Alluring | Draco Malfoy ✓

By dilfdracostan

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Ser mejor amiga de Scorpius Malfoy fue de las mejores cosas que le pasó en la vida. Conocer a su padre fue s... More

𝐓𝐈𝐍𝐀'𝐒 𝐍𝐎𝐓𝐄
𝐀𝐃𝐕𝐄𝐑𝐓𝐄𝐍𝐂𝐈𝐀𝐒
𝐀𝐋𝐋𝐔𝐑𝐈𝐍𝐆
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𝓮. Epilogue
𝐒𝐄𝐂𝐔𝐄𝐋𝐀

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By dilfdracostan

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𝓔 | ESME STANFORD


—Vamos a ir a la enfermería.

—¡Te dije que estoy bien!

—Esme —la voz de Jade sonaba seria; casi demandante.

Llevaba desde el domingo por la mañana sintiéndome horrible. Un dolor asqueroso.

Repugnante.

Había estado vomitando sin parar; sin mencionar la fiebre.

Era martes, y ya era el segundo día que faltaba a mis clases. Tenía la suerte de que Albus me pasaba los apuntes que podía; aunque eran mediocres, apreciaba el gesto.

Me estresaba que no anotara casi nada de lo que los profesores hablaban.

Entre la culpa de besar a Isaac, y mi dolor de estómago, definitivamente me quería morir.

Sí, justo cuando pensé que las cosas no podían empeorar.

—Te pasa por haber comido todos esos chocolates —me regañó, caminando hacia mi lado de la cama y volviendo a poner su mano en mi frente, como lo había hecho repetidas veces en la última hora.— Sigues ardiendo.

Yo negué con la cabeza de inmediato. La mañana siguiente a la fiesta me había puesto muy mal; lo que me llevó a llorar toda la tarde, mientras me comía casi todos los chocolates que Isaac me había regalado.

—No es eso. Jamás me han hecho mal, debe ser otra cosa —recordé una vez más lo que Is me había dicho del ponche—. ¿Quizás fue eso que bebí ese día?

—Te he dicho mil veces que no es eso. Todos bebimos, y estamos bien.

Rodé los ojos, girándome sobre mí misma para acurrucarme entre mis sábanas.

—Sólo necesito dormir un poco más —murmuré.

La puerta de mi habitación se abrió, dejando ver la figura de Albus. Scorpius estaba terminando un trabajo con su grupo de herbología, por lo que sabía que iba a llegar un poco más tarde a verme.

Me sentía como una bebé teniéndolos a los tres cuidándome prácticamente todo el día.

—¿Sigue sin querer ir a enfermería? —le preguntó a Jade, a lo que ella bufó.

—Dice que es sólo un resfrío.

—Es sólo un resfrío —me quejé, llevando mi mano a mi estómago para acariciarlo, en un intento inútil de parar el dolor—. Si voy a enfermería me van a dar pociones asquerosas.

Hubo un pequeño silencio, hasta que Jade me miró con los ojos entrecerrados.

—¿Esme?

—¿Sí?

—¿Hace cuánto no te llega tu período? —se acercó a mí, ahora con una mirada preocupada.

Yo me senté en la cama, volviendo a negar con la cabeza repetidas veces.

—Soy irregular. Me puede llegar en dos meses o hasta en medio año. Además, estoy cuidándome, no es eso que piensas —solté una risa.

—¿Pero se corría dentro de tí?

—¡Oh por Merlín! ¿Hola? ¡Sigo aquí! —Exclamó Albus a nuestro lado, mientras se llevaba sus manos a cada lado de su cabeza, sin poder creer lo que estabamos hablando.

—¿Y?

—Bueno, sí, pero me cuido-

—¡Esme! Esas cosas pueden fallar, tienen un margen de error muy pequeño, pero está. ¡Y no me sorprendería que fueras ese dos por ciento que tiene mala suerte!

Me quedé callada, pensando en lo que estaba diciendo.

No, definitivamente no me pasaba eso. Yo me daría cuenta si hubiera algo dentro de mí.

—No creo —dije yo, encontrándome con la mirada atónita de Albus hacia mí.

Nos habíamos quedado en silencio los tres, cada uno en su propio mundo pensando.

—Nunca estaría de más tirarte por las escaleras, para quitar las dudas digo yo —Jade habló después de un rato.

—Eso es realmente tonto —dijo mi amigo, cruzándose de brazos mientras me miraba, esperando a que yo estuviera de acuerdo con él.

Pero yo simplemente mantuve mi mirada en él, pensando en todas las posibilidades de por qué me sentía así.

—¡Y lo estás considerando! —exclamó mi mejor amigo, incrédulo.

—No, claro que no. Deja de ser tan exagerado —miré a Jade, suspirando mientras trataba de calmarme—. Te puedo asegurar que no estoy embarazada. Además, me dijo que también tomaba algo para eso.

—¿Por qué estamos hablando de la vida sexual del señor Malfoy? —preguntó Albus, aún con una mirada asqueada en su rostro.

Ignoramos cada queja de su parte, y seguimos hablando entre nosotras hasta que él se calló. Al cabo de un rato, Scorpius llegó a la habitación, entrando con un frasco color transparente que llevaba un líquido dentro.

—Hola, te traje una sopita —me sonrió, sentándose a mi lado mientras dejaba su bolso en el suelo de mi habitación—. ¿Jade? Pensé que tenías que ir a hablar con la profesora Slughorn —frunció el ceño hacia ella.

Ella de inmediato abrió los ojos, agarrando su bolso y asintiendo repetidas veces.

—Mierda, sí, sí —comenzó a decir, caminando de inmediato a la puerta de mi habitación—. ¡Vuelvo después! —avisó, sin esperar una respuesta por parte de ninguno de nosotros.

Albus me miró a mí, antes de llevar su mirada a Scorpius repetidas veces. Sabía lo que estaba pensando, y sabía que se seguía sintiendo mal por guardarle un secreto tan grande a nuestro mejor amigo.

Y también sabía que no iba a pasar demasiado rato antes de que inventara cualquier excusa para irse de ahí.

Sí, podía amarme mucho, pero siempre se encargaba de dejarme en las situaciones más incómodas sólo para él ahorrarse un momento de tensión.

—Esme, ¿por qué aún no vas a enfermería? —me reprochó Scorpius, llevando su mano a mi frente para tocarla—. Y sigues ardiendo —repitió las mismas palabras que Jade había usado anteriormente, pero sólo me limité a sonreír.

—Es sólo un resfrío, se me va a pasar solo —traté de calmarlo, sintiendo cómo mi cabeza comenzaba a doler—. Mañana iré a clases, he perdido sólo dos días y ya me siento la persona más irresponsable del mundo —me quejé, dejando caer mi cabeza contra mis almohadas.

—Ojalá me contagies, así no tendré que ir a clase en toda la semana —escuché decir a Albus a nuestro lado, mientras caminaba hacia mí—. Bueno, ya me debo ir, así que... nos vemos más tarde. ¿Sí?

Scorpius simplemente asintió, mientras yo entrecerraba mis ojos hacia Albus, quién ya estaba en la puerta listo para salir.

—Mañana podríamos almorzar todos juntos, hace tiempo no lo hacemos —sugirió mi amigo platinado, a lo que simplemente asentí.

—Bien, me parece. Cualquier cosa me buscan, estaré en lo de Hufflepuff —avisó, finalmente cerrando la puerta detrás de él y dejándome completamente a solas con Scorpius.

No fue hasta ese momento que me di cuenta; desde que habíamos regresado a Hogwarts, apenas habíamos pasado tiempo solos él y yo.

Me miró, ahora acostándose a mi lado mientras bostezaba.

—Hace tiempo no hablamos —murmuró, mirando el techo.

—Eso mismo estaba pensando —respondí en el mismo todo, cerrando mis ojos al sentir otro fuerte dolor de cabeza.

Bien, quizás mañana si iría a enfermería después de clases.

O justo antes de la clase de Draco, para no tener que verlo y seguir con la culpa que me causaba haber besado a Isaac días antes.

Mierda, tenía que hablar con él. Cuando me sintiera mejor de salud, claro.

—¿Te gusta Isaac entonces? —preguntó de repente, causando que frunciera el ceño, girándome hacia él.

—¿Qué? No —negué con la cabeza de inmediato—. En absoluto, lo del beso no fue nada.

Él se quedó en silencio unos segundos antes de volver a hablarme.

—Estuvo preguntando por tí hoy, y se veía preocupado. Albus le dijo que lo mejor era que esperara a que te sintieras mejor —comenzó a decir—. Creo que le gustas de verdad, Esme.

Yo tragué saliva, apartando mi mirada de él antes de soltar una pequeña risa.

—Bueno, no creo que sepa si le gusto de verdad. Me besó de vuelta, sí. Pero no me conoce ni la mitad de lo que me conocen ustedes —me encogí de hombros—. Es como si le gustara la idea de mí.

Él inclinó su cabeza hacia un lado, luciendo confundido.

—Llevo tanto tiempo conociéndote, pero jamás pude entender cómo lo haces para auto sabotearte tanto —me sonrió levemente—. Es como si apartaras a cualquier persona que quiere conocerte de verdad.

—Es sólo que nadie me ha interesado lo suficiente como para dejar que vea todo de mí —respondí sin más, volviendo mis pensamientos a Draco.

Otro dolor atravesó mi pecho; pero no era debido a que me sentía enferma.

Era el mismo dolor que sentía cada vez que pensaba en él.

Había dejado que él conociera mucho de mi en muy poco tiempo; claro que le había mentido a Scorpius. Draco había sido la primera persona que me había interesado de verdad en toda mi vida. Era la primera persona que me había hecho sentir cosas inexplicables; la única persona que me había hecho sentir así.

Me había visto mal varias veces. Me había escuchado hablar estupideces por horas, justificándose con que para él no eran "estupideces", si no que por el contrario, admiraba la manera en que yo veía ciertas cosas.

—Me gustaba como estabas hace unas semanas. Te veías feliz, ¿sabes? —dijo, sin quitar su vista de mí—. ¿Puedo preguntar qué pasó?

No, Scorpius, no puedes. Me encantaría decirte, pero no puedo.

—Sólo tonterías. Estoy estresada por el tema de la pasantía, ya te he dicho —dije desinteresadamente.

Él simplemente asintió, volviendo su mirada al techo. Nos quedamos en un silencio cómodo un par de minutos, hasta que nuevamente habló.

Yo sólo intentaba concentrarme en no morir.

—Creo que me gusta Jade —soltó de repente, haciendo que olvidara por completo cualquier dolor que estuviera sufriendo en ese momento.

—¡Scorpius! —exclamé, sentándome de inmediato sobre la cama, pero llevando mis manos a mi estómago una vez que sentí el fuerte dolor volver a mí, quejándome.

—¡Esme! Joder —me reprochó, sentándose al igual que yo y llevando su mano a mi hombro, inclinándose hacia mí—. De haber sabido que iba a darte ganas de vomitar, no te decía.

—No, no es eso. De verdad lo sospechaba, y estoy feliz de que te guste ella —dije rápidamente, levantando mi mirada hacia él—. Pero realmente me duele el estómago.

—Debes ir a enfermería mañana —dijo en un tono serio, haciendo que ruede los ojos.

—Sí sé, sí sé —respondí, a lo que él soltó una pequeña risa—. ¿Pero hace cuánto te sientes así? Dime.

Él suspiró, acomodándose mejor sobre la cama antes de comenzar a hablar.

—No sé, sólo pasó. Es como... se siente bien estar a su lado. No tenemos mucho en común, pero jamás me siento aburrido con ella —dijo simplemente, y vi cómo una sonrisa se formaba en sus labios—. Pero dudo que pueda gustarle de la misma manera.

—¿Por qué dices eso?

—Esme, ella es... no sé cómo explicarlo. Pero siempre me ha tratado como un amigo. Apenas, en realidad. Sé que no es una persona de entrar en confianza fácil, y es entendible, porque hasta mis propios amigos decían cosas de ella.

—Cosas muy feas y que no eran verdad —dije de inmediato, a lo que él asintió frenéticamente.

—Sí, lo sé. Jamás hice caso a todas las cosas que decían de todos modos. Me enfermaba que hablaran así de una persona —hizo una mueca, antes de sacudir su cabeza—. Pero ves que San Valentín es en menos de un mes, ¿no?

Yo simplemente asentí, sonriendo internamente al ver la emoción en sus ojos. Y claro, planeando en mi cabeza qué podía hacer para que se dieran cuenta que obviamente se gustaban un poco.

O quizás mucho, a estas alturas no sabía.

—¿Será muy arriesgado si la invito a algún lugar ese día?

—Ni se te ocurra ir a ese lugar horrible que tiene nombre de pie.

—¡No! Por Salazar, claro que no. Es el último lugar al que se me ocurriría invitarla-

Levanté mi mano, indicando que se callara mientras sentía las náuseas volver a mí de inmediato.

No, no, no.

Corrí a la cubeta elegantemente hechizada por Jade para cuando la necesitara, e hice lo único que había estado haciendo bien estos últimos días.

Cuando terminé, me senté en el suelo mientras suspiraba, asqueada por el sabor amargo que había quedado en mi boca.

No había comido nada en todo el día y aún seguía vomitando, era simplemente horrible.

—Me lavo los dientes, y cuando vuelva me sigues contando, ¿sí?

[...]

La mañana siguiente definitivamente no fue mejor. Desperté incluso peor de lo que lo había hecho los días anteriores, pero aún así quería hacer el mínimo esfuerzo para poder ir a clases. Por lo menos el primer período.

Después de estar prácticamente echada sobre la mesa durante todo el desayuno intentando aguantar el asqueroso olor a comida que había en todas partes, Scorp, Albus y yo nos dirigimos a la primera clase del día miércoles que era Encantamientos.

Realmente esperaba que no nos hicieran practicar hechizos, porque estaba segura de que era capaz de incendiar el puto salón si llegaba a tocar mi varita.

—Listo, apenas salgamos de la clase te llevaremos a enfermería, ¡mírate! Estás completamente pálida —dijo Scorpius, mientras pasaba su brazo por mis hombros y negaba con la cabeza—. Tú y tu terquedad te van a matar algún día.

—Yo creo que de hoy no pasa —intentó bromear Albus, a lo que recibió un golpe en el brazo por parte del otro chico.

—No bromee. Mira cómo está.

—Scorp, estoy bien. Con suerte podré dormir en clase sin que el profesor se de cuenta —llevé mi mano a mi frente, tocándome justo dónde me dolía.

Bueno, en realidad, me dolía todo el cuerpo y apenas podía caminar. Me impresionaba cómo había podido levantarme de mi cama siquiera.

Creo que eso fue gracias a Jade, pero de todos modos, sentía que me iba a desmayar en cualquier momento.

—¡Esme! —escuché a la distancia, lo cuál llamó la atención mía y la de mis amigos.

—¿Y ese qué quiere? —Scorpius murmuró a mi lado, mientras los tres mirábamos la figura de Isaac acercándose a nosotros.

Quizás ahora era un buen momento para hablar; si es que no terminaba vomitando en sus zapatos.

—¿Me dejas hablar con él un minuto? Los alcanzo de inmediato —les dije a ambos, a lo que Albus simplemente agarró al platinado del brazo para arrastrarlo hacia adelante antes de que pudiera decir alguna queja.

—Te esperamos por allá, te veremos a lo lejos, pero hablen tranquilos —me sonrió, mientras ignoraba los constantes murmullos de enojo por parte de Scorp.

Me giré nuevamente hacia Isaac, el cuál cambió su expresión urgida a una de preocupación apenas me vio.

—¿Esme? ¿Sigues mal? ¿Por qué no estás descansando? —frunció el ceño, acercándose a mí, pero dejando una prudente distancia entre ambos.

Agradecía que el tema de que me veía del asco por lo menos iba a disolver un poco la obvia tensión después de lo sucedido en la fiesta.

—Estoy... bien. Sólo necesitaba tomar aire —forcé una sonrisa, subiendo mi mirada hacia él, sintiéndome más mareada que antes.

Pero simplemente lo ignoré; si ignoraba la sensación, no estaba sucediendo. Todo era mental.

—Mira, antes quería disculparme si es que te incomodé en la fiesta, no quería que se arruinara nada entre nosotros. Me agradas mucho y-

—Is, oye —lo detuve de inmediato, sintiéndome aún más mareada que antes al intentar procesar todo lo que me estaba sucediendo en ese momento.

Encima, estábamos en medio del pasillo mientras todos los demás estudiantes pasaban por nuestro lado, caminando y casi empujándonos.

Si alguien me empujaba de verdad iba a morirme ahí mismo.

—¿Podemos simplemente olvidarlo? Creo que ambos estábamos muy ebrios y... es lo mejor, ¿no crees? —intenté decir en un tono suave.

Él suspiró, pero se limitó a asentir mientras bajaba la mirada un segundo antes de mirarme nuevamente.

—Sí, claro —continuó asintiendo—. Es mejor así.

Fruncí el ceño cuando escuché un sonido agudo justo dentro de mi oído; mi cuerpo se enfrió por completo, y las voces a mi alrededor comenzaban a escucharse cada vez más lejanas.

—Esme, woah —el brazo de Isaac fue a estabilizarme cuando al parecer, me balanceé hacia adelante.

—¿Eh? —tragué saliva, mientras el dolor en mi cabeza se hacía cada vez más intenso.

¿Me estaba muriendo?

Sólo escuchaba mi nombre a la distancia; y unos brazos agarrando mi cuerpo mientras mis piernas se debilitaban por completo.

Y bueno, no puedo seguir contando nada más de lo que sucedió después, porque sinceramente me fui a negro por completo.

Qué vergüenza.

ꨄꨄꨄ

NSJDJ ME REI PERDÓN😭 esme por qué te pasan tantas cosas malas

capitulo corto, porque falta que narre draco la otra mitad 😛

pero ese lo subo mañana, si que si

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Ladiehoney Draco es un gran idiota,pero hasta el merece un amor verdadero Otorgo créditos de esta historia a JK Rowling y a mi.