-Harry
Lauren chasqueo sus dedos para que el volviera a la realidad. El chico de los ojos verdes estaba totalmente perdido por aquella mirada que le dio el chico de los ojos azules, aquella mirada lo dejó paralizado. Su mejor amiga lo miro extrañada, ¿qué estaba pasando con su amigo?
-Hmm... -Lauren musito, siguió la mirada de Harry para entender mejor que era esa cosa que tanto lo hacía comportarse de esa manera. Sus ojos se posaron a la nada, la única cosa que había era algunas gotas que ya habían manchado el suelo. Una sonrisa se posó en su rostro- Así que -miro a Harry como si empezará un juego- ¿Tengo que hacer el papel de casamentera?
Harry la miro confundido, pero ella parecía feliz por aquella mirada haciendo que el sonriera.
-Lauren -Harry se levantó del banco y se puso frente a ella- Vámonos de aquí.
- ¿Porque? Si aquí es la vida -dijo, recostándose en la banca y poniendo sus manos detrás de su cuello.
-Lauren, tenemos que irnos
-Está bien, está bien
Lauren se levantó y camino para estar al costado de la puerta donde esperaba a Harry. Ella miro como su amigo se acercaba aun confundido. Las cosas andaban algo raras estos últimos días, aparte de aquel accidental beso que Lauren le dio a Marcos, fue la reacción que tubo Camila al verlos. Era un momento muy incómodo en ese entonces. Lauren suspiro al recordar ese día, aún no sabe cómo Camila reaccionaria si la ve de nuevo.
-Lauren -Harry la despertó cuando se estaba aproximándose- ¿vas a mi casa?
-No, tengo mucho trabajo que hacer.
-Hmmn, ya veo.
Ambos salieron de allí dirigiéndose a donde antes era el partido. Todo estaba inundado de nuevo en gritos al ver jugar a los nuevos equipos, los chicos corrían quitándose la pelota.
-Lauren ¿dónde viste a mi hermana la última vez?
-Aquí -apunto detrás de las gradas.
Ambos caminaron hasta el lugar donde. Lauren indicó.
Harry se maldecía internamente por abre dejado a su hermana sola con su "novio" y por estar contemplando aquel hermoso chico, con ojos totalmente azules que tocaban tu alma, aquella mirada sería le gustó mucho, haciendo que dentro de Harry existiera era una masiva combinación de sentimientos.
AMBOS SE DETUVIERON cuando llegaron, suspiro al no encontrarla, Bryan sólo la quería por una noche, y Harry no quería ser pañuelo de lágrimas para su hermana.
Su mamá no estaba, para Harry mujeres con mujeres se entienden a la perfección, mientras que varones con otros varones es igual, se entienden, él no sabía cómo calmar el corazón roto de una chica.
-Harry - dijo Lauren.
- ¿Si?
Lauren miro a Harry, rezando a sus adentros para que no se enoje por lo que ella le diría.
-Hmmm... Tengo que ir a casa ahora.
Harry respiro hondo y despidió a Lauren con un choque mejilla y mejilla. Camino, alejándose de ñas gradas p
ara ir a la puerta hecha de mallas para salir del partido.
"Pobre, espero que no reaccione mal y que se calme, nunca en mi corta vida vi a Harry muy molesto" negó con la cabeza, su mejor amigo era muy protector cuando se trataba de malas personas.
Cuando llegó a la pequeña puerta saco su celular Samsung y empezó a marcar el número de Camila.
-Camila, ten listo todas las cosas. Ya estoy en camino.
-¡¿vendrás a esta hora?!
-No, iré a tu casa a las 5 de la tarde, tengo cosas que hacer.
-Okay, espero que llegues y me ayudes -un suspiro se escuchó en la línea.
-Lo haré no te preocupes.
-Está bien. Me tengo que ir, mi papá está subiendo.
-Ten mucho cuidado. Bye.
Lauren colgó y camino por la acera hasta llegar a la parada del autobús.
Hasta ahora ella no lograba entender el porqué la sociedad hasta ahora no aceptan el matrimonio gay. Es algo normal, es similar a una pareja hetero. Ya hicieron marchas, alguna de ella como si fuesen la segunda guerra, mundial, pero aun así el gobierno y la Iglesia aún se niegan a esa preferencia sexual.
Lauren se puso los audífonos para matar un poco el tiempo. Se sentó en la banca esperando a que el bus indicado parara.
-Hola jovencita - dijo una señora con el cabello muy gris, un vestido gastado hasta la rodilla con un estampado de flores y un sombrero de jardinero. Llevaba consigo muchas bolsas. Lauren se quitó los audífonos- ¿me ayudarías por favor?
-Claro - sonrió a la señora y agarró sus bolsas para que ella se sentara en la banca.
Puso sus bolsas en la banca, al costado de la señora. Se veía muy amable y frágil.
La señora la sonrió.
-Muchas gracias. Me sorprende que jóvenes como tú aún sigan existiendo.
Lauren sólo le limitó a sonreír, no entendía de lo que ella estaba diciendo.
-Muchos de ellos -empezó a decir- se limitan a sólo mirarme, algunos a reírse de mi atuendo o mi cabello, pero ninguno a ayudarme. Las cosas para una persona como yo, a esta edad muy gastada, es muy complicado.
Lauren se encogió de hombros.
-Y tú, mi niña ¿a dónde vas?
-A casa.
Lauren estaba preocupada por Camila, pedía en su mente que su padre no la haga nada.
-¿Escapaste?
-No, sólo fui a ver a un amigo en un partido de fútbol.
-Oh, ya veo.
Lauren se tomó unos minutos para estudiar a la señora. Tenía algunas manchas en las muñecas, su nariz estaba un poco gastada, tenía el color de la piel muy Blanca, tan Blanca como la nieve. Vio sus ojos y eran de color almendra, sus labios muy finos y algunas venas se notaban en su frente.
Para algunas personas será un desastre en el sentido de la moda, pero para ella era perfección al 100%.
-Usted - dijo Lauren- ¿alguna vez fumó?
Algunas personas pensarán que ella se había ofendido mucho por la pregunta. Pero, no, le sonrió aún más, mostrando unos desgastados dientes.
-Si -confesó.
-¿Cuándo empezó a fumar?
La señora río un poco.
-A los 17 años. -la señora la miro algo cansada- Fue mi novio quien me introdujo a esas cosas -¿A esas cosas? Se preguntó Lauren- En las discotecas siempre estaba con mi novio, tomaba mucho alcohol y fumaba, no me cansaba de hacer eso, porque para mira era divertido. Hasta que un día uno de sus amigos llevó droga, todos nos sorprendimos por aquella habilidad que tenía al hacer entrar droga en una discoteca. La empezamos a consumir, candados del cigarrillo y el alcohol, me gustó tanto hasta que se volvió mi vicio, un sostén para mi vida. Llevaba drogas a mi habitación y las escondida debajo de la cama, cuando mi mamá desaparecía de la casa, para mí era un momento perfecto para hacerlo.
Lauren se sorprendió mucho, aquella señora que estaba sentada a su costado tenía una historia muy interesante.
-¿Su madre alguna vez se dio cuéntame de que usted consumía drogas?
-Sí, cuando ya me estaba volviendo más agresiva con ella. Mi vida era un desorden, drogas, alcohol, cigarrillos, muchas fiestas y sexo con algunos desconocidos por más drogas -la señora miro a Lauren- fue mi madre quien me sacó de las garras de la adicción.
-La llevaron a Rehabilitación.
La viejecita asintió ante su comentario, y sonrió.
-Las cosas no fueron fáciles.
El sonido chillante del bus cuando se detiene les saco de aquella agradable conversación.
-¿Me ayudarías? -Dijo, apuntando las bolsas.
- claro-Lauren sonrió.
La viejecita se levantó y se acercó al bus mientras que Lauren tomaba las bolsas y los llevaba, quedándose en la puerta del bus, esperando a que la señora subiera las escaleras con algo de dificultad.
- ¿La ayudó? -Dijo un chico de ojos azules y cabello rubio muy lacio.
-Si, Por favor.
El chico la tomo de la mano, haciendo que la viejecita lo usar como soporte, haciendo que subiera al bus con facilidad.
-Gracias -dijo cuando entro completamente al bus.
Lauren sonrió al ver aquel gesto amable.
Ella subió adentrándose al bus, buscando en los asientos a la viejecita que antes estaba con ella en el paradero. El chico sonrió al ver que ella no encontraba a la señora.
-Hija - llamó la señora a Lauren- aquí estoy- dijo, sentada en un lugar cerca de la puerta de salida.
Lauren se acercó y se sentó junto a ella, dejando sus bolsas en el suelo. Lauren se preocupaba de que las bolsas no se cayeran.
-El muchacho que me ayudó es muy guapo -dijo la viejecita, haciendo que Lauren levantara la cabeza.
Sé dio cuenta que aquellos ojos estaban sobre ella con una peculiar sonrisa.
-Es muy guapo - respondió- pero no es mi tipo.
-Deberías darle una oportunidad.
Lauren miro al chico con seriedad, ella no quería saber de novios, no le interesaba para nada.
El chico de los ojos azules le echaba un vistazo de vez en cuando haciendo que Lauren levantara una ceja desinteresada.
-Me recuerdas mucho a mí -comentó la viejecita. Lauren la miro desconcertada- yo era una chica muy fría. La verdad no me interesaba todo lo que era color pastel, era muy dura con lis compañeros, hasta que algunos de ellos se escondida cuando me veía pasar.
Lauren analizó un poco. En conclusión ¿ella era una niña mal?
-¿La tenían mucho miedo por su personalidad fría?
-Sí. Hasta que conocí a un chico como el -apunto al chico rubio de ojos azules- era el hijo de una familia muy recta y culta, su familia decía que yo era un desastre andante, que posiblemente era la hija de Drácula.
- ¿Se ofendió?
-No, porque esos comentarios eran los típicos comentarios que escuchaba en los pasillos de mi escuela.
- ¿Y en donde estudiaba?
-En las Américas....
-Espere. ¡¿Estudio en una escuela que fue un fiasco?!
-Sí, pero antes no lo era. Cuando yo ya salí de esa escuela entró un nuevo director, Marcó Versalles, era una porquería.
-Se dijo que en esa escuela hubo muchas protestas, la mayoría de ellas siempre terminaba mal. Y todo porque se rumoreaba que había algunos abusos sexuales de parte de los profesores a las alumnas.
La viejecita se sorprendió.
- ¿Cómo sabes eso?
- Mi tía fue una de ellas, hasta ahora quiere sacar una denuncia pero no la dejan.
- Porque ya pasó mucho tiempo.
El bus se detuvo haciendo que más pasajeros subiesen. Sólo falta 5 cuadras y llegaba a su casa.
El chico se acercó a la puerta de salida, donde esperaría a los pasajeros salir.
-Tu cabello es. ¿Negro?
- Si -sonrió.
La campa sonó, avisando a los pasajeros que bajarán.
-¿Es tu parada?
-Sí, fue un gusto conocerla.
-Igual.
Lauren se acercó a la puerta de salida dejando las monedas respectivas al chico, y salió del autobús, empezando a caminar hasta su casa.
"Camila, Dios mío, espero que tu padre no te haya hecho nada"
Un niño pasó por su lado corriendo detrás de su pelota. Lo miro y siguió caminado.
El niño estaba jugando con su grupo de amigos que estaban mirando como corría detrás del balón.
-Que idiota -dijo uno de ellos.
Haciendo que todos explotaran en carcajadas.
Lauren ignoro el comentario y siguió caminando. Se aproximó a la puerta sacando las llaves.
-Hola Lauren -dijo un niño de cabello Castaño.
-Hola Marcó ¿que se te ofrece?
Insertó la llave en la cerradura, dándole vueltas para que la puerta se habrá.
-Hmm nada -empezó a jugar con sus pies- Sólo... -Le extendió una flor algo marchita. La puerta se abrió. Lauren miro al niño con la flor- es para ti.
Lauren la cogió.
-Es muy bonita.
Marco sonrió, rojo de la vergüenza y corrió. Lauren río y entró a casa.
-Llegué -grito.
Su padre salió de la cocina y le dio un abrazo como saludo. Lauren le devolví el gesto con una sonrisa nerviosa, sólo le dio unas palmaditas en la espalda.
-Papá -dijo Lauren, haciendo que el señor dejará de abrazarla.
-Lo lamento. Te extrañe mucho.
-Yo también Papá -Lauren dejó su bolso color marrón algo gastado en el sofá- ¿Qué tal Pakistán? ¿Fue divertido?
-La verdad... -El señor se sobo la nuca- no, no entendi nada de lo que decían pero al final cuando sólo nos quedaba a mí y a mi equipo 4 días para irnos llega un traductor -Lauren miro a su padre asombrada- pero no de los buenos.
Lauren soltó una risita.
-Al menos tomaste fotos ¿no?
-Bueno...
-Papá.
Su padre asintió con una sonrisa.
Le alegraba mucho que su padre estuviese de nuevo con ella, él era su más grande amigo.
- ¿Y Harry?
Lauren puso sus manos en su cadera.
- ¿Porque?
-Lo extrañe también, él es para mí como hijo más.
-Antes lo odiabas ¿cuándo fue ese valioso día papá?
Su padre río.
-Okay -levanto las manos- no me digas - y se fue de nuevo a la cocina.
Lauren río. Su padre era la persona más importante en su vida.
Saco su celular de su bolsillo y marcó, quería saber cómo estaba Harry.
-Hola... -La voz de Harry se escuchaba en la línea.
- ¿Ya encontraste a tu hermana?
-No. Lauren, tengo miedo, algo le habrá pasado ¡Dios! No sé qué hacer, tal vez llame a la policía...
- ¡No seas patético Harry! ¡Cálmate! -Harry suspiro en la línea- La vas a encontrar.
- Eso espero...
- ¡Oye! ¿Porque no llamas al celular de tu hermana?
La línea se quedó en completo silencio, no se podía escuchar nada más que el viento chocar con el celular de Harry.
- Te llamó más tarde -dijo y colgó.
Lauren guardo su celular en su bolsillo.
-Papá iré a mi cuarto -agarro du bolso y camino a las escaleras.
Su padre salió con chocolate en su mejilla chupando una fresa.
- ¿Tu madre?
-No lo sé -se detuvo en un escalón- Pero, de seguro estará esperándote en la casa de la abuela.
Su padre hizo gesto de asco, quedándose paralizado.
-Nunca debí preguntar.
Lauren subo a su cuarto como si eso nunca paso, Borrando toda la conversación de su memoria.
Abrió la puerta, la cerró, se quitó los zapatos y se lanzó a la cama.
Se sentía cansada, pero tenía mucha tarea que hacer y un video que avanzar, y, sólo le quedaba 2 horas. Se sentó en su cama. No sabía con cuál materias empezar, apretó sus labios y pensó en el más fácil, Historia.
Saco sus libros y empezó a estudiar, tenía que hacer un informe sobre la II guerra mundial. Cosa fácil.
Se puso los auriculares y empezó a sonar Stay With Me de Sam Smith, aparte de ser una canción relajante era la única que le ayudaba a concentrarse en las materias.
Los minutos pasaban y sólo avanzó 2 tareas, la de Historia y Matemáticas (aunque algunos ejercicios estaban mal hechos).
Cerró su libro de Ciencias Sociales y se alistó para ir a casa de Camila.
-Lauren -la voz de su padre llamándola la dejó en desconcierto- Lauren -dijo por última vez, subiendo las escaleras.
-Ya voy.
Puso su cámara en su mochila, y algunos cuadernos. Los pasos de su padre se hacían más audibles. Lauren se puso sus zapatos y salió de su cuarto algo desconcentrada hasta chocar con su padre que estaba parado con los brazos cruzados.
-Lauren -dijo lo más serio posible- ¿a dónde vas?
-Hmm... -Lauren sujeto el dije que estaba colgando de su collar- a la casa de Camila.
El levantó una ceja.
Su padre ya sabía que Lauren le gustaba Camila, pero, igual la amaba a su hija.
- ¿Para qué?
- ¡Papá! ¡Vamos! ¿Enserio?
Su padre río.
-Okay, pero no regreses tarde o voy a recogerte.
Lauren sonrió.
-Okay -lo abrazo- te amo. Bye.
Y salió lo más rápido de su casa. Ya se hacía tarde, así que llamó a un taxi