Cuando nos convirtamos en est...

By Briss_LG

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Un boleto de avión. Un joven sin casa. Y una chica deseosa de encontrar respuestas. Damian quiere dejar de... More

IMPORTANTE PARA LECTORES
E P Í G R A F E
D E D I C A T O R I A
P E R S O N A J E S
1| Fotografías delatoras.
2| No es un perro
3| Mercurio
4| Perro callejero
5| Espías
6| Venus
7| Ideas descabelladas
8| Derecho a ser idiota
9| Tierra
10| La familia Berlusconi
11| Huevos revueltos, chinchillas mojadas y perdimos a un niño.
12| Marte
13| ¿Eso que veo ahí es cerveza?
14| Un novio debería saber eso.
15| Júpiter
16| Grano de arroz en el zapato.
17| la diferencia entre una estrella y un planeta.
18| Saturno
19| Eso que tenemos en común.
20| Madrina
21| Urano
22| El río.
23| Las actas falsificadas
24| Mercurio
25| Un agujero negro.
26| La noticia.
27| Plutón
28| Malas hermanas.
29| Fogata de colores.
30| Osiris
31| Los acosadores.
32| Florencia
33| Haumea
34| Piera sabe la verdad.
35| No te entrometas.
36| Kepler
37| Celos americanos.
39| La verdad.
40| Decisiones difíciles.
41| Una oportunidad para los D'Fiore.
42| Planetario de estrellas.
43| Manhattan.
44| Reencuentro.
45| Dejar el pasado atrás.
47. Cuando nos convertimos en estrellas.
Epílogo
AGRADECIMIENTOS

46| No te vayas.

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By Briss_LG


46| No te vayas.


Me quedo hecha un cuerpo inerte apenas me doy cuenta de que realmente es él.

Había visto fotos antes, Rose me las había mostrado por precaución seis meses antes del viaje cuando Damian apenas estaba entrando a nuestras vidas. Alto, robusto, con una barba descuidada de varios días, ropa desarreglada, pintas de borracho y los mismos ojos grises que su hijo.

Er exactamente como lo recordaba, y como lo veo ahora.

—¡Abran la puerta! ¡Abran la puta puerta, sé que están ahí! —golpea con fuerza como si quisiera derribarla de una vez. Todavía no se da cuenta de nuestra presencia porque tanto Damian como yo permanecemos inmóviles, indetectables en nuestro sitio. —¡Yo ssee que el bastarrrdo de mi hijo está ahí metiiido!

Desde la distancia huelo el alcohol de sus entrañas, aunque no creo que el aroma sea necesario para darse cuenta que se encuentra alcoholizado.

—¡Los voy a mataaarr a todos si no salen de ahííí! —continúa insistiendo, no creo que la puerta de mi apartamento dure mucho. Inevitablemente saco mi celular y miro la hora, son las 10:15, los Berlusconi deberían haber llegado hace media hora para la cena y temo que también se encuentren ahí.

Al tener conexión a internet también comienzan a llegarme los mensajes de Rose, específicamente las llamadas perdidas y uno enviado hace prácticamente siete minutos donde dice: No vengan al apartamento, apareció Paul.

—Voy a llamar a la policía —manifiesto en un tono de voz lo suficientemente bajo como para que solo el oji-gris lo escuche. Asiente todavía aturdido y cuando sus ojos se cruzan con los míos percibo la ira, la confusión e incluso el miedo incrustado en ellos. Pienso cual sería la mejor forma de solucionar esto, y creo que llamar a la policía y llevarme a Damian lo más lejos de aquí es la opción correcta.

No obstante, cuando el rington del móvil suena, todos mis planes se van al garete.

Los ojos rojos y distorsionados de Paul Eubergh caen directamente en nuestras siluetas. Se percata de ahí en frente de él se encuentra su hijo y arremete contra él.

¡Pedazzzo de escoria, te estaba bussscando a ti! —se abalanza en menos de un milisegundo, Damian se me adelanta para evitar que el golpe de su puño impacte en mi cuerpo y me cubre con el suyo como si este fuera un caparazón, de esa forma el golpe termina impactando contra sus costillas.

—Ni se te ocurra acercarte —le espeta con la cabeza fría —No queremos problema, así que vete por las buenas.

—¡Tú no me dices qué hacer, maldito bastarde miserable! —levanta el dedo acusándolo, le intenta dar otro golpe, pero falla —¡Quiero mi dinero! ¡Por tu culpa terminé en la cárcel! ¡Deberían haberte agarrado a ti y que te pudrieras en ese celda!—Me echa una mirada con desprecio y escupe cerca de mi cara.

—Vete — le insiste, retrocede un paso obligándome a retroceder a mí y luego vuelve hacia delante. Me envía una mirada, señalando hacia el apartamento mientras traga saliva y empuja a su padre.

Esto me da suficiente tiempo a escabullirme por debajo de los brazos de Damian y correr hacia el otro lado.

Al volver la vista hacia el punto donde dejé a mi padre y a Matt, los veo forcejeando de nuevo.

Bassstardo —repite alzando la mano para dar un manotazo, el golpe llega directo al estómago de Damian. —¡Ya te voy a dar lo que te mereces! —Y lo golpea de nuevo, y lanzo un gritito, busco con desespero mi celular, pero noto que ha quedado tirado en el suelo detrás de ellos.

Damian se abalanza sobre el mientras se queja por lo bajo, con la pierna esquiva otro golpe y luego él mismo hace con su mano un puño para golpearlo justo en la zona de las costillas.

—¡Te dije que te vayas de aquí! —le grita, entretanto los ruidos de pelea son lo suficientemente alto como para que las puertas de mi departamento se abran y de allí se asomen un par de cabezas. Las únicas que consigo distinguir entre tanto lío son las del señor Berlusconi y Sonia, que tiene por detrás a Rose y a Elena.

—¡Suéltalo, borracho! —Ben se entromete en la pelea cuando con un sonido sordo, el puño del padre de Damian le da directo en la mandíbula, derribándolo y ensangrentándolo.

—¡Llama a la policía! —escucho que alguien grita desde dentro.

Yo todavía sigo quieta, me da miedo moverme.

—¡Ben, no te metas! —esta vez distingo la voz de Liz, que sale al pasillo sobándose la barriga preocupada por su marido.

—¡Pedazo de imbécil ojalá nunca hubieras nacido! —está tan fuera de sus cabales y al mismo tan borracho y furioso, que con una agilidad asombrosa para cualquier alcohólico termina embistiendo a su hijo hasta quedarse encima de él y comienza a golpearlo con más fuerza, desde atrás Ben intenta torpemente detenerlo. —¡Ojalá te hubieras muerto junto a la zorra de tu madre!

—¡No insultes a mi madre! —logra esquivar un golpe que iba justo a su nariz y lo golpea en la clavícula.

—¡Zorra! ¡Tu madre fue una zorra! ¡Y tu un ladrón que arruinó mi vida!

La furia parece llenarle los pulmones y lo siguiente que veo es a Damian incrustarle un golpe llano en toda la cara y derribarlo hasta que su cabeza toque el suelo. Se le abalanza colocándose de hurtadillas sobre él y los roles se intercambian, pues ahora es él el que no para de darle una golpiza.

—¡Damian lo vas a matar! —le grita Ben tironeándolo desde la capucha de su chaqueta.

—¡Se lo merece por hijo de puta! —no se detiene.

Las rodillas me tiemblan y comienzo a correr hacia ellos, rogando que se detengan. Joder, joder, no puedo con esto. Quiero tirar con fuerza de los hombros de Damian, pero es mucho más fuerte que yo y me empuja.

—¡Damian, por favor! —esta vez el grito sale de mis labios—¡No arruines tu vida por esto! ¡Lydia, Chiara y Luigi te están viendo! ¡Tienen miedo!

Y eso parece suficiente para que el reaccione y se detenga, gira la cabeza para mirar hacia donde la puerta se encuentra y allí observa a tres cabezas distintas mirarlo con una mirada de terror y espanto. Enseguida suelta a su padre y se levanta del suelo, su cara está demacrada y mucho peor de lo que estaba aquella primera vez que apareció en casa. Su labio está hinchado, tiene un hilo de sangre cayendo por su ceja, su ojo izquierdo está inflamado y muy golpeado, también hay rastros de líquido rojo en sus manos.

—Lo siento...—murmura enseguida mirándolos, Lydia retrocede impactada. —Lo siento—repite con culpa.

Ben se interpone entre él y sus hijos. Levanta las manos para alejarlo.

—Sera mejor que te calmes, Damian.

—¡Estoy calmado!

Me acerco hasta quedar prácticamente a unos centímetros de su lado.

—No, no lo estás. Necesitas tomar aire.

—¡Solo déjame acercarme! —le grita. Y esta vez yo también tengo que interponerme. Me pongo entremedio de ambos y agarro con mis manos los costados de su cara.

—Tienes que escucharme, estás muy alterado, no puedes acercarte a los niños en ese estado ¿me oyes?

—¿Crees que voy a hacerles daño? —me mira con dolor en la mirada, se me estruja el corazón al instante.

—No claro que no, pero están asustados. Solo salgamos a tomar aire hasta que algún patrullero venga por tu padre—le pido, no dejo de mirarlo a los ojos. el asiente todavía aturdido. —Escúchame, te quiero ¿vale? Sé que no eres capaz de lastimar a nadie, solo salgamos a respirar aire fresco.

Eso parece tranquilizarlo más.

Pero después de eso todo sucede muy rápido.

Un ruido fuerte, un estruendo sordo que produce eco, una detonación que suena tan cerca que me hace sangrar los oídos.

Y luego de eso silencio, puro silencio que dura unos segundos interminables, cinco para ser exactos.

Y sangre, mucha sangre.

Pero no hay dolor. Y no demoro mucho en darme cuenta de que es porque esa bala no me ha alcanzado a mí.

Me doy la vuelta y veo a Damian caer con fuerza al suelo. Me quedo en tal estado de shock que me cuesta otro par de segundos reaccionar a su caída y la húmeda y pegajosa sangre comienza a empapar su ropa en el lugar de la herida.

Abro la boca respirando entrecortadamente, solo para quedarme sin aliento al instante siguiente. Veo el gesto de horror de Ben y luego escucho más gritos que me ponen los vellos de punta.

—¡Te dije que te iba a matar, imbécil! — Le grita Paul todavía de espaldas en el suelo. Con el arma que ninguno de los dos había visto en las manos.

Corro hasta él sintiendo que me ahogo. El dolor en mi pecho se vuelve más pesado y mis manos al igual que mi camisa se tiñen de sangre cuando me arrodillo a su lado intentando ayudarlo.

Pero prácticamente me quedo nublada sin saber que hacer más que desbordarme en lágrimas.

Escucho a Liz gritarle a Ben que llamen a una ambulancia antes de que mire a sus hijos y les pida que entren para estar más seguros. Estos se niegan entre estupefacción y lágrimas, pero su madre los empuja hacia dentro apartándolos y sacándolos de mi vista.

—Quinn...—alguien me llama distrayéndome, bajo la mirada hacia Damian —Prométeme que Rose hará todo para que encierren a mi padre. —Sus ojos se desorbitan y comienzan a cerrarse mientras yo le ruego que los mantenga abiertos.

—Tú mismo se lo dirás. —le aseguro, aunque él ladea la cabeza.

—Y prométeme que llamarás a los D'Fiore y les dirás que no les guardo rencor.

Parece que reemplazaron mi corazón por el de un colibrí porque lo siento latir muy fuerte y rápido.

—No me digas eso, no cuando suena a una despedida...—aprieto con fuerza su mano, no la suelta, se aferra de ella como si fuera un ancla. —Ya está llegando la policía y la ambulancia, solo espera un momento.

Veo cómo su rostro se vuelve cada vez más pálido y cómo mantener los ojos abiertos y respirar le cuesta mucho más esfuerzo.

—Prométemelo —exige.

Y no puedo decirle que sí porque Rose tira de mí, alejándome de él un momento antes de que unos paramédicos lo rodeen.

—No, no me quiero alejar —le digo echándola para atrás.

—Déjalos hacer su trabajo—me pide, y veo como los enfermeros dan instrucciones y actúan de forma muy rápida. Le colocan una mascarilla de oxígeno y lo suben a una camilla para empezar a bajarlo por las escaleras.

—No cierres los ojos—pido, sabiendo que está muy lejos para escucharlo. —No me dejes sola.

Por favor, no te vayas. 


Capítulo lleno de emociones. Y para variar, solo queda un capítulo más y el epílogo. Para los que hayan leído el mensaje en mi muro, sabrán que de aquí en más me tomaré un tiempo y me retiraré del mundo de Wattpad y la escritura por unos meses. 

No la estoy pasando bien y sucedió algo que se llevó consigo toda mi fuerza de voluntad y mi bienestar emocional. Subí ayer un último apartado de mi otra obra "Una antagonista perfecta" donde explico de mejor manera lo que sucedió.

De todas formas, terminaré de subir los dos capítulos restantes de CNCEE antes de retirarme. 

Un fuerte abrazo, nos leemos el lunes.

Briss. 










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