-Pareces muchas veces estúpido para ser el anticristo, te peleas con él ¿y estas aquí tan Pancho? - le decía Kenny con un tono de enojo.
-¿Que quieres que haga? No se apenas que hacer ni conmigo mismo... Ojalá no hubiera sido tan capullo con él-
Damien se sentó en el suelo de aquella habitación, notándose como se empezaba a quebrar las paredes y el suelo a su alrededor. Estar en con emociones tan inestables no era bueno para él ni para a nadie a su alrededor.
-Desearía saber donde está para poder ir a buscarle.... Y decirle todo lo que siento- dijo agarrando se del pelo golpeando su cabeza con la pared frustrado.
-Por que no pruebas a contactar donde está por tus poderes... Si es que sabes usarlos claro-
-Exacto! Cómo no se le ocurrió antes! Soy un genio- se felicitaba por su gran descubrimiento.
Agarro una de las cartas de Philip y la quemó con las flamas que lograba sacar de sus dedos, la llama al crecer se volvía cada vez más oscura dejando ver una imagen, era el Rubio sentado en el patio de la casa del demoníaco.
-Pero si esta allí subnormal, ve a por él de una vez y deja de lamentarte como un perro asustado. -
-Recuerda me que te mate próximamente mccormick- Dijo el azabache acercándose a la ventana del cuarto, saltando por esta.
Philip desde abajo se sorprendió al verle, pegando un grito asustado por si se dañaba yendo a agarra le. Mientras de fondo se escuchaba a Kenny gritarle a Damien