Abro los ojos de apoco por el dolor de cabeza que siento —Mierda, imagino como estaría si me hubiera emborrachado— me quejo y salgo de la habitación.
Escucho una voz, aclarase la garganta —Buenos días Apolo— la voz la distingo como Artemis, voy bajando y al llegar los veo a los dos.
—Bonito día, no?— dice un nervioso Apolo.
—Afrodita, ven— voy hasta donde Artemis —Apolo siéntate— entiendo lo que quiere hacer y me quedo a un lado de Artemis.
—Estoy un poco cansado.
—No era pregunta, Apolo— esta vez la que habla soy yo, Apolo me mira como si lo estuviera traicionando, pero todavía es un niño y no me gusta que tome.
—De buen humor como siempre— Apolo se sienta de mala gana en frente de Artemis.
—Si crees que esto es mal humor, deberías ver a Ares.
Artemis cierra el periódico y lo pone en la mesa —Estas consciente de que tú eres parte de esta familia y nos representas donde vayas. No voy a permitir que tus inmadureces arruinen la reputación que mi padre y yo hemos construido con tanto esfuerzo. Somos una familia respetable y lo seguiremos siendo así tengas que quedarme metido en tu cuarto el resto de tu vida.
—Claro.
Miro a Apolo con desaprobación —Tu comportamiento de anoche es inaceptable, Apolo.
—Tienes suerte de que nadie tomara una foto o te grabara por que si no estarías empacando para irte a un internado— dice Artemis siguiendo lo que yo dije.
—Siempre pareces olvidar que no eres mi padre.
Esta vez hablo yo con malicia —Tienes suerte de que el no sea nuestro padre por que estoy segura de que mi padre si te hubiera hecho empacar asi no hayas salido en la portada de ningún periódico y lo sabes.
—Algo mas?
—Que no se repita.
—Ah y estas suspendido de mi bar— miro a Artemis con una ceja alzada.
—Que? No, Artemis, por favor— suplica Apolo.
—Esta conversación termino, ve a ducharte apestas a alcohol.
—Artemis...
Escucho pasos y miro hacia la puerta de la cocina, Claudia, la nueva chica de limpieza está de pie ahí sin moverse. Estrecho mis ojos cuando noto que está usando un típico uniforme de sirvienta, nunca hemos hecho a las personas de servicio ponerse uniformes, a mi madre le parecía ridículos y degradantes, así que ¿Por qué está usando uno?
Entonces noto la expresión de impotencia y rabia en su rostro. Sus lindos ojos negros destellan ira y su cabello rojo está en trenzas a los lados de su cara —Señor— le habla a Artemis y yo lo miro perpleja —Ya tengo el uniforme, ¿Puedo volver a trabajar?
Artemis sigue leyendo el periódico, —Siempre y cuando sepas cuál es tu lugar, puedes volver a trabajar.
Claudia aprieta sus labios, —Tengo claro cuál es mi lugar como sirvienta, señor.
—Bien,— Artemis puso el periódico a un lado, toma la taza de té y la vacía en el suelo, —Limpia entonces.
—Artemis.— protesta Apolo pero mi hermano solo le da una mirada que le dice que se calle y siga con lo suyo.
Veo los ojos de Claudia cristalizarse pero se que no va a llorar y va a buscar el trapero.
—No, usa un trapo— le dice Artemis por primera vez mirándola.
—Artemis!— lo regaño pero parece importarle poco, ya estoy empezando a quedarme sin paciencia.
Una lagrima se desliza por la mejilla de Claudia —Como diga, señor.
Apolo hace un amague para levantarse y detenerla pero Artemis habla —Has algo y le cuento todo a mi padre. Es solo una sirvienta, no vale la pena Apolo.
—Suficiente— Agarro a Claudia del brazo y la levanto.
Claudia se suelta de mi agarre y vuelve a limpiar —El señor me ordeno limpiar y debo hacerlo.
—El señor ya tuvo suficiente— le dice Apolo y acerca su mano a la mejilla de Claudia con la intención de limpiar sus lagrimas pero Artemis agarra su mano impidiéndolo.
—No la toques.
Esto sorprende a todos y los tres compartimos una mirada extraña.
—Quien sabe cuantos gérmenes debe tener, solo vete a tu cuarto, Apolo.
—Solo si la dejas en paz — le dice Apolo y Artemis solo suspira.
—Lo que sea solo salgan de mi vista, ambos.
Lo miro confundida y me hace una seña de que me quede, a lo que asiento. Después que se hayan ido Claudia y Apolo, Artemis empieza a hablar.
—Ya tienes pensado que estudiaras? Si gerencia o leyes?— a lo que yo trago grueso.
—No es un tema que me gustaria hablar teniendo resaca.— el parece entender y asiente.
—Puedes irte.
—Esta bien— sonrío y le doy un beso en la mejilla antes de volver a subir.
Al subir veo a Apolo salir de la habitación de Ares un poco enojado, pero no le digo nada se que estará enojado conmigo por no apoyarlo y en vez de eso regañarlo.
Voy a mi habitación y decido llamar a Marco.
—Aló?
—Hola!!!
—Y eso que llamas, preciosa?— sonrío como boba al escucharlo.
—Quieres venir a mi casa? te extraño y te necesito— mas que una pregunta es una suplica.
—Como? ¿ahora?
—Si, ahora.
—Voy para allá, no te enfríes!!! — suelto una risita y el cuelga por lo que supongo que ya salío para acá.
20 minutos después escucho como suena el timbre y bajo corriendo —Es para mi!!!— grito sin percatarme quien esta en la sala, cuando abro veo a Marco con una sonrisa en la cara y lo jalo del brazo cerrando la puerta tras mi.
—Marco?— dice Ares confundido. Carajo! no me di cuenta quien estaba aquí.
—Hola Ares— dice un muy entusiasmado Marco.
—Que haces aquí?— pregunta confundido.
—No escuchaste lo que dijo, Afrodita?— pregunta una muy divertida Claudia —es para ella— suelta una risa.
—Es cierto, ahora adiós— empiezo a subir con Marco de la mano —Ignoren los gemidos!!— grito desde arriba.
—Eso es mentira!! no va a pasar nada!!!— grita Marco asustado.
—No va a pasar nada?— le pregunto a Marco.
—Obvio si, pero tienes tres hermanos que van a matarme en cualquier momento— suelto una risita, el se acerca a besarme.
En el momento en que sus suaves labios hicieron contacto con los míos, perdí toda noción de tiempo, lugar y espacio.
Le respondo el beso instantáneamente, su beso no es suave ni romántico, es demandante, apasionado y posesivo. Me besa como si quisiera devorarme y se siente absolutamente delicioso. Él toma mi cara entre sus manos, profundizando el beso, nuestros labios moviéndose en sincronía, su lengua tentando y rozando. Nuestras respiraciones se aceleran, siento que puedo desmayarme en cualquier momento por la intensidad de este beso.
Todo mi cuerpo esta electrificado, la sangre corriendo rápidamente por mis venas, pasando por mi desenfrenado corazón. Marco presiona mi cuerpo contra el suyo, robándome un pequeño gemido que queda atrapado en su boca. Sus labios se mueven agresivamente contra los míos, su lengua invade mi boca de manera sutil enviando escalofríos de placer por todo mi cuerpo.
Marco me levanta y de inmediato enrollo mis piernas alrededor de su cintura. Jadeo cuando siento lo duro que esta contra mí. El no para de besarme ni un solo segundo mientras me carga y me lleva a la cama.
Me acuesta lentamente en la cama y se sube encima de mí, paso mis manos por su pecho definido y por su abdomen sintiendo cada musculo, es tan jodidamente sexy. El mete mi mano por debajo de mi camisa para tocar mis pechos, un gemido de apreciación sale de mi boca. Estoy demasiado excitada para pensar en algo o en mi familia allá abajo.
Marco se separa, quedando arrodillado entre mis piernas en el sofá y desabrocha mis pantalones con una agilidad. Verlo así frente a mí, sus ojos verdes brillando con deseo, desnudándome me quita el aliento. Me siento sorprendentemente cómoda con el mientras me quita los pantalones lanzándolos a un lado y su boca vuelve a la mía.
Pasa sus manos por mis piernas desnudas y gime, Me estas volviendo loco.
Muerdo su labio inferior como respuesta. Lo deseo como jamás había deseado a nadie en la vida. Mi lado racional se va de vacaciones y las hormonas toman el control.
Desesperada, jalo el broche de sus pantalones para quitárselos. Él se levanta y deja que sus pantalones caigan al suelo junto con su ropa interior.
Está desnudo y su cuerpo es perfecto, cada musculo, cada tatuaje, todo de el es perfecto. Sus labios están rojos por tantos besos y me imagino que los míos deben estar igual.
El vuelve a cernirse sobre mí, besándome lentamente, besos húmedos llenos de pasión y deseo que me llevan al borde. Su mano viaja dentro de mis panties y el gime de nuevo en mi boca y me parece el sonido más excitante del mundo, —Me encanta lo mucho que te mojas para mí.
Puedo sentir su duro miembro contra mi muslo y muero por sentirlo en otro lado.
Llega hasta mi punto sensible, yo al sentirlo arqueo mi espalda al sentirlo —Oh dios!— gimo en un grito ahogado.
Marco termina de desnudarme, quitando mi camisa dejando mis pechos al aire y el empieza a masajear uno mientras el otro lo ataca con la lengua, para mi es inevitable no soltar gemidos pero Marco tiene su mano en mi boca para que no grite.
Marco volvió a subir su boca juntándola con la mía, el baja sus besos por mi cuello y yo hablo —Deja de tortúrame, Marco— pido en un gemido.
El parece también quererlo ya que busca un condón en mi gaveta y se lo pone, lentamente, cuando termina, vuelve a besarme para distraerme en lo que entra, ya no soy virgen pero algunas veces me duele y el lo sabe, por eso lo hace.
Siento como entra lentamente y yo suelto un quejido acompañado de una mueca —Tranquila, nena— empieza a dejar besos húmedos en mi cuello, cuando termina de entrar el espera que yo me acostumbre, cuando me acostumbro me empiezo a mover indicándole que también lo haga y así lo hace.
—Marco!— Digo en un gemido y el me besa para que gemidos no salgan de mi boca.
—Nena...—dice en un gemido contra mis labios.
Puedo sentir el orgasmo venir y gimo contra los labios de Marco, mi cuerpo estalla una vez mas, olas de places nos invaden, Marco llega a su orgasmo y sale de mi para acostarse a mi lado, yo me acerco a el y me acuesto sobre su pecho, pone su mano en mi cintura y me pega mas a el, agarra la sabana y nos cubre a los dos.
—Te extrañaba— me dice Marco y yo sonrío.
—Yo también...— iba a decir algo mas pero unos golpes en la puerta me interrumpieron.
—Ya acabaron?— dice un muy enojado Ares. Suelto una risita al ver como se pone Marco, —Salgan solo quiero hablar con Mi mejor amigo.
—Vete de aquí, Ares!! estamos ocupados!!!— grito aguantando las ganas de reír.
Al no escuchar respuesta supongo que se fue, volteo a mirar a Marco, que se había tirado al piso asustado —Ven, no va a entrar— le aseguro.
—Sabes que no quiero morir, verdad? No soy del tipo que se asusta pero son tres hermanos, mas tu papá, son cuatro contra uno.
—Vuelve a la cama, no seas idiota— le doy toquecitos a el lugar donde estaba el.
Marco camina hacia la cama y se acuesta a mi lado —Bueno lo que quería decirte, es que me gustaría que lo nuestro fuera en serio— lo suelto de golpe, miro la expresión de Marco, no parece una confundida, parece una que demuestra que también quiere lo mismo, solo espero que lo diga y no sea solo mi imaginación.
🅰 🆃🆁🅰🆅🅴🆂 🅳🅴 🅼🅸🆂 🆁🅴🅲🆄🅴🆁🅳🅾🆂
Nota de la Autora:
Aquí tienen unos detallitos, cuando vuelva a suceder no creo que les ponga los detalles por eso se los puse en este.
Este cap esta inspirado en el 14 "El hermano mayor" y cabe aclarar que el cap todavía no termina o mas bien esta incompleto intentare subir otro mas tarde ya que no creo que mañana pueda subir alguno.
Diganme si prefieren "—" o "-" no se a mi me gusta mas el otro pero díganme cual prefieren.
Adiós!!!
Atte: Js.