Ocho más una

By onrobu

644 63 51

«Tener siete hermanos es una locura, añadirle de la noche a la mañana una hermana perdida de ocho años con pa... More

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8

Capítulo 4

53 5 4
By onrobu

De vez en cuanto se requieren medidas desesperadas ¡corre!


Tan pronto como nos pidieron irnos a las habitaciones para dejar que Nixi estuviera tranquila me sumergí en internet. Aunque técnicamente no había cumplido la orden. Nos habían pedido que nos fuésemos a nuestras habitaciones y yo estaba en la cueva, así había decidido apodarla.

Apenas había una ventana en la parte superior de la pared (teniendo como vistas el césped) sin calefacción y sin baño en las inmediaciones puesto que la mía era la única habitación del sótano. Cada vez tenía que subir a la planta principal. Vamos, la definición perfecta de una cueva.

Aunque, bueno, en las cuevas no solía haber tecnología y yo tenía la lavadora y la secadora pegadas al otro lado de la pared justo donde tenía el cabezal de la cama. Masaje incorporado. Un lujo. ¿Qué más se podía pedir?

En fin... tan pronto me senté en la cama, la pared agitándose a mi espalda, me sumergí en Clinical Key y MedlinePlus. Fui leyendo sin prestar demasiada atención, más como una necesidad de hacer algo relacionado con Nixi en vez de realmente enterarme de lo que había escrito. Aunque bueno, tras leerlo un millar de veces en esas semanas ya me lo sabía de memoria. Podía incluso recitarlo con los ojos cerrados.

"La parálisis cerebral es un grupo de trastornos que causan problemas del movimiento, el equilibrio y la postura. Afecta la corteza motora del cerebro, la parte de este órgano que dirige el movimiento muscular. De hecho, la primera parte del nombre de esta afección, parálisis, significa debilidad o problemas para usar los músculos; mientras que la segunda, cerebral, significa que tiene que ver con el cerebro".

Durante esos días me habían mantenido ocupada para que no me diese tiempo a quejarme. Y les había funcionado. Entre las clases intensivas de alemán, los deberes que me ponían para que aprendiera a pronunciar las malditas palabras (y que implicaba grabarme en video para demostrar que lo había hecho), el prepararme el curso, remodelar y mudarme a la cueva, las compras de material escolar... había estado ocupada. Pero siempre había tiempo para curiosear patologías médicas en el todopoderoso internet.

Seguí leyendo.

Existían cuatro tipos de parálisis. Entré en KidsHealth y busqué parálisis cerebral espástica, el tipo concreto que tenía Nixi. Heather nos lo había estado explicando, más detalladamente a Wyatt y a mí. Él y Lizi se habían vistos rezagados a dormir en un par de colchones hinchables al haberles robado yo la habitación que usaban las escasas veces que pasaban por casa.

Seguí leyendo.

"La parálisis cerebral afecta al movimiento y al control de los músculos. Las personas con parálisis cerebral tienen esta afección durante toda la vida.

Hay varios tipos diferentes de parálisis cerebral. La parálisis cerebral espástica es la más frecuente de todas. Los niños con esta afección tienen los músculos rígidos. Esto puede ocurrir en la parte superior del cuerpo, en la parte inferior o en ambas partes a la vez. Puede afectar a uno a ambos lados del cuerpo".

Estuve leyendo un largo rato más (en el que misteriosamente acabé en Wattpad) cuando mi estomago rugió con fuerzas.

Alcé la vista instintivamente para ver la hora en el reloj cuando un rápido movimiento captó mi atención.

Pegué el puñetero grito del puñetero siglo de la puñetera y maldita existencia. Chillido que pareció no afectar a la cucaracha que trepaba por mi pared a toda velocidad y que siguió avanzando impasible ante mis gritos.

Fue un visto y no visto, de repente me encontraba tirada en la cama en una postura de lo más extraña (no sé porque siempre acabo con dolor de espalda...) y en el otro subía a toda velocidad las escaleras hasta llegar a la planta de arriba.

Me quedé parada en la puerta, el corazón latiéndome a mil por hora. Mi pecho hinchándose y deshinchándose a toda velocidad. Me tomó unos segundos coger las fuerzas necesarias para incorporarme de mi postura de persona que no corre en su vida más que para perseguir profes por el instituto para reclamar revisiones de exámenes. Jeje.

—¡No me lo puedo creer! —exclamé con todas las fuerzas que les quedaban a mis agitados pulmones tras el sprint.

Ya estaban todos mirándome cuando me dirigí a ellos. Pizza en mano y bocas llenas. Malditos bastardos.

—No me habéis avisado —escupí con indignación e incredulidad al ver solo tres porciones restantes. Y encima vegetales, lo que quería decir que no las habían dejado conscientemente pensando en mi persona, sino que habían sobrado. Nadie más que papá toleraba esa bazofia (con todo el respeto del mundo y lo que queráis, pero ¿quién demonios le pone verduras a la pizza? A la pizza).

—Has ignorado las dos llamadas —contestó mi querido progenitor.

—¿¡Cómo?! ¿¡Cómo?! —exclamé—. ¡¿Y cómo se supone que voy a escucharlas si avisáis en la primera planta y yo estoy en el puto sótano!?

—La boca... —murmuró Ethan por lo bajo. Le lancé una furiosa mirada. Soltó una risita mientras se regocijaba del trozo de pizza de pepperoni que tenía entre sus manos.

En casa había una serie de normas sagradas, la de las dos llamadas era una de ellas. Para todo (comer, salir de casa, poner una lavadora...) había dos llamadas. Si pasabas de ellas o no las escuchabas por estar con los cascos o cualquier cosa era asunto tuyo, se empezaba a comer sin ti, te dejaban en casa y se iban, ponían la lavadora, se hacían la foto familiar... (no es coña, un año hicimos la foto sin Ethan). Pero, el hecho es que normalmente las llamadas se hacían en un lugar donde fuese humanamente posible escucharlas ¡y en una cueva eso no era malditamente posible!

—Tienes razón —murmuró papá—. ¿Quieres pizza? —preguntó con una tierna sonrisa.

—Veneno querrás decir... —se escapó entre mis labios—. ¡Agh! —exclamé con frustración instantes antes repasar con la mirada a todos los miembros de la mesa barajando mis opciones.

Como si de una película de humor se tratase, o de terror (depende de cómo se mire), los ojos de Nina empezaron a abrirse. Y abrirse. Y abrirse.

—¡Una cucaracha! —chilló con tal histeria que Lizbeth, a su lado, tuvo que llevarse las manos a las orejas.

A partir de ahí todo fue un caos.

Nina se subió al instante encima de la silla, los mellizos empezaron a correr como dos energúmenos gritando a todo pulmón y los gemelos (por más machitos que fingieran ser) empezaron a retroceder hasta acabar pegados contra la pared, muertos de asco.

Papá se levantó de la silla de golpe solo para quedarse parado y Wyatt alzó a Nixi en volandas para colocarla encima de la mesa al ver que estaba aterrorizada. Le dijo algo que nadie salvo ella entendió. Cosas de entender lenguas germánicas. Nixi parecía demasiado aterrorizada y a la vez sorprendida por nuestro espectáculo como para prestarle atención.

Yo por mi parte salí corriendo a la velocidad de la luz hasta subirme, al igual que Nina, en una silla consiguiendo que Lizbeth, la única serena, me mirase desde su asiento con una sonrisa divertida en el rostro.

Y de repente una escoba apreció de la nada para aplastar el bicho. Detrás de mí Ethan vomitaba al sentir el crujido que hizo. Y Nina al sentir el olor de la sustancia que salía del mayor.

—Menuda panda de miedicas me he buscado... —murmuró Heather apoyada en la escoba como si de una lanza se tratase.

Esa noche dormí en el sofá. Demasiado cagada como para volver a la cueva. ¿Y si había más cucarachas? Ni de coña ponía un pie allí. 



Continue Reading

You'll Also Like

327K 12.7K 41
Se llama Marcos. Se apellida Cooper. Y toca la guitarra. Jude Brown es una estudiante de periodismo, tras un largo camino en su vida, tiene que busc...
14.1K 907 12
La vida cambiaba de tantas formas, tantas que no alcanzamos a enumerarlas todas, pero siempre tenían que pasar las que nunca parecían ser las correct...
74.1K 4.1K 149
Valentina una chica con una vida normal hasta que el divorcio de sus padres cambiaría su vida por completo volvería los próximos años en los peores d...
23.7K 2.8K 72
Tn Tapia y Cesar Parra una joven pareja con muchos sueños y metas por delante . Ella lucha por dejar atrás su pasado, en su camino encontró a Cesar...