y un par de patadas y mordiscos por debajo del agua.
-¡Es la quinta vez que me empujas contra la maldita pared, Emmy! -protestó Jace.
-¡Por última vez, mi pierna no es un banco para que te apoyes y saltes!-me gritó Mike.
Los ignoré. Yo sabía que estaban celosos y molestos de que fuéramos ganando nueve a dos.
De repente, escuchamos un grito en el interior de la casa.
-¡Enana, te buscan en la puerta!
Bufé y pusimos el juego en pausa mientras yo salía del agua y me envolvía en una toalla. Sin embargo, cuando llegué a la puerta, casi se me cae de la sorpresa.
-Hola, Emmu.
Había una hermosa sonrisa en su cara que me hacía querer lanzarme a sus brazos, revolver su cabello rubio y besarlo hasta quedarme sin aliento. En lugar de eso, le di una fuerte bofetada que resonó por el pasillo.
-¡Eres un idiota!-grité.
Mis ojos lanzaban chispas, furiosa con él. Tyler me devolvió la mirada, confuso y herido.
-¿¡Qué hice!?
Se llevó la mano a la mejilla enrojecida.
-¡Eres un maldito mentiroso! ¡Yo te quería, Tyler!
Uno a uno, los chicos fueron apareciendo a mi lado, atraídos por los gritos.
-¡A ver, Emmy Lou! ¡No tengo ni puta idea de lo que estás hablando!-se defendió Tyler.
-¡No soy idiota, Grey! ¡Vi la foto de la morena y tú!
Al parecer aquello hizo clic en su mente, pues su cara cambió rápidamente.
-¡No es lo que tú...!-comenzó, pero lo interrumpió Damen.
-Ahórrate esa excusa de quinta y lárgate de aquí antes de que te parta la madre.
-No debiste haber hecho llorar a Emmy, imbécil.-lo secundó Jace.
Los chicos se acercaron a él amenazadoramente, con fuego en la mirada y los músculos tensos, abriendo y cerrando los puños. Estaba convencida de que se lanzarían sobre él si el chico permanecía ahí un segundo más, pero al mismo tiempo quería que le dieran su merecido.
-Emmy...
El rubio lo intentó una vez más, pero Scott se adelantó y levantó la mano, haciendo amago de propinarle un puñetazo.
-Scott.-lo corté.
El gemelo retrocedió, aún fulminando con la mirada a mi ex novio con la mirada. Había decidido que Tyler era tan poca cosa que ni siquiera merecía la golpiza que le darían mis hermanos.
-Vete, Tyler. Te odio.-dije, y sin esperar, cerré la puerta de un portazo.
Me recargué en ella y suspiré, contenta de haber terminado con aquel pobre tonto.
-Por favor, déjanos golpear a ese hijo de...-le tapé la boca a Trent, le di un beso en la mejilla y regresé corriendo al patio.
No me apetecía hablar del tema. Los chicos lo entendieron y cerraron la boca a regañadientes, siguiendo con nuestro juego acuático.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
¡Hola!
Ya, mátenme.
Sé que me tardé muchisisisisisísimo en subir, lo admito. Las razones:
1- Mi iPod se descompuso, así que no podía escribir tan seguido como lo hacía.
2- Mi computadora tiene un puto virus, así que cada vez que entraba a Wattpad me salían millones de anuncios, se trababa o se cerraba. Además me está saliendo un maldito perfil Undefined que se abre cada vez que estoy en el portal.
3- He estado obsesionada con la serie de Baby Daddy en Netflix, así que me la he pasado viendo y he perdido mis tardes en ello. Prometo ya no hacerlo.
Espero que este capítulo sea lo suficientemente largo (tiene 2009 palabras) y bueno para compensar el tiempo que tardé en subir. Si no, pueden matarme.
BUENA NOTICIA: Ya pedí mi laptop a Apple, así que espero que me llegue en una semana aproximadamente y pueda escribir sin complicaciones. También juro que voy a mandar arreglar mi iPod.
Los quiero mucho aunque ustedes me odien por no subir nunca.
Azul xx