— Quédate — susurra Chaeyoung desesperadamente, presionando sus labios en la sien de Mina, como si de alguna forma ayudara a calmar el dolor, pero no puede hacer que el dolor se detenga, y por más que trate no puede hacer que Mina se quede.
— Desearía que pudiera — susurra Mina, presionándose más cerca de Chaeyoung, inclinándose sobre su toque.
Chaeyoung se pregunta si mantiene a Mina lo suficientemente cerca podrá tenerla para siempre. Le prometió a Mina hace mucho tiempo que siempre la protegería. Siempre, excepto que siempre pensó que sería protección de algo físico, tangible, excepto que ahora esta cosa que mata a Mina es una parte de ella y lo único que Chaeyoung puede hacer es sentarse y ver como su chica empeora cada vez más.
Está tan asustada, porque se da cuenta de que es la primera vez que le hace una promesa a Mina que no puede cumplir.
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Mina está callada últimamente. No solo porque sea tímida, sino que le lleva un poco más de tiempo procesar las palabras y es aún más agotador para ella hablar en oraciones completas todo el tiempo. Todavía habla, claro, pero la mayor parte de su comunicación la mayoría de los días es a través de sonrisas y asentimientos y sacudidas de cabeza. También ha estado usando pulgares arriba como medio de comunicación recientemente.
A Chaeyoung no le importa. Claro, es raro no tener la dulce voz de Mina llenando los pasillos, siempre su risa sintiéndose como una bola de energía incontrolable, pero ella todavía es suave, tierna, descarada y está aquí, y eso es todo lo que importa.
Comienza todas las mañanas preguntándole a Mina: — ¿Qué color eres hoy, bebé?
Es un sistema que se les ha ocurrido, como los semáforos, porque a Mina le resulta más fácil seguir tres colores que las emociones individuales.
Verde es un buen día, cuando Mina está alerta y de humor para compañía y caricaturas y tal vez incluso panqueques.
Amarillo significa okay. Amarillo significa, "estoy bien, pero podría no estarlo más tarde", o viceversa. En los días amarillos, Mina es un poco más lenta; le toma un poco más de tiempo hablar, un poco más de tiempo para procesar las palabras de Chaeyoung. Amarillo significa que no hay compañía, música tranquila, abrazos ni un montón de té. A veces, en días amarillos, Chaeyoung le lee, manteniendo la voz baja y pareja, sus dedos enredados con los de Mina.
Rojo es un mal día. Rojo es cuando el dolor en la cabeza de Mina es casi insoportable, es el silencio de la radio y Mina tarda tanto como diez minutos en responder una sola pregunta, o en ocasiones no responde en absoluto. Rojo es Chaeyoung metiendo pedacitos de hielo en la boca de Mina porque no puede ingerir nada más. Rojo es Mina aferrada al cuerpo de Chaeyoung como si fuera un salvavidas, como si fuera lo único que mantuviera a Mina allí.
Hoy es un día rojo. Chaeyoung puede decirlo al instante, porque le lleva a Mina casi veinte minutos despertar y responderle de alguna manera, e incluso entonces sus ojos están agitándose como si fuera físicamente incapaz de mantenerlos abiertos y el corazón de Chaeyoung duele, ante cuán terriblemente débil luce.
Sin embargo, al atardecer, cuando el cielo cambió de azul a rosa y luego a morado, el rojo de Mina se cambia a amarillo.
Chaeyoung puede decirlo; Mina está mucho más alerta, tiene la energía para caminar sola al baño (Chaeyoung la escolta de todos modos, a pesar de las débiles protestas de Mina de que no es una niña). También es más tierna, acurrucándose más cerca de Chaeyoung cuando acerca una mano para pasarla por el cabello de Mina.
Mina está de lado, con los ojos entrecerrados en los de Chaeyoung. La rubia la mira de regreso, inquebrantable, por la mirada en los ojos de Mina, ella sabe que realmente está aquí, realmente mirándola. Sólo observando, como si estuviera tratando de recordar cada detalle de la cara de Chaeyoung. A ella no le importa, sin embargo; después de todo, está haciendo lo mismo.
Sintiendo una súbita oleada de afecto, Chaeyoung sonríe suavemente, coloca una mano sobre el antebrazo de Mina para asegurarse de que está presente, conectada a la tierra, y extiende su otra mano en una pequeña sacudida, moviendo los dedos.
"Hola, te amo"
La calidez se derrama en sus entrañas cuando Mina asiente, "lo vió, está aquí, está aquí conmigo", la mente aliviada de Chaeyoung canturrea una y otra vez, y le da a Chaeyoung un pequeño pulgar hacia arriba, las comisuras de sus labios se arquean y no tiene que hablar para que sepa lo que significa.
Lo sé. Yo también te amo.
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Chaeyoung se despierta irrazonablemente temprano la mañana siguiente, y al principio está completamente lista para zambullirse bajo las sábanas y volver a dormirse hasta que se da cuenta de que hoy es noche buena y su corazón salta, sólo para hundirse cuando sus ojos se posan en la chica dormida a su lado, luciendo exhausta incluso mientras duerme, con lunas moradas debajo de sus ojos cerrados y pómulos tan afilados que podían cortar vidrios.
Ella pasa una mano experimentalmente por el lado cálido de Mina, dedos demorándose en un toque demasiado largo en las costillas de la japonesa, tan prominentes incluso a través de su camisa que Chaeyoung tiene que luchar para tragarse su pánico.
— Minari — murmura, hundiéndose para estar al mismo nivel que Mina y acariciando con su nariz la mejilla de esta, pasando suavemente las manos por los costados y la espalda de Mina — Es noche buena, cariño. Vamos, despierta
Toma casi cinco minutos y un poco de persuasión pero las pestañas de Mina finalmente se agitan cuando ella mira a Chaeyoung, su nariz arrugándose un poco y Chaeyoung tiene que detener una sonrisa, extendiendo la mano para ahuecar su mandíbula. — Ahí estás — prácticamente se encoge, sus narices se rozan mientras el aleteo de las pestañas de Chaeyoung se vuelven lentas a medida que vuelve en sí. — Ahí está mi niña. Es noche buena, amor
— Noche buena — Mina repite con cuidado.
— Así es — dice Chaeyoung asintiendo con la cabeza, acariciando el pómulo de Mina con los dedos. — Feliz noche buena cariño — Sus ojos permanecen en la cara de Mina cuando se da cuenta de que esta será la última navidad de Mina y ella puede sentir formarse un nudo en su garganta, pero ese pensamiento la pone triste y no quiere estar triste con Mina. No hoy, por lo que aparta el pensamiento y dirige su atención a la pequeña cosa dulce frente a ella, toda acurrucada en mantas de lana, con aspecto de una niña pequeña y somnolienta, con el cabello hacia todas direcciones. — ¿De qué color eres hoy?
Mina cepilla sus labios agrietados, contemplando eso. — Verde — dice finalmente, pero con una inflexión hacia arriba como si estuviera buscando lo que sea que haga feliz a Chaeyoung.
— ¿Estás segura, bebé? — Chaeyoung pregunta, frunciendo el ceño con preocupación.
— Estoy segura — responde Mina simplemente, arrugándose la nariz y entrecerrando los ojos como diciendo, ¿Cómo te atreves a dudar de mí?
La mente de Chaeyoung se remonta al año anterior, donde se había despertado con una Mina muy inquieta y feliz, quien, al enterarse de que Chaeyoung estaba despierta, susurró emocionada en su oído: — ¿Adivina qué es mañana? ¡Navidad! ¿Adivina quién dijo que me haría panqueques con chispas de chocolate? ¡Tú lo hiciste! — y pasó unos buenos diez minutos tratando de sacar a una Chaeyoung muy dormilona de la cama. Habían terminado en el piso, Chaeyoung presionando besos en la boca de Mina, la columna de su garganta y su esternón, antes de comérsela con el sol invernal entrando por la ventana.
Chaeyoung sabe que Mina se encuentra un poco demasiado frágil en este momento para ese tipo de actividades, pero no le impide presionar besos suaves en la boca de la nipona, sus mejillas, la punta de su nariz, susurrando, "Te amo, te amo, te amo" una y otra vez.
— También te amo — responde Mina, su voz clara, y sí. Es un día verde.
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Pasan el día enredadas en el sofá viendo los especiales de Navidad, todos los favoritos de Mina. Chaeyoung hornea galletas de jengibre. Mina no come nada, no puede, pero le gusta el olor y le gusta ver a Chaeyoung hornear.
— Te tengo un regalo — le dice Chaeyoung más tarde esa noche, quitándose la camisa y cerrando los dedos alrededor del objeto en su mano.
La boca de Mina se abre un poco, sus mejillas se ponen rojas y Chaeyoung dobla de risa. — Oh, cariño — se ríe, los dedos alisando el flequillo de Mina fuera de sus ojos. — No así. Mira, mira — explica, volteándose y señalando la tinta en la parte posterior de su cuello.
Mina frunce el ceño, mirando confundida a las líneas negras inclinadas. Aun así está bien, Chaeyoung esperaba que estuviera confundida.
— Esto — dice Chaeyoung, aclarándose la garganta y tomando la mano de Mina para presionarla sobre el tatuaje, el que todavía pica un poco, siendo tan nuevo —, es el latido de tu corazón
El ceño fruncido de Mina se disipa gradualmente y parpadea hacia Chaeyoung, mirando por un largo tiempo y sus ojos se ponen realmente vidriosos y oh, va a llorar y Chaeyoung se inclina para besar sus labios y nariz en su mandíbula, murmurando, — Bebé no llores. No estés triste
— No estoy triste — dice Mina de inmediato, con voz aguda.— Estoy feliz
Y, joder, ahora Chaeyoung está llorando también. No puede sacar la sonrisa estúpida y feliz de su rostro mientras sostiene la cadena de plata en la palma de su mano. Mina la mira con curiosidad, limpiándose furiosamente los ojos con el dorso de la mano.
Colgando de la cadena de plata hay un pequeño avión de papel y, junto a eso, un círculo con otro conjunto de líneas curvas, inclinadas como montañas. — Y este — dice Chaeyoung, deslizando suavemente la cadena sobre la cabeza de Mina, — es el latido de mi corazón
— Oh — dice Mina en voz baja, los dedos extendidos para tocar los amuletos, que yacen cómodamente contra su pecho.
— ¿Te gusta? — Chaeyoung pregunta con esperanza, y apenas tiene tiempo de registrar lo que sucede antes de que Mina se lance hacia ella, y son una maraña de extremidades y lágrimas y Mina está llorando.
— Sí, sí, lo amo, te amo, gracias, gracias, gracias
A Chaeyoung se le hincha el corazón. Con Mina en sus brazos, siente que puede hacer cualquier cosa.
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Ellas tienen sexo, porque Mina se siente mejor de lo que se ha sentido en mucho tiempo y le está rogando, moliéndose contra el regazo de Chaeyoung y tirándole de la camisa, presionando su rostro en el pecho de la rubia y gimiendo desesperadamente. Los amuletos que cuelgan de su cuello hacen un suave tintineo, como campanas de un trineo.
Entonces, Chaeyoung se rinde después de hacer que Mina prometa que por favor le diga que se detenga si está demasiado cansada.
— Tan linda — murmura Chaeyoung, las manos recorriendo el pelo en la base del cuello de Mina, suave y fina, y siente que se volverá loca si no puede tocar a Mina una vez más. — Eres tan bonita, cariño. Siempre tan bonita para mí. Te amo mucho
Chaeyoung sabe que está diciendo demasiado, demasiado rápido para que Mina la entienda por completo, pero a ella parece no importarle. Ella simplemente se arquea en el toque de Chaeyoung, gimiendo, — Sí, sí, más
Chaeyoung siente un dolor en lo profundo de su corazón, porque aquí, apoyada sobre Mina que se revuelca y se retuerce debajo de ella, jadeando bruscamente cuando Chaeyoung le muerde el labio y ella tira la cabeza hacia atrás para exponer su garganta, como si estuviera rogándole que la marcara, se siente como si todo estuviera bien. O al menos, puede pretender que lo estará.
Mina ha estado tan cansada últimamente, pero esta noche tiene la suficiente fuerza para envolver sus brazos alrededor del cuello de Chaeyoung, sosteniéndose a sí misma mientras Chaeyoung empujaba sus dedos en ella un poco demasiado brusco, mordiendo su oreja y todo termina tan rápido que Chaeyoung quiere llorar, desplomándose en el sofá con Mina en sus brazos, todo blando, cálido y dócil.
— Feliz navidad, bebé — murmura Chaeyoung, la voz espesa de cansancio y está muy feliz de sentir algo más ahora mismo. — Te amo. Te amo mucho — Mina sólo tararea, acaricia el pecho de Chaeyoung con la nariz y cierra los ojos.
Se duermen en el sofá, disfrutando del cálido brillo de las luces del árbol de Navidad y el sonido de Frank Sinatra cantando have yourself a Merry Little Christmas.