La lista || Terminada

By MsMistery19

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Nuestra historia empezó con un trato entre ambas. Un beneficio para las dos, un sentimiento disfrazado hacién... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capitulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Final
Epílogo
Epílogo extra

Capítulo 11

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By MsMistery19

Déjame perderme en tus ojos con súplicas susurrando tu nombre.

Pov Poché.

+18

Mis labios inexpertos besaban los suyos con la misma intensidad que ella besaba los míos, sus manos tomaron mis nalgas haciendo que diera un salto para enredar mis piernas en su cintura. Jadeé abrumada sintiendo sus dedos clavarse en mis nalgas con posesión.

— Calle...— Susurré cerrando mis ojos, echando mi cabeza hacia atrás, ella besaba el valle de mis senos, su lengua recorriendo mi piel caliente.

Daniela tomó mi rostro demandante, haciendo que viera sus ahora ojos dilatados, se acercó a mi boca y tomó mi labio inferior entre sus dientes, un pequeño gemido salió de mis labios al ver ese gesto tan candente. Devoró mi boca con la suya volviendome loca.

Aún con mis piernas envueltas en su cintura, me llevó hasta una mesa de billar que no sabía que estaba ahí. Calle de un golpe apartó las bolas del billar, me sentó en la mesa de billar y empezó a besar mi cuello con impaciencia y salvajismo.

Sus manos quitaron mi vestido dejándome en sostén, sentí mis mejillas coloradas cuándo quitó el sostén, sus dedos tomaron mis pezones y los jaló provocando un dolor placentero, enviando corrientes a mi vagina.

Bajó su cabeza y tomó uno de mis pechos desnudos con su boca, eché la cabeza hacia atrás diciendo maldiciones por lo bajo. Todo era tan nuevo que me abrumaba, pero era una jodida delicia. Apreté mis dedos contra su espalda moviendo mis caderas contra ella.

— Me encanta cómo te mueves para mí.— Murmuró con un tono de voz excitante.

Subió por mi pecho, dejando besos húmedos y mordiscos, sentía su lengua tibia recorrer mi piel con deseo, sus labios hinchados, su respiración pesada y su cabello castaño revuelto la hacían ver tremendamente candente.

Volvió a besarme otra vez, pero está vez me bajó de la mesa, Calle tomó mi cintura y en un ágil movimiento me dió la vuelta, su mano envolvió mi cuello y sus dientes se clavaron en mi hombro, gemí de dolor, pero sentí una punzada deliciosa en mi centro.

— Chupa.— Ordenó Daniela en mi oído.

Dos de sus dedos se posaron en mi vista, dudosa tomé sus dedos metiendolos a mi boca.

Daniela comenzó a embestir mi boca con sus dedos, sacándolos de afuera hacia adentro, su mano libre apretando mi cuello, mientras bajaba y poseía uno de mis senos desnudos, estimulando mi pezón.

Ella embestía mi boca con sus dedos, aquello lo sentía tan extraño pero excitante, haciendo que una humedad creciera entre mis piernas y mi vagina punzara totalmente necesitada.

Calle sacó sus dedos de mi boca y un hilo de saliva chorreó por mi barbilla, ella soltó mi seno y de pronto me encontraba con mi mejilla contra la mesa, dejando mi culo al aire, los pies de Daniela separaron mis piernas rápidamente, me aferré a la mesa sintiendo los latidos de mi corazón salir de mi pecho.

— Es una delicia tener tu culo a mi disposición.— Sentí cómo quitaba mi vestido solo dejándome en ropa interior.

Me quedé quieta, mientras sentía la mano de Daniela colarse por mi ropa interior, recargué mi barbilla contra la mesa expectante, entonces sentí sus dedos húmedos por mi saliva juguetear con mi humedad.

— Oh Dios, Calle...— Cerré mis ojos sintiendo cómo estimulaba el punto de nervios que necesitaba ser atendido con urgencia.

—¿Te encanta, cierto?— Gemí mordiendo mí labio inferior cuando sus dedos presionaron mi clítoris, rozando mi culo contra su pelvis.

— Si, me encanta.— Contesté sin poder dejar de gemir, mientras Calle seguía estimulando mi clítoris.

Ella paró sus movimientos unos momentos, mi ropa interior fue sacada, mi piel se erizó al sentir su tacto. Alcé un poco la cabeza viendo hacia abajo, puse los ojos en blanco apretando la mesa de billar con fuerza, Daniela se había rodillado para lamer toda la entrada de mi vagina mojada, con sus dedos estimulando mi clítoris.

—¡Ah... Joder!— Cerré con fuerza mis ojos sintiendo un cosquilleo en mi vientre que recorría mi vagina.

El sudor bajaba por mi cuello, mis dedos apretaban aquella mesa de billar con fuerza, sin dejar de gemir contra los dedos de Calle. Me moví deseosa contra sus dedos, ella aún seguía de rodillas lamiendo mi vagina.

—¡Dios santo!— Exclamé al sentir su mano impactar en mi culo más un apretón que me dejó con ganas de más.

Gemí sin vergüenza alguna, sintiendo cómo estaba a punto de caer al abismo de mi primer orgasmo, cerré mis ojos fuertemente y solté un fuerte gemido ronco dejándome con la respiración errática. Mi corazón latiendo a mil por hora y pequeñas gotas de sudor bajando por mi cuello.

Había tenido mi primer orgasmo y había sido muy intenso.

Sentí el cuerpo de Calle detrás de mi, tomó mi cabello en una coleta y me pegó a su cuerpo bruscamente haciéndome jadear, su aliento chocó contra mi cuello y comenzó a besarlo con fuerza.

— Que maravilloso fue ver cómo te corrías en mi boca.— Suspiré al sentir sus manos recorrer mis pechos.

— Dios santo...— Murmuré aún sintiendo mi clítoris sensible.

— Pero ahora quiero ver tu cuerpo bajo el mío y tus jugos mezclándose con los míos.— Esas palabras me hicieron suspirar.

Un “plop” en mi cuello me hizo gemir sin poder detenerlo, Calle me daba la vuelta para quedar frente a frente, me subió a la mesa de billar y quitó su ropa a la velocidad de la luz, subió a la mesa abriendo mis piernas para colarse en medio de ellas.

Un gruñido salió de sus labios al sentir el roce de su vagina húmeda contra la mía, gemí en respuesta sintiendo sus pechos desnudos contra los míos, su boca tomó la mía devorando mis labios, mordiendo y succionando cada rincón de ella.

— Uhmm... Calle...— Gemí mordiendo su labio inferior, mientras sus caderas arremetían contra las mías, causando un rico roce entre mi vagina y la suya.

— Poché...— Gruñó Daniela pegando su frente a la mía.

Ambas empezamos a gemir sin control, Calle movía sus caderas con movimientos certeros y placenteros.

Su boca bajó hasta mis pechos en dónde chupó y mordisqueó mis pezones, me aferré a su espalda clavando mis uñas en el camino, mis manos tomaron sus nalgas y clavé mis dedos en ella gimiendo contra su oído.

Daniela clavó mi pierna en su cintura moviendo sus caderas tan putamente rico. Chupé su cuello moviendo mis caderas contra las suyas, sintiendo esa sensación crecer en mi vientre.

—¡Oh Dios sí!— Entonces estallé en mi segundo orgasmo clavando mis uñas en la espalda de Calle.

— Joder, joder, joder... ¡Aaah!— Ella soltó un fuerte gemido y cayó sobre mi con la respiración agitada.

Me quedé quieta recuperando el aire, sintiendo el cuerpo de Calle sudado aún entre mis piernas. ¿Qué se hacía después de coger? Si fuéramos una pareja normal, tal vez vendrían los mimos y esas cosas, pero Calle y yo no lo éramos.

— Calle.— Mencioné en su oído, ella alzó la cabeza y me vió, se separó de mi cuerpo y me acercó a la orilla de la mesa de billar.

—¿Si?— Contestó con mechones de cabello mojados pegados a su cara, tragué grueso.

—¿Qué acaba de pasar?— Pregunté viéndola, Calle ladeó la cabeza y soltó una risa entredientes acercándose a mi rostro.

— Empecé a cumplir a la lista.— Musitó sobre mis labios, chupando mi labio inferior.

Ella se separó de mí y buscó su ropa, me bajé de la mesa y comencé a hacer lo mismo en silencio, una vez terminé miré a Calle quién me veía también.

— Voy yo primero, luego tú.— Dije con simpleza, la castaña frente a mi asintió en silencio.

Sin más comencé a caminar hasta la salida de aquél cuarto, cerré la puerta a mis espaldas y rasqué mi nuca. Todo pasó tan de repente que no sabía qué carajos pensar. ¿Solo fue sexo, no? No era nada del otro mundo, muchas personas lo hacían.

Calle cumplió ciertos puntos de la lista, ahora no solo fingiamos ser novias, también teníamos una lista de por medio que nos brindaba placer. Un gran placer he de decir. No tenía que haber algún compromiso entre ambas, eso estaba bien.

Empecé a caminar con mis sandalias en mano de forma sigilosa, todo el yate estaba en silencio. ¿Qué hora sería? ¿Será que todos están durmiendo ya? Iba a mi camarote cuando...

—¡Así te quería agarrar, puerco!

Pegué un salto del susto llevando mi mano a mi pecho, muy bien podría hacer la actuación de un gato asustado.

—¡Valentina! ¡Me asustas!— Reclamé sintiendo mi corazón agitado, Valentina se acercó a mi.

— Así tienes la conciencia.— Susurró alzando su dedo índice, rodé los ojos.

—¿Qué haces despierta?— Inquirí alzando una ceja.

— Te devuelvo la pregunta, pero con esas fachas se sabe que te dieron cómo marrano en carnicería.— Valentina tomaba un mechón de mi cabello y lo movía en mi cara, le di un manotazo.

— Eso no es verdad.— Me defendí peinando mi cabello, Valentina abrió su boca y llevó una mano a su pecho.

—¿Y todavía lo niegas, descarada?— Replicó indignada.— Hasta acá hueles a sexo.— Añadió con obviedad, acerqué mi nariz a mi ropa y me olfateé.

—¿A qué huele el sexo?— Dije viendo al techo con duda.

— A fluidos, hermanita.— Respondió mi hermana, torcí los labios.

— Bueno está bien, si tuve sexo.— Acepté empezando a caminar a paso apresurado a mi habitación.

— Hija de la-

— Shhh.— Callé a mi hermana tapando su boca con mi mano, ella torció el gesto y quitó mi mano.

— No pongas esa mano en mi boca, sepa que cosas tocaste.— Enchiné mis ojos viéndola.

— Iremos a dormir.— Mencioné ya cansada.— Mañana toca un largo recorrido a casa.— Añadí intentando huir del interrogatorio de mi hermana.

— Yo no me voy sin saber detalles, querida.— Valentina se cruzó de brazos alzando sus cejas, rodé los ojos.

— No seas fastidiosa, mañana te lo digo.— Contesté haciendo un puchero, Valentina sacudió su dedo índice.

— De acuerdo, de acuerdo.— Aceptó alzando sus manos, sonreí.— Volveré a la cama.— Dió media vuelta y se fue, fruncí mi ceño cuando ví que iba al cuarto de Laura.

— Ese es el cuarto de Lala.— Comenté alzando una ceja, mi hermana sonrió pícara.

— Lo sé.— Replicó guiñando uno de sus ojos y metiéndose al cuarto en silencio.

Llené de aire mis pulmones y entré a mi cuarto, cerré la puerta a mis espaldas y me recargué en ella inflando mis mejillas.

«Veremos que pasa mañana» Pensé yendo al baño y darme una ducha.

En la mañana.

Caminábamos por el muelle después de haber llegado a tierra, mi padre se estaba despidiendo de “mis suegros” y los chicos jugaban tonterías entre ellos. Sentí una mirada en mi nuca y supe que se trataba de Calle.

— Tienes que despedirte de tus suegros.— Bromeó a mi lado, curve la comisura de mis labios en una sonrisa.

— Te recuerdo que tienes que ir conmigo.— Respondí poniéndome frente a ella.

— Se puede decir que ahora parecemos pareja.— Comentó guardando sus manos en sus bolsillos, resoplé.

—¿Por qué cogimos?— Repliqué alzando mi cejas.

—¿Por qué no? Fingimos ser novias. ¿Por qué no aprovechar eso y coger sin compromiso?— Respondió encogiéndose de hombros, suspiré aliviada.

«Para Daniela es sexo, para mí también» Dije a mis adentros con tranquilidad, no quería que las cosas se confundieran entre esta engreída castaña y yo.

— Ya quisieras tú ser mi pareja.— Bromeé riendo, Calle negó con su cabeza y dió un paso hacia mi.

— No seré tu pareja...— Murmuró con picardía, tomando el collar que colgaba en mi pecho empezando a jugar con el.

— Pero si la que te hace gemir.— Añadió jalandome del collar y dejar un beso en mis labios que no dude en corresponder.

Su boca jugueteó con la mía, mientras sus manos tomaban mis caderas acercándome más contra su cuerpo, mis manos se enredaron en su pelo mordiendo su labio inferior.

— Que raro que éstas se estén tragando.— Escuchamos una voz a nuestras espaldas, Calle y yo nos separamos.

— Es normal besarse.— Contestó la castaña a mi lado, envolviendo mi cintura con sus brazos.

— Así cómo tú y yo, Vale.— Escuchamos a Laura alegre, Valentina asintió sonriente.

— Así es, linda.— Respondió mi hermana, dejando un beso en la frente de Laura. La cara de Irina no pasó desapercibida.

— Bueno, bueno. Mucha miel y me dará diabetes.— Comentó Paula dando aplausos, alejándome de los brazos de Calle.

— Tienes que explicar muchas cosas, Garzón.— Me susurró Paula amenazante, bufé.

— Luego te explico, cara de nalga.— Contesté alejándome de ella rápidamente.

— Poché, ven.— Me llamó Daniela, la seguí y empezamos a caminar hasta donde estaban sus padres.

— Ay, pero si es la parejita.— Mencionó Mafe con una sonrisa, colgando del brazo de Germán.

— Solo venía a despedirme y agradecer las atenciones.— Sonreí viendo a los Calle.

— No agradezcas nada, querida.— Mafe negó con sus mano.— Es un gusto que Dani ya tenga alguien a quien respetar y amar.— Agregó viéndonos a ambas, carraspeé mi garganta.

— Bueno, creo que mejor nos vamos yendo.— Mi papá hacía la salvación del día.— Tengo que dejar a ciertas señoritas sanas y salvas.— Añadió riendo, asentí con mi cabeza.

— Nos vemos pronto.— Me despedí de los Calle, ellos sonrieron.

Mi papá se adelantó no sin antes despedirse otra vez, cuando iba a seguir a mi papá, una mano en mi muñeca me detuvó, jalandome y haciéndome chocar contra un cuerpo, alcé la vista y vi la sonrisa curvada de Calle.

—¿No te despides?— Preguntó alzando una ceja.

—¿Y cómo lo tengo qué hacer?— Repliqué apretando los labios para no reír.

— Así.— Contestó Daniela tomando mi nuca y estrellar sus labios con los míos.

Correspondí el beso apretando los costados de su ropa, se separó de mí dejando una lenta y tortuosa mordida de labio. Me separé de ella y sonrió con picardía.

— Hoy en la noche cumpliré otro punto de la lista.— Susurró jugando con un mechón de mi cabello.

—¿Cuál?— Inquirí curiosa.

— Hoy en la noche te llamaré.— Explicó pasando su dedo índice por mis clavículas.— Espero contestes, porque quiero escuchar cómo te tocas para mi y gimes mi nombre.— Tragué grueso viendo sus ojos con un brillo pícaro asomándose.

—¡Poché! ¡Vámonos ya!— Escuché la voz de mi hermana a lo lejos.

— Te llamo, insoportable peliazul.— Bromeó Calle con una sonrisa divertida bailando en sus labios.

Me separé de ella y apreté los labios, no me extrañaba haber caído en este juego con ella.

Sus provocaciones no ayudaban, Daniela no estaba de mal ver y yo era una adolescente con hormonas alborotadas, era claro que quería que cumpliera esa lista.

«Esperare esa llamada ansiosa» Pensé yendo al coche de mi papá.





















































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Hijas de la lujuria, su anhelado smut está aquí. Recuerden que es paso a paso por la lista ;)

¿Qué creen que pase? El drama se acerca.

*Se va escuchando Love in the brain de Rihanna*

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