Los jugadores del equipo de basquetbol se acercaron hasta Louis. Este estaba sentado en las gradas del campo de futbol haciendo unas cosas en su libreta.
–Pero mira a quien tenemos aquí –uno de ellos hablo.
Louis levanto la vista viendo a cuatro chicos con sus típicas caras de nada me importa.
–¿Qué haces solo, no tienes a quien mamársela?
Todos rieron ante el comentario del chico de cabello negro.
Louis solo se les quedo mirando, él era orgullosamente gay y no se avergonzaba de ello.
–¿Qué pasa, tanto chupar pijas no te deja hablar?
Como no obtuvo respuesta, agarro por el cabello a Louis y le dio un jalón, este reprimió un grito llevando su pequeña mano a la muñeca del hombre.
–Suéltame –pidió.
–¿Ahora si hablas?
Los otros tres rieron por lo que su amigo había dicho.
El castaño que se le agotaba la paciencia rápido. Le dio una patada en sus testículos. El chico lo soltó soltando un grito.
–¡Maricon! –grito enfurecido.
Los otros tres se le fueron a tirar encima a Louis, cuando la potente figura de Harry los detuvo.
–Lo tocan, y salen de aquí sin dientes.
Todos al ver al rizado salieron corriendo. Harry Styles en esa universidad tenía un respeto. El más alto se dio la vuelta viendo como el castaño se acomodaba su cabello y luego sus gafas.
–Puedes darme una mamada como agradecimiento –dijo como si nada.
Louis, que a pesar que era el nerd de toda la universidad. No tenía paciencia, y si se metían con él, era capaz de hacer cualquier cosa. Miro al rizado a los ojos y se burló en su cara.
–¿Esa cosa tan chiquita? –Louis se rio–. Mi dedo meñique es más grande.
Agarro su libreta y se fue de allí.
Harry se miró su entrepierna y la observo detenidamente.
–Tranquilo, amigo –susurro–. No le hagas caso, le demostraremos que es todo lo contrario.