Mina está acostumbrada a decirle todo a Chaeyoung, presionando las palabras en la mandíbula de la rubia o gimotearlas en su boca o llorarlas en su hombro cuando está avergonzada, triste o asustada.
Hay, por supuesto, algunas cosas que Chaeyoung no sabe, como las raras ocasiones en las que se despierta antes que Chaeyoung, le gusta mirar su rostro, con los ojos cerrados y los labios entreabiertos y, a veces, también llora, porque Chaeyoung es tan maravillosa y Mina no sabe qué fuerza en la tierra decidió que merecía a alguien tan amable, comprensiva y paciente.
Hay algunas más, pero son cosas relativamente sin importancia, excepto que ahora tiene un gran secreto que se cierne sobre su corazón como una mariposa, alas revoloteando furiosas y es que está empezando a perder las palabras.
Ella no puede... no puede explicarlo, porque no tiene sentido, pero a veces, está en medio de una historia y de alguna manera olvida, de tal forma que no puede ni física ni mentalmente poner su lengua alrededor de una palabra, para seguir con la siguiente palabra y es jodidamente aterrador. Por ejemplo, ella estaría contando una historia sobre su hermana o algo que miró mientras Chaeyoung estaba ausente o una broma estúpida que Momo le dijo, cuando olvida la palabra jugar o mirar o incluso gracioso y se corta en seco, bajando su cabeza mientras el pánico sube por su espina dorsal y luego Chaeyoung dirá algo que estimula su memoria y podrá terminar su historia en una sola pieza.
Está bien. Como dijeron los doctores, malo, pero no sin esperanza. Repite las palabras una y otra vez en su cabeza todas las noches hasta que se confunden y casi las olvida por completo.
Mirando la cara dormida de Chaeyoung, todo lo que puede pensar es "por favor no dejes que me olvide de ti también".
•••
Finalmente, Chaeyoung se da cuenta. Chaeyoung se da cuenta de todo.
— Chaeyoung — dice bruscamente, su voz un poco aterrorizada de una manera que normalmente no es. — No puedo encontrar la... la... para la puerta
Chaeyoung frunce el ceño mientras se gira para mirarla, sus labios se curvan hacia abajo en una mueca confusa. — ¿Huh, cariño?
Mina agita las manos mientras trata de imitar el acto de poner las llaves en la cerradura. — No puedo encontrarlas — balbucea, sintiéndose más avergonzada que cualquier otra cosa.
— ¿Te refieres a las llaves? — Chaeyoung pregunta, la voz llena de preocupación.
— Llaves — Mina repite, el alivio la inunda tan rápido que cree que podría desmayarse. — Sí. Llaves — La palabra se siente tan familiar como siempre, saliendo fácilmente de su lengua y casi quiere reírse.
Chaeyoung no dice nada, pero no tiene que hacerlo.
La expresión de su rostro le dice a Mina todo lo que necesita saber.
•••
Chaeyoung le hace una lista en su teléfono, una pequeña lista titulada "Palabras para Minari :)" todo lleno de palabras que Mina ha estado olvidando con frecuencia, pero la lista parece estar creciendo exponencialmente cada día que pasa, y es un poco difícil mantenerse al día.
— ¿Te acordaste de alimentar al... al... — Mina hace una pausa, frunciendo el ceño mientras se lame los labios y Chaeyoung siente una marejada de dolor estrellarse sobre ella, mientras Mina se queda allí, entrecerrando los ojos aún más, con las manos curvándose en pequeños puños mientras lucha por encontrar la palabra que está buscando.
Envolviendo sus brazos fuertemente sobre los hombros de Mina y presionando un beso en la parte superior de su cabeza que sólo espera que sea reconfortante, Chaeyoung murmura, — ¿A los cachorros, amor?
Mina se da vuelta en el abrazo de Chaeyoung y entierra su rostro en su clavícula y Chaeyoung siente su corazón hundirse cuando siente la humedad empezando a acumularse allí.
— Oye — dice suavemente, pasando una mano entre el pecho de Mina y el suyo, agarrando la barbilla de Chaeyoung, obligándola a mirarla a los ojos. Los ojos de la japonesa están brillantes y con un borde rojo, y se ve tan patético y sin esperanza que trae lágrimas a los ojos de Chaeyoung. Pero no llorará, no ahora, porque esta vez Mina necesita que sea la fuerte. Y lo será.
— Bebé — murmura, caminando lentamente hacia atrás hasta que su espalda choca contra la pared y tira de Mina con ella, hundiéndose en el piso para que Mina pueda descansar en el espacio entre sus piernas. Son sólo un minuto o dos hasta que los jadeos de Mina se detienen por completo, pero la sensación de impotencia permanece. — Está bien — dice, agarrando una de las manos de Mina. Tan pequeña, ella siempre lo ha sido; es una de las cosas favoritas de Chaeyoung
La coreana solo traza las líneas de su palma hasta que Mina se ha calmado por completo y está sentada en posición vertical, hurgando en la alfombra con su mano libre.
— Me siento tan estúpida — Mina murmura, las mejillas sonrojándose cuando agacha la cabeza, casi vergonzosamente. — Todo el tiempo
— No — Chaeyoung casi gruñe, su voz volviéndose áspera de una manera que normalmente no sucede con Mina. La cabeza de Mina se levanta por el tono de su voz, pareciendo más que un poco sorprendida, pero a Chaeyoung simplemente no le importa, porque no sabe qué hacer y odia sentirse así de impotente. Ella quiere presionar a Mina en su colchón y susurrar en su piel todas las palabras que están corriendo por su mente, pero tienen lugares a donde ir y simplemente no hay tiempo. Nunca lo hay, y su estómago se tambalea porque se están quedando sin tiempo y tiene mucho que decir.
En vez de eso, simplemente acerca a Mina para que sus rostros estén nivelados y sus narices se toquen. Su respiración es casi graciosamente ruidosa en el silencio del apartamento. — No eres estúpida — insiste con firmeza, las manos sosteniendo la cara de Mina en su lugar para que no pueda retroceder. — Nunca estúpida, bebé. No me gusta oírte decir cosas así — Mina baja la mirada y Chaeyoung sabe que va a comenzar a llorar nuevamente, así que la besa antes de que pueda.
Es sólo un roce casto de labios, pero es suficiente.
•••
— No lo entiendes — dice Mina, girando sobre ella una noche cuando Chaeyoung intenta abrazarla para olvidar la tristeza que siente por haber olvidado la palabra planta. Planta, por el amor de Dios. — No sabes lo que es despertar y olvidarte las cosas más estúpidas, como dónde está tu cepillo de dientes o qué puerta es la de nuestra habitación
Su labio inferior tiembla y lo muerde con fuerza. Ella no está triste, está enojada y quiere que Chaeyoung lo entienda, pero no puede hacerlo comprender y no es justo intentarlo, pero se siente como si estuviera tropezando en una interminable noche sin luna, sola, y si eso no es lo más aterrador, no está seguro de qué es.
— Bebé — dice Chaeyoung suavemente, con los ojos brillantes y Mina sabe que va a llorar. — Lo sé. Lo siento. Yo sólo, joder. Ojalá hubiera algo que pudiera hacer. No sé qué hacer o cómo ayudar y me siento malditamente impotente y lo odio, Mina-
— No me gusta esto — Mina llora de repente, interrumpiendo a Chaeyoung y siente que va a colapsar, está temblando tanto. — Voy a... olvidar... todo. Lo sabes, ¿no? Esto es pequeño en comparación con lo malo que se va a volver. No voy a poder cantar o incluso jodidamente hablar, Chaeyoung — lloriquea — No quiero olvidarte
Apenas tiene tiempo de procesar sus propios sollozos antes de que Chaeyoung la abrace, con los brazos apretados alrededor de ella, los dedos clavados en su espalda. Mina tiene sollozos silenciosos sacudiendo su cuerpo y por la forma en que está temblando sabe que Chaeyoung también comenzó a llorar.
— Lo siento — susurra Mina, limpiándose los ojos con la camisa de Chaeyoung. — Sé que lo estás intentando. Eres perfecta. Lamento haber dicho algo
Ella nunca lo volvió a mencionar.
•••
Chaeyoung se encuentra a Mina acurrucada debajo de las sábanas con las rodillas pegadas al pecho, garabateando frenéticamente en un trozo de papel de cuaderno antes de hacer una pausa, golpear su barbilla con el bolígrafo y volver a escribir.
— ¿Qué estás haciendo? — Chaeyoung pregunta, empujando juguetonamente las piernas de Mina. Ella sólo entrecierra los ojos y le saca la lengua, con los ojos aún pegados en el papel que tiene delante.
— Dime — se queja Chaeyoung, deslizándose tímidamente al lado de Mina y empujando su cadera con la nariz.
Mina suspira, tapando su pluma y doblando el papel en un pequeño cuadrado, sosteniéndolo firmemente en su mano. — Una carta — dice simplemente.
Chaeyoung mueve sus cejas juguetonamente. — ¿A quién? ¿Tu único amor verdadero? ¿Me estás engañando, bebé? — Extiende la mano para hacerle cosquillas a los costados de Mina y su corazón se eleva cuando ella cede y chilla, retorciéndose.
— Chae, detente — suplica a través de su risa, tratando en vano de apartar las manos de a Chaeyoung. La rubia no se detiene, porque la risa de Mina es música para sus oídos y quiere escucharla toda la noche. Sus manos se detienen, sin embargo, cuando rozan las costillas de Chaeyoung, la impactante protuberancia del hueso de la cadera. Ella sabe por qué. El apetito de Mina ha sido inexistente últimamente, pero todavía es aterrador, dándose cuenta de lo pequeña que es.
— Tan pequeña — murmura con tristeza, los dedos curvándose alrededor del brazo de Mina e incluso se sorprende cuando puede colocar todo su brazo en el lazo entre su pulgar e índice.
— Siempre has sido más pequeña, Chaeng — toma represalias, tirando de las sábanas más alto sobre sí misma como si estuviera tratando de esconderse.
— No así — Chaeyoung susurra, girando sus ojos tristes para encontrarse con su mirada. Las mejillas de Mina están enrojecidas, como si estuviera casi avergonzada.
— Es una carta para ti — dice en voz baja, arrugando la nariz de la forma en que lo hace cuando piensa que algo es gracioso, y Chaeyoung se inmoviliza. — El papel
— ¿Para mí?
Mina asiente, rodando sobre su estómago. — Para ti.
— ¿Puedo leerlo?
— Mmm — Mina tararea, ojos cerrándose y luego abriéndose para mirar a Chaeyoung juguetonamente, sonriendo. — Todavía no. No está terminada todavía
— ¿Pronto?
— Sí — dice Mina, cara casi ilegible. — Tal vez