Los ojos del emperador

By Menhera_Chan-3-

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Hace poco, el emperador de la secta Kongyun murió y su hijo debe ocupar su lugar. Nadie sabía de él hasta el... More

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By Menhera_Chan-3-

El prisionero es condenado a ser llevado por culpables

-¿Acaso me estás acusando de haber contratado a este cultivador errante para matar al gran Patriarca, sirviente mediocre?- se defendió rápidamente el emperador del fuego con una expresión de molestia total.

-Esto es inaudito. Hong WanXia no tiene razones para lastimar al gran Patriarca.- intervino Madame XiaHe.- ¿Con qué intenciones acusas así a un emperador?

A pesar de lo alterados que estaban todos, Meng HuanYue solo sonrió con confianza en sí mismo y levantó las manos en gesto de solicitar la calma en el ambiente. A su lado, Xen ShenTai escuchaba atentamente los comentarios y, sobre todo, quién se atrevía a hablar. En cambio, el cultivador apenas mantenía la mirada en el suelo, solo la levantaba buscando cierto apoyo en los ojos de Yan JingXia.

-No levanten las voces, majestades. Nunca hice tal insinuación. Solo dije que la tela de la bolsa que porta el dinero con el cual fue contratado Hao ZhiNuan, es de las tierras de Huo. Jamás pretendí ofender a su emperador.- con una sonrisa amplia y un poco exagerada, el sirviente señaló la bolsa nuevamente.- Miren bien. El estampado es de Huo, pero la tela es humilde, de poca calidad como para que sea de un palacio. Ni siquiera los sirvientes de mi talla portan bolsas de tela de tan mala calidad. Así que no pudo haber sido el emperador Hong WanXia, ni su sirviente aquí presentes. Alguien más de las tierras de Huo pretende que el gran Patriarca no esté en disposición de dar su apoyo a los emperadores por un buen tiempo.

Tras aquella declaración, el silencio volvió a reinar en Xing Hu. El arrepentimiento estaba plasmado en el rostro del pobre cultivador, el cual temblaba ante la espera de cuál sería su destino en manos de aquellos que fueran los más poderosos de las tierras cercanas conocidas. Sin embargo, Meng HuanYue se le acercó y colocó una mano en su espalda para que levantara la mirada, encontrando este una amplia sonrisa de confianza en el sirviente ladrón. Yan JenGe quería hablar, quería cuestionarle muchas cosas a su hermano con respecto a cómo era posible que supiera sobre el atentado antes de que fuera a ocurrir y qué tanto tenía que ver él con ese cultivador.

-¿Qué sentencia le daremos a este hombre?- Madame XiaHe habló de repente alzando un poco la voz y señalando con desdén al susodicho.- Por muy inocente que lo quieras poner, sirviente de Kongyun, has dicho que fue él quien lo hizo. Debe pagar por ello.

-Estoy de acuerdo con su palabra.- exclamó con el ceño fruncido la emperatriz de Dadi, la cual fue tomada por el brazo por su hermano.

-Jiejie, ¿qué estás haciendo?- le susurró al oído este.

-Didi, dame una razón para que no debamos hacer pagar a este hombre por su atentado hacia el gran Patriarca. Fue él quien lo hizo, debe cumplir una condena por ello.

-Aun así... él es solo una víctima...- apretando los labios con impotencia, Yan JingXia no sabía cómo responder a la mirada firme y acusadora de su hermana.

-Fue descubierto por un contrato con Huo...- la voz de Xen ShenTai se escuchó de repente.- Entonces será un prisionero de Shui.

-¡¿Nuestro?!- Madame XiaHe se sorprendió ante aquella declaración.- ¿Por qué deberíamos encargarnos de un prisionero nosotros?

-No lo tome como un insulto, Madame. Es la solución más lógica para juzgar a quien peca con inocencia.- continuó el joven bajando la cabeza para asentir un par de veces y luego sonrió levemente.- Si Huo fue quien lo contrató y regresa a sus tierras, corren el riesgo de que el verdadero asesino lo libere. Pudimos notar ya que Hao ZhiNuan tiene un gran defensor en el emperador Yan JingXia, pero una gran acusación por parte de la emperatriz Yan JenGe. Así que no estarán imparciales si llega a ser enviado a ellos. Así como yo, soy nuevo en ser emperador, así que este tipo de asuntos podrían poner en peligro mi autoridad. Usted, sin embargo, tiene la experiencia para ello y se muestra bastante imparcial ante la situación. Es la persona más capacitada para juzgar a este prisionero.- puso una mano en su pecho con gesto solemne.- Además de que tanto yo como los presentes contamos con su benevolente corazón para tratar este asunto.

Una mueca se mostró en el rostro de Jiang XiaHe al darse cuenta de que su homólogo tenía toda la razón. Intentó disimular su desconformidad ante la solución y miró a su sirviente, quien se había mantenido en silencio todo el tiempo. Con un gesto de su mano, Meng HuanYue preguntó a todos los demás si estaban de acuerdo con la decisión. Cada quien miró al acusado con el sentimiento que tenía hacia él, solo Xen ShenTai se mostraba ajeno a ello.

-Dalai KongShun... esposa a este cultivador y que vaya en la caravana con nosotros de regreso a las tierras de Shui.- ordenó por fin la señora.

-Como usted ordene...- el hombre hizo una reverencia y salió de Xing Hu en busca de unos guardias.

Estos entraron y tomaron preso Hao ZhiNuan. Mientras lo llevaban, Yan JingXia apretaba los dientes y puños en frustración, puesto que eso era lo que estaba tratando de evitar a toda costa. Su hermana, quien todo el tiempo se mantuvo cerca de él, ahora lo miraba con cierta duda. Se debatía en sus sentimientos debido a que su gran ídolo estaba en cama sin despertar. Por unos minutos, tras haberse ido el cultivador y el sirviente de Shui, reinaron la calma y la tensión en Xing Hu. Solo Meng HuanYue parecía no tener inconvenientes con lo ocurrido, pues se sentó frente a su soberano, apoyando en codo sobre su mesa, y se acomodó relajadamente.

-Como ven, he resuelto el crimen. Así que... Mi vida está a salvo.- levantó la tela de la mesa y la tendió a Yan JingXia.- Creo que esto es suyo, majestad.- dijo con una risita.

-Perdonen los modos de mi sirviente. Es muy leal a pesar de ser tan excéntrico.- se disculpó Xen ShenTai al tiempo que el emperador de Dadi tomaba su ropa con gesto de odio.

-Debo admitir que ha logrado manejar bien la situación...- intervino Hong WanXia.- Pero eso me deja con la sospecha de tener a un traidor en mis tierras del cual debo saber su paradero pronto además de las intenciones que tiene al hacerle esto al gran Patriarca.

-Lamento decirle, majestad, que ese asunto es algo interno de sus tierras.- respondió Xen ShenTai.- Usted ya sabe que debe buscar a un responsable, y ya sabe de qué clase de persona se trata. Será asunto del emperador de Huo lo que ocurra entonces.

-Aun así, los otros emperadores debemos reforzar la vigilancia en nuestros territorios para que ese culpable no logre escapar.- aclaró muy decidida la emperatriz de Dadi.

-Así se hará, Yan JenGe. Al menos en prisión, haremos lo necesario para que ese cultivador diga quién lo contrató. Cuando tengamos esa información, la enviaremos a ustedes para que sepan con quién estamos tratando.

-De ser así, Madame, estaremos al pendiente. Por el momento, será mejor que nos retiremos.- habló Xen ShenTai poniéndose de pie nuevamente.- Es mejor que no hayan muchas personas aquí para que la seguridad sea reforzada y podamos proteger al gran Patriarca. Mi presentación ya fue hecha de todas formas, así que no hay razón para que sigamos todos aquí cuando nuestros respectivos reinos nos necesitan.

-Partiremos entonces luego de tomar el almuerzo. Así tendremos energías para el viaje.- anunció el emperador de Huo, a lo que Meng HuanYue rápidamente se negó con carismático hablar.

-Ah, ¿saben qué? Mi señor emperador comerá en el carruaje. Me ha comentado antes que prefiere la comida de su tierra y por eso le hemos preparado un gran almuerzo allá.- con disimulo, tomó la manga de Xen ShenTai y se lo fue llevando mientras hacía caras y exageradas reverencias.- Esperamos que tengan buen viaje, majestades. Todo estará bien con nosotros. Que las deidades bendigan su camino...

(...)

-Creo que me vio... Ese de sangre maldita... es muy perspicaz...- se lamentaba la chica mientras comía arroz de un tazón.

-No te preocupes por ello, A-Guang. Él no representa una amenaza para nosotros y, al parecer, su emperador no cree en sus palabras con respecto a ti.- Yong ChaoHeng removía algunos vegetales en una caldera al fuego.

Ambos estaban tomando su almuerzo en una zona apartada y lejana de la Torre, cerca de un lago. Habían encendido una pequeña fogata y preparaban sus alimentos mientras conversaban. El mayor mantenía una sonrisa cordial mientras hablaba con la pequeña, mientras que ella se debatía en sus pensamientos con respecto a lo ocurrido antes.

-Maestro... ¿cuándo me hablará de Dalai KongShun?- un quejido salió de él al escuchar ese nombre, puesto que se había desconcentrado y eso hizo que se quemara al tocar el metal caliente.- ¡Maestro!

Ella se apresuró a echar agua en la piel quemada, apenas había sido el dorso de la mano, luego la cubrió con unas hojas medicinales que traía en su pequeña bolsita. En el tiempo que esto sucedía, Yong ChaoHeng apenas suspiró, no dijo o hizo algo más que solo bajar un poco su cabeza. Sheng Guang notó eso y solo se quedó a su lado cuando terminó de curar su herida. Continuó ella encargándose de la comida y esperando alguna palabra de su compañero de viajes.

-Él...- por fin hablaba.- Es un gran error de mi pasado, mi pequeña princesa... Uno del cual me arrepiento con todo mi ser, pero no quiero que algo como eso perturbe tus bellos pensamientos.- de alguna forma, logró recuperar su sonrisa.- Gracias por atenderme tan rápidamente. Parece que aún no domino del todo estas cosas...

-Maestro... ¿algún día me contará...?- preguntó ella nuevamente con cierto recelo y pena.

-Tal vez, A-Guang, pero... por ahora, solo mantente lejos de ese hombre... aún si para eso... tienes que dejarme...

-¿Qué...?

(...)

-¿En serio esto es lo único que sabes cocinar?- preguntó Xen ShenTai olfateando con desagrado la sopa que estaba servida en su cuenco.- Los monos huelen mejor que esto.

-Hey, no tenía nada más a mano y vivir de robar no te enseña a hacer comida. Es lo único que sé preparar y me ha alimentado por mucho tiempo en momentos de crisis. Así que a comer y a callar.- Meng HuanYue tomaba la sopa de su cuenco como si fuera el manjar más delicioso del mundo.

-No, lo siento, no voy a comer de esta porquería... en serio, si tengo que comer esto hasta que sepamos quién está envenenando mi comida, prefiero morir de hambre.

-Eso es un insulto a los pobres que no tienen qué comer, majestad.

-¿Insulto dices? Insulto es que me obligues a comer algo como esto. Es desagradable, Meng HuanYue. Parece hecho con tierra y basura.

Xen ShenTai esperaba una reacción más fuerte por parte de su sirviente, pero apenas recibió un leve suspiro. El ladrón de rojo sonrió con nostalgia en sus ojos, recordando momentos de su niñez. Tantas noches frías en las cuales la soledad era lo único que tenía seguro, ni siquiera su vida lo era o su seguridad. Nada... solo eso.

-Una sopa caliente como esta me salvó la vida muchas veces, ¿sabes?- el emperador se mostró confundido.- Cuando era pequeño... robar en la calles no era sencillo... A veces podía salir victorioso y robar algún pan o un bollo, pero pasé muchas noches sin comer y lleno de golpes por la palizas que me daban al robar... Me preparaba estas sopas con hierbas y vegetales que son muy comunes en estas tierras, de ahí que estén por doquier... Es cierto que no son muy buenas de sabor, pero cuando tenía hambre, eran más que deliciosas.

La expresión de Xen ShenTai cambió a una diferente, estaba asombrado. Jamás había pensado en la vida de la gente que no es como él. Los que no nacieron en cuna de oro para él eran como Meng HuanYue, unos burdos y descarados ladrones. No más que eso.

-No esperaba que... tu vida fuera tan...- fue interrumpido por su sirviente.

-Gracias, pero no necesito ni tu lástima ni tu compasión. Bastante mayor soy para que me digan esas cositas de que tuve una vida difícil y pobre de ti. No. Basta de eso. Ahora estoy contigo, tengo una vida feliz y no me importa el pasado.- se acomodó mejor en los cojines del carruaje.

-Iba a soltar por primera vez palabras bonitas hacia ti, pero eres demasiado tonto como para merecerlo.- el de azul se cruzó de brazos molesto.

-¿Ibas a decirme palabras bonitas? Vaya, majestad, no sabía que podías tener corazón noble y romántico hacia un hombre.- bromeó con tono insinuante.

-¡Ya te he dicho que n-...!- Meng HuanYue huyó del golpe que le iba a propinar y se asomó por la ventana.

-¡El emperador quiere partir ya!- en pocos segundos, la caravana se puso en marcha rumbo a Kongyun.

(...)

-Eres un inútil, Dalai KongShun. Te dije que para cuando terminara la presentación, el veneno tenía que terminar de hacer efecto. Pero fuiste descubierto por ese sirviente...- se quejaba Madame XiaHe.

-No ocurrirá otra vez, mi señora. Tengo planes para ese joven.

-Ahora mejor concéntrate en ver qué haremos con el prisionero. Los demás emperadores esperan que les demos noticias de alguna información. Si no enviamos nada en poco tiempo, podrían sospechar cosas que no queremos encima nuestro.

-Me encargaré entonces del cultivador, mi señora. Nadie sospechará de usted. Confíe en mí...- el sirviente dio media vuelta a su caballo y se alejó del carruaje de su emperatriz con esa siniestra sonrisa que siempre portaba.

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