¡Feliz Cumpleaños Senku!
- ¡Oi Senku! ¿Recuerdas esa vez que fui solo yo a tu cumpleaños? -
- Sí, después de ese día no te vi durante años, hasta que regresaste y luego nos petrificamos -
- Pero, ¿Recuerdas como fue? -
- Sí... -
~•••~
El padre de la colorina le ponía un gorro y después le ataba los zapatos.
- ¿Donde vamos? -
- Al cumpleaños de Senku, Byakuya me acaba de decir que nadie había ido por el invierno -
Los dos caminaron hacia el auto para poder partir a la casa del amigo de la pequeña, Orenji agitaba sus pies, su padre había comprado el regalo en el camino mientras ella esperaba en el auto, de lo aburrido que era esperar, saco su Nintendo DS, empezó a jugar Ace Attorney, su padre llego, le entrego dos cajas, una tenía un microscopio y la otra era para meter el microscopio.
- Eso es lo bueno de regalarle a Senku, es de los mismos gustos tuyos, Byakuya dice que cuando pasas el día con el luego habla de lo grandiosa e inteligente que eres. Deberías casarte con el -
- ¡Mmm! ¡Nunca! ¡No me casaría con Senku ni en 3713 años! -
- ¡Pff! ¿Podrías poner el Microscopio en la caja y atarlo con la cinta? -
- Okey... - hablo enojada -
Hizo lo que su padre le había ordenado, justo al terminar, ya se encontraba en la casa de su amigo que al ver el auto de la pelinaranja corrio hacia la puerta abriéndola pasa correr hacia su amiga.
- ¡Orenji! - saltó de alegría -
- ¡Ten! ¡Un regalo! -
- ¡Gracias! -
Los dos entraron corriendo, la chica saludo cordialmente al padre de su amigo, que sonreía al ver los niños correr por su casa.
Las horas pasaron, y una gran tormenta se había desatado, por lo cual los dos visitantes se habían quedado en la casa
- Mira como duermen... -
Los dos chicos estaban acostados de pecho encima de un libro de dinosaurios.
- Te apuesto que terminan casándose, no tengo pruebas ni tampoco dudas - dijo el padre de la chica -
- Sí, creo que son el uno para el otro -
~•••~
- Dijiste que no te casarías conmigo en 3712 años... Esos años ya pasaron Orenji... - musitó Senku -
- ¿Qué? ¿Acaso ya te quieres casar conmigo?... ¿Sí? -
El de pelo bicolor se sonrojó.
- No aguanto a poder tenerte y decirle a todos que eres mi esposa -
- ¿"Poder tenerte"? - repitió sin entender - ¡A LA MADRE!
—
Quise publicar esta parte por el CUMpleaños de Senku, porque el científico cebollino se lo merece