LEYENDAS QUILEUTE
DOLOR, ESO ES LO QUE SENTÍA. No tenía manera de describir lo que mi cuerpo y mi cabeza experimentaban, era una sensación de enojo extremo, peor de lo que nunca me había molestado, en mi cabeza sólo retumbaba como un eco todo lo que había pasado. Mi vista se había puesto roja, lo único que veía era a Sam Uley.
Y quería arrancarle la cabeza.
- ¡Leona!
Mire a Jared que se colocó delante de mi con las manos en alto, parecía asustado, inconcientemente le gruñí, quería que se alejara así golpear a Sam. Esperen ¿Gruñí? ¿Por qué Jared parecía de pronto tan pequeño? Era como veinte centímetros más pequeños, incline la cabeza a un lado confusa y estaba por dar un paso adelante cuando sentí que me sistema se desconfiguraba.
-《 ¡Mierda! 》- Chille asustada pero lo único que escuche fue un lastimoso aullido ¿Aullo?
- Leona, tranquila - Jared intento acercarse pero retrocedi torpemente
Baje la mirada.
- 《No, no, no, no, ay, ay, no - Solloze viendo debajo de mi cuatro enormes patas peludas de perro - ¡Jared dime que me drogue sin darme cuenta!》
Mire a mi mejor amigo pero a pesar de que mi voz hablaba en mi mente, lo único que mis oídos escuchaban eran pequeños aullidos como de un lobo llorando. Me giré a Paul que parecía estar en shock, mientras Jared movía los labios pero mi cerebro no procesaba lo que decía, mire a los dos restantes. Embry estaba sorprendido e incluso reía mientras Sam...
Sam saltó y ¡Se transformó! Mierda.
- « Leona, escuchame. Sé que estas enojada, confundida, y probablemente te duela el cuerpo » - Estaba escuchando su voz en mi cabeza, tenía la voz de Sam en mi cabeza, creo que estoy por desmayarme
Pero frente a mi no había ningún rastro de Sam, sólo estaba un enorme e intimidante lobo que era a penas más alto que yo, me miraba fijamente logrando que me encoja en mi lugar. Tenía miedo. Sam Uley acababa de transformarse en lobo y yo no tenía mis pies hermosos, estaba parada en cuatro patas.
- « Esto tiene explicación, sólo respira, calmate y te lo explicaré todo »
Quiero llorar.
- « No llores ahora, luego lloras - Ordenó, pero yo no había hablado, sólo estaba pensando - estas confundida lo sé, todos estuvimos en tú lugar: Paul, Jared, Embry y yo te entendemos, pero si quieres respuestas debes volver a tú cuerpo humano »
Cuerpo humano ¿A qué diablos se refiere con eso? Mi mejor amigo se tiraba del cabello maldiciendo, Paul había salido de su trance y tenía una mano en su boca mientras estaba viendo en un punto perdido, Embry Call parecía bastante sorprendido al igual que ellos, pero en buena manera. Mire de nuevo al impotente lobo.
- « Te explicaré todo, pero debes pensar en tú cuerpo humano, piensa en como es, como se ve, como lo sientes y luego te prometo, Leona, que te explicaremos todo » - Sus palabras eran seguras, me transmitían confianza a pesar de que segundos atrás tenía ganas de golpearlo
- ¡Paul ve a casa de Emily a traer ropa! - Escuche el grito de Jared mientras él se quitaba su remera - Leo la va a necesitar
¿Necesitar ropa?
Ignoralos, Leona tú puedes. Pero es que no podía pensar en mi cuerpo cuando no podía terminar de procesar que estaba en otro, era todo tan confuso, mi mente no estaba apta para tanta información ¡Casi no termino la escuela y querían que piense en estos momentos irreales! Piensa, respira, estaba entrando en un ataque pero no de ira, de pánico.
Quería llorar, ir con Leah a abrazarla y que me diga que todo había sido un mal chiste, una broma o una pesadilla, llegar a casa con papá y abrazarlo para quedarme allí refugiada.
Sentí un horrible dolor, como si mis huesos se estuvieran moviendo, recordándome debajo de las capas de mi enojo anterior que había pasado por ese mismo color minutos atrás y no me había dado cuenta por la furia. Pero allí estaba, sintiendo un dolor inimaginable.
Caí de rodillas llorando de dolor, pero pronto sentí algo encima mío y vi a Jared taparme con su camiseta. El enorme lobo se había ido hasta el bosque mientras Embry juntaba las cosas, mire a mi mejor amigo en shock pero este sólo me miraba de misma manera.
- Que mierda acaba de suceder.
¿Cómo tú vida puede dar un giró drástico por segunda vez en menos de lo que esperas? Primero había descubierto la existencia de los vampiros, algo que sonaba remotamente ilógico incluso en mi mente que es bastante abierta a las cosas nuevas. El escuchar las historias Quileutes cuando Jacob o Jared las contaron podrían haberme dado una idea, pero jamás me puse a pensar si todo en ellas eran reales.
Estaba sentada en el sofá fe la casa de Sam Uley, algo que me incomoda pero no estaba en mis prioridades en esos momentos, ya que mi cabeza sólo reproducía lo que sucedió una y otra vez.
- Ten, cielo - Alce la mirada para ver a Emily Young
Una mujer de piel bronceada pero no tanto, su cabello era de un negro azabache suelto y tenía un flequillo, su rostro tenía una marca de garras desde su ceja hasta su barbilla, algo que me dio curiosidad y a pesar de que la mujer no me agradaba por lo que le hizo a Leah, no podía negar que físicamente esa cicatriz la hacía lucir hermosa.
- Gracias - Acepte la taza de té que me ofrecía, me había prestado ropa y había sido increíblemente amable ¿Cómo es que había sido capaz de herir a su propia prima?
Los chicos entraron a la casa, pero detrás suyo se acercaban Billy Black, el viejo Quil Aterea y Harry, los mire sorprendida al igual que ellos a mi, pero Clearwater se acercó hasta abrazarme, gesto que tarde en responder pero acepte queriendo a ese hombre como un tío.
- Lo siento tanto, morocha. No creí que esto en algún momento pudiese involucrarte - Habló separándose
- Yo todavía no puedo creerlo - Hable bajo mientras me acomodaba
- Ni nosotros, ¿Cómo es posible que el gen lo tenga una mujer? - Preguntó el viejo Quil, lo conocía de vista - Sólo ha habido caso de hombres
- Bueno, el ADN lobuno avanza - Murmuró Emily sentándose a mi lado e incomodandome un poco
Empezaron a discutir, algo que me estaba aturdiendo, hablaban de mi o de un gen lobuno como si yo no estuviera, había pocas cosas que entendía pero parecía que todo giraba en torno a mi, como si yo fuese un fenómeno para ellos, lo que me estaba empezando a sacar de quicio.
- ¡Mierda, viejo ya cierre la boca! - Grite golpeando la mesa, ellos se giraron a mi en seguida - ¡Ya puede callarse, además de dejar de hablar de mi como si no estuviera porque aquí estoy! - Sentí mi cuerpo temblar y el dolor en los huesos volver a aparecer
- No la hagan enojar, las primeras semanas son lo peor - Habló Sam sentándose a un lado de Emily, tuve que aferrarme a la mesa para no golpear a alguno, aún que mi primer pensamiento era arrancarles la cabeza por alguna extraña razón
- Y peor aún si es el carácter de Leona - Murmuró Jared, yo lo mire ofendida pero él sólo se encogió de hombros
- Cierra la puta boca, Jared - Aleje la taza de mi cruzandome de brazos
- No te digo nada porque puedes transformarte aquí dentro y no queremos romper algo - Se sentó a mi lado. Frunci el ceño por la parte de la transformación
- Tienes muchas preguntas que vamos a responder, Leona. Pero tienes que tener la mente abierta - Pidió Billy colocando su silla delante de mi - Y controlar tú enojo
- No le digo nada porque le tengo respeto Billy, pero quiero que sepa que si vuelvo a escuchar la palabra "respira o calmate" voy a partirle la cara al primero que la diga - Me crucé de brazos pero él sólo sonrió de lado
Así empezaron a contar las leyendas Quileute.
Leyendas que escuchaba en silencio pero que ya sabía por la vez que andábamos en la playa con Jacob, que me había dicho Jared cuando le pedí información para saber de los Cullen y me sentí realmente idiota al no haberme dado cuenta de lo que sucedía, hasta incluso llegue a récordar los síntomas que tenía.
Cuando fuimos de pesca con Charlie y Harry.
- Vaya, llorar te hace ejercitar, estas más delgada - Se burló Harry con su auténtico humor negro haciéndome reír pero papá le pegó con su caña de pescar - Auch, oye
- Si bueno, eso explicaría por qué mi ropa ya no me va - Murmuré siguiendo con su juego pero papá gruñó - Ya tranquilo papá, es mejor tomárselo con humor
- Aprende de la chica, Charlie - Se burló Harry esquivando la caña de mi papá que intento golpearlo nuevamente
Me volví a reír guardando las cosas en la parte trasera de la patrulla, eran más livianas de lo que parecían. Metí las últimas cosas para girarme a papá que frunció un poco el ceño antes de girarse a Harry que se encogió de hombros.
Eso mostraba que mi estatura había aumentado, que la ropa ya no me entraba, la fuerza de los músculos que ni siquiera había notado. Billy Black hablaba pero en mi mente sólo se conectaban hilos, como si las lagunas estuvieran allí siempre pero recién ahora las estuviera notando.
Cuando fui a la fiesta y estaba la chica que me ofeció cocaína, la chica hablaba gritando a pesar de la música pero yo la escuchaba más que bien.
- Me dijeron que tenías un corazón roto - Habló alto aún que podía escucharla con perfección a pesar de la alta música - Tengo la cura para eso - sonreí traviesamente encogiendome de hombros
La manera en la que escuchaba todo, a pesar de la lejanía o que estén hablando bajo. Mi cabeza empezó a latir, mi corazón a avanzarse ¿Estaba volviéndome loca? Mire mis brazos por inercia, si estaban más trabajados.
- ¿Qué pasa? Fue un accidente, disculpa a este par de tontos, lindura - Me giré para darle el balón a a Jared que se quejó, hice una mueca al no darme cuenta que lo había hecho con fuerza - Fue culpa mía, la pelota en realidad iba para mi - Ella rodó los ojos antes de girarse e ignorarme
Mire a los presentes que me veían algo preocupados, más que nada Lahote junto a Cameron, ambos me veían con los ojos delatando como se sentían. Mi mejor amigo tomó mi mano, su temperatura ya no me parecía tan elevada como antes, hora me resultaba normal.
Me coloqué la remera para luego tomar unos shorts azules que no veía hace tiempo, metí mis piernas dentro para empezar a subirlo, intente subirlo más pero se quedó debajo de mis piernas sin subir y gruñí estresada, odiaba cuando me sucedía eso.
Odiaba que la ropa no me entre, pensaba que era porque estaba cambiando pero no sabía de que manera. Volví a ver las manos entrelazadas de Jared con la mía. Paul coló una mano en mi hombro viéndome comprensivo, su temperatura también me parecía normal.
- ¿No tienes frío? - Baje la mirada notando que estaba algo desabrigada, pero luego la alce para ver como ella enarcaba una ceja - ya que, vamos a mi casa y te cuento allí - Asenti sonriendo satisfecha
Volví a ver a los adultos que seguían esperando una respuesta, pero yo sólo podía ver que las señales siempre estuvieron ahí, tan claras.
Tire mi pantalón contra la pared. Odiaba que no me entrará la ropa, tomé otro pantalón tiro alto que me fue mejor y suspiré antes de arreglar el rostro, estaba despeinada, frustrada, enojada. Cerré los puños con fuerza tratando de respirar.
Hasta que frunci el ceño para ver a Harry, ahora todo me cuadraba.
- ¿Tú sabías que esto me estaba pasando? - Le pregunté con temor, las miradas fuero a parar a donde él
- Lo sospeché, pero cuando te abrace el día que te quédate con Leah me di cuenta que si era posible, tú temperatura estaba alta - Habló con algo de inseguridad - Pero no lo creía posible, eres la primera mujer que tiene el gen lobuno
Baje la mirada abatida.
- ¿Cómo está tú padre? - Siguió Harry aceptando mi abrazo
- No hablo con ella y bien - Respondí a las preguntas de ambos, me separe del abrazo viendo a Harry que fruncia el ceño viéndome extrañado - ¿Qué sucede, viejito? - Le pregunté algo preocupada, este entrecerró los ojos en mi dirección
Yo. Yo... Yo necesitaba aire. Me paré de mi lugar saliendo de la casa, necesitaba respirar ¿Por qué me sentía tan ahogada? Grite de dolor al sentir el enojo volver, los huesos reacomodandose y mi cuerpo doler como mil demonios. No lo controlaba.
De nuevo estaba en cuatro patas.