Se Busca un Padre *SOLO PRIME...

By Iselayuki

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Alinee no cree en el matrimonio, ni en el amor. Solo busca un hombre que la ayude a cumplir el deseo de su ma... More

Prologo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 6
Aviso

Capítulo 5

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By Iselayuki

 

~Alinee~

 Fue como si me hiciera caer bajo un hechizo. No podía apartar la mirada de su figura. La perfecta línea de sus labios dibujando una sonrisa se grabó en mi mente, mientras lo observaba saludar a los hombres a su alrededor. Era sin duda alguien imponente, importante y por demás atractivo, a simple vista perfecto. Bastaba con observar las miradas que las mujeres  le lanzaban. Nunca antes me había amedrentado frente a otras, porque desde luego que tenía mi propio encanto, pero ahora no estaba en mi zona de confort, ni por mucho. Hacia demasiado tiempo que no intentaba ligar a un hombre, y él no parecía ser cualquier hombre. Pero sin duda era al que quería para ser el padre de mi hijo. De eso estaba segura.

Busque mi teléfono dentro de mi diminuto bolso y discretamente lo enfoque con el aparato  capturando su imagen, intentando pasar desapercibida. Un camarero me miro extraño, fingí buscar señal y tome una copa de la mesa.

― ¿Qué pasa con la recepción? ―Murmure escabulléndome entre los presentes.

Llegue a uno de los balcones que se ubicaban alrededor del recinto. La noche comenzaba a refrescar y mis hombros me lo recordaron, pero necesitaba pedir consejo o más bien, el visto bueno. Por fortuna no había nadie ahí afuera. Coloque sobre el borde del barandal la copa de vino y volví mi atención hacia mi teléfono. Rápido envié la foto al teléfono de Karen, espere unos momentos y marque.

― ¿Quién es esa guapura? ―Chillo Levi a través de la bocina. ¿Qué hacia él con el móvil de Karen? ¿Estaban juntos?

― ¿Dónde están? ―Quise saber.

―Vinimos a tomar algo ―Explico esta vez Karen. ¿Tomar algo?

― ¿Por qué fueron sin mí? ―Me queje.

―Cariño, tú tienes una misión que cumplir ―Susurro con una risa Levi, quien por lo visto tenía ya algunos tragos encima.

― ¿Quién es él? ―Reconocí la voz. ¿Any también había ido? Esa sí que no la esperaba. Ella no bebía ni salía con nosotros.

―Es mi prospecto ―Conteste con orgullo― ¿Qué opinan? ―Se escucharon varios gritillos y risas de júbilo.

― ¡Esta buenísimo! ―Grito Levi con entusiasmo― Podrías prestármelo después a mí.

― ¿Qué? ―Este no tenía pudor. Y desde luego que no se lo prestaría, porque además no sería mío.

―Muy guapo ―Exclamo Any con voz chillona y tímida.

― ¿Qué dices Karen? ―Pregunte. Porque de los 3, era la más confiable o más cuerda.

―Es…

―Se le cae la baba ―Exclamo Levi.

―Guapísimo ―Soltó riendo.

― ¿Ya hablaste con él? ―Pregunto Levi. Suspire. Ni siquiera me había visto.

―Aun no.

― ¿Y qué esperas, cielo? Seguro habrá muchas detrás de él ―Tenía razón. Había visto como lo miraban. Pero aún no estaba lista.

―Pues… quería su punto de vista.

― ¡Lo tienes! Ahora ve y comete ese pastel y embáraza…

―Ya entendió ―Intervino Karen y la voz de Levi se alejó― Creo que no necesitas más explicaciones ¿Verdad? ―Desde luego que no las necesitaba.

―No. Ya entendí lo que tengo que hacer ―De solo pensarlo, me faltaba el aliento.

―Es perfecto amiga ―Dijo Karen― Aprovecha, pero sino resulta, es solo el comienzo ―Tan amable como siempre.

―Nada de eso ―Grito Levi― Tiene que ser él. Asegúrate de que duerma contigo y que te lo repita por la mañana…

―Ya. Les llamo después ―Dije colgando antes de que siguiera con sus explicitan clases de ligue.

Eso había sido bochornoso. Sostuve mi teléfono y observe de nuevo la imagen de ese hombre, recordándome lo que debía hacer. Escuche como alguien se aclaraba la voz a mi espalda y rápido me gire. Me quede de piedra cuando vi quien era.

―Buenas noches ―Saludo con su hermosa sonrisa. Recordé lo que tenía en la pantalla y rápido oculte mi celular. Esperaba que no hubiera escuchado y mucho menos visto su imagen en la pantalla.

―Buenas noches ―Conteste intentando aparentar normalidad.

― ¡Daniel! ―Una chica, que recordaba haber visto un par de ocasiones, apareció contoneando su cuerpo que estaba cubierto por un ajustado vestido que dejaba al descubierto prácticamente todo el pecho― ¡Oh! ¡Alinee! ―Dijo al verme, con una sonrisa altanera. Apoyo una mano en el brazo de él y por alguna razón sentí un enorme disgusto.

―Disculpa ¿Te conozco? ―Pregunte con indiferencia. Su sonrisa fanfarrona desapareció al instante. Desde luego que sabía quién era, pero no se lo diría.

―Claro ―Aseguro con incomodidad― Hemos coincidido en varias ocasiones en eventos… ―Fingí pensarlo.

―Lo siento, no te recuerdo ―Se quedó boquiabierta. Luche por mantener mi expresión serena, aunque por dentro moría de risa.

―Bueno no importa… iré por una copa. ¿Vienes? ―Le pregunto a Daniel, quien me miraba fijamente con una sonrisilla en los labios.

―Adelántate ―Contesto sin mirarla.

―De acuerdo ―Se alejó dejándonos solos. No pude ocultar mi sonrisa satisfecha y me gire hacia el barandal. Le habia devuelto tu pretención. 

―La conocías ―Su voz con un toque de diversión me hizo mirarlo. No era una pregunta, era una afirmación. ¡Rayos! Debía comportarme. Karen y los demás me habían dicho que tenía que dejar de lado mi soberbia y fingir ser una chica linda y sumisa. Pero ¿Cómo?

―Tal vez ―Conteste encogiéndome de hombros, levante mi copa y le di un pequeño sorbo. Era tarde para fingir delante de él. Había visto mi sonrisa malvada.

―Alinee ¿Cierto? ―Asentí― Soy Daniel Henney ―Dijo extendiendo su mano hacia mí. Lo mire y acepte su mano. Su tacto era fuerte y su contacto despego una especie de calor a través de mi brazo― Es un placer ―Sus ojos eran enigmáticos y profundos. Demasiado sugerentes.

―Igualmente ―Logre contestar. Intente liberar mi mano, pero él la retuvo.

― ¿Puedo invitarte una copa? ―Pregunto con voz coqueta. Sonreí y señale la copa que sostenía.

―Tengo una ―Sonrió y negó.

―En otro lugar ― ¡Vaya! Eso había sido rápido, demasiado rápido. Tanto que hasta mi corazón se aceleró.

―Por qué no ―Apenas termine la frase, comenzó a caminar hacia la entrada del lugar. La chica a la que había visto antes, nos vio pasar con la boca abierta. Y como toda persona amable, le dedique una sonrisa de despedida mientras nos alejábamos. ¡En tu cara!

Su auto era tan impresionante como él. Los asientos de piel y el color negro, le daban un aspecto impecable. Sin duda era un hombre con mucho dinero, aunque eso no era de mi interés.

― ¿Adónde quieres ir? ―Pregunto con la mirada sobre el camino. ¿Sugerirle mi casa era demasiado? No estaba del todo segura.

―Mmm… creí que tenías algo en mente ―Conteste con aire inocente.

―Te sorprendería lo que tengo en mente ―Contesto con voz grave. Me quede muda. Cada vez era más directo, así que ahora, era mi turno.

― ¿Mi departamento? ―Aventure. Esbozo una sonrisa satisfecha y me miro asintiendo.

― ¿Dónde vives?

Le di las indicaciones y en menos de lo esperado, estuvimos en la entrada del edificio. Sintiendo una extraña ansiedad, entramos al elevador, sus ojos evaluaban el recinto con curiosidad. Permanecimos en silencio, mientras los números cambiaban en la parte superior de la puerta. Cuando se detuvo y las puertas se abrieron, supe que no había marcha atrás, tenía que hacerlo. Me hizo un gesto para que saliera primero, sentí su aliento en mi espalda y eso aumentaba mi nerviosismo. Abrí la puerta y antes de que dijera algo, sentí deslizar sus manos por mi cadera, empujándome para avanzar.

―Me gusta tu perfume ―Susurro sobre mi nuca y solté un gritillo.

―Gracias ―Conteste. Escuche como cerraba la puerta― ¿Quieres tomar algo? ―Pregunte intentando ordenar mis ideas.

―A ti ―Pase saliva y reí nerviosamente. Vaya que sabía cómo jugar. Bueno, al menos no tendría remordimientos por engañarlo. Era un jugador. 

― ¿Ya? ―Pregunte con voz chillona. Era un desastre, un manojo de nervios.

―Si. ¿Cuál es tu habitación?

―Esa ―Señale y me condujo hasta ahí. Encendió la luz y entramos. Me quede de pie junto a la cama. Mientras él me miraba atentamente.

―Me gusta tu pelo ―Susurro y se acercó, quedando a escasos centímetros de mí. Jugueteo con un mechón de mi pelo. Sonreí incapaz de proferir palabra alguna. Era tan guapo y me hacía quedarme en blanco― ¿Te importa si lo hago? ―Dijo mirando mi vestido.

―Adelante ―Conteste. Segura de que sería incapaz de moverme o de hacerlo de una forma sensual.

Me rodeo con sus brazos y sentí como despacio bajaba el cierre del vestido, mientras su aliento golpeaba mi cara. Después de liberar el cierre, comenzó a bajarlo por mi dorso, mis caderas, hasta llegar a mis pies. Instintivamente, levante los pies por turnos y él lo saco lanzándolo a un lado. Quise decirle que no lo hiciera, pues era carísimo, pero me mordí los labios y espere. Desabrocho la correa de mis tacones y también los lanzo como si nada. Tuve que hacer acopio de toda mi fuerza de voluntad para no protestar.

Levanto la cabeza y me miro desde abajo, estaba de rodillas delante de mí y ante tal escena me estremecí. ¡Dios! Este hombre debía tener una maestría en seducción, pues estaba hiperventilando con tener solo su mirada sobre mí.

―Eres hermosa ―Susurro mientras las yemas de sus dedos recorrían mis pies ascendiendo lentamente por mis muslos.

Me mordí el labio inferior, intentado no liberar mí acostumbrada respuesta, cuando alguien me decía eso: Lo sé. Eso era ser altanera y no debía serlo. Ya había mostrado un poco de mí y aunque se había reído dudaba que ahora…

Su nariz se hundió en el hueco de mis muslos, rozando mi pubis, no pude evitar gemí ¡Dios! ¡Dios!

―Hueles bien ―Dijo subiendo por mi vientre. El calor de sus labios me erizaba la piel. Lentamente se incorporó sin separar su rostro de mi cuerpo. Al llegar a mis pechos, deslizo uno de sus dedos por la copa del sostén y la bajo. Sus dedos acariciaron mi pezón y sentí como se ponían duros. Sentí su lengua sobre mi pezón.

― ¡Ah! ―Gemí sosteniéndome de sus hombros con fuerza. La presión entre mis piernas crecía rápidamente y sentí desfallecer. Me estaba volviendo loca.

―Es suave ―Murmuro retirando mi sostén y masajeando uno de mis pechos― Muy suave ―Repitió mirándome como si me quisiera devorar.

De acuerdo, estaba solo en bragas delante de ese hombresote, que aún tenía toda su ropa puesta. No es que creyera que se echaría a correr y huiría ¿O sí? Como quiera que fuera, necesitábamos estar en condiciones similares. Puesto que estaba claramente en desventaja.

― ¿Y tú? ―Pregunte con una voz que casi era un jadeo irregular.

― ¿Yo? ―Pregunto mirándome con esa sonrisa tan coqueta y cautivadora.

― ¿No te quitaras la ropa? ―Dije sintiéndome un poco tonta. Su sonrisa se amplió aún más y retrocedió mirándome desde la punta de los pies, ladeando la cabeza.

― ¿Quieres verme? ―Pregunto con tono jocoso. Claro que quería verlo y no solo verlo. Estaba demasiado excitada, como hacía mucho tiempo no lo estaba. Moría por tocarlo.

―Si.

―De acuerdo ―Sus manos se movieron por su cuello, retirando su corbata. Se quitó el saco y lentamente comenzó a desabrocharse la camisa.

Era tan erótico verlo desnudarse. ¿Cómo rayos lo hacía? ¡Dios! ¡Dios! Su cuerpo era demasiado perfecto, casi quise lanzarme sobre él y deslizar mi lengua por su pecho. Mis pensamientos me superaron y sin pensarlo avance. Sujete la pretina de sus pantalones y lo mire a los ojos, esperando ver su reacción.

― ¿Puedo? ―Pregunte intentando transmitir sensualidad en mi voz.

― ¿Quieres hacerlo? ―Asentí mientras retiraba el cinturón y desabrochaba el botón de sus pantalones. Con un movimiento rápido los hizo caer por sus caderas hasta el piso y se libro de los zapatos, dejandolos a un lado. Mis manos se deslizan por su pecho y él deja escapar un suspiro.

―Me gusta ―Dije con una sonrisa maliciosa. Él me miro complacido ante mi atrevimiento.

―A mí me gustas tú ―Dijo tomándome de la cintura y empujándome sobre la cama. Ahogue un grito cuando sentí su dureza sobre mi pelvis.

 Sus labios comenzaron a besar mi cuello y toda mi piel se erizo, mis manos se aferraron con fuerza a su espalda, mientras sentía como bajaba lentamente hasta detenerse en mis pechos.

―Suave ―Murmuro mientras introducía en su boca uno de mis pezones y lo mordisqueaba. Su lengua trazaba círculos y el calor se filtraba por toda mi piel. Estaba extasiada con sus maniobras, cerré los ojos y disfrute. De pronto uno de sus dedos se coló por mis bragas y solté un grito, tensándome― Tranquila ―Dijo mirándome con calma. Su dedo de movió por mi entrada y gemí― Estas empapada ―Claro que estaba empapada, me estaba muriendo por sentirlo.

― ¡Daniel! ―Jadee cuando la fricción de su dedo aumento, enviando descargas por todo mi cuerpo. Mi cuerpo respondía a su tacto, arquee la espalda y los músculos de centro de tensaron alrededor de su dedo. Quería más, más. De pronto otro dedo se unió y mi cuerpo se sacudió, reclamando más contacto, más.

―Eres tan receptiva ―Murmuro mientras se incorporaba sobre la cama y me observaba con detenimiento. Saco sus dedos de mí y se los llevo a la boca, su gesto no me pareció para nada desagradable, era tan erótico verlo hacer eso. Probarme. Bajo mis bragas por mis piernas hasta despojarme de ellas. Luego se levantó de la cama e hizo lo mismo con sus calzoncillos― ¿Tomas la píldora? ―Pregunto mientras buscaba en sus pantalones.

―Si ―Conteste rápido. Sonrío y dejando de lado sus pantalones.

―Perfecto ―Lentamente subió a la cama, separo mis piernas y se colocó entre ellas. Mirándome de ese modo tan… intenso, tan hipnótico. Entonces se movió y sentí la punta de su miembro contra la entrada de mi sexo. Jadee conteniendo el aliento― ¿Lista? ―Pregunto con toda la calma del mundo.

― ¡Si! ―Exclame impaciente. Sonrío y con una fuerte embestida se hunde en mí. Mi cuerpo tiembla y mi respiración se acelera.

― ¿Estas bien? ―Me molesta que hable en lugar de actuar, quiero más. Estiro mis brazos y lo tomo de la nuca, acercando su rostro al mío.

―De maravilla ―Digo antes de reclamar su boca con impaciencia. Él gime mientras empujo mi cadera contra la suya. Entonces comienza a moverse, saliendo y entrado mientras mis dedos se hunden entre su cabello y me boca se funde con la suya.

Es maravilloso, más que maravilloso. La forma en la que nuestros cuerpos se complementan me deja sin palabras. Mi cuerpo se sacude con ligeros espasmos que me advierten lo cerca que estoy del clímax. Él empuja con fuerza contra mi sexo, mientras el sudor comienza a invadir su perfecto cuerpo. Siento como su miembro se tensa en mi interior, esta tan cerca como yo.

― ¡Daniel! ―Gimo cuando miles de colores explotan en mi cabeza y la vista se me nubla. Deliciosos espasmos sacuden mi cuerpo, mientras siento como acelera sus estocadas y entonces me inunda con su esencia tibia, mientras ahoga un grito casi animal. Contraigo los músculos de mi sexo para exprimir todo y lograr mi objetivo. Su boca se separa de la mía y noto su hermoso rostro bañado en sudor.

―Eres increíble ―Jadea desplomándose sobre mí y saliendo de mí. Mis manos acarician su espalda mientras siento su aliento caliente sobre mi cuello. Sin duda ha sido el mejor sexo en toda mi vida.

Pero soy consciente de que una vez no será suficiente. Me muevo hasta que queda de espaldas sobre la cama y me monto sobre él. Abre los ojos y me mira con una sonrisa lujuriosa. Sabe lo que intento hacer.

― ¿Mas? ―Pregunta con esa voz aterciopelada y sexy.

―Si ―Digo introduciéndolo de nuevo en mí. Necesito más.

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