𝕊𝕙𝕦𝕛𝕚 ℍ𝕒𝕟𝕞𝕒
𝔼𝕟𝕖𝕞𝕚𝕘𝕠𝕤 (𝕠 𝕟𝕠 𝕥𝕒𝕟𝕥𝕠) 𝕡𝕒𝕣𝕥𝕖 𝕀𝕀𝕀
Mucho tiempo ha pasado desde los días en que lideraba pandillas; siempre recuerdo esos tiempos como mis "grandes y gloriosos días", cuando mi nombre le causaba pesadillas a mas de alguno y mi presencia los hacía orinarse en su lugar. Pero siempre tuve un némesis, alguien que era capaz de hacerme frente y con quien nos odiábamos mutuamente a niveles descontrolados, ¿quien iba a pensar que ahora somos familia?.
Ella debía volver hace al menos una hora, estoy cansado y mi hija no deja de reclamar mi atención. Sus cabellos rubios son iguales a los de su madre, sus ojos los heredó de mi al igual que su carácter impredecible. Esta última semana he salido tarde del trabajo, la oficina no da tregua y aunque tengo un buen empleo las deudas nos persiguen muy de cerca.
—¿A que hora llegas? —le escribo sin el mas mínimo sentimiento. Cada vez es más difícil mantener ardiendo la llama de nuestra pasión, siempre hay una excusa; el dolor de cabeza, que la bebé le dió mucho trabajo, que está cansada debido a sus clases.
Ella tarda en responder, me paseo por la sala de estar mientras la bebé se queda dormida en mis brazos.
¿Donde estás?
—Tardé un poco más esta noche, debí quedarme a terminar un proyecto con mis compañeros de clase. Sé que estas cansado, le pedí a Ken que fuera por Amai y la cuide esta noche, yo voy en camino.
Excelente idea, que el imbécil de tu hermano se aparezca frente a mi.
—¿Piensas que no soy capaz de cuidar a mi propia hija? —pregunto ignorando todo lo que me ha dicho—. Creo que debemos hablar. Esto no está bien.
Envío el mensaje y el remordimiento por hacerlo me come por dentro, ya era tarde para borrarlo, ella lo había visto.
—Entiendo.
Y la simplicidad de su respuesta hace que la rabia se sienta mas intensamente. ¿Acaso ya no le importo?, ¿después de todo lo que hemos pasado juntos?.
¿Donde esta esa chica que se encontraba conmigo a escondidas?
¿Donde está la lujuriosa mujer que me folló duro después de salir del reformatorio?
Sigue siendo tan hermosa que no dudo que mas de alguno de esos hijos de perra que tiene de compañeros la mire con deseo y la sola idea me repugna, el solo pensar que su piel es tocada por otro hombre, que su boca es reclamada por alguien que no sea yo me hace hervir de rabia.
Amai duerme recostada en mi pecho, ignorando los malos pensamientos que cruzan mi mente, es lo único que me mantiene de pie, su sonrisa o sus balbuceos son lo único que mejora mi día.
Con mi dedo comienzo a picar suavemente sus infladas mejillas. Pude huir cuando supe que ella llegaría, pero no lo hice, pude dejarla y que ella y el bastardo de Draken se hicieran cargo del problema, pero el amor que sentía por _______ era tan grande que no podía hacerlo, pero supongo que hasta el amor mas grande que exista es capaz de apagarse si no lo cuidan a diario.
El timbre suena y chasqueó la lengua; ya sé de quien se trata y abro la puerta de mala gana. Dejo a la bebé sobre la carriola y la cubro con una cobija, las tardes se vuelven frías en Tokyo últimamente.
—¿Donde está Amai? —pregunta el molesto gemelo de mi mujer, prácticamente ignorando mi presencia, y lo entiendo, es la única forma de tolerarnos.
Le señalo la carriola con la cabeza y preparo el bolso de mi hija, su biberón, pañales, cambios de ropa; como si fuera una jodida niñera.
Le entrego las cosas a su tio, antes de irse y llevársela beso la frente de Amai y ella se remueve ligeramente, me gustaría saber si ella sueña conmigo, si he sido un buen padre para ella.
Draken me da una última mirada y antes de retirarse suelta uno de sus agrios comentarios.
—No sé que hiciste para que ella este triste; pero si me entero de que mi hermana sufre por tu culpa o si algo le pasa a Amai no olvides la promesa que te hice el día en que supe que estaríamos unidos de por vida; Voy a matarte y lo voy a disfrutar, zombie de mierda.
—Como si tuvieras la oportunidad, calvito —respondo secamente y le cierro la puerta en la cara.
Enciendo un cigarrillo mientras espero por ella en el balcón, pero no la veo aparecer así que me voy a dar una ducha, tengo tantas ganas de follar que siento que duele, y me pongo a pensar en la jodida asistente de mi jefe, la tal Agustine es una extranjera que no deja de comerme con los ojos todo el puto día, tiene unas tetas de infarto y unas piernas kilométricas, es casi tan alta como yo y sus cortas minifaldas no dejan mucho a la imaginación, lo que considero una ventaja para mis acciones, pues comienzo a jalármela pensando que me la estoy follando duro, y no se ve tan mal en mi mente, si tan solo mi mujer me follara de esta forma otra vez.
—Estoy en casa —la escucho decir con desgana mientras envuelvo la toalla en mi cintura, las gotas de agua aún se deslizan en mi abdomen, voy a nuestra habitación y ella se me queda mirando, tengo tantas ganas de hacerla mía que no puedo resistirme.
Me acercó con poco cuidado y estampo mi boca con la suya, la tomo en mis brazos con facilidad y ella enrolla sus piernas en mi cadera. Aprieto su trasero y ella restriega su coño contra mi, y puedo sentir lo cálido que se siente a través de su ropa interior.
—Necesito follarte ahora —murmuro cerca de su oído, y veo como su piel se eriza, ella me mira con esos ojos maravillosos, con esa mirada curiosa e inocente que logró enamorarme.
—Esta noche soy toda tuya, Shuji.
La llevo a la cama y ella se sienta con las piernas abiertas retirando sus bragas, yo muerdo mi labio inferior deleitando mi vista con su perfecta vagina, tan húmeda y apretada.
Me arrodillo frente a ella y la sujeto por los muslos manteniendo sus piernas abiertas, me acercó a ella y comienzo a succionar, a lamer entre sus pliegues y ella se retuerce y sujeta mi cabello, sus gemidos me vuelven loco y mi pene parece hincharse cada vez más ante la necesidad de penetrarla.
—¡Shuji! —ella gime mi nombre y se siente bien—. Voy a acabar.
Estoy enloqueciendo, desde hace semanas no teníamos sexo y siento que podría convertirme en una bestia si sigo comiendo su coño de esta forma, ella tensa sus músculos y llega al orgasmo, yo saboreo todos sus jugos.
No pasa mucho tiempo y ya la tengo de rodillas, quitando la toalla que me envuelve mientras su mano delinea los surcos de mi musculatura abdominal, mi mujer cierra sus ojos cuando lleva mi pene a su boca, succionando, chupando la punta y llevándolo hasta el fondo de su garganta, y siento como mi polla palpita en su boca, la embisto con fuerza, acelero mis movimientos y no puedo controlar ni lo que digo.
—¡Joder, amor! —gimo sin control—. Voy a acabarte en la boca... Agus...¡Mierda!
Ella se detiene de golpe, no es una idiota y yo soy el jodido hijo de puta mas imbécil del mundo.
—¡Si de verdad lo hiciste, das asco! —suelta entre sollozos cuando rompe a llorar.
Ella se viste rápidamente e intenta salir de la habitación, la sujeto del brazo pero se niega a mirarme.
—¡Maldición, _______! —le digo intentando calmarla—. ¡No te soy infiel, mierda, no podría serlo!
—¿De esto querías hablar? —me pregunta intentando soltarse de mi agarre, finalmente le permito hacerlo, pero solo obtengo una mirada intensa llena de odio y dolor—. ¡Todo el mundo tenía razón, no debía confiar en ti, soy una tonta!
—¡Créeme, joder!
—¡Me llamaste con el nombre de otra mujer! —y su voz se quiebra, llena de dolor.
—No significa que me acueste con alguien más, joder —continúo—. ¡Solo quería hablar contigo para mejorar las cosas, no estamos bien!
—¡Intento dar lo mejor de mi por esta familia! —grita ella—. Mierda, ya ni siquiera sé si puedo llamarla así... Sé que trabajas y que gracias a eso puedo estudiar, quiero ser profesional para apoyarte y que podamos darle lo mejor a Amai, y mierda... Gracias a dios por que ella no está aquí ahora...
—¡Solo necesito un poco de tu atención! —le digo aún cegado por la rabia—. Siempre estás tan cansada, o demasiado ocupada. Ya ni me besas, no me tocas, tengo necesidades, joder.
—¡¿Y por eso tenías que follarte a otra?!
—Terminaré por hacerlo si seguimos así... —pero me arrepiento al instante de decirlo—. Mierda, no quise decir eso, no es verdad...
Se nos hace imposible mirarnos a la cara y ya no puedo más, doy un portazo después de que me visto y salgo de la casa, la dejo sola, necesito despejar mi mente. Me siento como la peor mierda del mundo, me fumo un cigarrillo mientras intento despejar mi mente y luego de un rato regreso a casa para intentar arreglar las cosas. Pero nuestra casa está vacía, ella se llevó su maleta y algunas cosas de Amai, dejó una nota sobre la mesa y se marchó.
"No me busques, estaré con mi hermano. Le pediré que te traiga a Amai o un juez mediará las visitas. Solo olvida que existo, se acabó.
—________"
[...]
Han pasado unas semanas y todo empeora, extraño a mi hija, no puedo dejar de pensar en ella, tan solo la he visto una vez gracias al bastardo de Draken. Y se siente como el infierno, incluso peor que haber estado en la correccional, pero siento que ya no hay solución, mi mujer no me ha dejado hablar con ella, no quiere verme, no quiere saber nada de mi.
Pienso en ello mientras estoy en la oficina, la jodida Agustine no deja de mirarme, ya todos se han ido, tan solo queda ella y yo, la maldita muerde el lápiz de forma provocadora mientras me mira directamente, supongo que le gustaría que fuera mi polla y en un momento se me ocurre que ambos podemos ayudarnos mutuamente.
Ella quiere follarme, yo quiero dejar de sentir dolor. Quiero olvidarme de ______, quiero que alguien más me haga sentir lo que sentía con ella.
La jodida Agustine me sigue hasta la bodega de papelería, sintiendo su aroma de cerca no se me hace agradable en absoluto, mi camisa vuela y ella desliza sus dedos por mi abdomen, pero no me toca como me gusta, no son las manos de mi chica las que me tocan y puedo sentir la diferencia. Ella intenta besarme pero no se lo permito, ese derecho solo es de _______.
La mujer frente a mi desabotona su blusa y quita el sujetador, y sus tetas son enormes y redondas, pero al tocarlas mi cuerpo no reacciona de ninguna manera, por que no es el cuerpo de ________, no son sus mejillas sonrojadas, no es su perfecta boquita comiéndose mi pene. Y no permito que esa extraña me siga tocando.
Entonces pienso en ella; en que ella jamás sería capaz de hacerme algo como esto, y a mi mente vienen imágenes de uno de sus compañeros de clases follandosela y la rabia me consume, pero ella no es así, ella es definitivamente mejor que yo.
—No puedo hacerlo... —le digo a la mujer entregándole su ropa para que se cubra mientras yo hago lo mismo.
—Pero si dijiste que-
—¡Sé lo que dije, joder! —respondí apretando mis puños—. Pero tengo una familia, una novia perfecta, y voy a hacer lo posible por recuperarla...
Llego a casa y me emborracho, ni siquiera sé que hacer y me vuelve loco. Comienzo a llorar y sentir la desesperación, la extraño, las necesito conmigo o siento que podría morir. Amai y ______ son lo mas importante en mi vida.
Soy un idiota, joder.
El timbre suena y le ruego a quien quiera que me este escuchando que sea ella, que vuelva y que podamos arreglar nuestra vida. Pero mi decepción se vuelve mas grande, pues solo veo a un idiota muy parecido a ella.
—¿Viniste a joderme? —le preguntó de forma poco amable.
—Nada me gustaría mas que matarte, hijo de puta.
Es una linda respuesta, le doy un punto.
—¿Que esperas para hacerlo? —lo desafió—. Ya no tengo una mierda que perder.
—Mi hermana no quiere contarme que pasó —responde mientras se sienta en el sofá frente al mio, bebiendo de la cerveza que puse frente a él, no sin antes escupir en su interior sin que él se diera cuenta—. Así que espero que seas lo suficiente hombre para decírmelo tú. Por que jamás vi a _____ llorar tanto.
—La cagué hasta el fondo y tienes que saber que voy a contarte la mierda sin censura —confesé sintiendo su mirada fulminarme y viendo como apretaba sus puños intentando controlarse—. Estaba molesto por que nos estábamos alejando, celoso por que ella pasara tiempo con sus compañeros y no conmigo, y cuando íbamos a coger y mejorar las cosas le dije el nombre de otra persona.
El puñetazo en mi cara fue intenso y brutal, no esperaba menos, y también sé que lo merecía.
—¡Nunca engañaría a ______, joder. Es la mujer mas perfecta del mundo! —le dije de vuelta cuando le lancé un puñetazo que él esquivó.
—¡Eres un hijo de puta imbécil que no se da cuenta de cuanto le importas a mi hermana! —soltó pateando mi estómago, haciéndome escupir sangre—. Pero también sé que no la engañarías, no si quieres seguir viviendo. Además, sé que eres capaz de todo por ella, incluso de matar, así que solo te daré un consejo.
Fingí que no me importaba pero le puse la mayor atención del mundo, después de todo, ellos habían compartido útero, debían de conocerse bien.
—¡Ve por ella y arregla esta mierda! —dijo casi regañandome—. Mi hermana te ama, Amai te extraña y juro por dios que si sigo viéndola llorar así hasta yo te voy a extrañar. Pero no dejes pasar mas tiempo y ve por ella, hazle sentir que la quieres, y tráela de vuelta contigo.
Nunca tuve un amigo que hiciera algo así por mi, nunca se lo diría pero estaré siempre agradecido con él.
El idiota me ayudó y salió de casa, ella estaría sola con Amai y los nervios me comían mientras mas me acercaba al sucucho donde vivía Draken. Toqué el timbre y todo mi cuerpo tembló al verla aparecer tras la puerta con nuestra hija en sus brazos, se veía tan hermosa, casi como un jodido ángel, mis labios temblaban y casi no podía decir una palabra, me desconocía a mi mismo, pero valía la pena por ellas.
—¿Que haces aquí? —preguntó en un hilo de voz.
—Vine a llevarlas a nuestra casa... —le digo con la mayor sinceridad que puedo—. Por favor perdóname, nunca te sería infiel, tú eres lo que mas amo, nunca pensé sentir algo así. Jamás imagine que alguien vería un Hanma enamorado, y apareciste tú, y juntos hicimos a Amai, y ella es tan perfecta como tú.
Ella se lo pensó un minuto, sus ojos estaban rojos y se notaba que había llorado, sentí miedo a su rechazo, miedo a perder lo mas hermoso e importante que había tenido en mi vida.
—Eres un idiota, Draken me contó todo —suspiró ella—. Pero eres mi idiota, el que amo.
Sus brazos rodearon mi cintura y la ayudé a sostener a Amai, se sintió tan bien tenerlas, besé su frente y ella se levantó en las puntas de sus pies como solía hacerlo y besó mis labios, un beso lento y profundo, tan lleno de amor que mi corazón volvió a ablandarse.
Nunca un beso se había sentido tan bien...
Hola, aquí estoy a pesar de que me tienen en el abandono 🥺. Pero no soy rencorosa así que les traigo la tercera y última parte del "One Shot" de Hanma en modo papi luchón.
Espero les haya gustado, agradezco si llegaron hasta acá, y agradezco sus comentarios y sus votos, me gusta leer que les parece lo que escribo y reírme con sus comentarios ❤️
Bueno, espero volver pronto, besitos 😘