Los secretos que escondemos...

By isnotcandy

675K 59.9K 51.3K

La vida de Ashton Hawthorne nunca fue perfecta. Hace tres meses, todo se rompió en pedazos en una playa de... More

Prefacio.
PREGUNTAS FRECUENTES.
| Aviso importante |
Prólogo.
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9 - PARTE 1
Capítulo 9 - PARTE 2
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20 (PARTE 1)
Capítulo 20 (PARTE 2)
Capítulo 21
Capítulo 22 (PARTE 1)
Capítulo 22 (PARTE 2)
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37 (PARTE 1).
Capítulo 37 (PARTE 2)
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
LAS VERDADES QUE REVELAMOS
CAPÍTULO 1
CAPÍTULO 2
CAPÍTULO 3
CAPÍTULO 4
CAPÍTULO 5
CAPÍTULO 6
CAPÍTULO 7
CAPÍTULO 8
CAPÍTULO 9
CAPÍTULO 10
CAPÍTULO 11
CAPÍTULO 12
CAPÍTULO 13

Capítulo 29

10.5K 1K 1.3K
By isnotcandy

Nota: Woow, ESTOY actualizando seguido. Pidan un deseo. Y no se olviden de comentar y votar, amo leer sus comentarios ;) Disfrutenn

"Cuando se equivoque, cuando con sus limitaciones se choque

Y la sofoquen
Ella asume los errores y se incorpora
La nena de eso aprende, la nena no llora"

—No llora, El Cuarteto De Nos.

ASHTON.

Lo más probable es que Aggie esté durmiendo, y con todo lo que le cuesta conciliar el sueño, tengo que ser lo más sigiloso posible para entrar al departamento sin que se despierte. Juro que un alfiler puede caer a su lado y hacer que se despierte.

No quiero eso.

Necesito un poco de tiempo sin verla para acomodar mi cabeza.

No tengo idea como proseguirá nuestra convivencia a partir de ahora. Mi plan es seguir sus pasos y ver qué es lo que ella quiere hacer. Dejar que Aggie ponga las reglas. No me olvido lo que me dijo sobre lo difícil que es verme como tan solo su amigo.

Giro la llave con cuidado y empujo la puerta. Noto algo extraño apenas entro. Las luces de la sala de estar siguen encendidas. Siempre las dejamos apagadas. Quizás Aggie no esté durmiendo, o se olvidó de apagarlas.

Después de dejar mis llaves sobre la mesa, siento una bola de pelos moverse entre mis talones. Bajo la mirada para encontrar al gato refregándose contra mis jeans. Es su manera de saludar... O de rascarse. A este punto, no estoy seguro de nada con este animal. Dejo que lo haga durante unos segundos antes de moverme.

Me dirijo a la cocina para buscar un poco de agua.

Me detengo de golpe. 

Hay una persona parada en el medio de la cocina, y no es Aggie.

Su figura me da la espalda, y es fácil darme cuenta de algunos detalles. Es un hombre, alto, su cabello es oscuro y viste una sudadera negra. No es Miller. ¿Quién es?

Mierda.

Este hijo de puta se metió al departamento mientras Aggie estaba durmiendo.

Decido actuar antes de empezar a desesperarme por cómo entró y qué demonios planea robarse. Me acerco rápido, y antes de que tenga la oportunidad de girar, lo empujo contra el refrigerador y coloco mi antebrazo bajo su cuello.

—¿Cómo entraste? ¿Quién mierda eres? —espeto. Miles de pensamientos inundan mi cabeza. ¿Dónde está Aggie? ¿Sabe que este tipo está aquí? ¿Le hizo algo?

El chico parece tener mi edad. Sus ojos son oscuros y cabello negro azabache. Todas las facciones de su rostro están definidas. Tiene algunas pecas sobre su rostro y una expresión asesina.

—¿Quién mierda eres tú? —responde furioso. La pregunta me agarra desprevenido. ¿Qué ladrón pregunta al dueño del lugar quién es?

Aprovechando mi momento de sorpresa, su puño se estrella con fuerzas en mis costillas. Me alejo tosiendo.

—Imbécil. Te voy a matar —mascullo. El desgraciado tiene un buen gancho.

Estoy por volver a abalanzarme sobre él cuando gritos me detienen, paralizándome en mi lugar.

—¡Ashton, no! ¡Espera! —exclama Aggie agitada.

Volteo para encontrarla envuelta una bata violeta y el cabello mojado que deja rastros de agua en el suelo. Acaba de salir de ducharse. Luce intacta, por suerte.

Oh, tienes que estar jodiéndome.

¿Se estaba duchando y este degenerado estaba parado como un poste en la cocina?

Ella se detiene al llegar a nosotros. Instintivamente, me paro adelante de ella para que este tipo no la vea en una bata. Me pregunto qué tan rápido puedo marcar a la policía.

—No, esto es un malentendido.  Eh... Es Liam, Ashton —explica ella poniendo una mano en mi hombro y haciéndose a un lado. Su voz suena aturdida.

—¿Eso tiene que explicar algo sobre este degenerado? ¿Quién mierda es Liam? —espeto.

—Mi mejor amigo. Te hablé de él un millón de veces —insiste.

Parpadeo y miro al tal Liam. Ahora que Aggie lo dice, sí empiezo a recordar. Es difícil hacerlo cuando nunca pude ponerle un rostro al nombre.

Uh.

Mieeerda.

Este es el ex de Quentin.

Carraspeo y me enderezo un poco.

—Liam, él es... Ashton y... —titubea sin encontrar las palabras.

—Y no escuché absolutamente nada de ti —declara Liam.

Miro a Aggie ofendido. ¿No le contó a su mejor amigo de mi? Auch.

—Uhm... Es que... Ashton, él...—balbucea.

No puedo contener más mi indignación. Mejor deshacernos de este problema lo más rápido posible.

—Vivo con Aggie desde hace meses. —le informo sin rodeos.

Liam luce un poco descolocado. Aprieta su mandíbula. Pobre tipo. Voltea su cabeza a Aggie tras unos segundos de silencio.

Supongo que después de todo, este sujeto no era tan amigo como decía ser.

—¿Está diciendo la verdad? ¿Vives con él hace meses y nunca se te ocurrió decírmelo? —cuestiona con el ceño fruncido—. Todas las veces que llamé preocupado, preguntándote cómo estabas y... ¿Nunca se te ocurrió contarme que ahora vives con alguien más?

Aggie está completamente atónita.

—Liam, no quería decirte porque sabía que ibas a reaccionar mal y...

—¿Por qué piensas que iba a reaccionar mal? —le pregunta ofendido. Tensiono mi mandíbula para no reírme. Luce exactamente como la clase de persona que reaccionaría mal—. Monroe, soy tu mejor amigo hace años. No quiero juzgarte, ni... Ni hacerte sentir como si no pudieras contarme cosas. Y sé que hay mucho que todavía no dijiste. ¿Por qué piensas tan poco de mi?

Cuando lo dice así... Ya no tengo tantas ganas de reírme. Su sentimiento de traición luce genuino.

—No, Liam, no... No es así —titubea y siento que Aggie se convierte en más pequeña de lo que es.

Dios. Me consume la urgencia de rodearla en mis brazos y aferrarla a mi hasta que deje de sentirse tan insegura y asustada.

—Mejor hablemos mañana. —la interrumpe él.

Se nota que quiere decirle mucho más, solo que se contiene. Quizás sea para no herirla, quizás sea porque también estoy aquí, presenciando todo esto.

El amigo de Aggie no dice nada más. Se va de la cocina, y segundos después, escucho la puerta principal cerrarse.

Volteo a mirar a Aggie, quien tiene sus ojos inundados de lágrimas. Me parte verla así, pero ella pidió espacio. Estoy tratando de respetar esa promesa a pesar de que lo único que quiero es abrazarla y asegurarle de que es una discusión solucionable, que mañana después de que hablen va a estar todo bien.

Me mira insegura por unos segundos.

Es todo lo que necesita para que se acerque a mi. Rápidamente, rodea mi cuello con sus brazos y apoya su cabeza en mi pecho, apretándome con fuerzas. Le devuelvo el abrazo, dejando merodear una mano sobre su cabello porque sé que eso logra calmarla.

—¿Por qué no le dijiste? —le pregunto.

—Por... No lo sé. Liam siempre fue... Fue como mi hermano mayor, y tenía miedo de que haga una escena porque me mudé con un desconocido y... Simplemente fue algo que no le dije. Uhg, es un desastre. —respira hondo—. Aunque... Creo que más que nada es porque eres el hermanastro de Quinn.

Ella separa su cabeza un poco de mi para elevar la mirada. Bajo la mía para encontrarla, y es cuando la punta de su nariz roza mi mandíbula.  Incluso ese simple toque se siente electrizante.

Se aleja un poco de mi.

—Trato de no hablar sobre ella con él y viceversa. Terminaron hace poco y... Las cosas son raras. Para mi. No para ellos. Cada uno tiene su vida ahora.

—Vas a tener que explicarle esto mañana, Rubiecita —le digo y corro algunos mechones húmedos de su rostro, colocándolos detrás de su oreja.

Ella asiente. Mantiene su mirada en la mía. Es tan solo un pequeño gesto y siento algo moviéndose en mi pecho. Es un sentimiento que dice: "Mierda, sería capaz de hacer cualquier cosa por esta chica".

—Lo siento por Liam, debí avisarte que estaba aquí. Llegó de sorpresa y... —balbucea. Niego con la cabeza, haciéndole entender que no es nada—. Y uhm, gracias. No quería saltar encima de ti y que pases por toda esta escena... —murmura alejándose. Poco a poco, dejo ir el abrazo, admitiéndome que me duele tener que soltarla—. No volverá a pasar.

Trago saliva y asiento. Suena aún peor cuando lo dice.

***

AGGIE.

Al día siguiente, me despierto cerca del horario del almuerzo. La noche anterior fue agotadora, y siento que necesito dormir unas cuantas horas más. Lo haría, si no fuera porque tengo que hablar con Liam.

No me sentí bien con cómo terminaron las cosas, y él dijo que "mañana hablamos". Aunque técnicamente, fue a la madrugada así que sería mañana, pero cuando uno habla así en la madrugada, se refiere ese mismo día. Así que en mi cabeza, ya es mañana.

Me preparo para salir en tiempo récord, y mientras decido qué botas usar, le envío un mensaje a Liam.

Yo: ¿Dónde estás quedándote?

Yo: Responde.

Yo: Hablo en serio.

Yo: LIAAAAAAAAAAAAAAAM!!!!!

Por suerte, decide responder antes de que pueda mandarle cien mensajes y llamarlo quinientas veces.

Liam: Un hotel.

Cuánta información.

Yo: ¿Ubicación?

Liam: San Francisco.

Qué exasperante.

Yo: Más puntual, por favor. Tenemos que hablar. ¿Quieres almorzar?

No hay más respuesta, solo me envía un pin con su ubicación. La abro, espero a que cargue, y veo que no está muy lejos. Podría ir caminando, solo que mi desesperación no lo permite. Pido un Uber, termino de ponerme mis botas y ato mi cabello.

Salgo del departamento dando saltitos porque me puse mal una bota. La corrijo durante el trayecto del elevador.

Una vez que encuentro el auto que pedí y me subo, paso el corto camino revisando los mensajes de Isabella. Quiere saber cómo salieron las cosas. Le explico lo que pasó por mensaje. Para cuando el auto estaciona frente al hotel de Liam, terminé de contarle a Isabella como pude la versión de las cosas. Necesito verla para hablarlo mejor, y necesito abrazos de Luca.

Lo más probable es que no vea los mensajes durante un tiempo porque está almorzando.

Abro mi chat con Liam una vez que estoy en el lobby del hotel.

Yo: ¿Habitación?

Liam: ¿Por qué llegaste tan rápido?

Yo: ¿Habitacióoooon?

Liam: Espera, voy a bajar.

Me siento en uno de los sillones del lobby vacío y termino de atar mis botas porque se deshicieron en el camino. Al hacerlo, veo las mangas de mi chaqueta me doy cuenta de que me la puse al revés. Es la primera vez que algo así me sucede. Siempre salgo en perfectas condiciones a todos lados.

Para cuando corrijo mi chaqueta y reviso si el resto de mi ropa está en orden, Liam aparece en mi campo de visión. El desgraciado roba hasta las miradas de las señoras mayores y de los tipos que nunca se cuestionaron su sexualidad. Viste jeans, camisa blanca y chaqueta de cuero negra que se acentúa a sus músculos.

—Monroe —habla cuando se detiene enfrente de mi.

Antes de que pueda decir una palabra más, me levanto de mi lugar y lo abrazo. Se sorprende al principio y se demora en devolver mi abrazo. Me siento más aliviada cuando siento sus brazos rodearme y una de sus manos recorrer mi espalda en consuelo.

—Lo siento, ¿sí? No quise ocultarte nada. Es más complicado de lo que parece. ¿Podemos hablar? —suelto en un solo aliento.

—Respira, Agustine —me recuerda—. Por supuesto que podemos hablar.

—Bien, bien —contesto aliviada cuando nos alejamos—. ¿Quieres ir a comer algo? Tengo hambre. Hay un lugar cerca que sirve buena comida, podemos ir caminando.

Liam asiente.

Salimos del hotel caminando en silencio. Uso el tiempo para acomodar todas las ideas en mi cabeza.

—Empecemos por Miller —le digo para romper el hielo. Ayer, después de quedarse un rato charlando con Liam, Miller se fue diciendo que era tarde y que tenía que hacer cosas por la mañana.

Sospecho que Miller sabe cosas. Ya hablaré con él sobre ello. Una crisis a la vez.

Tiempo después de que se fuera, decidí tomar una ducha porque olía a discoteca, Liam tenía razón en eso. Ashton llegó justo cuando estaba terminando. Escuché voces en la cocina e inmediatamente me puse una bata y salí corriendo a intervenir.

Menos mal que lo hice. Ashton y Liam no iban a irse de allí sin una buena pelea.

—Sí, empecemos por él —suelta Liam y voltea a mirarme con una ceja arqueada—. Es...

—¿Mucho? —me río.

—Sí, mucho. ¿De dónde lo conoces?

Trago saliva, dándome cuenta de que inevitablemente, el tema siempre volverá a donde no quiero ir. Mejor decirlo y ya.

—Es amigo de Quinn. Vive en la ciudad. —explico.

Liam se queda en silencio unos segundos y asiente.

—¿No vas a preguntar más sobre eso? —inquiero confundida.

Él frunce el ceño.

—¿Qué más quieres que pregunte?

Oh. Así que será así.

—Lo que quieras —me alzo de hombros.

—No voy a caer en tu trampa —habla.

—No es una trampa —replico. Liam no dice nada más, por lo que me queda continuar con la conversación—. Lo conocí ayer. Necesitaba salir con él porque... —me callo, dándome cuenta de que para explicar esa parte, tengo que explicar a Ashton.

Debí empezar en orden cronológico.

—¿Por qué...? —me mira, pidiendo que continúe.

Aclaro mi garganta.

—Mira, aquí es —señalo el restaurante en la esquina. El lugar está lleno, así que conseguimos una mesa en el medio. Ordenamos algo rápido apenas nos atienden.

—No terminaste de hablar —apunta Liam cuando estamos solos.

—No, para eso tengo que explicar a Ashton.

—Sí, porque quiero saber quién mierda es y por qué está viviendo contigo. ¿Es tu novio? Monroe, juro que si no me contaste esto... —empieza.

—No, no es mi novio —respondo rápidamente mientras niego con la cabeza—. Es... Ashton.

—¿Su nombre tiene que sonarme? —pregunta y resopla.

—Tal vez —me alzo de hombros y jugueteo con un salero—. Es el hermanastro de Quinn, hijo de Lauren, la esposa de Richard Meyer.

Liam se detiene y me mira por unos momentos, de seguro procesando lo conectada que está mi vida con ella cuando apenas le hablo del tema.

—¿Es el que tuvo el accidente? —me pregunta.

—¿Cómo sabes eso?

—Pasó cerca de la fiesta de fin de año de la empresa, esa que Nick y tú...—titubea, no queriendo traer a Nick a la conversación. Asiento al recordar lo que planeamos para Liam. Muy poco tiempo después, terminamos.

—Uhm sí, es él. Solo que... No fue un accidente. Es más complicado que eso —hablo. Liam parece entender a donde estoy yendo porque asiente sin presionar por más preguntas—. Necesitaba un lugar donde vivir y me ofrecí.

—¿Y esto fue hace...? —alza una ceja.

Me remuevo incómoda en mi asiento.

—Un poco después de haberme mudado.

Liam cierra sus ojos por unos segundos.

—Ahora cuéntame sobre el otro tipo. —abre sus ojos.

Miller. Cierto.

Como puedo, le explico el pobre "plan" que armé con Isabella. A medida que hablo, la cara de Liam se desconfigura más y más. Obviamente, me guardo muchos detalles sobre mi historia con Ashton porque son personales, solo para él y yo.

Nos traen nuestras hamburguesas a mitad de mi relato. Liam apenas mira su comida porque está ocupado escuchándome.

—No me mires así —espeto cuando termino de contarle acerca del plan y lo mal que salió—. Hiciste cosas peores, Liam.

—Sí, pero soy yo —se excusa—. Tú no haces cosas estúp... —se queda en silencio por unos momentos, probablemente recordando un poco el pasado—. En fin, comamos.

Pongo mis ojos en blanco y hago lo que dice. Este lugar tiene hamburguesas increíbles, no hay que desperdiciar ni una miga.

—Entonces, Ashton te gusta —declara en un tono burlón.

Un poco de mi papa frita pasa por el lugar equivocado en mi boca y empiezo a toser. Liam, en vez de ayudarme, me mira con una expresión aburrida. Consigo tragar bien y lo miro con el ceño fruncido. Bebo un poco de mi agua.

—Nunca dije eso.

—No hace falta que lo digas, y tampoco hace falta que lo escondas —señala—. Está bien seguir adelante con otras personas. Está bien superar. Es normal. Nos pasa a todos.

Respiro hondo.

—Es complicado. Las cosas son difíciles entre nosotros. —muerdo el interior de mi mejilla.

—Puede gustarte y puedes no estar con él. Es una mierda, pero escuché que le pasa a algunas personas. —repone arrogante.

Entrecierro mis ojos y le lanzo una papa frita. Golpea a Liam en la nariz, haciendo que arrugue su rostro. Levanta la papa frita que cayó en su camiseta, la pasa por kétchup y le da un mordisco.

—¿Alguna otra sorpresa de la que deba enterarme?

Quizás.

—No.

—¿Ni siquiera la razón por la que estás viviendo en esta ciudad?

Uso una servilleta para limpiar mis dedos llenos de salsa.

—Eres insistente —me quejo.

Se alza de hombros.

—Es una táctica que a veces funciona, Monroe. Ahora, dime.

Aprieto mis labios indecisa.

—No puedo —respondo sintiendo un nudo en la garganta—. Tiene que ver con mis padres y... No estoy lista para hablar de ello. Me da un poco de vergüenza —confieso. Bueno, no solo un poco. Mucha vergüenza.

Liam nota mi vulnerabilidad al instante.

—Sabes que nunca voy a juzgarte.

Lo sé a la perfección. Liam Hamilton es la última persona capaz de juzgarme. No solo porque sé que hizo cosas peores en sus 20 años de existencia, pero porque pasé por situaciones en las que hubiera sido muy fácil para él hacerme a un lado y juzgarme. Tan solo pensar en que se enteró de que engañé a Nick mientras seguíamos juntos y luego perdí un embarazo... Eso sería suficiente para no volver a hablarme nunca más. Y no lo hizo. Hizo todo lo contrario. Se quedo conmigo, me tomó la mano durante todo el camino, intento entenderme y nunca me hizo sentir menos querida o menos importante.

—Necesito un poco más de tiempo. Sabes que te confío con mi vida, Liam.

Él asiente con una mirada comprensiva, sin embargo, noto que sigue un poco tenso. Liam quiere saber porque quiere solucionar cualquier tipo de problema que tenga. Es el tipo de persona que es.

Esto es algo que tengo que luchar por mi cuenta.

—Entiendo. —contesta.

Pasamos el resto del almuerzo poniéndonos al día. Le cuento sobre todos los amigos que hice aquí, sobre mis clases y cosas que me pasaron en estos meses. A cambio, él me cuenta sobre su vida allá. Sobre su padre, Olive, cómo volvió a la universidad hace poco, su vida en general.

Extrañaba tenerlo cerca.

***

Después de almorzar y pasar toda la tarde con Liam caminando y visitando lugares, vuelvo al departamento sintiéndome un poco mejor, sentimiento que se desinfla un poco cuando recuerdo a Ashton y mi situación actual con él.

Apenas abro la puerta, encuentro a Ashton echado en uno de los sofás viendo televisión mientras el gato está acostado en su regazo. Decidió dejar su camisa atrás, solo usando unos pantalones deportivos. Me di cuenta que desde que vi las cicatrices en sus brazos, dejó de esconderse tanto en sudaderas dentro del departamento. Me gusta que sea así.

Voltea su cabeza para verme llegar.

Se siente como los primeros días que estuvo aquí. Incómodo. Estábamos caminando sobre cáscaras de huevos constantemente, y por lo que parece, volvimos a esa fase.

—Hola, ¿la pasaste bien? —me pregunta en un tono genuino e interesado.

Hace unas horas, Ashton me envió un mensaje preguntándome si volvería para la hora de la cena. Le dije que sí, y que estaba pasando el día con Liam.

—Síp —respondo y miro por un momento el espacio vacío a su lado. Antes era tan fácil simplemente tirarme allí y hablar con él sobre cualquier cosa—. Uhm, iré a mi habitación.

—Rubiecita, sabes que no hace falta que nos evitemos dentro del departamento. Podemos actuar como dos personas maduras. —me interrumpe antes de que pueda irme.

—Oh... Sí, lo sé —carraspeo sintiendo mi voz más aguda de lo normal.

—Entonces ven —dice indicando el lugar a su lado. Baja al gato, porque sabe que apenas me siente seguro voy a recibir un arañazo.

Me quito mi chaqueta, quedando en una camisa con botones color cielo y me uno a él en el sofá. Dejo una distancia prudente entre nuestros cuerpos. Ashton mantiene una de sus manos sobre su muslo. Observo sus tatuajes por unos segundos. Mis mejillas se calientan al recordar donde estuvieron esas manos y esos dedos. En mi.

—Aggie, ¿estás bien? —me pregunta, recordando que esa mano tiene dueño y seguro me está mirando raro.

Corro la vista avergonzada y asiento.

—Sí, solo un poco distraída —contesto.

—Así que... —rompe el silencio después de unos segundos. Alza sus cejas—. El ex de Quentin.

Relajo mis hombros. Un tema de conversación seguro.

—¿Eres amiga de los dos? —inquiere curioso.

—Así es —asiento—. Es una amistad muy objetiva. No le hablo a Liam de Quinn, ni a Quinn de Liam, y no tengo lados.

—Oh. Quentin le va a agarrar un paro cardíaco cuando se entere de que estuvo aquí. —comenta divertido.

Niego con la cabeza inmediatamente al escuchar sus palabras.

—No, Hawthrone. No tiene que enterarse —espeto con toda la seriedad que tengo—. No sabes toda la historia. Mierda, creo que ni yo la sé.  Solo tienes que saber que es peligroso. Es mejor que no nos metamos, ¿sí?

—Peligroso  —repite y pone sus ojos en blanco. Resopla abatido—. ¿Por qué tengo que ser su experimento 626 pero no puedo bromear con esto?

—Porque no sería bromear. Hablo en serio. No puede enterarse. —suplico.

—Y seguimos acumulando secretos —murmura por lo bajo.

—No estamos acumulando secretos.

Arquea una ceja incrédulo.

—Quizás no juntos.

Me quedo en silencio. En parte, tiene razón. Ashton me conoce mucho, al punto de entenderme sin que palabras sean necesarias, y al mismo tiempo hay demasiado que no sabe de mi. Conoce mi esencia, no mi pasado. Podría decir lo mismo sobre él.

—¿Qué estabas viendo? —le pregunto, decidiendo cambiar el tema de conversación a uno más liviano.

Encuentro uno de los cojines del sofá y lo coloco sobre mi regazo, abrazándolo ligeramente. Es mi pobre intento de ahogar las ganas que tengo de acurrucarme al lado de Ashton, sentir el calor de su cuerpo, sentarme sobre su regazo. Pretender que es mío.

—The Office —aclara su garganta. ¿Será que se siente igual que yo? Lo dudo. Le resulta demasiado fácil darme "espacio".

Pone para continuar y pasamos los siguientes minutos en silencio, mirando el programa mientras cada tanto vemos como el gato se refriega contra la alfombra. Me cuesta concentrarme en lo que está pasando en la serie.

Cada tanto, reviso mi celular. Le envíe un mensaje a Liam antes de llegar al departamento. Si bien pasamos la tarde charlando y siendo nosotros, sigo sintiendo que hay un poco de tensión porque no fui completamente honesta con él. Siento que está preocupado por mi, y yo no soy de mucha ayuda para aliviar ese sentimiento.

—¿Tienes algo más importante que hacer? —interroga Ashton después de que haya chequeado mis mensajes por quinta vez.

—¿Por qué ese tono? —espeto—. Solo estoy viendo mis mensajes. No tengo nada más "importante".

—¿Esperas el mensaje de alguien? —me pregunta, en el mismo tono. Qué tipo más dramático.

—Liam —respondo—. Siento que las cosas quedaron un poco tensas.

—¿Por qué? Dijiste que la pasaste bien.

Asiento y me alzo de hombros.

—Y la pasé bien —repito mientras intento buscar las palabras para explicar esto lo mejor que puedo—. Liam está preocupado por mi.

—¿Por mi? —inquiere Ashton—. Sabe que no voy a hacerte daño, ¿verdad?

—¿Tanto te cuesta pensar que el mundo no gira a tu alrededor? —cuestiono, repitiendo lo que me dijo ayer.

Ashton entrecierra sus ojos levemente. Muerdo mi lengua para ocultar mi sonrisa.

—Auch —murmura sarcástico—. Está bien, lo merecía. ¿Por qué está preocupado?

Sintiéndome más relajada, decido contarle un poco más.

—Porque nunca le dije la razón por la que estoy en San Francisco. Sabe que no es por qué si. —exhalo.

Recuerdo que los primeros días viviendo con Ashton, hablamos sobre esto. Él me preguntó por qué elegí San Francisco y no otro lugar. Nunca le respondí.

Lo que me dijo se quedó grabado en mi cabeza: "No te preocupes, para el fin de nuestra convivencia, voy a tener todos tus secretos en la palma de mi mano."

Puede que haya tenido razón después de todo.

—¿Y cuál es la razón? —me pregunta casualmente.

Lo miro incrédula.

—No le conté a mi mejor amigo de toda la vida, ¿planeas que te cuente a ti?

Ashton se alza de hombros.

—¿Por qué no? No leo mentes todavía, pero pienso que no quieres contarle a tu "mejor amigo de toda la vida" porque Liam es un tipo intenso. Por lo que vi ayer, muy sobreprotector y con ganas de solucionarle la vida a todos. Y tú, Rubiecita, no quieres que solucionen tus problemas por ti, sino que quieres alguien que simplemente escuche. ¿Y sabes qué?

—¿Qué? —murmuro atónita. A veces odio que sea tan perceptivo e inteligente.

—Tengo dos oídos.

Eso me hace reír.

—Puedes confiar en mi —me promete. Veo su mano acercarse a mi. Roza mi pierna hasta que parece pensárselo mejor y regresa su mano al costado de su cuerpo.

Distancia, Aggie. Pedí distancia, y está cumpliendo. Sin embargo, mientras la distancia física es cada vez más grande, nuestra distancia física y sentimental solo se acorta más y más con el pasar del tiempo. Somos una contradicción andante.

Estoy condenada a Ashton Hawthrone.

—No sé si sea buena idea. —aclaro mi garganta.

No mentía cuando hablé con Liam. Me da vergüenza hablarlo. Nadie sabe esto. Ni siquiera pude decírselo a Nick. Las únicas personas que lo saben son mis padres.

—¿Desde cuando eres la reina de las buenas ideas? —cuestiona. Pongo mis ojos en blanco al escucharlo. El Ashton burlón está de nuevo en sintonía. Me mira unos segundos y luego suspira resignado—. Solo digo, si algún día quieres hablarlo con alguien, ya sabes donde vivo —me guiña un ojo.

Es increíble la capacidad que tiene este chico para calmarme y hacerme reír en los peores momentos. Hace que el secreto que vengo cargando hace años se sienta más liviano.

—¿Quieres que veamos otra cosa? —me pregunta haciendo un ademán al televisor en donde The Office sigue en pausa.

—No. Uhm... Quiero contarte porque estoy en San Francisco y no en cualquier otra ciudad —hablo, sorprendiendo a Ashton.

Termina de girar su cuerpo para enfrentarme.

—Soy todo oídos, Rubiecita.

Jugueteo con el dobladillo de mi camisa con nervios. Exhalo el aire que contenía y coloco un mechón de cabello detrás de mi oreja.

Esta bien.

Puedo hacer esto.

Solo tengo que decirlo de una vez, y luego continuar la historia como pueda.

Respiro hondo.

—Mis padres no son quienes dicen ser —confieso

***

Nota:

Buenas, buenaass.

Que arranquen las apuestas sobre el secreto de Aggie. Quiero ver si alguien adivina :)

Tengo el proximo capítulo a la mitad, así que espérenlo para dentro de unos días!

Nos vemos, bros. No se olviden de votar y si quieren, de seguirme en mis redes sociales. Estoy tratando de hacer más tiktoks. En fin. Tengan un lindo día/noche

Love,

Cande.

pd: para el culto de Liam Hamilton: No se preocupen, todavía queda un poco más de nuestro chiquito.

Continue Reading

You'll Also Like

3.3K 199 23
(SEGUNDO LIBRO DE CHANGE THIS HEART) Jaffner no esperaba enamorarse de ella. Arley, no esperaba sufrir por él. Esa noche en Drown fue un desastre, pe...
59.7M 1.4M 17
Sinopsis Kaethennis ha disfrutado de los placeres de la vida, mucho, casi se puede decir que demasiado. Un alma libre, al menos así se definiría el...
2.4M 184K 52
Segundo libro de la Trilogía Heartbreakers. Es necesario leer el primer libro para entender este. Cuidado con los spoilers! ORDEN DE LOS LIBROS: 1...
3.5K 633 5
Comenzo como un día normal para Itadori: Levantarse, prepararse para la escuela, llamar al hospital para preguntar por su abuelo, irse a la escuela...