El hombre junto a la cama no respondió, se inclinó ligeramente y susurró: "Toma tu medicina".
"He comido ......" Qin Zhou se resistió un poco, sin querer realmente tomar la medicina, y se encogió bajo las mantas.
Había un dolor agudo en su cabeza, Qin Zhou seguía pasándolo mal, enterrando la cabeza bajo las sábanas y cerrando los ojos, dispuesto a volver a dormir.
He Yang no se marchó, las yemas de sus dedos se acercaron y tiraron ligeramente de la colcha hacia abajo, las yemas de sus dedos se rozaron con el lado de la cara de Qin Zhou.
"Yanyan". He Yang frunció el ceño y aumentó ligeramente su tono: "Toma tu medicina".
Qin Zhou sintió un ligero cosquilleo por el contacto: "No me toques".
Qin Zhou ya no tenía energía para pensar si esto era un sueño o la realidad, sólo se sentía incómodo en todo su cuerpo.
He Yang seguía al lado de la cama y volvió a preguntar: "¿Quieres comer algo entonces?".
"No." Qin Zhou sacudió la cabeza y dijo con voz apagada: "Sal tú".
La voz de Qin Zhou aún sonaba un poco apagada.
He Yang miró al joven en la cama por un momento, pero finalmente se levantó.
Qin Zhou oyó pasos y pensó que He Yang se había ido.
Sin embargo, He Yang no tardó mucho en volver.
He Yang, vertió agua caliente: "Toma tu medicina primero".
La persona que estaba en la cama no respondió, tenía los ojos cerrados como si estuviera dormida.
He Yang gritó de nuevo: "¿Yanyan?"
Qin Zhou estaba un poco molesto por los gritos, "No me molestas ......"
Qin Zhou estaba todavía muy cansado, e incluso su voz estaba sin aliento.
He Yang alargó la mano, aún sosteniendo ligeramente a la persona en la cama, cogió el vaso de agua y lo puso junto a la boca de Qin Zhou.
Qin Zhou no tuvo más remedio que tomar la medicina, y luego volvió a meterse debajo de la manta, de espaldas a He Yang.
He Yang se sentó en el borde de la cama y acarició el cuerpo de Qin Zhou a través de la manta.
Qin Zhou estaba muy callada cuando dormía, y su cuerpo estaba hecho un ovillo, como si estuviera inseguro.
Como un pequeño erizo.
Obviamente frágil como el infierno, pero aún así poniendo picos para protegerse de la gente que se acerca.
He Yang se quedó un rato junto a la cama, viendo cómo Qin Zhou se dormía, antes de levantarse.
Pero cuando He Yang estaba a punto de marcharse, oyó el sonido de un ligero movimiento detrás de él y se giró para ver que era Qin Zhou quien había quitado las mantas.
Qin Zhou había levantado la manta hasta la cintura, y la mitad superior de su cuerpo quedaba al descubierto, y parecía tener un poco de calor.
He Yang frunció el ceño, pero se acercó y volvió a colocar el edredón.
Qin Zhou estaba medio dormido, y después de notar el movimiento del hombre, se levantó aturdido y trató de levantar las mantas, "Caliente ......"
"Vas a cojer un resfriado". La actitud de He Yang fue dura, empujando las dos manos de Qin Zhou en la colcha.
Qin Zhou todavía estaba un poco incómodo y dijo: "Estaré bien después de una siesta ......"
He Yang no hizo ningún ruido, así que se limitó a tumbarse y a sujetar a Qin Zhou con fuerza a través del edredón, sin permitir que la otra parte se moviera.
Qin Zhou estaba envuelto en la manta, caliente y congestionado, "Caliente ......"
He Yang suspiró ligeramente, "Realmente ...... no puede ni siquiera cuidar de tí mismo".
Un pequeño y frágil erizo.
He Yang bajó la cabeza y puso una mano en la espalda de Qin Zhou y la acarició suavemente.
Qin Zhou también se calmó gradualmente, y su respiración se volvió tranquila.
Pero a los pocos minutos, Qin Zhou comenzó a dar vueltas en la cama.
Qin Zhou movió su cuerpo bajo la manta y dijo en voz alta: "Suéltalo, quiero salir ......"
"¿Qué pasa?"
Qin Zhou dijo con voz apagada: "Quiero comer algo".
Ni siquiera había comido nada durante la noche, y ahora, de repente, tenía un poco de hambre.
He Yang preguntó: "¿Comer qué?"
Qin Zhou abrió los ojos y miró al hombre que tenía delante.
La habitación seguía en penumbra, pero una vez que sus ojos se adaptaron a la oscuridad, apenas pudo ver al hombre que tenía delante a la luz de la luna fuera de la ventana.
Qin Zhou lo pensó y de repente tuvo un poco de antojo de fruta, así que le respondió: "Fresas".
"¿Dónde está la fresa?" He Yang frunció el ceño.
Qin Zhou dijo tercamente: "Quiero fresas".
"No."
"Las uvas también están disponibles ......", la voz de Qin Zhou se suavizó.
"Tampoco". He Yang tocó la parte posterior de la cabeza de Qin Zhou y dijo suavemente: "¿Quieres beber gachas primero?"
La persona en sus brazos no respondió.
Cuando He Yang miró hacia abajo, vio que Qin Zhou se había quedado dormido con los ojos cerrados.
Cuando Qin Zhou se despertó de nuevo, ya era el día siguiente.
Qin Zhou seguía un poco confundido y miró a su alrededor, pero no vio a He Yang.
Qin Zhou volvió a mirar la mesita de noche, pero tampoco había ningún vaso de agua en ella.
Pero el director seguía en la habitación y, al ver que Qin Zhou se había despertado, se apresuró a decir: "¿Estás mejor? ¿Hay alguna molestia?"
El agente tomó la temperatura de Qin Zhou y dejó escapar un suspiro de alivio: "Afortunadamente, la fiebre ha bajado".
Qin Zhou se sentó en la cama y preguntó de repente: "Hermano Fan, ¿vino alguien a mi habitación anoche?".
El agente respondió: "Nadie".
"¿Nadie?" Qin Zhou estaba aún más desconcertado.
Pero había visto claramente a He Yang la noche anterior ......
¿O lo de anoche fue un sueño?
"Nadie". El corredor negó con la cabeza y volvió a obviar el tema, diciendo: "No seas fuerte la próxima vez que estés enfermo".
"Vale, la próxima vez prestaré atención". Qin Zhou asintió con la cabeza y dejó de preguntar por la noche anterior.
Ayer tenía fiebre, su mente no estaba clara y tomó el sueño como realidad.
Qin Zhou se levantó de la cama y fue a cambiarse de ropa, se maquilló y se preparó para el tercer día de grabación.
El tercer día, el equipo del programa encomendó una nueva tarea, que consistía en que dos invitados se encargaran de la comida.
El resultado de la lotería resultó ser el tercer grupo.
Así que Qin Zhou y Pei discutieron originalmente la receta, y Qin Zhou también fue a pedir la opinión de los otros invitados y anotó las preferencias de todos.
Tras decidir la receta, Qin Zhou y Pei Yuan fueron juntos al mercado y se prepararon para comprar los ingredientes.
Las patatas eran baratas en Holanda, así que Qin Zhou compró bastantes.
Cuando Qin Zhou eligió los ingredientes y se disponía a ir a la caja, miró de repente una pequeña figura no muy lejana y se detuvo en seco.
No muy lejos, una mujer de mediana edad vestida de criada llevaba una correa y un gran perro la seguía.
El gran perro de pelo blanco y negro siguió obedientemente a la criada, y su cola se movía de un lado a otro tras ella.
Qin Zhou miró al gran perro y se congeló un poco.
Ese gran perro, parecía Kiki.
Pero todos los perros de Alaska se parecían, así que Qin Zhou retiró los ojos y siguió con la caja.
Tras la compra, los dos volvieron al restaurante.
Todavía faltaba tiempo para el almuerzo, así que Qin Zhou se puso el delantal y fue a la cocina, donde también estaba Pei Yuan.
El almuerzo debía hacerse para siete personas en total, seis invitados y un anfitrión.
Qin Zhou sacó su teléfono, miró la nota y dijo: "El profesor Li no come guindillas, el hermano Wang no come pimientos y la hermana Xiang Xiang quiere patatas fritas ......"
Pei Yuan asintió y lo anotó.
Cuando Qin Zhou terminó de leerlo, de repente pensó en algo más y añadió: "El maestro Pei no come cebollas".
Cuando Pei Yuan escuchó esto, todavía se sorprendió un poco y levantó la vista.
Qin Zhou se apresuró a explicar: "Me gusta mucho el trabajo del señor Pei, y cuando leí la entrevista del señor Pei antes, el señor Pei dijo que no comía cebollas".
Pei Yuan sonrió y asintió: "Es cierto que no como mucho".
Los dos se ocuparon en la cocina, preparando el almuerzo.
El equipo terminó de filmar las tomas de la comida de los invitados y para cuando ésta terminó, los invitados tuvieron un descanso de dos horas.
El camarógrafo apagó los focos y el director se apresuró a decir: "¡Buen trabajo, profesores! Esta es una pequeña muestra de agradecimiento del equipo del programa".
Junto a ellos, un miembro del personal empujó un pequeño carro de comida para dar a los invitados el postre después de la comida.
Qin Zhou lo cogió y descubrió que era una ensalada de frutas.
Y en la ensalada de frutas, había fresas y uvas.
Después de la pausa de la tarde, tocaba seguir trabajando a tiempo parcial.
Qin Zhou todavía hizo más de diez pasteles de huevo.
Pero las tartas de huevo no iban muy bien, así que sólo la niña de la casa del vecino venía a ocuparse del negocio.
Por el contrario, el segundo grupo de invitados estaba haciendo un buen negocio, vendiendo bebidas de zumo de frutas.
A las cuatro de la tarde, el segundo grupo de invitados había terminado de vender todas las bebidas.
"¡Hemos terminado de vender!" La invitada del segundo grupo hizo un gesto con la mano hacia el lado de Pei Yuan: "¡Vamos señor Pei y Xiao Zhou!"
Pei Yuan miró el puesto de bebidas del segundo grupo y volvió a decir hacia Qin Zhou: "No podemos vender pasteles de huevo mañana".
Qin Zhou asintió.
Pei Yuan preguntó: "¿Sabes hacer dumplings? ¿Pruebas las bolas de masa hervida?"
"Lo haré". Qin Zhou respondió por lo bajo.
"Entonces trata de ver la venta de dumplings mañana". Pei Yuan habló.
Y justo cuando los dos estaban hablando, una mujer de mediana edad pasó por aquí y se dirigió hacia los dos.
Qin Zhou miró a la mujer y la reconoció como la criada que había conocido en el mercado por la mañana, pero ahora la otra mujer ya no tenía el perro grande con ella, así que no debía haberlo sacado.
Y la criada preguntó: "¿Puedo comprar esto?"
Pei Yuan ha dado un precio.
La criada: "Todos ellos".
Qin Zhou se sorprendió un poco y ayudó a empaquetar el pastel de huevo y dijo apresuradamente: "Gracias".
La criada cogió los pasteles de huevo y se fue.
Qin Zhou no esperaba poder vender el resto de los pasteles de huevo, así que pudo cerrar el puesto por ese día.
Así que al día siguiente, Qin Zhou todavía había hecho unos cuantos pasteles de huevo, mientras que Pei Yuan había envuelto las albóndigas.
Pero el negocio de los dos seguía siendo pésimo, no era tan bueno como el del segundo grupo que vendía bebidas.
Los invitados de honor del segundo grupo terminaron de vender bebidas antes de tiempo y cuando volvieron del trabajo, les dijeron a los dos: "¡Profesor Pei y Xiaozhou, no vendan, vendan bebidas con nosotros!"
Qin Zhou estaba realmente conmovido, después de todo, ya era verano y era adecuado para vender bebidas frías.
Y justo cuando Qin Zhou estaba a punto de decirle algo a Pei Yuan, vio que la criada de ayer se acercaba de nuevo.
Esta vez la criada llevaba una correa, seguida de un gran perro blanco y negro.
El gran perro estaba en cuclillas junto a la criada, y Qin Zhou no pudo evitar mirar al gran perro.
Este perro de Alaska ...... era exactamente igual a Kiki.
La criada dijo hacia los dos: "Damelos todos".
"De acuerdo". Qin Zhou asintió y ayudó a empaquetar las tortitas de huevo.
La criada lo cogió y volvió a preguntar: "¿Hay más tortitas de huevo?".
Qin Zhou: "Sí, puedo hacerlos ahora".
La criada dijo: "Dos más".
Qin Zhou respondió y se dio la vuelta para volver al comedor, dispuesto a ir a hacer los pasteles de huevo.
Qin Zhou fue a la cocina y sacó los huevos.
Pero justo cuando Qin Zhou estaba a mitad de camino, notó de repente un toque de pelusa en el lado de su pierna.
Qin Zhou miró hacia abajo y vio que era el gran perro que se acercaba.
El gran perro aún tenía la correa en la boca y arqueó la cabeza sobre la rodilla de Qin Zhou, intentando pasarle la correa.
Qin Zhou tapó el micrófono, se inclinó ligeramente y gritó en voz baja: "¿Kiki?"
El gran perro movió la cola ante Qin Zhou.
Qin Zhou sonrió y acarició la cabeza del gran perro.
Era Kiki.