Bajo las escaleras por segunda vez en esta mañana, tomo mi bolso, miro al cielo londinense a través de las grandes ventanas y veo un cielo sumamente gris, se que necesito mi sobretodo porque de un momento a otro lloverá, lo tomo y busco las llaves de mi Bentley Mulsanne color vino, mi auto, cuando decido salir, una voz dulce y femenina me llama en un perfecto español.
-¡Señora! ,!Buenos días!, dígame que va a desayunar, anoche no quiso comer nada-
-Hola Ruth, no tengo hambre, voy al Hospital y vengo en poco tiempo, Lucas esta durmiendo arriba, prepárale algo, cuando despierte va a tener mucha hambre.- le contesto- y no me digas señora, sabes que lo odio, me siento vieja.
-Niña- me dice muy dulcemente,-sino comes te vas a enfermar, además que te vas a poner flacuchenta y eres una mujer muy bella.- Le sonrió abiertamente
-Ruth para que yo este en la extrema delgadez ni naciendo de nuevo, porque estas grandes caderas que herede de mamá no se quitan ni con quirófano- ella sonríe a carcajadas..
-Solo un café y te dejo en paz- acota entre carcajadas
-Está biennnnn...- digo de mala gana, la sigo a la cocina, entro y tomo asiento en el gran mesón de mármol que esta a la derecha, me sirve un café humeante bien negro con poca azúcar y me entrega un plato con varias galletas.
Lo tomo a regañadientes y empiezo a comer, ella habla de muchas cosas con todas las personas que trabajan en mi casa y yo solo me dedico a masticar y verla hacer su trabajo.
-¿pasa algo niña? - me pregunta.
-no Ruth nada, solo que me gusta verte hacer tu trabajo, mas nada- le digo de una amigable manera. Ella me guiña un ojo y sigue en su labor.
Ruth es mi ama de llaves, por decirlo de alguna forma, es Mexicana, maneja todo lo que en relación a mi "hogar" se refiere, la conocí en el Hospital, llego con su niño David muy enfermo al área de emergencia, esa noche hice una guardia y me toco recibirla, lloraba desesperada y como solo hablaba en español me buscaron para traducir todo lo que decía, paso varios días en el hospital cuidando de su hijo que hoy tiene 5 años, nos hicimos muy amigas, probablemente por ser latinas no lo sé, solo sé que huía de México y que no tenía ni dinero ni empleo, por eso al casarme con Lucas le pedí que le diera empleo en nuestra casa, mi esposo no puso objeción y desde ese día me acompaña todos los días de mi vida, es como una madre que tengo aquí en Londres, no me sé mucho su historia pero ella si sabe la mía, además es una mujer sabia a sus tan solo 48 años.
-listo, ¡ya comí¡, nos vemos en unas dos horas, ¿será que me puedo ir Ruth?- le digo en tono burlón. Ella en cambio me responde:
-si niña, verte comer me deja tranquila, la comida a veces es un consuelo para el alma- me da un beso en la mejilla, por lo que me levanto me despido y salgo de la casa rumbo al Hospital....
Aparco mi auto en el puesto de siempre, me bajo y procedo a entrar por el área de emergencia rumbo a la oficina de Ian, mientras avanzo por el hospital saludo a muchas personas con una sonrisa, llego a la oficina de mi querido Jefe y cuando toco sutilmente la puerta deja de hacer lo que esta haciendo para mirarme con cara de pocos amigos.
-Perdóname Ian, por fa, es que se me hizo un poco tarde, discúlpame- le digo en tono suplicante y con ojos de niña buena.
-¿tarde?, hace media hora que debías estar aquí, ya hasta la reunión ha terminado y tú ni siquiera haces una llamada para saber porque te quería aquí temprano- me mira fijamente y me siento súper avergonzada Ian no es así conmigo así que debe ser algo muy importante lo que paso en el hospital.
-Está bien lo admito, no llegue a la hora, pero estas en lo cierto que hoy es mi día libre y que me sacaste a regañadientes de la casa...- no me deja ni terminar de hablar cuando agrega:
-tú ya estabas despierta cuando te llame, dime ¿que o quien te hizo llegar retrasada?-si no fuera porque es mi amigo, ya lo hubiese dejado con la palabra en la boca, pienso.
-fue Lucas, llego algo ebrio, no se a que hora llego, pero esta mañana estaba muy cariñoso conmigo y me arrastro a sus redes- me sonrojo un poco al confesarle eso a Ian pero el es mi amigo.
-te entiendo- me dice -tranquila, es tu esposo y yo te saque un día libre de tu casa, no debí haberlo hecho muñeca- se acerca me da un abrazo y un casto beso en mi coronilla. Le devuelvo el abrazo y lo aprieto muy fuerte, nunca le reprocho nada.
Ian es mi ángel, el hombre que me ayudo cuando me encontraba en una verdadera situación de peligro, mi gran amigo, Ian es enfermero como yo pero con mucha más experiencia, tiene 36 años y lo conocí en un congreso en el que coincidimos en República Dominicana, es un moreno de ojos verdes impactantes, 1,87 de estatura, pelo rapado y cuerpo de impacto, sumamente guapo y que derretiría hasta el polo norte, nació en Napoles, Italia, su familia es adinerada, al verlo quede impactada no solo por su cara y su cuerpo, sino porque me hizo reír durante horas toda la semana que compartimos en ese país, desde ese día hasta hoy nunca nos hemos separado por mucho tiempo el me ayudo a salir de Venezuela, y a establecerme aquí en Londres, hemos intimado pero de eso hace mucho tiempo, sobretodo porque es mujeriego y picaflor, no tiene novia fija sino mujeres de un día y yo no suelo soportar eso soy algo celosa y posesiva con lo que es mío, por algo me debo llamar Mía, por tal motivo no llegamos nunca al siguiente nivel. Además fue el responsable de que conociera a mi esposo, de igual forma mantenemos nuestra amistad y nos conocemos a la perfección, sabe si estoy triste, alegre, eufórica, en mis días difíciles, tan sólo con mirarme.
Me retiro de su abrazo lo miro a los ojos y le pregunto a que se debe su urgencia, por lo que responde: -Mía, el hijo del Sr. MacQuoid, tuvo un accidente ayer en el transcurso de la tarde, esta muy grave- me asombro ante su comentario pero no se a que viene todo esto y que tengo que ver en ello, - el Sr. MacQuoid es muy amigo del director médico de este hospital y lo mas probable es que un grupo de enfermeros de mi confianza sean seleccionados para cuidar a este joven- mi cara debe ser un poema, abro la boca para decir algo, pero el se antecede a mis palabras y no me deja continuar, -sé que no te gusta trabajar con adultos, pero eres la primera enfermera que escogí, eres en quien mas confío- lo miro molesta pero no me puedo negar ante Ian, - el esta en UCI, no sabemos si serán muchos o pocos días yo tratare de hacértelo mas ameno, te lo prometo- me dice en tono conciliatorio. No me queda de otra que aceptar.
Ian me invita a un restaurant italiano a almorzar, hablamos de todo y de nada a la vez, comemos un risotto al salmón que estaba para morír, bebemos vino blanco y al comenzar la tarde me invita a su casa a tomar café ya que sabe que no me gusta el té negro ni nada de esas costumbres inglesas.
Llegamos a su pent House, me bajo de su carro y en un segundo lo tengo a mi lado me tiende la mano y no se la rechazo, me quedo mirando al ascensor fijamente y recuerdo que la ultima vez que estuve aquí fue hace una año más o menos, a veces quisiera volver a vivir con Ian, pero soy casada y ya tengo parte de mi vida hecha, aunque sea muy joven, subimos al último piso, el me abre la puerta y me invita a pasar, entro y los recuerdos me traen nostalgia, su apartamento esta igual que cuando llegue el primer día a este país, los mismos muebles el mismo ambiente acogedor.
Me quito el abrigo y los zapatos me siento con las piernas cruzadas en su sofá de cuero blanco, Ian entra a la cocina y de allí me grita, -¿ Café, muñeca?- a lo que le contesto - ¡si muñeco!- el ríe a carcajadas y yo también lo hago desde el sofá, de pronto mi teléfono comienza a sonar, se por el sonido quien es, contesto
-hola Lucas-
-hola cielo, veras debo salir a Suiza por una urgencia que se presentó en la sede que tenemos allí, solo serán a los sumo 3 días, te llamo cuando llegue al hotel donde me hospedare, estoy abordando el avión, te quiero- cuelga y no me deja ni siquiera despedirme, este grandísimo idiota, pienso, ni siquiera me ha preguntado en donde estoy, así le importare en su vida. Mi cara creo que se transforma y decido que ya no quiero café, así que entro en la cocina y sorprendo a Ian.
-Ian no quiero café- le digo en tono molesto, - dame algo mas fuerte, como vino, cerveza,!no se! Cualquier cosa, menos café.
-¿Que te pasa? Tú no cambias así de esa manera, fue Lucas que te llamo ¿cierto? - me pregunta- ¿que te dijo ese idiota?
-Pues nada se fue a Suiza, no me dejo ni preguntarle porque se iba ni con quien y que según él en 3 días esta aquí de vuelta, ni me pregunto en donde estaba el muy imbecil- le comento y el sonríe, me enojo- ¿porque te ríes tonto? No ves que una vez más me quedo aquí como una estupida sola.- le grito pero el con una sonrisa abierta me dice:
-muñeca no estás sola siempre estaré a tu lado- bajo un poco la guardia y el saca una botella de vino de la vinera me la muestra y asiento, me va a entregar una copa y la rechazo, le quito la Botella de la mano, me la empino y me tomo un gran trago, me mira sorprendido pero no dice nada.
Salgo de la cocina rumbo hacia la sala prendo su gran TV plana de Led y coloco un vídeo de un concierto de Alejandro Fernández que mama me trajo de Venezuela hace años y que no me lo lleve a mi casa, me siento frente a la tele y lo invito a sentarse a mi lado, el lo hace y compartimos la botella de vino...
Creo que llevamos dos o tres botellas de vino cuando suena Todo de Alejandro Fernández
Lo intente todo
Brindarte más, pedirte menos y a tu modo
Decir las cosas con cuidado y arrojos
Quise adorarte
Quise cuidarte
Lo intente todo
Hablar contigo y entenderte sin enojos
Ser tu guarida, tu silencio y tu cerrojo
Quise quererte
Y protegerte
Pero no más
Me grita el alma enfurecida de aguantar
Estar contigo es despedida sin final
Te vas y no te vas
Te das y no te das
Lo intenté todo
Lo intenté todo
Pero he perdido ese miedo de estar sólo
Para perder lo que un es
Hay que estar loco
Yo no estoy loco
Pero no mas
Me grita el alma enfurecida de aguantar
Estar contigo es despedida sin final
Te vas y no te vas
Te das y no te das
Lo intenté todo
Me concentro en la tele y canto a todo pulmón la canción y ya casi al finalizar la letra, mis lagrimas corren por mis mejillas de forma descontrolada, Ian me toma en sus brazos, y apoya mi cabeza sobre una de sus piernas, suelta mi cola del cabello y comienza a tocarlo como si lo peinara pero con sus manos, me susurra al oído, -tranquila muñeca, todo va a mejorar-, y así me quedo unos minutos en su regazo, de repente siento algo en mi estomago, me levanto de golpe y salgo corriendo al baño, me inclino en el vater y vomito todo absolutamente todo lo que me había comido, Ian sostiene mi cabello en una cola para que no se ensucie y me dice-creo que no fue buena idea que tomaras tanto vino Mía, ¿te llevo a tu casa? -Niego con la cabeza le pregunto si me deja quedarme con él, la pregunta le sorprende un poco pero no se niega al contrario acepta con gusto, sale del baño me trae un cepillo de dientes nuevo, me deja una camiseta suya sobre la encimera del baño y me avisa que va a llamar a Ruth para informarle donde estoy, no me opongo, el vomitar me cansa el cuerpo muchísimo.
Me baño, me cepillo los dientes, desenredo mi cabello, me pongo la camiseta sin brassiere sólo la tanga, y salgo a la sala, el cuelga el teléfono y se voltea a verme
-guao mujer, ¿tu como que estás mas bella que antes?- me come con la mirada, a lo que respondo
-Ian no me mires así me estas avergonzando- y en mi cara se comienza a formar un leve rubor, lo sé porque siento las mejillas tibias por mi sonrojo. El me ofrece un vaso con agua el cual acepto y me indica que es hora de dormir, que ya es muy tarde, deben ser las 12 de la noche ni idea de que hora es, llego a su cuarto y me quedo parada en el umbral de la puerta, Ian se saca la camiseta que tiene puesta y se quita su pantalón, queda solo vestido con un bóxer negro, me quedo observándolo y el se fija lo que estoy haciendo, pero es que no puedo evitarlo es sumamente atractivo,
-¿distrayendo tus lindas pupilas grisáceas?- me sonrojo y le pido disculpas, me invita a acostarme con el en la cama pero sigo sin moverme, me mira fijamente a los ojos y me dice- no te voy a violar Mía solo vamos a dormir ¡ven!, - camino lentamente a la cama, me siento, apoyo mi cabeza en la almohada, y el me hace un movimiento que me deja de espaldas hacia él, se encarga de arroparnos a los dos y me abraza desde atrás, es mas coloca su mano en mi plano vientre y me susurra - te quiero muñeca, duérmete- yo sonrío y pienso que este ha sido un día demasiado largo, a los pocos minutos mis ojos están muy pesados por lo que asumo que pronto caeré en lo brazos de Morfeo....
Estoy teniendo un sueño horrible, sueño que estoy corriendo por un túnel oscuro, me están persiguiendo, ¡tengo mucho miedo!, alguien intenta retenerme pero escapo, corro, corro y corro y..... Me despierto bañada en sudor y sobresaltada, miro el reloj que esta en la mesa de noche y son las 2:38 am., siento una mano caliente que abraza mi pecho desnudo, es Ian, me tranquilizo poco a poco, estoy en un lugar conocido y seguro, le doy gracias a Dios que estoy aquí, suspiro profundo, me quiero levantar a tomar agua pero Ian me sostiene fuerte, me intento soltar de su agarre, pero el me aprieta más, -Ian, déjame levantarme, tengo sed, ¡porfa!- le suplico, refunfuña y el me suelta un poco molesto.
Salgo descalza hasta la cocina, tomo un vaso de agua fría que me refresca la garganta, emito un sonido de satisfacción al sentir el agua como cae por mi garganta, voy al baño, vacío mi vejiga, me lavo la cara y sigo al cuarto, siento una corriente de frío por lo que me estremezco, al llegar al cuarto Ian esta despierto y con la luz de la lámpara de noche encendida, - muñeca, ¿porque estas despierta?- me pregunta algo somnoliento y restregándose los ojos,
-tuve una pesadilla horrible- le comento, el me mira fijamente a los ojos, me sonríe y le da unos golpecitos a la cama para que me acueste a su lado, hago los que me pide, me acuesto a su lado una vez más, Ian me abraza fuerte,
-¿quieres que hablemos de tu sueño?- me pregunta,
-no, no quiero, es más de lo mismo, es un sueño recurrente, ¡olvídalo!, vamos a dormir- le menciono.
-Ahora no me apetece dormir- lo dice mas bien en un tono seductor
-¡¿que!?- le pregunto con cara de asombro.
-déjame besarte Mía, mi atracción por ti es fuerte. Solo un beso, te lo prometo- susurra en mi oído.
Mi cara debe ser todo un poema indescifrable ya que Ian me mira fijamente con sus ojos verdes de impacto como esperando una aprobación, no digo nada, ni siquiera emito algún sonido, solo empiezo a sonreír abiertamente por lo que a los pocos segundos mi sonrisa se convierte en una risa un poco efusiva.... Ian no le gusta lo que ve y ante su molestia me pregunta -¿cual se supone que es el chiste Mía?, porque yo no lo veo en ningún lado-.
-perdóname Ian pero de verdad crees que te puedo creer que solo será ¡un beso!, ¿que no intentaras seducirme como lo has hecho otras veces?, Ian estoy casada, ¡ca-sa-da!- y hago énfasis en mis palabras - Lucas no se merece que le haga esto, no es un mal hombre, sólo que tiene defectos, pero ya lo acepte, ya acepte mi vi....-
Ian no me deja ni terminar y me estampa un gran beso en la boca, al principio es suave...tierno...dulce,, luego se convierte en un beso sensual, como es Ian, fuerte, dominante y hasta posesivo, empuja con su lengua mi boca por lo que la abro y le doy entrada a su lengua, la cual saborea la mía de forma perversa, Ian la envuelve en torno a la mía, la mete y saca de mi boca como imitando su forma de hacer sexo oral, mi cuerpo comienza a encenderse con ese acto, mis sentidos se ponen alerta ante su tacto, el ambiente comienza a cargarse... muerde mi labio inferior y me deja un reguero de suaves besos que viajan desde mi mandíbula hasta el hueco de mi garganta, en ese instante emito una palabras entre gemidos que creo que Ian no escucha ya que las susurro muy bajo, -¡para!,!Ian, por favor para!- Ian se detiene, su respiración esta tan acelerada como la mía, junta su frente con la mía y siento su ritmo cardíaco a millón -Ian esto esta mal, no debemos-....
-¡A la mierda Lucas, Mía!-, esta molesto, lo noto porque aumenta un poco el volumen de su voz - te deseo, te necesito y tu también me necesitas, déjame borrar de tu mente y de tu cuerpo un poco de sufrimiento- lo miro fijamente y concluyó que este hombre probablemente tenga razón, por lo que accedo y me decido llevar....
Ian me quita la camiseta, solo quedo en tangas frente a el, juega con sus dedos y con el borde de mi tanga mientras que no aparta la mirada de mis ojos grises, lo miro fijamente y sus ojos están bastante oscuros, su pupila se ha dilatado, esto se que es por el nivel de excitación que tiene; en un segundo me ha quitado mi bikini por lo que estoy completamente desnuda ante su mirada que me mira con anhelo - eres especialmente hermosa muñeca- susurra con voz gutural, me dejo a su merced no me resisto ante nada. Ian desciende por mi pecho hasta mi abdomen dejando a su paso un camino de besos dulces y tiernos, mete su lengua en mi ombligo y eso me hace estremecerme, sigue bajando hasta posicionarse sobre mi vagina totalmente depilada, emite un largo suspiro el cual siento en mi entrepierna, me levanta las piernas, hace que mis pantorrillas descansen en sus hombros y ahora si estoy totalmente expuesta a el, mete dos dedos como comprobando mi humedad por lo que me arqueo, miro su cara y sonríe de forma sensual ante la respuesta de mi cuerpo. No me saca los dedos sino que los mete y saca lentamente de mi vagina y acompaña su juego con su lengua que chupa y muerde mi clitoris en repetidas veces, mi cuerpo se balancea de forma acompasada y mi próximo movimiento lo deja en jaque, intento agarrar su cabeza con mis manos porque siento que voy explotar en un inminente orgasmo pero Ian no me dejo toma mis muñecas y las aprieta fuerte una a cada lado de mi cuerpo, mi cuerpo se arquea conforme Ian juega de manera seductora con su boca en mi vagina, chupa, lame y muerde constantemente mis clitoris y mis labios vaginales, ya no resisto, pienso, y en unos 3 segundos exploto en uno de los mejores orgasmos que he tenido en mi vida.
Ian sube hasta mi boca y me da una seductora sonrisa, besa mis labios de manera salvaje y fuerte por lo que le devuelvo el beso, se acerca a mi oído y susurra muy por lo bajo - me encanta la cara que pones cuando tienes un orgasmo- yo solo sonrió y comienzo a acariciarle la espalda, el me besa el cuello, chupa uno de mis pezones y dice a voz abierta - ya no aguanto muñeca- por lo que me penetra duramente, ahogó un grito y cierro fuertemente los ojos, el pene de Ian es muy grueso por lo que siento ardor cerca de mi perineo, -¡Mía! Abre los ojos, ¿te lastime?- niego con la cabeza, no quiero dejarlo a medias, abro mis ojos y le sonrió para que continue su movimiento, lo hace y mis gemidos están aumentando de tono llenando la habitación con mis jadeos, el me dice muchas cosas al oído que en medio del extasís en el que estoy envuelta no logro entender , algunas las pronuncia en ingles otras en italiano, de repente posiciona su mano entre la union de nuestros cuerpos y aprieta mi clitoris con su dedo pulgar lo que me hace estallar en un segundo orgasmo, aprieto mis músculos vaginales y en dos o tres segundos el llega también al orgasmo con un fuerte gruñido como si de un león se tratase, se derrumba en mi pecho y siento los latidos de su corazón palpitar muy fuertes.
Mis latidos se están normalizando y me estoy quedando dormida, Ian sale de mi cuerpo se va al baño a asearse, no lo sé, lo cierto es que estoy agotada, tengo mucho sueño, el se acerca con una toalla que esta húmeda de agua tibia y me limpia la entrepierna, lo cual agradezco ya que no me quiero levantar, me posicionó en la cama de medio lado, estoy desnuda, desabrigada y agotada, siento hundirse el colchón y se que Ian que me abraza desde atrás, me susurra en el oído -¡gracias muñeca!- y ahora sí cierro los ojos para caer nuevamente en un profundo sueño...
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Hasta aquí el segundo capítulo de esta historia que apenas está cuajando....
Espero les guste
Acepto todos y cada uno de los comentarios que Uds hagan en mi historia
Besos y gracias