Hagamos una historia juntos (...

By BJ_Ross

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Con la decisión tomada por Zeus, el padre y dios supremo de los dioses, la humanidad se ve envuelta en una ca... More

1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37: Final
Epílogo
Extra 1: Embarazo
Extra 2: Sasaki Kojiro
Extra 3: Punto de vista de Poseidón
Extra 4: Baby shower
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Capítulo 22

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By BJ_Ross

Advertencia: Capítulo largo. Diálogos sacados del doblaje en japonés. Cambios en los diálogos.

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Zeus comenzó a realizar movimientos extraños con su piernas, moviéndolas con mayor velocidad con cada segundo que pasaba. Estaba preparándose para terminar con Adán de una sola patada, sin embargo, eso no funcionó contra el don de imitación que poseía Adán en sus ojos. Lo único que ocasionó Zeus con esa técnica fue que Adán la copiara al instante y la imitara, dañando nuevamente al dios del olimpo.

Estrellándose contra la red, Zeus cayó por la patada de Adán. La fuerza del humano era impresionante.

Las aclamaciones de los humanos no se hicieron esperar. Todos confiaban en Adán, e imaginaban que obtendrían la victoria con él.

—¿Cómo un humano puede hacer eso? —preguntó Ares, negándose a creer que Adán tuviera el poder y la fuerza de vencer a un dios, sobre todo si se trataba de Zeus, su padre y el dios más fuerte.

—Lo mismo digo. —dijo Hermes. En cambio, Afrodita, Loki, Odín y Poseidón se mantuvieron callados, expectantes de lo que podría suceder. Shiva, quién ya se encontraba en la misma sala que ellos, también se mantuvo en silencio.

Tú, por otra parte, no podrías estar más feliz, estabas casi saltando de alegría al ver aquella escena del golpe propiciado por Adán hacia Zeus.

—Es como si peleara contra una copia de sí mismo. —habló de nuevo Ares.

"Eso era lo que realmente era Adán. Una copia de Zeus." —fue lo que pensaste. —"Una copia que podría vencer al original".

—No quiero hacer esto, pero esto es una competencia, y pienso ganarla. —dijo Adán. El padre de la humanidad quería vencer por el amor que le tenía a sus hijos, incluyéndote. Te salvaría así fuera lo último que hiciera.

Miraste a Poseidón tras haber escuchado a Adán. El padre de la humanidad no solo había recobrado la esperanza en los humanos, sino que te dió las fuerzas para enfrentarte al dios de los mares que te tenía cautiva entre sus brazos.

Poseidón te miró, levantando una ceja.

—Déjame libre. —le dijiste al rubio. —Quiero mi libertad de regreso.

—Ponte a ver el combate, no te dejaré libre. —fue lo que te dijo Poseidón antes de obligarte a voltear y tener tu vista hacia la arena. Al menos lo intentaste.

Miraste a Zeus sacar un poco de aire de su pecho y dirigirla a su puño. Iba a estrellar su puño en el rostro de Adán con una técnica secreta que no había utilizado ni una sola vez en toda su vida, ya que dicha técnica se la robó de su padre Cronos al verlo derrotado en el suelo en la pelea que había tenido contra él para derrocarlo.

Llevó su técnica contra Adán, con el objetivo de derrotarlo de una vez por todas, o por lo menos de darle un buen golpe como Cronos lo había hecho contra él hace bastante tiempo, sin embargo, nadie se esperó que Adán fuera más rápido, esquivara la técnica y la copiara en corto tiempo. Era sumamente increíble y ni Zeus se imaginó el gran poder que tenía su creación.

Zeus cayó al suelo con ese golpe, y el presentador lo anunció al instante.

Zeus, el padre del cosmos, había sido nuevamente golpeado por Adán y nuevamente estaba en el suelo a causa de él.

Un humano había hecho lo inimaginable.

—¿Qué fue lo que pasó? —le preguntaste a Poseidón, pero fue Hermes quien te respondió con lujo de detalles.

—En ese momento, en el mismo instante en que Zeus usó su ataque secreto, él copió el ataque usando un método desconocido. Con el margen más mínimo, esquivó el puño de Zeus y le lanzó un contraataque.

—Hermes... —Ares tomó a Hermes del cuello —, ¿me estás diciendo que lo viste? —Ares no quería creer que Hermes fuera capaz de verlo mientras que él no. No quería sentirse inferior ante su hermano menor.

—No, solo es lo que me pareció, hermano Ares. —respondió Hermes, pero la tensión se podía sentir en el ambiente. Ares soltó a Hermes y éste hizo como si nada hubiera pasado.

Querías preguntar más y aclarar algunas dudas que tenías, pero Poseidón te tapó la boca.

—No hables. —Y le hiciste caso.

—Por eso te dije que te arrepentirías. —le dijo Adán a Zeus, pensando que el combate ya había terminado, ya que Zeus no se movía, pero esto apenas estaba comenzando.

Brunilda y el presentador pensaban lo mismo que Adán, por lo que la valquiria mayor ya estaba ideando un plan para sacarte de aquel lugar mientras que el presentador mencionaba que no podía creer lo que estaba sucediendo.

—¡Adán! ¡Lo hiciste! ¡Ganaste! —gritaba Eva desde las gradas, sentándose a lado de sus dos hijos. La rubia, al igual que Adán, ya te había notado desde antes de que empezara el combate, puesto que era el chisme celestial y ardiente de la semana, por lo que todos los dioses hablaban de eso. Fue Eva quien le había pedido a Adán que te salvara del dios de los mares, recibiendo una respuesta positiva del primer ser humano.

Adán comenzó a caminar rumbo a la salida y el presentador estaba a punto de anunciar la victoria de la humanidad, sin embargo, Zeus no se lo permitió. Devolviendo su cabeza a su lugar original, puesto que Adán le había volteado la cabeza, Zeus se levantó y mencionó que aún no estaba acabado, siendo recibido por las aclamaciones de los dioses.

Zeus comenzó a hiperventilar y a emanar humo de su cuerpo. Antes de lanzarse sobre Adán, quería preguntarle una duda que le había surgido con el pasar del combate.

—Dime la verdadera razón por la que viniste a luchar contra los dioses.

Pero la respuesta de Adán no era demasiado elaborada.

Todos estaban esperando su respuesta. Tu, inconscientemente, te quisiste acercar un poco más a Adán.

—Cuando quieres proteger a tus hijos, ¿necesitas tener una razón?

Estremeciéndose en silencio, las palabras de Adán conmovieron a la humanidad, uniendolos a todos y rezando por su victoria. Juntaste tus manos y comenzaste a rezar al igual que los otros humanos. No querías llorar, pero las palabras de Adán parecían estar dirigidas a ti.

Eso era el verdadero amor indescriptible de un padre.

—Fui un tonto... —fue lo último que escuchaste decir por parte de Zeus, ya que te concentraste en seguir rezando.

No supiste cómo ni cuándo, pero de un momento a otro Zeus había adoptado una nueva forma y se había lanzado sobre Adán, golpeándolo y siendo golpeado por su creación.

Mientras la valquiria menor y los humanos celebraban e imaginaban que la victoria sería de Adán, Brunilda supo que algo andaba mal, gritando al darse cuenta. Tanto Adán como Zeus se notaban tensos, golpeándose a lo loco hasta hacer caer a su contrincante.

De repente, la sangre comenzó a brotar de la nariz de Adán y, en su cara, específicamente el lugar alrededor de los ojos de Adán, se comenzaba a agrietar su piel.

—¿Qué está pasando? —preguntaste.

—Adán ha usado su don en este combate, su suerte se ha agotado. —respondió Loki.

Adán no estaba acostumbrado, por lo que era obvio que el usar sin cesar su Divino Reflejo le pasaría factura, y esto conllevaría a la pérdida de su vista si no hacía algo al respecto. El imitar a Zeus fue una gran carga para el humano.

—¿Adán perderá?

—Es obvio, los humanos no pueden contra los dioses, debes aprender eso, niña. —dijo uno de los cuervos de Odín, a lo que el otro cuervo le dió la razón.

—Es hora de borrar la sonrisa de la cara de ese farsante. —el cuervo negro pronto comenzó a carcajearse, pero Loki lo calló.

—No estés tan seguro de eso. —el dios de las artimañas apuntó a Zeus, quién, desgastado por la pelea, comenzó a deformarse y a sacar sangre de distintas partes de su cuerpo. El dios del olimpo tampoco estaba en las mejores condiciones, y Loki lo sabía. Zeus no podría mantener para siempre el ritmo que estaba llevando en la pelea, debía destruir a Adán antes de que su cuerpo colapsara y le diera la victoria a los humanos.

—Es la primera vez que veo a Zeus luchar con tal desesperación. ¡Majestuoso! —la diosa del amor se divertía de ver aquel combate. Era realmente emocionante para ella.

El combate de resistencia había comenzado, y Loki esperaba ver cuál de las dos copas de vidrio se destrozaba primero.

Solo era cuestión de tiempo.

Zeus y Adán continuaban su combate, dando un maravilloso espectáculo que enloquecía a más de uno. Tanto dioses como humanos seguían dando su apoyo a sus representantes, mientras que los dioses gritaban, los humanos rezaban.

De un segundo a otro, Adán fue golpeado brutalmente por el puño de Zeus, haciendo que el humano retrocediera, sin embargo, no le dió tiempo suficiente a esquivar los siguientes golpes de Zeus, esto debido a que Adán había perdido completamente su vista y, con ello, su don.

Ya no podía copiar los movimientos de su oponente.

—Parece que la sangre de Adán rebozó primero. —dijo Loki.

—Adán está acabado. —dijo Ares, observando como Adán continuaba defendiéndose, algo que era inútil según Ares.

—Él va a ganar. —dijiste, más no estabas segura de esto... no después de ver cómo Zeus pateaba a Adán con su "Hacha divina".

Eva estaba destrozada. Ver al hombre que amaba ser brutalmente golpeado y a punto de estar muerto era demasiado para la pobre madre de la humanidad.

—Cariño, ya basta, por favor. —suplicaba Eva, pero sus plegarias no serían escuchadas. Los hijos de Adán, al igual que los otros humanos, seguían el ejemplo de su madre Eva, pero Adán continuaba en defensa, deteniendo los golpes de Zeus con sus antebrazos.

La humanidad había caído en la desesperación.

Pero Adán no podía soportar que los dioses se metieran con su familia.

Escuchando el llanto de un bebé, Adán recordó lo que había prometido: proteger a toda la humanidad, su familia.

—Tu padre te protegerá de todas las cosas malas y aterradoras. —escuchaste en un susurro. Pensaste que era otra de las bromas de Loki, pero el dios estaba muy atento a la batalla. Habías escuchado la voz de Adán antes de que éste tomara a Zeus del cabello para encontrarlo y darle un golpe.

Loki chilló de la emoción y Odín quedó atónito. Adán había recibido todos esos golpes con un objetivo: encontrar a Zeus y golpearlo lo más que pudiera.

Continuaron golpeandose en todo el cuerpo y gritando de la furia, dejando a todo el coliseo en silencio. Parecía que esto nunca terminaría, pero al final, repentinamente, aquello sucedió. De un golpe, Zeus cayó de rodillas al suelo, mientras Adán se mantuvo en pie.

Todos hicieron una expresión de asombro. Los dioses, además de asombro, estaban preocupados por la situación actual de Zeus. No podían creer lo que veían.

—¡Zeus ha caído de rodillas! —sacando humo de su cuerpo, la forma final de Zeus desapareció y volvió a ser el mismo viejito esquelético que todos conocían.

—Se acabó. —dijo Zeus, a lo que todos los humanos, incluyendote, comenzaron a celebrar. Tú te movías sobre Poseidón, dando pequeños saltitos y alzando tus brazos, ya que el dios de los mares seguía sin querer soltarte.

Poseidón, un poco fastidiado, detuvo tu pequeña celebración, se acercó a tu oído y te susurró: —Él ya está muerto.

Y tenía razón. Aunque Zeus había caído de rodillas, Adán no se había movido para nada. Miraste a Adán, no queriendo creer en lo que decía Poseidón, pero la tranquila mirada y la sonrisa que tenía Adán en el rostro te hizo llorar.

Él había muerto de pie y con el puño levantado.

—Lo sabías. —le dijiste a Poseidón.

—Desde antes de que terminara, Adán ya estaba muerto, pero él siguió golpeando a Zeus. —dijo Poseidón. —No llores por alguien que no conocías.

—Él es el padre de todos los humanos, ¿cómo no podría llorar por él?

Poseidón no te entendía en lo más mínimo.

—Nunca podré entender a los humanos. —fue lo último que había dicho Poseidón antes de levantarse de su lugar y salir de la habitación, dejandote frágil y entre lágrimas.

La humanidad había perdido a su padre y, con esto, perdieron el segundo combate. Estaban en un punto crítico y solo esperaban un milagro.

Al final, Adán no pudo salvarte de Poseidón.

El tercer combate daría inicio muy pronto.

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El capítulo más largo de este fanfic. Espero que les haya gustado.

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