𝙐𝙣𝙙𝙚𝙧 𝙋𝙧𝙚𝙨𝙨𝙪𝙧𝙚...

By BananaLivie

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Estar bajo presión siempre fue mi forma de vida, la Universidad, la boda, el lazo, la relación con mi Omega... More

Aslan Golzine
Conferencia y encuentro con la libertad
Eiji Okumura
Fecha importante olvidada.
Olvido num. 2
Futuro
Prioridades
Enojo y sabor a libertad.
Cercanía y...
Compañía inesperada
Rumores
Desastre

Quebrandose

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By BananaLivie

El silencio reina entre ambos, están sentados en el pasto de un parque muy solitario.

Después de todo lo que Eiji vió le llamó al Alfa y le citó urgentemente en un lugar tranquilo, tenían que hablar.

Pero desde hace buen rato se encuentran en silencio, de vez en cuando se miran sin atreverse a romper aquella tensión.

Al rubio no le interesa estar manchando su traje beige con la tierra, se encuentra muy ocupado tallando sus manos entre sí por los nervios. La mirada del Omega está quebrada y llorosa, ya no le rodea esa energía de tranquilidad y amor, todo es ruido gris y dolor. Traición. Claro que sabe que se enteró. Está ahí sentado sin decir nada, su figura es dolorosamente bella.

Mientras tanto el castaño acaricia el pasto aunque esto le genere cosquillas e impregne un aroma peculiar a sus dedos. No sabe qué decir o comoo comenzar, esto que le hace duele tanto. El Alfa baja la mirada, luce horriblemente apenado, sus ojos verdes que tanto le gustan están llenos de preocupación y culpa.

Tiene que tomar aire para contener un poco más de tiempo las lágrimas, pues necesita comenzar aunque no lo deseé.

– Realmente... confíe en ti. – lo hace aún con el dolor. No le importa que su voz tiemble. – Confíe tanto en ti después de todo lo horrible que me pasó. – limpia sus lagrimas sin detenerse. – Y sé que sabes a lo que me refiero. Me bastaron simples clicks para encontrar todas tus mentiras. ¿Cómo puedes mentirme así? ¿Después de todo lo que pasamos? ¿Era tan difícil decírmelo? O te gusta engañarnos a ambos. ¿Eso es? No te importan nuestros sentimientos, sólo piensas en ti. – tapa su rostro con ambas manos vibrantes por su llanto. – Y lo peor es que te sigo amando, que te sigo adorando, que algo muy dentro de mi ruega porque esto sea falso, que hayas terminado con el desde que nos vemos, detesto ser tan egoísta. – se abraza a si mismo.

Unos brazos se acercan a el lentamente, se siente culpable por dejarse abrazar. Incluso lo avienta las primeras veces, pero mentiría, necesita ser abrazado. No ayuda para nada que el aroma a Café lo tranquilice tanto. Piensa que el parque huele muy bien y le encanta, mas llora con más fuerza cuando se da cuenta que el olor a Petricor viene del Alfa que le envuelve.

– ¿Por qué me haces esto? – pregunta cuando se tranquiliza un poco.

– No sé como explicarte... No tengo palabras para excusar algo tan vil de mi parte. – limpia el par de lagrimas que caen de sus ojos bajo la mirada del nipón. – No voy a excusarme, no voy a ponerme peros, Eiji. No merezco tu perdón y aún así te lo pido. Perdóname, lo lamento como no imaginas... intente decírtelo varias veces, por eso quería hablar contigo. – tapa su rostro al sentir a su Alfa interno lloriquear y tirarse al piso, le dijo que fuera honesto y por su culpa están de esta manera.

No evita tomar el rostro del rubio y acariciar su mandíbula, hay una extraña energía que lo atrae hacia el.

Su omega le repite que esto era para lo que se preparaban, que deben tomarse un tiempo para asimilar las cosas, que pueden superar aquello si lo trabajan. Pero deben tomar distancia, debe darse su lugar y aclararle las cosas sin lastimarlo más. Puede ver que para el Alfa tampoco fue fácil, lo dejará hablar y escuchara para después pensarlo con calma.

Acaricia las hebras doradas entre sus dedos anhelantes, su corazón late fuerte con siquiera mirarle. Lo adora tanto, como nunca había adorado a un hombre.

–¿Serás honesto conmigo? A partir de ahora. – mira las orbes jades, hay mucha confusión dentro de ellas.

– Yo no he estado con Yut desde que estoy contigo... ammm, no lo sé. ¿Debería iniciar por el comienzo? – divaga entre pensamientos, la cabeza le pesa. Así que lo hace, le contará todo. – Yut y yo estamos comprometidos por presión, se podría decir que es un matrimonio arreglado, a medias... desde hace años somos pareja, nos conocimos en la escuela y por alguna razón, yo comencé a protegerlo de los demás, era un Omega muy frágil y le molestaban, así comenzó todo. De verdad creí estar enamorado, yo de verdad lo adoro... nuestras familias al conocerse decidieron comprometernos, pero mi padre parece adelantar la fecha, presiona para que sea más pronto. No sé cuál es su prisa, sólo presiona, en toda cuestión. Yo ni siquiera quería estudiar política, ni siquiera quería esto para mi. Yut me convenció de hacerlo, dijo que estaba bien hacerles caso, que ya tendría tiempo libre y podría pintar. – encoje los hombros afligido, no puede creer a dónde llegó. – Creí que todo iba por el rumbo que debería, hasta que te conocí... sentí una enorme atracción por ti desde el momento uno en que te miré, cada vez que hablábamos me gustabas más. Y cuando logré estar contigo, ser más apegado y probar lo que era tu amor, me dí cuenta. Nunca estuve enamorado, lo que siento es el triple a querer cuidarte, yo pido a la Luna cada noche poder estar contigo, despertar a tu lado durante toda mi vida, poder demostrar mi amor por ti todos los días de mi existencia... – respira un poco más y mira la expresión del nipón, está más calmado.

Su mirada le dice que continúe.

– No volví a tener nada con Yut, incluso le pedí que nos alejaramos porque no deseaba hacerles eso a ninguno de los dos. He estado totalmente apartado de el, los únicos momentos donde estamos juntos son en las preparaciones para el matrimonio. Pensaba decirte esto y hacer algo para cancelar todo, claramente no pienso casarme. Sólo que no he logrado idear la forma en hablar esto, ni contigo, ni con Yut... temía perderte, que no quisieras  saber más de mi. Yo, yo sé que arruine mucha parte de lo que tenemos, y nunca voy a poder cambiarlo, pero si tu decides darme otra oportunidad, haré todo lo que pueda para recompensarte, mejoraré en todos los aspectos, te daré tiempo. Lo que necesites. – lo que menos quería era llegar a eso, estar llorando delante del Omega pelinegro, casi rogandole una oportunidad. Aún menos haberlo lastimado tanto con su desastre.

– Es bueno que seas consciente de tu error, que sepas que arruinaste lo que teníamos... no sé tus razones, Aslan. No conozco tu vida ni como debiste sentirte en todo esto, porque es claro que también sufres. Lamento no poder evitar eso, te adoro y me lastima que todo haya tenido que ser así. – intenta ser razonable y no tirarse en el piso a llorar, no perdonarlo inmediatamente, tiene ser claro y justo. – Y como no sé tu situación, ni tus razones para llegar a esto, no puedo juzgarte, no puedo más que hacerte saber lo tanto que me heriste y como esto arruino los hermoso que habíamos construido. Destruiste mi confianza... y eso será difícil de arreglar. Es tarde, regresaré a casa. – al levantarse fue seguido por el Alfa, este presentaba una mirada preocupada.

– Te llevo a casa, es tarde. – ofreció con voz constipada.

– No, gracias. Pediré un taxi. – no sabía como decirlo o explicarse, todo era muy doloroso, más quería poner limites y además ser honesto. – Aslan, te amo. Realmente lo hago. Necesito tiempo para procesar todo esto, y tu necesitas tiempo para arreglar tu vida. Si... hay condiciones para intentarlo de nuevo, lo hablaremos más adelante, pero no te aseguro nada. Gracias por lo que tuvimos, fue muy bello. Quitando esto, eres una gran persona, más allá de nuestra conexión, te ame por ser tú. Ojalá puedas sentirte mejor algún día. Adiós, Aslan. – lo último que se atrevió a hacer fue a acercarse y darle un último beso. Casto y seco, corto y doloroso. Se atrevió a acariciar el rostro con expresó lastimada, rodear sus brazos en el, para después irse sin mirar atrás.

Y vaya que le costó no mirar a atrás. Darse la vuelta e irse fue lo último que le acabo de romper el corazón.

Darle las buenas tardes al taxista que lo llevó fue difícil, pues no deseaba hablar, incluso no le siguió la platica la platica al Beta que conducía y pensaba que era un turista. Rato después lo entendió y guardo silencio.
Ni siquiera saludo a sus padres que lo invitaron a cenar, sólo corrió a encerrarse y hundirse en el llanto. A preguntarse porqué le ocurría esto, porqué cuando ya había encontrado al Alfa indicado este le hacía daño de nuevo.

Estaba tan cansado de que sus relaciones nunca resultasen bien, que la vida le repitiera que eso no era para el. Quizá iba siendo el momento de aceptarlo.

Porque era claro que perdonaba a Aslan, que quizá entendía sus razones y que creía que también le ama, pero no sabía sí el fuese capaz de cambiar su vida. No sabía si podría volver a confiar en el, no como antes. No sabía si era posible recobrar su relación y lo más importante, que Aslan hiciera algo para también poder hacerlo.

Estaba tan mal que se quedó dormido así.

Apretó el volante con dolor, le dolía la cabeza y estaba que colapsaba. Arruinó todo, tenía una hermosa relación con el Omega de su vida y lo hizo todo mal. Entendió ese último adiós, Eiji no volvería. Estaba terminando todo para siempre.

Por un lado admiraba tanto a Eiji por su madurez y valentía, porque manejo muy bien la situación, fue honesto y claro. El siempre tenía que ser tan bueno. Todo lo que nunca supo que quería.
Por otro lado era tan doloroso, nunca había tenido el corazón tan deshecho. Su lobo no dejaba de lloriquear, incluso le dió la espalda después de culparlo por "alejarlo de su omega a quien había esperado tanto".

Bajo de su auto para entrar a casa, quería darse una ducha y seguro no dormiría, tenía que pensar qué haría.
Que gran sorpresa fue encontrarse a Yut Lung en la sala. Lucía tenso y furioso.

– ¿Qué tienes que decir, querido? ¿Creías que no me iba a enterar? Seguro disfrutaste verme la cara de idiota todos estos meses, no? – pregunto serio, estaba que explotaba. – ¡Responde! O vas a pretender que no sabes nada, porque no me extrañaría. – espetó herido. Miles de cosas pasaban por su mente.

– Yut... iba a hablar contigo sobre esto, perdóname si tuviste que enterarte de una forma tan horrenda. Hay que sentarnos, ven. – intento dirigirse al sillón, más fue detenido con más gritos.

– Claro que querías un tiempo, ¿Nos íbamos a casar después de que te cansarás de tu aventura? ¿Por qué ese semblante, cariño? ¿Tú amante se enteró que estás prometido? O no, seguro ya lo sabía, debe ser alguien sin escrúpulos que lo único que le interesaba era revolcarse con el Alfa de otro, era obvio que por eso ni te me acercabas. – reclamó sin descanso con ojos llorosos, aguantado no dejar caer ni una lágrima.

– No hables de él, que no sabía nada. Yo soy el único que tiene la culpa, deja de discutir. Quiero hablar contigo, Yut. Déjame explicarte. – miro al Omega chino e intento acariciar sus brazos en forma de consuelo, más fue aventado en su lugar.

– No me toques, apestas a el. Es desagradable. – respiro rápido, lleno de asco. – ¿Explicarme qué? ¿Cómo te follabas a otro aún cuando estamos enlazados? Después de años juntos, de planes de bodas, de promesas estúpidas. – no podía ni siquiera bajar la voz, el pecho le ardía, su tonto omega lloriqueaba.

– No es como tu crees, Yut. Necesitamos hablar, por favor. Te adoro, no quiero que esto sea así, te estás haciendo más daño. – intento parar todo, más no pudo.

– Entonces... ¿ESTO QUÉ ES? – no aguanto más y tomó una libreta llena de anotaciones y unas cuantas cartas. No le importo que esta golpeara al rubio en el pecho. – ¿¡No es como yo creo!? ¿Qué es esto? ¿Parte de tu estúpido romance? ¿No sólo pudiste cogertelo, tenías que involucrarte sentimentalmente? ¡Eres un maldito! Un maldito y asqueroso Alfa. – sus mejillas estaban empapadas de lágrimas, se sentía tan ridículo e idiota.

– ¿Leíste mi libreta privada y las cartas? Basta de esto, vete. Si te vas a poner así, no estoy dispuesto a seguir hablando. Lo haremos estes más tranquilo. – levantó las cartas, volviendo a guardarlas en la libreta. Estaba molesto por ese atropello a su intimidad, sabe que hizo mal las cosas, pero esto era privado y muy valioso para el.

– Ja... no me digas que te enamoraste. – pensó en voz alta al mirar como recogía todo con cuidado y lo guardaba con recelo. – Aslan... ¿Te enamoraste de el? – preguntó ahora más serio, no, no, no.

– No hablaré de esto contigo, no nos corresponde tocar el tema. No quiero hacerte más daño, basta. – respondió afectado, no iba a discutir.

– No importa, quiero saberlo. Necesito saberlo, tiene mucho que ver con lo nuestro. – insistió sin salir del impacto.

– Sí, Yut. Estoy enamorado. – dijo finalmente cansado, sólo pedía irse a su habitación. Todo era un desastre. Aunque lo que recibió fue una bofetada que le hizo voltear a otro lado.

– Eres un desgraciado, esto lo vas a pagar en el infierno. – se marchó después de eso, su chofer le miró fijo por verlo llorar de esa forma, más fingió que no ocurría nada.

Repasaba en su cabeza todo lo que vió, todo lo que leyó en esos papeles. Su vida se cayó en segundos.

Llegó rápidamente a casa del rubio, no podía creer lo que le acaban de decir. No podía ser, Aslan no era así, su Aslan no era así.

Camino nervioso hasta la puerta, una sirvienta beta le abrió para después ser recibido por la madre Alfa del rubio, esta iba a de salida así que lo dejó con toda confianza.

La impaciencia le ganó y terminó subiendo a la habitación de su pareja, no sabía qué hacía, sólo actuaba por impulso.

Entrar a su habitación fue una experiencia que hace tiempo no tenía, había estado ahí los últimos años de su vida, había visto la maduración de esa habitación por el crecimiento de su habitante.

El aroma del Alfa impregnaba todo, siempre le gustó. El olor a Petricor le calmaba, era delicioso, aunque... otro olor le acompañaba en esta ocasión, uno ligero, dulce y fresco, ¿Manzanilla?

Se acerco rápidamente al sillón dónde vió un abrigo, parecía recién dejado, y sin pensarlo, lo acercó a su nariz... alejandolo inmediatamente. Apestaba a Manzanilla y Avellanas. Fue cuando vió un papel doblado en el mueble del costado, desdoblandolo se dió cuenta que era una factura.
Abrió el cajón y no estaba lo que buscaba sino algo interesante, en el fondo del cajón,  estaba un marco con una fotografía de ellos juntos, era su viaje de cumpleaños número 17, eran tan jóvenes... ¿por qué estaba allí? Esta foto...

Fue al mueble de la cama, estaba sólo la lampara de lectura. Antes allí mismo estaba el marco, que ahora era guardado en un cajón. Abrió el cajón de abajo, había lo de siempre, condones, lubricante, inhibidores y supresores.
En el segundo sí encontró lo que buscaba. Una caja de terciopelo azul rey, joyería, era un collar de perlas.

Lo que llamó su atención era una libreta de piel negra, había un bolígrafo a un lado. Sabía que Aslan escribía, pero usualmente eran pendientes y la cargaba en su matelín. ¿Está...?

Temblando tomó la libreta y la abrió...

Noviembre 07.

Cita con Eiji, conocimos un bonito restaurante italiano en la avenida 02.

Nuestro primer helado de disculpas. Me beso la mejilla al despedirnos, su hermoso aroma a Avellanas, Manzanilla y Lavanda quedaron no sólo impregnados en mi saco y coche, sino en mi alma...

¿Lavanda? No huele a lavanda, además que no existen las personas con tres aromas, es imposible... no...

No.

Debe ser su colonia.

Diciembre 15

Sus labios, sus ojos, su presencia, su todo. No puedo sacarlo de mi cabeza, él está presente siempre.

Estar tan cerca suyo es un regalo, él es una divinidad. Con su sola energía llena cualquier lugar y hace florecer todo tipo de sensaciones y emociones.

Él realmente me gusta... Me fascina.

La libertad es demasiado poderosa, logra imponerse ante la obligación rutinaria y deshace las cadenas como si nunca hubiesen existido.

No hay marcas. No cuando el dibuja con sus labios dónde pronto saldrán flores gracias a qué ha plantado su amor en la tierra más profunda que encontró en mi alma.

Aslan no es así de cursi...

¿Libertad?

Para el, ¿todo? es una rutina.

Enero 15.

Me estoy enamorado de él...

¿Qué?

Enamorado...

Pensándolo bien, Aslan nunca le ha dicho estar enamorado. Le dice que lo ama, que es muy especial y esas cosas, pero enamorado nunca.

Temía tanto seguir hojeando, no debería ver esto, sólo lo está quebrando. Su labio la duele entre sus dientes, sus ojos están mojados, el pecho le arde, su omega está revolcándose del dolor, detesta esto, demasiado.

Entre las hojas encuentra una fotografía, es Aslan mirando a un Omega de cabello negro y corto, este sonríe feliz mientras es abrazado por el Alfa rubio. Atrás tiene una fecha y un corazón, desea tanto arrugarla y quemarla. Lo odia... el era ese omega al que Aslan abrazaba, el es quien debe estar en esa fotografía no ese tal Eiji. Ja... un jodido japonés, incluso en eso consiguió un enemigo natural suyo.

Por masoquista lee un par de notas más, al parecer eran una pareja, incluso parecían una pareja normal. Había un par de cartas de ese omega, donde declaraba su cursi y empalagoso amor por el Alfa ojiverde, donde lo describía como el hombre perfecto, ja, pobre iluso.

Pero...

Lo que más le rompió era la última nota.

Abril 21.

Desearía tanto tener una vida normal contigo, sé que tú me apoyarías en la pintura, lo entiendes porque eres un artista.

Muero por ser libre y proponerte matrimonio, e irnos lejos de esta odiosa ciudad. Dejaría todo por ti, este detestable compromiso, la carrera de basura que repugno, mis amigos doble cara que no soporto... incluso mi familia. Dejaré todo por una vida contigo.

Me detesto por mentirte, por tener que ocultarte una relación obligada que ni yo quiero.
Pero arreglaré todo, sólo necesito tiempo. Veré la forma de deslindarme de todo y todos.

Porque te amo como nunca he amado a nadie. Eres mi todo, Okumura Eiji.

La respiración se le cortó, el realmente iba a dejar todo por ese chico. Sus manos temblaron de terror, no, no, no...

Aslan hablaba poco de su relación y lo poco era horrible, la describía como algo forzado y odioso, como algo que ni siquiera quería.
Pensó, pensó y pensó, y si... ¿Todo había sido una farsa? ¿Sus padres lo obligaron a tener algo conmigo por mi posición social?

No podía ser... ellos tuvieron algo natural, se conocieron desde jóvenes y comenzaron a salir...

Una nota fue lo último que derramó el vaso.

Espero te guste este pequeño detalle, lo escogí con todo mi corazón.

Te prometo que un día será un anillo, el más hermoso y tierno, como tú.

Aslan ni siquiera se tomó el tiempo de escoger sus anillos de compromiso o matrimonio, se lo dejó a el.

Todo era mentira.

Todo.

Esos cinco años eran nada.

Tomó todo lo que encontró en papel y se lo llevó, no dejaría que se lo negará, le mostraría que sabía todo.

A punto de salir vió una pintura, era Aslan al costado de una ventana, el sol hacia destacar sus facciones rubias, lucía majestuoso.

La firma era "Okumura Eiji".

Ese estúpido artista...

Marcó un número en específico.

– Consigue el contacto de Sing... – dijo en voz fría. – Sí, el líder de Chinatown. –

Se abrazó a si mismo en el asiento de atrás, intentando calmarse.

Todo se fue a la mierda, toda su vida fue arrebatada.

Aunque muy por dentro lo sabía, pero dolía aceptarlo. Dolía aceptar que se dió cuenta desde el primer maldito día. Dolía aceptar que había captado el olor en las ropas de su Alfa, manzanilla y avellanas... era el aroma de un omega, lo supo. Cuando el chico siguió llegando con ese peculiar olor lo supuso, pero decidió ignorarlo. Porque muy por dentro es un idiota que no se valora en absoluto, porque si se queda sin Aslan... ¿Qué otro Alfa lo quería? Está marcado, su relación con el menor de los Golzine es pública, se conocería la noticia de la razón por la que lo deje. Ningún Alfa querría estar con un Omega desechado, sería la burla de su circulo social.

Además... no conocía nada distinto. Aslan había sido su único novio, fue su primer beso, su primera vez, su primera relación formal, su primer todo. Aslan fue el único Alfa que demostró no ser un asqueroso acosador y abusador, le protegió cuando ni siquiera se conocían, golpeo a esos Alfas sin pensarlo, lo salvó de todos en ese colegio.

No tenía nada sin Aslan. Incluso sus planes para terminar haciéndose cargo de la empresa de sus padres, con el no sería un tonto omega que sólo serviría para tener hijos y un adorno en la casa. Aslan creía en el, le apoyaba a ser más, le daba libertad.

– Señorito Lee, ¿se encuentra bien? Puedo parar el auto si lo necesita. ¿Alguien le hizo algo? – preguntó su chófer lleno de preocupación. Era demasiado anormal ver así al menor de los Lee, aunque este fuese un omega, nunca demostró sensibilidad o debilidad alguna.

– Estoy bien, Lanfeng. No te preocupes. – respondió mientras respiraba para calmarse.

– Señorito... si me lo permite. Nadie tiene el derecho de hacerlo sentir así, usted es más que mucha gente junta, no deje que le hagan daño sin que usted lo consienta. Ni siquiera su prometido tiene el derecho de ponerlo así, usted es valioso. Demuéstrele con quien está. – exclamó el chino de ojos amables que conducía.

Lanfeng trabaja para su familia desde que tenía memoria, era leal y lo cuidaba más que nadie.

Esto lo hizo sonreír ligero y agradecer silenciosamente. Con eso limpió su rostro y revisó su celular.

El número que necesitaba estaba allí...

¿Era demasiado? Claro que no, el le quitó lo que más amaba en su vida, merecía ser castigado.

– Sing Soo-Ling... Soy Yut Lung-Lee, tengo un trabajo para ti. –

Okumura Eij...

Vas a desear no haberme conocido.

🌕

Holaaa, amores. Jsjsjs.

Otra vez me desapercí, una disculpa, recuerden que su queride escritor tiene depresión y ansiedad mayor, tengo picos depresivos muy fuertes y pierdo la noción de todo.

Pero ya estoy aquí, intentando arreglar mi vida y actualizar wattpad.

Esta es una historia que actualice porque me encanta y veo que a ustedes también, eso me gusta.
Aunque no me gustaría que demostrarán más que les gusta, dándole estrellita y comentando.

Entre más comentarios, más actualizo.

Precisamente actualice porque se lo prometí a unx lectorx.

Bueno, espero les haya gustado.
Tengan bonito día.

Nota: Deseenme suerte, en estos días iré a buscar trabajo, jsjsjs.✨

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