El Juego de Hades

By SabrinaMiicaela

3.5M 257K 197K

Aaron siempre fue el centro de las miradas y no por los mejores motivos. Entre otras cosas, tiene fama de ser... More

El Juego de Hades
〘Capítulo I〙
〘Capítulo 2〙
〘Capítulo 3〙
〘Capítulo 4〙
〘Capítulo 5〙
〘Capítulo 6〙
〘Capítulo 7〙
〘Capítulo 8〙
〘Capítulo 9〙
〘Capítulo 10〙
〘Capítulo 11〙
〘Capítulo 12〙
〘Capítulo 14〙
〘Capítulo 15〙
〘Capítulo 16〙
〘Capítulo 17〙
〘Capítulo 18〙
〘Capítulo 19〙
〘Capítulo 20〙
〘Capítulo 21〙
〘Capítulo 22〙
〘Capítulo 23〙
〘Capítulo 24〙
〘Capítulo 25〙
〘Capítulo 26〙
〘Capítulo 27〙
〘Capítulo 28〙
〘Capítulo 29〙
〘Capítulo 30〙
〘Capítulo 31〙
〘Capítulo 32〙
〘Capítulo 33〙
〘Capítulo 34〙
〘Capítulo 35〙
〘Capítulo 36〙
〘Capítulo 37〙
〘Capítulo 38〙
〘Capítulo 39〙
〘Capítulo 40〙
AVISO
〘Capítulo 41〙
〘Capítulo 42〙
〘Capítulo 43〙
☾Capítulo 44☽
〘Capítulo 45〙
〘Capítulo 46〙
〘Capítulo 47〙
〘Capítulo 48〙
〘Capítulo 49〙
〘Capítulo 50〙
AGRADECIMIENTOS
Epílogo
CONTINUACIÓN: El Infierno de Hades

〘Capítulo 13〙

70.5K 5.4K 4.5K
By SabrinaMiicaela

Cuando todos se dispersan busco con la mirada a Hades, notando que se va caminando para el lado contrario y golpea un casillero con el puño a su paso.

Entonces corre, alejado de todos.

No sé por qué, pero algo dentro de mí se pone en alerta y siento la necesidad de ir a buscarlo.

El problema es que no sé muy bien dónde va, sin embargo me abro paso entre los alumnos que van a la cafetería.

—Gigi, ¿Dónde vas? —Alex me detiene, tomando mi brazo con confusión mientras damos unos pasos hacia adelante. No sé ni siquiera yo a dónde voy. Y si voy a hacerlo.

Pero me debato internamente el ir a buscarlo. Después de todo él lo hizo por mí cuando Leia robó mi ropa hace una semana.

La gente habla a nuestro alrededor, todos opinan sobre lo que acaba de pasar, y oigo muchas voces que dicen que es de Hades. Otras especulan con la posibilidad de que sea algún profesor o un romance con un alumno de un curso inferior.

Muchos se compadecen de Nika, sin poder creer como un chico como él estuvo con alguien que resultó ser tan vil como Leia.

Entre todas esas voces, unos pocos mencionan la idea de que van a expulsar a Aaron porque ya está al límite de las amonestaciones.

Frunzo el ceño, y pienso en la posibilidad de que así sea. Ellos trabajan juntos y yo apenas si lo conozco.

No me importa, ¿Verdad?

No voy a ir a ver lo que le pasa.

No debo. No me incumbe.

Levanto la cabeza entre el gentío, y veo que Hades corre hacia el final del pasillo y sube por unas escaleras al segundo piso.

Entonces me suelto del agarre de Alex.

—¿Estás bien? —inquiere ella y yo asiento con la cabeza de forma no muy convencida.

¿Qué hago?

Una parte de mí dice que no es mi asunto, no me incumbe.

—¡Ya vengo! ¡Olvidé algo! —digo alejándome y siguiendo el camino de Hades, corriendo hacia el final del pasillo.

Lo último que veo antes de subir las escaleras es la expresión de confusión en el rostro de Alex. Pero sin saber por qué, voy tras Hades con todas las alarmas de mi cuerpo diciendo que voy a arrepentirme de eso.

Cuando llego al piso de arriba, noto que las aulas están vacías porque todos están en la cafetería, así que me es fácil encontrar a Hades, hacia el final del pasillo, doblando a la izquierda.

Corro detrás de él con el corazón en el pecho pero cuando llego al pasillo ya no lo veo. No hay rastro de Hades, y mi corazón late con violencia en mi pecho.

Siento que mis nervios están en alerta cuando camino a paso lento, para ver por las ventanas de las aulas. Y no oigo nada. En esta zona las aulas están en refacción, por lo que se ve todo desolado. Iluminado por todas las ventanas pero aún así desolado, ajeno a cualquier ruido.

Pienso en la posibilidad de que el bebé de Leia sea de Hades y no sé por qué siento una especie de traición.

Borro esa idea de mi cabeza, y camino hacia el final del pasillo sin ver a Hades en ningún lado, hasta que de repente oigo un golpe ligero en una de las aulas, para luego escucharse un estruendo.

Mi corazón late con fuerza en el pecho al oír aquello, y por un segundo me paralizo, sintiendo un dolor punzante en mi espina dorsal, que se ramifica por mi cuerpo cuando oigo que ese ruido se repite.

Entonces, contrario a cualquier raciocinio camino hacia el ruido, sintiendo un sudor frío recorrer mi espalda. Y veo por la ventana de un aula a oscuras, a la cual están arreglando las ventanas y por eso está tapada con periódicos que apenas si dejan filtrar la luz.

Y entonces, lo veo.

Observa el suelo y tiene una mano en su pecho, mientras que con la otra se sujeta a un pupitre, como si su pecho le doliera.

Frente a él hay dos pupitres en el suelo, alejados, como si los hubiese pateado.

Hades respira con dificultad y puedo oírlo hiperventilar. Frunzo el ceño cuando noto que se está quitando la camisa del instituto con cierta violencia y se sujeta al cuello, como si se ahogase.

Entonces lo entiendo, está teniendo un ataque de pánico.

Entro por la puerta con cuidado de no alarmarlo, y él levanta la cabeza, asustado y luego se aleja de mí, caminando hacia la otra punta de la habitación. Parece un animal enjaulado, que respira erráticamente y yo no sé qué hacer.

—Hades tranquilo —murmuro asustada pero intentando no demostrárselo y él no habla, solo respira con violencia y puedo notar su frente pálida con perlas de sudor.

Niega con la cabeza y observa una ventana, sus ojos se ven abiertos, como si estuviera entre asustado y perturbado, y sus labios entreabiertos filtran el aire con rapidez, como si hubiera corriendo una maratón,

Segundos después noto que se sienta en el suelo, y mete su cabeza entre sus piernas, cubriéndola con su cabeza.

Su respiración se acelera, y ahora tiembla, lo cual me hace poner los pelos de punta. Tengo miedo, es la primera vez que veo algo así en mi vida más allá de las clases de primeros auxilios en el instituto.

Y entonces, presa del pánico por no saber que hacer, le hablo.

Me arrodillo en el suelo, delante de él, y pongo una mano en su brazo.

—Hades tranquilo, respira profundo —le digo meditando la idea de ir a pedir ayuda.

No sé qué hacer.

¡Maldita sea no sé qué hacer!

Mi ceño está fruncido por el miedo, y él no me mira. Solo tiembla y respira erráticamente.

—Estás bien Hades, estás bien, no te va a pasar nada malo —intento tranquilizarlo y él no responde, y yo no puedo verlo en ese estado en ese estado tan indefenso, así que decido ir por ayuda—. Ya vengo, tranquilo, voy a buscar a alguien para que te ayude. ¿Bien? —inquiere pero él no responde, así que intento ponerme de pie.

Sin embargo, una mano rodea mi muñeca y tira de mí hacia él.

Abro los ojos asustada cuando noto que termino sentada sobre sus piernas, a horcajadas de su cuerpo y Hades abraza mi cuerpo con fuerza, enterrando su cabeza en mi cuello y se aferra a mí.

De repente me quedo tiesa, confundida y alarmada mientras él me sostiene y respira errático sobre mi cuello. Su nariz roza mi piel y sus labios emanan aire cálido, lo cual me provoca escalofríos.

A su vez sus manos rodean mi cintura y me acerca a su cuerpo, impidiéndome el moverme.

Siento contra mi pecho el suyo, notando que su corazón late con violencia, tanto que puedo sentirlo bombear sangre de forma alterada.

Sin saber qué hacer, y actuando más por instinto que por otra cosa abrazo su cuerpo y lo sujeto con firmeza mientras él tiembla bajo mi cuerpo.

Solo es cuestión de tiempo para que se le pase, así que intento relajarlo pasando una mano por su cabello.

Minutos después siento como su respiración se ralentiza gradualmente, y su corazón deja de bombear con ese frenesí.

Hades tarda varios minutos más en relajarse, hasta que aparta su rostro de mi cuello y recuesta su cabeza en la pared, permaneciendo con los ojos cerrados. Pero sigue sosteniendo mi cintura contra él mientras respira con pesadez, como si estuviera agotado.

Abre los ojos entonces, con su rostro a diez centímetros de mi rostro y me observa. Sus ojos están rojos y el gris de sus iris se ve opacado por sus pupilas ligeramente más grandes que lo normal.

Y no me habla, solo me observa y yo siento su aliento mentolado sobre mi rostro.

Ya no estoy asustada, y él tampoco. Perdí la noción del tiempo en el que estuve aquí, sentada sobre su pelvis mientras él sujetaba mi cuerpo como si la vida se le fuera en eso.

—¿Estás mejor? —inquiero y Hades no dice nada, solo cierra sus ojos un momento, y luego vuelve a abrirlos.

Ahora respira normal, y sus brazos ya no ejercen esa presión en mí.

—Sí —responde escuetamente, y sus ojeras se ven un poco más marcadas que antes.

Paso saliva y él suspira con pesadez.

—Sentí que me moría —susurra y yo observo sus ojos grises.

—Tuviste un ataque de pánico —le digo y él sonríe de costado, con pesadez.

—¿Y me ví sexy o estuvo del asco?

—Del asco —sonrío y Hades no me suelta, pero tampoco quiero irme. La curiosidad me pica por saber qué le ocurrió.

Hades ríe y luego inhala con fuerza, para luego dejar salir el aire en sus pulmones. Luego de eso observa hacia abajo, notando mi falda del instituto sobre su pelvis y mis piernas a cada lado de su cuerpo.

Levanta la mirada y me observa, y yo... yo siento que mi rostro se ruboriza.

—¿Es tuyo? —inquiero con preocupación, pero expectante. Todo lo que me diga a continuación va a ser suficiente para alejarme de él en todo sentido.

Me da miedo, y no sé por qué.

Tal vez todo ese rencor de Leia hacia mí es porque sabe que ocurrió algo entre Hades y yo, y después de todo, ellos tienen algo.

Me lamento de la sola idea de pensar que follé con un chico que va a ser padre...

Mi corazón late fuerte en mi pecho, y observo sus ojos expectantes.

—Por Dios, no, nunca me acostaría con Leia —dice con el ceño fruncido y una especie de repulsión en su respuesta. Siento un poco de rechazo en él ante la mera idea de acostarse con Leia, lo cual me tranquiliza un poco.

De repente siento un alivio en mi estómago y puedo respirar con tranquilidad. Como si rato antes hubiera habido algo oprimiendo mi cuerpo.

¿Entonces cuál es el problema de Leia conmigo?

¿O solo es así de bruja con todo el mundo?

Me genera muchas dudas e incomodidad pensar en esa chica.

—Pero sabes de quién es ¿Verdad? —inquiero analizando sus reacciones y Hades sonríe.

Se ve agotado y somnoliento.

—No quiero hablar de eso —murmura y yo asiento con la cabeza, un poco frustrada por el hecho de que no diga nada más.

Hades observa su pecho desnudo junto al mío, cubierto por la camisa del instituto y luego levanta la mirada, con cierto brillo de picardía. Sus manos descienden por mi cintura y cuando me quiero apartar, él me retiene, presionándome contra él.

—¿Qué haces? —inquiero asustada sintiendo que su tacto me quema y él se encoge de hombros.

—Si vas a terminar arriba mío creo que necesito más ataques de pánico —susurra y su aliento caliente acaricia mis labios como si acabase de pasar una pluma por allí, y yo paso saliva con fuerza al ver su expresión, que cambió de cansancio a lujuria y éxtasis—. Después de todo, es una buena distracción, ¿Verdad?

Veo que Hades muerde ligeramente su labio inferior ocultando una sonrisa pícara y sube la mirada a mis ojos, los cuales lo observan expectantes. Las comisuras de sus labios suben ligeramente, notando que disfruta lo que está haciendo.

De repente sus pupilas se dilatan y yo separo los labios en busca de oxígeno.

—Quiero tocarte —susurra con cierto grado de perversidad y yo abro la boca, ruborizada y sintiendo que con esas palabras acaba de robarse mi respiración.

Paso saliva con fuerza, para luego respirar con dificultad sintiendo un extraño cosquilleo descender por mi columna vertebral, erizando mis vellos, hasta agolparse en mi pelvis.

Me engañaría a mi misma si detengo sus movimientos ahora, fingiendo que no me altera hasta el último poro del cuerpo el hecho de que me esté tocando de esa forma.

—Tengo clase —murmuro en un burdo intento de entrar en razón. Y Hades me observa con malicia.

—Ya es tarde para eso —susurra acercando su rostro al mío, observando mis labios mientras yo observo sus ojos posarse en mi boca. De repente siento que me falta el aire.

El calor de su aliento sobre mi boca hace que su aroma me embriague y no sé qué hacer.

—Aún puedo llegar.

—Si vas ahora te van a castigar —susurra rozando su naríz contra la mía, acercando más sus labios contra los míos—. Y no quieres que te castiguen... ¿Verdad chica promiscua?

Siento que sus manos suben por mi cintura, recorriendo mi cuerpo, hasta que llega a los botones de mi camisa, los cuales va desabotonando con destreza.

—Tal vez —murmuro por lo bajo. Sus ojos brillan con perversidad al oírme decir esas palabras. 

—Entonces puedo castigarte yo.

—Hades —digo en un susurro ahogado y él no sonríe, solo pasa saliva al mirar hacia abajo, notando que sus manos están desabotonando mi camisa.

Cuando abre la tela, observa mis pechos cubiertos por mi brasier blanco. Y sus pupilas se dilatan. Hades separa los labios y sigue bajando hasta abrir por completo mi camisa.

—Tal vez debería irme —murmuro por lo bajo, buscando las fuerza para hacerlo.

Pero la curiosidad y él deseo son más fuertes que yo.

Puedo sentir que algo debajo de mí empieza a endurecerse, notando que es su miembro el cual se pone tieso bajo la tela.

—Puedes irte si quieres, chica promiscua —susurra, bajando la camisa, desnudando mi torso.

Dejo que él quite las mangas y luego la arroja a un lado.

—¿Y si viene alguien? —inquiero.

—Nadie viene por este lugar —responde extasiado y yo dudo mucho por lo que estamos haciendo—. Además si lo hiciera, podría observar un buen espectáculo, ¿No crees? 

Suspiro por lo bajo al sentir que sus manos recorren mi abdomen, y cierro los ojos notando que el calor de mi cuerpo empieza a empañar mi braga.

Mi vagina, se comprime en un espasmo ligero e involuntario por el calor que se va agolpando en esa parte de mi cuerpo. Y siento que mis pezones se endurecen bajo la tela de algodón del brasier blanco que traigo.

—Ah —jadeo cuando sus manos recorren mi cuerpo con suavidad, como si estuviera explorando.

—Eres muy fea, chica promiscua —murmura y yo abro los ojos en el momento en el que sus manos se posan en mi cadera y presiona mi cuerpo hacia abajo, para sentir su dureza.

—Hades —gimo al sentir la fricción se su polla dura bajo la tela contra mi sexo, apenas cubierto por una braga que empieza a humedecerse, gota a gota.

La sensación de excitación en mi cuerpo es incontrolable e incontenible, me hipnotiza con miedo a lo desconocido pero curiosidad por sumergirme en eso.

Ignoro el hecho de que hay una ventana lo suficientemente grande como para que alguien nos vea, o me vea a mí, en brasier, sentada a horcajadas por el cuerpo de Hades, quien sujeta mi cadera y la presiona contra su polla dura.

—Eso es nena —gruñe él, observando mi boca.

Entonces, puedo notar que sus dedos buscan el bajo de mi falda de instituto gris, metiendo sus manos venosas bajo la tela, y recorriendo la cara interna de mis muslos. Presiona sus dedos, provocandome mil corrientes eléctricas en cuerpo. 

Sube los dedos al propósito, generando fricción y haciendo que sus dedos pulgares rocen apenas el límite de mi braga. 

Sus caricias se vuelven una tortura a punto de llevarme al límite de la cordura. Y me encanta. Me asusta pero me vuelve loca. 

Sentiría frío de no ser porque siento que mi cuerpo está caliente, y el suyo es fuego que embriaga cada uno de mis sentidos.

Poso las manos en sus hombros cuando él mece mi cintura de delante hacia atrás, generando fricción. Masturbandolo por sobre la tela de su pantalón de instituto.

La sensación de sus polla frotándose por mi vulva me genera ligeros espasmos que elevan la temperatura de mi cuerpo, así como la del ambiente. Generando mucho calor, a tal punto de lograr que mi braga se empape, dejándome sentir lo mojada que estoy.

—Hades —gimo por lo bajo, clavando mis uñas en sus hombros y mirándolo a los ojos. Él acerca su rostro a mi boca, y sus nariz roza la mía en un lenta tortura.

Sus labios, de pronto, se rozan con los míos, tentando la puerta al infierno.

Y su boca caliente, no besa mis labios, sino que se desvía del camino y sus labios se posan en la piel de mi oreja, tirando de mi lóbulo, provocándome un aluvión de diminutos espasmos que generan cosquillas en todo mi cuerpo.

Especialmente, partiendo de mi nuca y generando una sensación de hormigueo que se agolpa en la cima de mis senos, en ese punto sensible de mi piel.

Dios... Ni siquiera me besa y ya siento que me desarmo en sus brazos.

—No te imaginas lo mucho que fantaseé con volverte a follar —susurra y yo siento que mi rostro se enrojece ante su lujuriosa confesión.

Dios... ¿Cómo se respira?

Yo también fantaseé con él...

Maldita sea.

Quiero...

Dios...

Ni siquiera sé lo que quiero, pero me lleva al límite de la cordura sentir su piel contra la mía.

Entonces, justo en el momento en el que creo que va a besarme, su móvil suena en su bolsillo, generando un sonido que ensordece.

Hares frunce el ceño y lo quita de su bolsillo, para observar la pantalla rechazando la llamada. No alcanzo a leer lo que dice, pero aunque quiero pedirle que no responda de igual modo lo hace cuando segundos después el móvil vuelve a sonar aunque puedo leer en su rostro que no le apetece en lo absoluto el hacerlo.

Espero expectante que responda, y lo hace conmigo aún sobre sus piernas.

—Hades —dice con cierto fastidio cuando toma la llamada.

Puedo ver que su expresión se endurece cuando oye lo que dicen del otro lado de la línea, y entonces cierra los ojos, suspirando lentamente con malestar.

—Bien —responde al cabo de unos segundos y entonces cuelga la llamada y me observa en silencio.

Noto que toma mi camisa y me ayuda a ponérmela, abotonando mis botones. Yo dejo que lo haga, un tanto confundida por su cambio de actitud.

Hades vuelve a verse cansado. No dice nada, y su rostro es serio mientras me contempla.

Me siento avergonzada cuando él me aparta de su cuerpo, y tengo ganas de llorar por el hecho de que se tenga que ir luego de dejarme así. Caliente.

—¿Te vas? —inquiero poniéndome de pie.

—Sí —dice él, imitándome. Así que asiento con la cabeza.

Es la sensación más frustrante de la vida, pero no se lo voy a admitir. Todo mi ser suspira de frustración, pero levanto mi dignidad y me visto, para luego irme.

Me siento enojada a su vez, y decepcionada por ese hecho. Así que solo me voy enojada conmigo misma por ser tan... tan débil con solo su contacto. Supongo que eso es lo que esperan los chicos como él.

Una chica de turno con la que follar.



Advertencias para el público sensible: El Juego de Hades es una novela +21 que contiene temas delicados como sexo explícito, lenguaje vulgar, ilícitos, violencia, etc.

Es una novela ficticia en la cual NO se GLORIFICAN, ENALTECEN, MINIMIZAN o INCITAN a cometer ilícitos. Todo ilícito que se encuentre en esta novela debe ser penado como tal.

Recuerden en todo momento que esto es FICCIÓN, por favor, sepan separarla de la REALIDAD.

Capítulo dedicado a fatima_ay22 ¡Gracias por leer belleza!

Si quieren dedicatorias de capítulos las pueden pedir a IG.

¡AAAH!

Ya empecé a promocionar EJDH ¡Yei! Así que con suerte van a aumentar las lecturas. De igual modo, quiero de verdad agradecer a todas esas personitas que estuvieron desde el primer momento, apoyando el nacimiento de este libro. Me hace mucha ilusión y la verdad es el mejor regalo.

¡AHORA YES!

Mmmm, creo que estamos acostumbrados a otro tipo de protagonista más combativa como por ejemplo Bianca, o menos sensible. Sin embargo GIGI me cuesta un poco porque ella es por un lado un tanto combativa pero a la misma vez es una chica sensible, con casi nula experiencia en la vida y menos aún en el sexo (que va a haber mucho en esta novela jeje)

Después me preguntaron mucho cada cuanto actualizo, y es más o menos cada día o cada dos días, al menos un capítulo. Jajaja Este es mi proyecto de verano y tal vez (Y DIGO TAL VEZ) llegue a terminarlo en estas vacaciones.

¿QUÉ LES PARECIÓ EL CAP?

¿QUIÉN CREEN QUE ES EL PADRE DEL BABY? Disque la respuesta es fuerte y por eso Hades se puso como se puso. (Inserte teoría conspiranoica) Hay varias opciones. Alguien que ya conocemos o alguien por conocer. *Inserte carita pornosa*. 

¿QUÉ OPINAN DE AARON?

¿DE HADES?

¿DE ALEX?

¿DE GIGI?

¡FELIZ NAVIDAD BELLEZAS!

Un beso desde el infierno de Hades,

La autora

Sabrina Micaela

Continue Reading

You'll Also Like

202K 9.9K 54
"𝙀𝙡 𝙖𝙢𝙤𝙧 𝙣𝙪𝙣𝙘𝙖 𝙢𝙪𝙚𝙧𝙚 𝙮 𝙡𝙖 𝙫𝙚𝙧𝙙𝙖𝙙 𝙩𝙞𝙚𝙣𝙚 𝙧𝙖𝙯ó𝙣 𝙥𝙤𝙧 𝙦𝙪𝙚 𝙙𝙚𝙟𝙖𝙣 𝙪𝙣𝙖 𝙝𝙪𝙚𝙡𝙡𝙖" "-𝙔 𝙖𝙡 𝙛𝙞𝙣𝙖𝙡 𝙚�...
123K 6.6K 55
¿Qué nos perdimos entre Martin y Juanjo cuando no había cámaras? Basándome en cosas reales, imagino momentos y conversaciones que pudieron ocurrir. L...
3.6M 158K 128
Ella está completamente rota. Yo tengo la manía de querer repararlo todo. Ella es un perfecto desastre. Yo trato de estar planificada. Mi manía e...
147K 6.6K 68
tus amigos llevaron a un amigo a tu casa desde ahi se conocen y pasar de los dias se van gustando