La lista || Terminada

By MsMistery19

382K 24.2K 13.8K

Nuestra historia empezó con un trato entre ambas. Un beneficio para las dos, un sentimiento disfrazado hacién... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Final
Epílogo
Epílogo extra

Capitulo 8

8.2K 625 199
By MsMistery19

Teníamos muy poca tinta para seguir escribiendo nuestra historia.

Pov Poché.

Sacudí mi cabeza sacudiendo el vino de mi ropa, bufé frustrada al ver que estaba estropeada por completo, alcé mi vista y me encontré con la rubia, sonreía victoriosa.

— No sé quién eres y no me importa.— Hablé a la rubia, que al parecer se llamaba Rebeca, la chica alzó una ceja.

— Pero espero corras por tu vida, porque estoy a punto de dejarte sin ningún cabello en la cabeza.— Agregué dando un paso al frente.

— Ay por favor, cómo si fueras a tocarme.— Retó la rubia sin cerebro enfrente de mi, apreté la mandíbula.

— No me retes.— Siseé entredientes, la rubia rió en mi cara.

—¿O qué?— Respondió amenazante, miré a Daniela que estaba expectante con Lucas, sonreí falsamente viendo a la chica.

— O esto.— Contesté dando una bofetada en la mejilla de Rebeca, la copa de vidrio cayó al suelo haciéndose añicos.

—¡Te vas arrepentir!— Gritó tomando su mejilla, caminando hacia mi para golpearme.

—¡Ya! ¡Tú te vas!— Gritó Calle tomando a la rubia de la cintura.

—¡Esto no se quedará así!— Espetó Rebeca, pataleando hasta la salida, suspiré.

— Creo que la noche no va tan bien.— Comentó Lucas acercándose a mi, tragué grueso viéndolo.

Se veía muy atractivo, sus ojos azules hacían contraste con la camisa blanca que portaba, los primeros botones estaban sueltos, su cabello peinado a un lado dejando caer unos mechones, su ligera barba y su pose varonil.

«Es tan guapo... ¡Deja de babear, Garzón!» Me reproché mentalmente.

— No, no va empezando nada bien.— Respondí acomodando mis lentes, Lucas rió.

— Al parecer los invitados restantes no existen, no pusieron atención a la “discusión”.— Mencionó haciendo comillas con sus dedos, suspiré.

— Es mejor así, supongo.— Respondí encogiendome de hombros, Lucas sonrió.

— No esperaba que la chica linda del centro comercial fuera novia de mi prima.— Comentó Lucas viéndome con sus ojos azules, sonreí a medias.

— Yo tampoco lo esperaba. Supongo que solo pasó.— Contesté bajando la vista unos segundos.

Me sentía cómo una mentirosa, claramente no era novia de Calle y el mentirle a todas estas personas no me gustaban, pero tenía que seguir el tonto trato que tenía con la engreída castaña.

Lucas asintió guardando sus manos en sus bolsillos.— Te acompaño a la habitación de Calle, así te cambias.— Ofreció Lucas, señalando las escaleras.

— Bueno si, esto está pegajoso.— Me quejé haciendo una mueca, Lucas estiró su brazo dándome el paso.

— No te preocupes, primo.— Calle aparecía otra vez, apreté los labios y ella tomó mi cintura.— Yo llevo a mi novia a cambiarse.— Añadió Calle sonriendo.

— Claro, las tortolas necesitan tiempo a solas.— Respondió Lucas divertido, viendo a la castaña a mi lado.

— Así es, primo. Si nos disculpas, tenemos que hablar.— Respondió Calle sonriendo, Lucas asintió.

— Nos vemos.— Mencioné sonriendo al chico lindo frente a mi, él sonrió igual.

Calle apretó mi cintura con sus dedos, rodé los ojos y caminamos hasta las escaleras de su hogar. En silencio las subimos, ella aún no soltaba mi cintura. Pasamos por un pasillo con diferentes cuadros colgando, Daniela abrió una puerta de madera y me dejó pasar.

Me dediqué a observar la que era su habitación, era muy espaciosa, de colores neutros, el gris y el blanco predominaban. Tenía una inmensa ventana dejando ver el jardín de la casa, una cama, un escritorio, pequeñas luces colgando a los costados de la cama y más. No terminaría de describir los pequeños detalles de la habitación.

— Ahora vuelvo.— Mencionó Calle perdiéndose de mi campo de vision.

Me acerqué al escritorio de la chica engreída que me había chantajeado, era un escritorio ordenado, pequeñas plantas de decoración (claramente falsas), su computador y una pequeña biblioteca.

Fruncí mi ceño y tomé un libro que estaba en el escritorio.— La astronomía y sus cosmos.— Susurré viendo el libro.

— Aquí tienes.— Dejé de observar el libro, giré mi cuerpo y ví a Calle.

—¿Y el baño?— Pregunté acercándome a ella para tomar la ropa.

— En esa puerta.— Señaló con su cabeza una puerta que no había visto, asentí con mi cabeza.

Caminé hasta la puerta para adentrarme al baño, un gran espejo con luz a los lados me hizo enchinar los ojos unos momentos. Suspiré viendo mi ropa estropeada, por suerte el pantalón seguía intacto.

Quité la blusa y quedé en sostén, tomé una pequeña toalla y la mojé para pasarla por mi cuerpo, quitando lo pegajoso del vino, pasé una mano por mi cabello y miré la ropa que me había traído Calle.

El roce de una mano recorriendo mi espalda me hizo dar un pequeño salto, miré en el espejo y Daniela me observaba con atención, tragué grueso sintiendo su mano en mi cintura.

—¿Q-qué haces?— Titubeé sintiendo la yema de sus dedos recorrer mi abdomen plano.

— Tocarte...— Su aliento chocó contra mi oreja, aquél pequeño gesto me había puesto muy nerviosa.

— N-no deberías.— Tartamudeé nerviosa, sintiendo mi corazón latir cómo loco.

—¿Por qué no?— En un rápido movimiento, Calle me daba la vuelta acorralandome contra el lavabo y su cuerpo.

— Porque no es correcto.— Respondí sintiéndome agitada, Calle esbozó una sonrisa de lado.

—¿Y?— Inquirió con voz susurrante, rozando su nariz en mi mentón, bajando a mi cuello.

— Daniela, no.— Hablé separándola de mi, la castaña rió.

—¿Por qué te haces la difícil?— Preguntó alzando una ceja, cruzándose de brazos y recargandose en una columna del baño.

— Porque eres una mujeriega de lo peor.— Contesté sin más, buscando la camiseta y terminar de vestirme.

—¿Solo por eso no me dejas estar en tu cama?— Arrojó sin pelos en la lengua, negué con mi cabeza.

— Y porque eres una idiota.— Acoté pasando la camisa por mis hombros y empezar a abotonarla.— El caso de Rebeca lo demuestra.— Agregué con obviedad.

— Rebeca creyó otras cosas.— Se defendió Calle, la ví con mala cara.

— Cosas que tú le dijiste claramente.— Dije soltando una risita irónica.

— Solo fue un acostón y ya.— Contestó de lo más tranquila, cerré mis ojos viendo al techo.

Si, definitivamente era una total idiota. ¿Cómo es que la estaba aguantando? Dios, es un dolor de cabeza.

— No me importa saber de tus acostones.— Corté la conversación, viéndome en el esoejo.— Ya sabes porque estoy aquí.— Añadí metiendo la camisa de botones dentro del pantalón.

— Pero eso no significa que no podamos divertirnos.— Mencionó Calle, la ví a través del espejo con el ceño fruncido.

—¿De qué hablas?— Inquirí sin entender, Daniela esbozó una sonrisa pícara.

— La lista, puedo cumplirla.— Habló con voz segura, solté una corta carcajada entredientes.

—¿Me estás jodiendo? ¿Acostarme contigo? Ni loca.— Determiné arreglando mi cabello, mis lentes y girar mi cuerpo para verla.

—¿Por qué no?— Preguntó viéndome de frente.— No terminaremos de novias o alguna mierda así.— Agregó torciendo los labios.

— No gracias, prefiero quedarme en un convento.— Respondí alzando mis cejas, Calle dió un paso al frente.

— Soy tú única opción y lo sabes, puede servirte en un futuro.— Dijo con voz arrogante, rodé los ojos.

— Deja de decir estupideces, Daniela.— Mencioné seria, yendo a la salida, Calle detuvó mi acción poniendo su brazo en el camino.

— Solo piénsalo.— Dijo cerca de mi oido.— Tú me ayudas siendo mi novia, nos divertimos en mi cama y cumplo tu lista de fantasías.— Soltó con voz cadenciosa.

—¿Por qué he de aceptar?— Pregunté girando mi rostro. Gran error.

Daniela quedaba a centímetros de mi cara, su nariz rozando la mía, su aliento casi mezclándose con el mío, su vista bajó a mis labios y por inercia la mía también, tragué grueso ante su cercanía.

— Porque cumples tu lista y puedes estar cerca de mi primo.— Arrojó a centímetros de mi boca, salí de mi trance y fruncí el ceño.

—¿Qué tiene que ver Lucas?— Indagué separándome un poco de ella, respirando otra vez.

— Sé que te gusta, por poco y babeas por él abajo.— Respondió Calle con una sonrisa burlona, sentí mi cara arder.

— Eso no es cierto.— Me defendí viendo a otro lado, menos su cara.

— Por supuesto que sí.— Replicó sin dejar ese tono de voz burlón.— Mira, te conviene aceptar.— Explicó recargandose en el lavabo del baño.

—¿Por?— Inquirí alzando una ceja.

— Porque yo me salvo de mis padres, tu cumples tu lista y de paso te acercas a Lucas.— Soltó encogiéndose de hombros.— Fingiremos que terminamos, tú te quedas con Lucas, con tu lista cumplida y yo sigo con mi vida ocasional.— Finalizó con total calma, resoplé.

— En tu mente se escucha fácil, pero es una estupidez.— Respondí chasqueando la lengua, Calle rodó los ojos.

— Piénsalo, no te cierres. Nos conviene.— Dijo acercándose a mi otra vez, la ví dudosa.

— Te conviene a ti en realidad.— Repliqué enchinando mis ojos, Calle sonrió.

— A ti también.— Acotó pasando una mano por su pelo.— Mientras seas mi novia te dejarán de ver cómo la nerd, con tu cambio y yo a tu lado serás la chica popular de nuestro colegio.— Enchiné los ojos y negué con mi cabeza.

— No me convence.— Solté acomodando mis lentes.

— Claro que sí, pero tú lado miedoso no quiere aceptar.— Burló Calle, saliendo del baño, la perseguí.

— No soy miedosa.— Dije fingiendo determinación en mi voz.

— Es lo que demuestras.— Dijo Daniela perspicaz.— Vamos, tampoco estoy de mal ver, ¿O si?— Preguntó alzando una ceja.

Por supuesto que no lo estaba, a pesar de ser una total idiota, Daniela era muy hermosa. Su cabello castaño largo, su cara perfectamente perfilada, sus ojos pícaros y cafés, además de tener un buen cuerpo.

—¿Entonces?— Salí de mi trance al escuchar a Calle, ella alzó una ceja curvando su comisura en una sonrisa.

— No, pero-

—¡Ahí está!— Me interrumpió, suspiré llevando un mechón de cabello detrás de mi oreja.—¿Aceptas entonces?— Indagó acercándose a mi.

— Creo que-

—¡Calle, hija!— Miré a todos lados buscando esa voz que apareció de la nada.— Vengan a cenar.— Añadió la madre de Daniela.

— Es el intercomunicador.— Explicó Calle viéndome.

— Ah.— Solté frunciendo los labios.

— Vamos a comer.

(...)

La mesa estaba llena de personas, se escuchaban el sonido de los cubiertos en la mesa, risas refinadas y conversaciones las cuales no entendía ni un carajo. En verdad, estaba luchando con un filete de carne.

«Estúpido filete, déjame partirte y comerte, tengo hambre» Pensé con el ceño fruncido, intentando picar la carne.

—¿Te ayudo?— Preguntó Daniela a mi lado, hice un puchero y asentí.

Calle soltó una risa entredientes, tomó el cuchillo y el tenedor para empezar a cortar la carne en trozos, el primer trozo que rebanó lo pinchó con el tenedor y lo llevó a mi boca.

— Bueno, bueno. Germán, querido, mucha plática de negocios.— Habló Mafe a toda la mesa, mastique el trozo de carne y lo tragué.

— Mejor hablemos de está linda parejita aquí.— Empecé a toser y tomé el vaso de agua frente a mi.

— No creo que sea necesario, mamá.— Contestó Calle a mi lado, dejando mi carne y concentrarse en la suya.

—¿Por qué no?— Preguntó Mafe alegre, pinché un trozo de carne y lo llevé a mi boca.— Quiero saber cómo conociste a mi nuera.— Empecé a toser de nuevo al oír la última palabra.

— Cuidado, muchacha. No quiero quedarme sin nuera tan rápido.— Bromeó el señor Germán soltando una carcajada.

— Lo siento, es que la carne está algo dura.— Me disculpé con la poca voz que tenía.

—¿Y cómo se conocieron?— Preguntó una mujer en la mesa, miré a Daniela a mi lado buscando ayuda.

— Emmm en una fiesta.— Evité rodar los ojos y asentí con mi cabeza.

— Fue un flechazo, aún lo recuerdo.— Hablé acariciando el brazo de Daniela, ella sonrió nerviosa asintiendo.

Cómo olvidarlo, me había despertado en la cama con esta engreída, toda una travesía esa mañana.

— Totalmente, desde ése día no la pude sacar de mis pensamientos.— Calle me observó a los ojos, guiñando uno de sus ojos, bufé internamente.

— Es imposible no pensar en ti.— Hablé con una sonrisa falsa, dándole un toquecito a la nariz de Calle.

— El amor juvenil, tan lindo.— Suspiró la madre de Daniela en la mesa, me separé de Calle y empecé a comer.

— Aún recuerdo cómo me enamoré de mi Germán...

La madre de Calle empezó a contar su amor con el señor Germán, yo estaba entretenida, mientras comía de mi carne. Pero cuando sentí una mano en mi muslo sentí que mis alertas retumbaban en mi cabeza.

—¿Q-qué haces?— Musité viendo a Calle, ella simplemente sonrió.

— Shhh.— Me calló, apretando mi muslo, empecé a toser.

—¿No te parece, querida?— Cuestionó Mafe viéndome, asentí sin entender que me había preguntado.

— Por supuesto.— Respondí fingiendo una sonrisa.

Sentí la mano de Daniela abrir mis piernas de golpe, poniendo su pie cómo traba para que no cerrará las mías. Sus dedos comenzaron a tocar mi entrepierna.

— Daniela, no.— Susurré quitando su mano de mi entrepierna, pero hizo caso omiso y siguió provocándome debajo de la mesa.

— Daniela, hija, ¿Por qué no invitas a la familia de Poché a almorzar?— Mafe se dirigía a Daniela está vez.

Miré abajo y Calme aún seguía acariciando mi pierna con su mano, me sentía acalorada y con el corazón a mil por hora.

— Es muy buena idea, mamá. ¿No, bonita?— Respondió viéndome con una sonrisa traviesa.

— C-claro.— Titubeé ahogando un gemido en mi garganta, Daniela había presionado sus dedos en mi entrepierna.

— Está decidido entonces.— Alabó Germán en la mesa.

— Muy decidido.— Susurró Calle en mi oído, sentí mi piel erizarse ante su aliento en mi oreja.

—¿El qué está decidido?— Inquirí nerviosa, intentando quitar su mano de mi entrepierna.

— Cumplir la lista.— Contestó succionando el lóbulo de mi oreja, presionando mi entrepierna, reprimí un jadeo.

«¿En qué me metí?» Pensé aferrandome a la mesa, mientras Daniela reía muy campante acariciando mi entrepierna con sus dedos por encima de mi pantalón.













































Meta: 120 votos y 70 comentarios.

QUE EMPIECEN LOS JUEGOS DEL HAMBREEEEE.

Esa Calle es una atrevida ahre.

¿Quién se enculara primero? SE ABREN APUESTAS.

*Se va escuchando Adore You de Harry Styles*

Continue Reading

You'll Also Like

37.5K 2.9K 82
🥀 Lía Russo es una alegre y simpática adolescente que está en búsqueda de su lugar en el mundo. Cuando conoce a Janette, la extraña sobrina de su pr...
22.8K 1.6K 27
Emma Girard es una chica conflictiva, de temperamento fuerte y arrogante, en su adolescencia se veía con un futuro resuelto en las grandes ligas de b...
5.6K 571 11
" ladies and gentlemen, will you please stand? " ໑ ֢ ⌁ ALBUM : .. butterflies ៹ 🎧⭒ Giselle Hynes cantautora estadounidense amante...
3.9K 294 10
Daniela Myers (una chica universitaria de 19 años) es una chica muy extrovertida y tiene una personalidad muy agradable. Puede conseguir a la persona...