El Juego de Hades

By SabrinaMiicaela

3.5M 257K 197K

Aaron siempre fue el centro de las miradas y no por los mejores motivos. Entre otras cosas, tiene fama de ser... More

El Juego de Hades
〘Capítulo I〙
〘Capítulo 2〙
〘Capítulo 3〙
〘Capítulo 4〙
〘Capítulo 5〙
〘Capítulo 6〙
〘Capítulo 7〙
〘Capítulo 8〙
〘Capítulo 9〙
〘Capítulo 10〙
〘Capítulo 11〙
〘Capítulo 12〙
〘Capítulo 13〙
〘Capítulo 15〙
〘Capítulo 16〙
〘Capítulo 17〙
〘Capítulo 18〙
〘Capítulo 19〙
〘Capítulo 20〙
〘Capítulo 21〙
〘Capítulo 22〙
〘Capítulo 23〙
〘Capítulo 24〙
〘Capítulo 25〙
〘Capítulo 26〙
〘Capítulo 27〙
〘Capítulo 28〙
〘Capítulo 29〙
〘Capítulo 30〙
〘Capítulo 31〙
〘Capítulo 32〙
〘Capítulo 33〙
〘Capítulo 34〙
〘Capítulo 35〙
〘Capítulo 36〙
〘Capítulo 37〙
〘Capítulo 38〙
〘Capítulo 39〙
〘Capítulo 40〙
AVISO
〘Capítulo 41〙
〘Capítulo 42〙
〘Capítulo 43〙
☾Capítulo 44☽
〘Capítulo 45〙
〘Capítulo 46〙
〘Capítulo 47〙
〘Capítulo 48〙
〘Capítulo 49〙
〘Capítulo 50〙
AGRADECIMIENTOS
Epílogo
CONTINUACIÓN: El Infierno de Hades

〘Capítulo 14〙

69.4K 5.3K 4K
By SabrinaMiicaela

Cuando llego a casa me lamento por el hecho de tener que ir a la tienda, así que me quito la ropa del instituto y me doy una ducha rápida.

Cierro los ojos mientras el agua tibia golpea mi cuerpo y me relajo, no pensando en nada más que en mí o bueno, ese era el plan. Me siento enojada por lo que ocurrió, pero principalmente conmigo por sentir todo lo que siento.

Es que es tan raro lo que siente mi cuerpo que es difícil de explicar. No sé nada sobre sexo pero aún así siento que me sube la temperatura cuando él me ve de esa manera.

Hades me pone mal y lo sabe.

Bufo con frustración mientras paso el jabón por mi cuerpo y me lamento por tener que verle el rostro de nuevo. ¿De qué sirve tener una empresa y tener que trabajar igual?

Mejor sería tomarme un mojito en Miami, pero el destino es cruel conmigo.

Dejo el jabón a un lado y paso mis manos por mi cuerpo.

Tal vez no le gusto, ¿Verdad? Yo soy promedio, sencilla. Ojos marrones caca, cabello del mismo color, caderas un poco anchas y casi nula cintura.

No soy alta, y mi abdomen no es plano. Tampoco es como que mis senos son grandes, de hecho puedo acunarlos entre mis manos y ya, es sencillo. Por otro lado, mi cuerpo tiene estrías en los glúteos y tengo una cicatriz en mi pierna, es apenas perceptible pero me enseñó a no jugar a estallar botellas de vidrio con una resortera cuando pequeña.

Después de todo eso, creo que amo mi cuerpo porque es mío, y me visto como quiero porque ¿Por qué no hacerlo? Sé que soy bonita, porque yo creo que soy bonita, así que me es suficiente.

Sin embargo, el hecho de recibir la atención de otra persona de esa forma es desolador. Puedo sentir que toca mi cuerpo de una manera que me hace sentir un cosquilleo abrumador, y me gusta, pero me aterra.

—¿Así se debe sentir? —pregunto para mí misma y lo medito en silencio.

En los libros parece todo más fácil pero en la realidad es difícil. O tal vez yo me complico mucho.

Muerdo el interior de mi mejilla y disipo la espuma del jabón para salir de la ducha.

Envuelta en una toalla termino por vestirme en mi habitación, esta vez me pongo una remera negra básica y unos shorts de jeans.

Hace calor y me derrito al llegar a la tienda a pie. Noto que hay bastante gente dentro y lo primero que noto es a Hades en la caja.

Lo veo apenas llego y se me hace extraño que no esté Leia allí, pero me imagino que luego de todo el alboroto de hoy se tomó el día. Son las siete de la tarde y el sol ya se está yendo, entonces ignoro a Hades y voy directo a la oficina del abuelo, a buscar a mi tonto mentor o como le quieran decir.

Evitar el ver a Hades cuando siento su mirada en mí al pasar es difícil, pero hago mi mejor esfuerzo.

No toco la puerta, solo la abro cuando llego al primer piso y me encuentro con Aaron, quien está dejando unos papeles sobre el escritorio mientras se voltea para salir. Puedo ver que lo que pone en los papeles son ofertas de proveedores.

Desvío la mirada para prestarle atención, y se ve enojado. Supongo que la noticia de ser tío no le sentó nada bien.

Él tiene el ceño fruncido y me observa con cierta confusión cuando lo veo. Confusión que se desvanece a los segundos para observarme con cierta arrogancia tan suya.

—Niña pija —espeta con desagrado.

—Cara de gusano —digo yo con alegría.

Aaron suspira y luego sale de la oficina conmigo por detrás.

—Sígueme y mantén la boca cerrada —ordena ofuscado mientras yo levanto las cejas.

—Uy, hoy amanecimos brabos.

Me causa cierta gracia burlarme de él cuando intenta pelear conmigo. Y él pierde la paciencia fácilmente.

Aaron me ignora y entonces baja las escaleras mientras yo lo sigo con aburrimiento y tarareo una canción con la única intención de molestarlo. Y lo logro fácilmente. No puedo creer que haya una persona tan gruñona en la tierra.

—Cállate —gruñe caminando delante mio y sorteando los estantes del depósito.

Canto el estribillo de la canción un poco más fuerte y Aaron se gira, para verme, bloqueando el paso y logrando que mi cuerpo golpee el suyo.

—¡Ay! —chillo con molestia y me aparto, mirándolo a los ojos.

Sus ojos marrones se ven penetrantes y abrumadores, logrando en mí esa sensación extraña de querer mudarme de continente.

—¿Siempre eres así de insoportable? —inquiere en un gruñido, con marcada expresión de fastidio a lo que le respondo encogiéndome de hombros.

—¿Y tú siempre eres así de mal humorado?

—Solo con las niñas pijas como tú —responde fingiendo una sonrisa.

—¿Cuál es tu problema conmigo?

Aaron me ignora y sigue caminando, no tarda en llegar hacia un carro amarillo el cual tiene una escoba y un mopa para limpiar el piso. También hay agua en una cubeta y productos de limpieza.

—Esto normalmente lo hacemos antes de finalizar el turno, pero creo que podrías encargarte tú —me observa con cierta grandeza en la mirada, cierto disfrute.

Yo abro la boca confundida.

—¿Limpiar? —inquiero sin entender tomando la escoba que me tiende. No me mal interpreten, se limpiar y lo hago seguido, pero no veo cómo esto me ayude a aprender del negocio.

Tal vez haría más sentido si el negocio familiar fuera una empresa de limpieza, pero son mini supermercados.

—Sí, limpiar, ¿Sabes lo que es una escoba verdad?

Que pedante.

—Claro que sé lo que es una escoba.

—Bueno, entonces ve, limpia el piso y no tengas miedo de que se te rompa una uña, estoy seguro de que tu abuelo te puede pagar muchas —acerca su rostro al mío para decir eso, con cierta expresión de grandeza y no entiendo su altanería.

Frunzo el ceño y dejo la escoba a un lado, apoyándola contra un estante y lo miro de arriba a abajo.

¿Y este capullo que se cree?

—¿Cuál es tu problema? —me cruzo de brazos frente a su cuerpo, acortando el camino cuando pretende irse.

—Muévete.

—Responde —levanto el mentón, dándole a entender que no me intimida.

Aunque claro que intimida. Mide casi dos metros y tiene una expresión de mil demonios y un porte que hace temblar a cualquiera. Pero por lo demás, es solo un capullo engreído con un ego tan grande que no le entra en los pantalones.

Cuando no dice nada levanto las cejas.

—¿Qué? ¿Necesitas que te de un aumento para que hables? —no me considero una persona pedante, pero Aaron saca esa fibra en mí que me obliga a ponerme a la defensiva.

No le hace gracia lo que le digo, así que da un paso más, para intentar pasar por el pequeño pasillo, pero me pongo delante de él, logrando que su cuerpo y el mío se toquen.

Contengo la respiración cuando soy consciente de su contacto, pero no lo evito. Porque si doy un paso hacia atrás me veré débil. Y Aaron no es de esa clase de personas con las que sea pertinente verse débil.

Me veo decidida aunque internamente todo mi ser tiembla, cuestionandome por qué no puedo cerrar la boca de una vez y dejar de meterme con este insoportable capullo engreído y molesto.

Aaron saca lo peor de mí con sus aires de suficiencia. Es pedante, altanero y descortés, y le consta pero no hace nada para solucionarlo. Ni siquiera tiene una pizca de buenos modales.

Alguien debería educarlo, y no me refiero a mí, sino que al primer tonto de turno. Pero lo más probable es que termine por golpearlo así que mi diagnóstico es que va a quedarse así porque Aaron es... Aaron.

Su pecho no toca el mío porque mis brazos cruzados le impiden mayor contacto, pero es suficiente como para sentirme pequeña cuando su oscura mirada me escruta con enojo.

Mi corazón late fuerte en mi pecho cuando siento el calor de su piel, pero no me aparto. Me mantengo firme y de apariencia serena, aunque siento que estoy entrando en paro.

—¿Te crees muy valiente para vivir tocándome los huevos no? —inquiere con cierto cinismo que me hace pasar saliva con fuerza.

—Si tú lo dices —me encojo de hombros y a Aaron parece que eso le hace una pizca de gracia, porque sonríe de costado y baja la mirada a mis labios para luego subirla de nuevo a mis ojos.

Ese mero hecho me descoloca completamente y hace que mi corazón de un vuelco.

—Deberías dejar tus juegos de niña santa —murmura acercando su rostro al mío—. Y admitir que te gusto.

Abro la boca asombrada y frunzo el ceño. Me maldigo internamente al sentir que mi rostro se ruboriza e inmediatamente esquivo su mirada.

—¿Qué? ¿Qué qué juegos? —levanto las cejas con cierto nerviosismo que para mi desgracia Aaron percibe.

¿Sabrá lo de la fiesta?

—Lo que oíste, niña pija —acerca aún más su rostro al mío y yo me siento cada vez más diminuta, pero no me aparto, no lo hago ni aunque siento que sus labios están a milímetros de tocar los míos—. Deberías dejar de fingir que no te gusto.

—¡Tú no me gustas! —me defiendo buscando la manera de escapar, pero es tarde. No hay una maldita escapatoria y yo misma me puse en esto.

—¿A no? —inquiere ladeando un poco la cabeza. Y una de sus manos toma mis brazos cruzados sobre mi pecho y me obliga, sujetando mis muñecas a hacer los brazos a un lado.

Siento que la garganta se me seca con ese mero acto, y mi rostro se siente caliente de la vergüenza.

—Yo creo que te gusto más de lo que quieres admitir ¿No crees? —murmura, apenas rozando sus labios con los míos.

La mera acción me quita el aliento, sentir el calor de su boca a punto de tocar la mía. No aparto la mirada de sus ojos cuando sé que él observa mis labios.

—Supongo que de otro modo no me hubieras elegido para el juego, ¿No es cierto niña pija?

Abro los ojos como platos cuando lo oigo decir aquello e intento apartarme de su cuerpo, pero me lo impide observándome con oscuridad y maldad a la misma vez.

Niego con la cabeza y me remuevo intentando escapar, pero él sujeta mi rostro y acerca su boca a mi oído, hablando en un susurro contra la piel de mi oreja.

—Es una pena que tú a mi no me gustes en lo absoluto —susurra y luego se aparta de mi cuerpo, para luego empezar a caminar hacia la tienda.

Segundos después oigo la puerta del depósito y entiendo que se fue, dejándome confundida y a la misma vez asustada.

Aaron Draven sabe que lo usé para el juego. Y eso me pone en desventaja.


═══════════●❤●═══════════


Canto en silencio mientras voy por la tienda con escoba en mano y con los casquillos puestos. La música está a todo volumen y yo sin poder hacer otra cosa que lo que me dijo mi estúpido guía o como Aaron quiera llamarse.

Estoy barriendo hace largo rato, y en medio me tomo descansos para comer algún dulce. Digo, estuve largo rato viendo vídeos sentada en la terraza mientras Aaron pensaba que estaba limpiando, y así pasó el rato.

En media hora hay que cerrar la tienda, y yo apenas terminé de barrer en un lapso de tres horas lo que a una persona le tomaría más o menos media hora. Por lo tanto, creo que merezco un descanso hasta que sean las 23 horas cuando hay que cerrar la tienda.

Queda de más decir que muero de hambre, o moría, hasta tomar un sándwich de una de las neveras y comerlo mientras observo que las luces de los negocios se van apagando.

Bostezo molesta y me pongo de pie, saltando desde la baranda al piso y caminar hacia la salida.

Miro la hora en mi móvil y salgo feliz de haber terminado mi primer día. Ahora solo faltan seis.

Cuando llego al primer piso veo que Aaron está cerrando con llave la oficina y cuando me nota yo lo ignoro y camino más rápido hacia el piso de abajo.

Apenas pongo mis pies en la planta baja veo que Hades está cerrando con llave las persianas metálicas de la tienda, y solo falta cerrar una pequeña tienda por la que tenemos que salir.

Me observa y también lo ignoro por capullo y salgo por la puerta con la intención de caminar hacia casa. No hay gente ya en la calle pero no importa, mi casa está cerca y no voy a tardar en llegar.

Me pongo los casquillos y camino rápido, con la música baja, apenas audible.

No paso de la tercera manzana cuando oigo el sonido de una moto pasar por mi lado y cierro los ojos con frustración cuando noto quien es. Detiene la velocidad y avanza al mismo ritmo que mis pasos.

—Ey chica promiscua —su burlona voz me da ganas de pincharle una llanta de la moto, pero lo ignoro fingiendo que oigo música y que no lo ví.

Siento que mi actuación es digna de un Oscar y Hades no parece darse cuenta que no estoy escuchando música.

¿Qué quiere ahora?

Seguro que volver a irse. Pero no me importa en lo absoluto. Solo lo voy a ignorar y ya.

—¡Anda! Ven que te llevo —indica y yo camino más rápido, ignorándolo. En ese momento Hades se da cuenta de mis claras intenciones de evadirlo y noto que le hace gracia—. ¿Quieres demostrar

Cuando estoy por cruzar la acera él acelera y detiene la motocicleta frente a mí, cortando mi paso. Noto que no trae la ropa del super, es decir, ya no viste el pantalón azul marino y la remera gris, sino que ahora viste con un jean oscuro que me atrevo a decir es negro y una remera blaca un par de talles más grandes que su cuerpo.

Hades no usa remeras entalladas, lo cual le da un aspecto más delgado y menos musculoso.

No trae casco y su cabello negro se ve revuelto, poco estructurado, como él.

—¡Ey! —chillo con molestia—. ¿Qué haces? ¡Muévete! —inquiero confundida y enojada cuando noto que se cruza de brazos y me observa con una mezcla de curiosidad y diversión.

—Uy, entendido, mujer enojada indica peligro —se burla de mí y yo le enseño el dedo medio. Intento pasar por delante de la moto pero él acelera, volviendo a acortar mi paso.

No hay nadie en la calle a esta hora, si no estoy segura de que pensarían que va a secuestrarme o algo por el estilo.

—¡Ole! —habla como si fuera un torero y yo quiero empujarlo de la moto—. Buen intento. A ver, otro —intento pasar por el lago de atrás de la moto, pero él retrocede.

Se está riendo de mí y eso me hierve la sangre.

Achico los ojos y lo observo de reojo, y dos segundos después hago un ademán de pasar por delante suyo y luego cruzo de acera en diagonal. Pero Hades es más rápido y da vuelta la moto y antes de que yo llegue al otro lado de la calle la detiene frente a mí, cortando mi paso con una sonrisa en su rostro.

—¡Eso toro! —se mofa y entonces suspiro, para luego girarme y volver sobre mis pasos, sin embargo tampoco funciona porque corta mi paso.

—¡Hades!

—¡Promiscua! —imita mi voz lo cual me hace ensañarme más. Se que para cualquiera que ve esto debe ser una escena graciosa. Pero para mí es insoportable, como él.

—¡Imbécil!

—¡Fea!

—¡Muérete! —lo riño al muy imbécil. Hades me observa con picardía, y luego me guiña un ojo.

—Mátame —dice con sus aires seductores que me hacen querer darle un guantazo. Sin embargo me contengo y dejo escapar el aire de mis pulmones con molestia.

Miro un momento el cielo nocturno, el cual está estrellado.

Dios dame fuerzas —pido en un susurro y Hades lo olle.

—Amén —agrega y yo gruño para ver sus ojos grises los cuales brillan con diversión.

—¿Qué quieres? —pregunto ya cansada de este juego de niños. Hades se encoge de hombros.

—Pues nada —murmura y luego me observa—. ¿Ya te dije que estás fea hoy?

Finjo una sonrisa y le enseño los dientes con falsedad.

—Aw, que tierno —sonrío— ¿Ahora quieres hacer el favor de cavar una fosa común y meterte dentro?

Parece que medita mis palabras un momento pero luego se encoge de hombros.

—Lo haría, pero me canso rápido —hace una especie de mohín y luego sonríe.

Lo fulmino con la mirada y él pasa sus lengua por sus labio para luego sonreirme. Su dentadura blanca y pareja es envidiable.

—Anda, sube que te llevo a casa.

—Gracias, pero no gracias, no me subo a motos de idiotas —sonrío y paso por su lado, descolocandolo y llegando a la otra acera.

Hades no tarda en alcanzarme y seguir mi paso con lentitud en la calle.

—Bien, camina entonces —se encoge de hombros y cuando pienso que se va a ir sigue allí, siguiendo mi paso.

Me detengo y lo observo con el ceño fruncido.

—¿Qué haces? —inquiero molesta con él.

Hades se encoge de hombros.

—Te acompaño a casa.

—No pedí tu asquerosa compañía —murmuro enfadada y a él le divierte.

—¿Que te encanta que te acompañe? Lo sé, me lo dicen seguido, es que soy muy bonito. ¿No ves esta carita de bebé? —pregunta con burla y pongo los ojos en blanco.

—Cara de bebé vomitando.

—Pero de bebé al fin, ¿Verdad?

—Solo cierra la boca —bufo y él ríe.

—¿No me vas a decir por qué estás enojada conmigo?

—No —zanjo la conversación y puedo escuchar su risa.

—Ya lo voy a descubrir.

Capullo.

El resto del camino lo hago en silencio, y llego a casa notando que Hades estacionó su moto una manzana antes, pero no le tomo importancia.

—¡Sueña conmigo! —es lo último que oigo por su parte y me giro a verlo. Me observa antes de encender su motocicleta e irse por el lado contrario.

—¡Ni en tus más cochinos sueños!

Maldito Hades Fenrir.

Ojalá te salga un grano en el culo por capullo.

Y por haberme hecho soñar contigo.



Advertencias para el público sensible: El Juego de Hades es una novela +21 que contiene temas delicados como sexo explícito, lenguaje vulgar, ilícitos, violencia, etc.

Es una novela ficticia en la cual NO se GLORIFICAN, ENALTECEN, MINIMIZAN o INCITAN a cometer ilícitos. Todo ilícito que se encuentre en esta novela debe ser penado como tal.

Recuerden en todo momento que esto es FICCIÓN, por favor, sepan separarla de la REALIDAD.

Capítulo dedicado a katniss991, se te ama belleza.

¡AAAAH!

MALDICIÓN.

Hasta yo soñaría con Hades.

¿Opiniones? Jajaja

Necesito saber lo que piensan, si les viene gustando la novela. Si hay algo que mejorar.

Lo que piensan de los personajes.

Un beso desde el inframundo de parte de Hades,

La autora

Sabrina Micaela

Continue Reading

You'll Also Like

128K 29.2K 55
Se paró frente a una máscara blanca sólo con el orificio de los ojos, llamó su atención bastante, la levantó con curiosidad pensando, no tenía un ori...
118K 5.3K 16
Al despertar la mañana después de haber llegado al podio del Gran Premio de Australia, Kira Russo supo dos cosas: Lía Montecruz lucía de lo más adora...
218K 16.2K 27
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca. -¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen. -Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a e...