Frey (Darks #2)

By Ariana_Godoy

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Tercer libro en la Saga Darks (2021) Portada: BetiBup33 design studio. More

0 Intro
I. E I N S
II. ZWEI
III. DREI
V. FÜNF
VI. SECHS
VII. SIEBEN
VIII. ACHT
IX. NEUN
X. ZEHN
XI. ELF
XII. Zwölf
XIII. DREIZEHN
XIV. VIERZEHN
XV. Fünfzehn
XVI. SECHZEHN
17. SIEBZEHN
XVIII. ACHTZEHN
XIX. NEUNZEHN

IV. VIER

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By Ariana_Godoy

FREY

Las pesadillas eran tan frecuentes en la vida de Frey, que ya no dolían.

Cada vez que se despertada, rígido y contorsionado, con cada musculo tenso, le tomaba varios minutos recuperarse. Tenía que recordar como respirar, como calmarse justo como ella le había enseñado.

«Vamos, Frey, sé que es difícil en el caos de tu mente, pero necesito que respires».

Las primeras veces que ella había intentado ayudarlo cuando era solo un niño, Frey la había golpeado, sin querer, sus reflejos al intentar moverse lo volvían violento, sin embargo, ella nunca se detuvo, Mila Stein era una mujer con mucha perseverancia, él lo sabia mejor que nadie. Kaia le había dicho que estaba obsesionado con lo que había pasado con su madre, ella no lo entendía.

Frey tenía una estructura precisa y calculada en su vida con una pieza fundamental en el medio, la única persona con la que él se sentía completamente cómodo: su madre. Y la había perdido. Por supuesto que se aferraba a ese hecho como un desquiciado. Todo lo que había pasado, se había convertido en un rompecabezas gigantesco que él necesitaba resolver y terminar.

Cuando finalmente pudo moverse, se sentó al lado de la ventana de su habitación, no había vista, el frío del exterior empañaba por completo el vidrio y aún así, le daba paz. Frey se calmaba con las cosas más simples, las más extrañas para algunos. Él se pasó las manos por la cara, sintiendo el roce rustico de la piel de sus palmas contras sus mejillas, al bajar la mirada, notó las cicatrices curadas y recién hechas con sus uñas cuando cierra los puños con mucha fuerza. Es algo en lo que había estado trabajando, pero que aún no lo manejaba bien. Al igual que golpearse la cabeza o a si mismo le funcionaba como un mecanismo casi automático para él cuando estaba frustrado o enojado.

Y en eso momento, recordó a sus hermanos. Cuando su madre no podía, Heist o Kaia eran los que le llevaban un té caliente y hablaban con él de cualquier cosa hasta que se le olvidaba la pesadilla, hasta que le daba sueño de nuevo y el hecho de no tenerlos aquí, lo golpeó. Los extrañaba, verlos en la sala de visita, había sido revivido esa necesidad de compañía que él tenía, porque la realidad era que Frey estaba muy solo. Y sí, él prefería la soledad, no le gustaban los lugares con mucha gente o con mucho ruido, pero eso no quería decir que no disfrutaba de su familia, de la calidez que una noche frente a la chimenea le brindaba mientras Kaia tocaba y su mamá tomaba una copa de vino animándola.

Sus recuerdos eran dolorosamente exactos, con una precisión y detalle que lo dejaba sin aire muchas veces, en especial, los relacionados con su madre porque ya no estaba.

«Estoy solo, mamá», pensó, observando la ventana.

Sin embargo, Frey se había mentalizado para esto, tenía que ser fuerte, por ella, por su familia. Así que volvió a la cama y se sentó, repasando todo lo que había vivido durante del día. Y en esa cadena de pensamientos, la voz de Balkan apareció, contándole su vida llena de miseria y tristeza. A Frey le daba igual, no había venido aquí a salvar a nadie, ni a meterse en asuntos que pudieran complicarle las cosas, pero había algo en lo que ese chico había dicho que se había quedado en su cabeza.

¿Cuánto dinero para que mates a mi padre?

La pregunta no había escandalizado a Frey, lo que sí lo había dejado pensativo era todo lo que Balkan había dicho de su padre... el fundador de esta institución. Balkan debió pasar por un infierno para querer deshacerse de su propio padre. ¿Qué tan difícil sería matarlo? ¿Qué...

«No, no es mi problema», se repitió Frey así mismo, cortando esa idea.

Su objetivo era Maren, el resto de las personas en P.R.E.Y podían arder y esfumarse porque no eran parte del plan de Frey y nunca lo serían.

#

Las salidas al jardín eran una perdida de tiempo, la mayoría de las cosas lo eran para Frey, aún así, era una oportunidad de estar en un espacio abierto y observar... planear con detalle.

La brisa helada golpeó el cuerpo de Frey, quien metió las manos dentro de los bolsillos de la chaqueta negra gruesa que llevaba, un gorro de lana también le acompañaba, el jardín de P.R.E.Y no era para nada acogedor en invierno. Restos de nieve aún posaban en las ramas secas y en el pasto seco. La respiración del chico era visible al dejar sus labios. Enfermeros y guardias rondaban el área, este no era su escenario favorito, el invierno lo deprimía porque su madre solía odiarlo.

Frey ojeó el lugar y encontró a Balkan en el medio de un grupo de cuatro pacientes, hablando como siempre. Los moretones ya se habían desvanecido un poco y por la forma en la que él se reía, cualquier diría que ese chico estaba bien. Frey solo veía otra persona falsa más, enmascarando lo que en realidad le pasaba, en su familia eso parecía ser una afición popular. Un recuerdo lo detuvo.

—Todo lo que fingen no te hace bien —comentó Hayden presionando botones desesperadamente en el control de su consola de videojuegos. Frey le iba ganando, por mucho, 173 puntos para ser exacto, ambos estaban sentados en el suelo—. Ya es difícil para ti entender los gestos y las señales sociales, que ellos se esmeren en mantener mascaras lo empeora para ti, Frey.

Sabía que se refería a la familia, tanto a sus padres como a sus hermanos. A veces se le dificultaba mucho a Frey entenderlos, o ayudarlos porque no entendía muchas cosas, sus conductas eran contradictorias, sus expresiones y sus palabras iban por caminos diferentes. Y Frey no distinguía cual era real.

—Estoy aprendiendo —respondió Frey, tensándose un poco.

—Lo sé, Frey, pero ellos deberían facilitarte las cosas, no empeorarlas.

—El mundo no se tiene que adaptar a mí, yo puedo hacerlo.

Hayden suspiró y pausó el juego, girándose para verlo.

—Frey.

Él mantuvo la mirada en el televisor.

—Estoy escuchando.

—Sé que eres capaz de adaptarte, creo en ti, lo único que digo es que tu única preocupación debería ser encontrar tu lugar en el mundo exterior. En casa, deberías sentirte seguro, no confundido porque todos están muy ocupados ocultando lo que de verdad sienten.

Frey soltó el control y cerró los puños.

—Para.

—Frey.

—Tú estás aquí encerrada porque no puedes adaptarte, yo no soy como tú.

Cualquiera pensaría que esas palabras dolerían o que Frey se disculparía, sin embargo, la relación con la empatía no era el fuerte de estos dos Stein. Así que Hayden sonrió.

—Cuando te enojas, te sale una vena en el cuello, ¿lo sabías?

—No eres lo suficientemente rápida con el botón X, por eso siempre gano.

Hayden soltó una risita y levantó la mano.

—Voy a tocarte el cabello, ¿de acuerdo?

Frey asintió, así que ella le revolvió el cabello.

—Creo que eres mi favorito, Frey Stein.

—Tú no eres mi favorita.

Esta vez, Hayden soltó una carcajada que hizo eco por todo el sótano.

No era su favorita, y aún así Frey la extrañaba, todos en casa decían que Hayden era un peligro para la sociedad, pero eso no quería decir que no la quisieran. La imagen de ella en el suelo del sótano con toda esa sangre, la palidez de su piel, como el rojo se extendía por el piso, por su colchón y las chispas carmesí habían caído sobre la consola de videojuegos, sobre sus controles como un recordatorio de que nunca jugarían otra vez, de que ella no le volvería a sonreír o le acariciaría el cabello de forma juguetona.

«Hemos perdido tanto, mamá, por eso estoy aquí».

Los ojos de Frey viajaron al final del jardín, donde ella siempre se sentaba en un banquillo: Maren. Y por supuesto esa sombra estaba con ella, ese guardia que nunca se despegaba y no muy lejos estaba Rai, mirándola como siempre. Frey no había podido estar a solas con Maren desde el primer día que se vieron y tuvieron una pelea.

—Nunca la dejan sola —murmuró una voz familiar a un lado de Frey. No necesitaba girarse para saber que se trataba de Balkan. Si Frey estaba en una zona común, podía confiar en que Balkan se le pegaría justo como Rai se pegaba a Maren. Y Frey no lo entendía, porque él nunca le respondía, Balkan hablaba solo la mayoría del tiempo. Entonces, ¿por qué venía a él cada vez que podía? ¿No veía lo peligroso que Frey era?

Balkan siguió hablando como siempre, no le importaba no recibir respuesta alguna al parecer.

—Me pregunto que hizo para que tenga una sombra, por lo que sé solo es obsesiva, no tan peligrosa como para que tenga una. Ahí hay algo raro.

Frey entrecerró los ojos porque Balkan tenía razón. Tener una sombra en este lugar era algo muy extremo y Maren no había hecho algo que requiriera ese tipo de vigilancia. Balkan suspiró.

—¿Quieres saber mi teoría? —Frey quería, pero no era necesario que lo dijera porque Balkan se la diría de todas formas, nunca se callaba—. No creo que tenga una sombra porque sea peligrosa, creo que tiene una porque la están protegiendo de algo, o de alguien aquí.

Frey giró el rostro y miró a Balkan de golpe, manteniendo su mirada en sus mejillas, en su cuello, en cualquier lugar que no fueran sus ojos. Y pudo notar como la piel de Balkan se enrojecía en silencio absoluto. Él chico se aclaró la garganta.

—Es la primera vez que me... miras cuando te hablo, me tomaste desprevenido.

—¿Por qué te sonrojas? —preguntó Frey, confundido, su voz profunda como de costumbre. Balkan se lamió los labios.

—Es el frío.

—No —Frey sacudió la cabeza, recordando lo que ha memorizado—. Sonrojarse demuestra una emoción relacionada con los nervios o la vergüenza.

—¿Siempre eres tan... directo?

—No soy directo, son hechos.

Balkan apartó la mirada y se rascó la parte de atrás del cuello que también estaba roja.

—¿Estás nervioso por mí? —Frey ladeó la cabeza.

Balkan bufó.

—Claro que no, mi piel tiene esa reacción al frío.

Frey sabía que mentía, pero decidió dejarlo tranquilo.

—¿Qué más sabes de Maren?

Una expresión cruzó la cara de Balkan, Frey no tuvo tiempo de descifrarla. Sin embargo, no era positiva porque los hombros de Balkan decayeron un poco. Así que Frey esperó pacientemente que el chico hablara.

BALKAN.

Por supuesto que Frey había decidido hablarle porque mencionó a Maren.

La decepción le carcomía el pecho a Balkan, había sido un idiota iluso al pensar que sus largas conversaciones unilaterales con Frey habían dado sus frutos, que finalmente el pelinegro se había dado cuenta de que valía la pena hablar con él. Aún así, tener a ese chico alto, con ese cabello negro rozándole las orejas y esos ojos azules que nunca encontraban su mirada ahí al lado, prestándole atención se sentía bien. Sin mencionar, su voz... esa jodida voz, era profunda y un poco ronca.

—Por supuesto, me hablas ahora porque la menciono, ¿no?

Frey ladeó la cabeza de nuevo y Balkan odiaba que hiciera eso porque se veía adorable, le recordaba al perrito que había dejado en casa.

—¿Cuál es tu asunto con Maren?

Frey no dijo nada.

«Genial», pensó Balkan, los dos chicos que le gustaban parecían estar obsesionados con esa loca. No, no, Balkan se corrigió así mismo, el chico que le gustaba que era Rai estaba obsesionado con ella, porque a él no le gustaba Frey, en lo absoluto. Se había sonrojado porque lo sorprendió, es todo. Y le temblaban un poco las piernas a su lado porque Frey era intimidante, eso era todo.

—No me dirás nada, así que tendré que ayudarte hasta que confíes en mí.

—No pedí tu ayuda.

—Lo sé, pero puedo dártela.

Frey dio un paso hacia él y Balkan dejó de respirar por unos segundos y retrocedió.

—Te estás poniendo rojo de nuevo. —Frey lo señaló sin tocarlo.

—No hagas movimientos bruscos, ¿de acuerdo?

—¿Por qué? ¿Te doy miedo?

—No exactamente —murmuró Balkan y siguió antes de Frey preguntara algo más—. Puedo sacarle información a Rai.

—No.

—No me has dejado terminar.

—Rai es peligroso.

Balkan sonrió.

—Es gracioso que digas eso porque él dijo exactamente lo mismo de ti.

—Entonces, ¿por qué no te alejas de mí?

«Porque me intrigas, Frey», pensó Balkan.

—¿Porque sé que no eres malo? Además, no soy fan de Maren, así que soy team Frey.

—¿Cómo sabes que no soy fan de Maren?

—Por la forma en la que la miras... da... miedo.

—¿Por qué siempre observas todo lo que hago?

Balkan no se esperaba esa pregunta así que tragó con dificultad, se aclaró la garganta y se dio media vuelta, listo para irse. Frey lo agarró del brazo y lo giró hacia él nuevamente.

—Balkan.

«Acaba de decir mi nombre, acaba de decir mi nombre, respira, Balkan, no seas un idiota ahora».

—¿Hmmm? —alcanzó a murmurar Balkan, la voz le fallaba. Era mucho más fácil lidiar con Frey cuando no le respondía.

—Te doy miedo.

—¿Ah?

—No soy bueno... con las emociones, hago mi mayor esfuerzo, pero no sé porque estás tan rojo y te estremeces cuando me acerco. ¿Me tienes miedo?

Balkan se soltó de su agarre.

—No, no es eso —respondió, y Frey esperó una explicación que Balkan obviamente no tenía. No le diría que se sentía atraído a él y por eso era muy consciente de que tan cerca estaban o cualquier mínima cosa.

En ese momento, Balkan vio a Rai comenzar a caminar hacia ellos así que sabía que tenía que alejarse de Frey antes de causar una confrontación.

—Le sacaré información a Rai, lo prometo, hasta luego.

Y con eso, salió en dirección contraria, sintiendo a Rai casi pisándole los talones.

—¿En qué idioma te digo las cosas, Balkan? —El tono de Rai era frío, estaba enojado.

—¿Y ahora qué?

—¿Qué haces pegado a Frey como un puto chicle?

—Podría decir lo mismo de ti con Maren, y no te ando diciendo nada.

Rai lo observó de pies a cabeza.

—No has ido a las duchas esta semana, no te he visto. ¿Estás evitándome?

Balkan volteó los ojos.

—¿No es obvio?

—¿Por qué? La ultima vez que te follé—Balkan le tapó la boca la mano, ojeando los alrededores.

—¡Cállate!

Rai se quitó la mano de la boca.

—Entonces, explícame tu cambio.

—Es simple, ya nos divertimos, ya se acabó —mintió. Balkan tenía sentimientos muy fuertes por Rai, sin embargo, desde aquel día que Rai lo vio golpeado y ni siquiera preguntó que le había pasado o si estaba bien, su corazón se había roto ahí mismo.

—Mentira —Rai se rio—. Mírame a los ojos y dime que no quieres que salgamos de aquí ahora mismo para hacerte lo que te gusta.

Un escalofrío recorrió el cuerpo de Balkan al imaginarlo, pero él sabía que después de que todo estuviera hecho, se sentiría peor y más usado que nunca.

—No, gracias.

Él le pasó por un lado a Rai y este le agarró de la parte de atrás del cuello, con fuerza suficiente para que Balkan hiciera una mueca de dolor.

—¿Es por Frey?

—No.

—Balkan, pierdes tu tiempo, Frey está roto, no lograrás nada con él.

Balkan se soltó de un tirón.

—¡Qué no es por Frey! Tu ego no puede procesar que te dejen, ¿cierto?

Balkan se alejó de él, pasándole por un lado a Frey quien lo observaba curioso, antes de seguir al interior de la institución. Por fin, había tenido el valor de apartar a Rai, a pesar de todo lo que sentía por él, y Frey no tenía absolutamente nada que ver con eso, ¿verdad?

Balkan se asomó por la ventana para echar un ultimo vistazo al jardín y vio a Frey recostado a un árbol, siempre tranquilo y silencioso. Su corazón se aceleró de inmediato.

Ah, mierda, Frey sí tiene que ver con eso.  


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Nota de la autora: ¡FELIZ AÑO NUEVO!  Espero que hayan disfrutado de este capítulo como lo hice yo. Me encanta Frey :D y el señorito Balkan me hace reír mucho.

¿Qué les gusta  de la historia hasta ahora?

MUCHAS GRACIAS POR DESPEDIR EL 2021 con la Saga Darks. Será un gran año para nuestros locos :D

Muakatela,

Los quiero mucho,

Ariana Stein. 

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