RESPIRA
TIRÉ MI PANTALON CONTRA LA PARED. Odiaba que no me entrará la ropa, tomé otro pantalón tiro alto que me fue mejor y suspiré antes de arreglar el rostro, estaba despeinada, frustrada, enojada. Cerré los puños con fuerza tratando de respirar.
- ¿Ahora que te sucede? - Escuche a Jared que estaba recostado en mi cama con Draco sobre su pecho
- Me odio - Suspiré viendo mi reflejo, intente acomodar mi cabello pero solo me daban ganas de tirarmelo hasta arrancarme el cuero cabelludo, me senté en la silla de mi escritorio - Demasiado
- Respira, respira - Se levantó para acomodar al conejo y luego hacerme masajes en los hombros - como tú mejor amigo, tengo que parar esto, así que dile a tú psicologo Jared lo que sucede - Solté una pequeña risa por su tono meloso
- Siento que fueron demasiados cambios - Admiti viendo a mi mejor amigo por el reflejo del espejo - Mudarme, enamorarme, que me rompan el corazón, dejar de hacer cosas que me gustan, hacer cosas nuevas, dejar de tener buena relación con Izzie... Muchos, muchos cambios
- Pero piensa que una de las cosas que nunca cambian es nuestra relación - Apoyó su barbilla sobre mi cabeza, abrazandome por los hombros - Somos mejores amigos desde niños, nos conocemos de cualquier manera, morocha. Eso nunca va a cambiar
- Te adoro - Sonreí algo triste y él me guiñó el ojo antes de girarse e irse a tirar de nuevo en mi cama
- Yo más - Sonrió antes de tomar de nuevo a Draco - Pero ¿Por qué estas tan gruñona? Sin contar lo de antes, ¿Ya se te acabó el polvo mágico? - Preguntó con una sonrisa burlona, rodé los ojos antes de tomar mi celular
- No me dejan seguir con eso - Murmuré algo incómoda mientras buscaba el chat de Clearwater para contestar los mensajes
- ¿Cómo qué no? - Pude ver de reojo como frunció el ceño - Cada quien sana a su manera ¿Por qué no sanas a la tuya? ¿Bella te delató? ¿Te quedaste sin dinero?...
- Es que - Suspiré interrumpiendolo, no quería contarle de Leah
La última semana había ido a almorzar a la cafetería de la reserva con Jessica para poder hablar con Leah, incluso había podido quitar una capa de la barrera de Clearwater y saber que decir para escuchar al menos una de sus precios... de sus risas. Pero sabía que ella no se llevaba bien con Jared, mucho menos Paul y viceversa, no quería arruinar el trato que teníamos.
- Conocí a alguien - Comencé y abrió los ojos sorprendido - Ella es algo reservada pero no le gustan las drogas, el alcohol, mucho menos salir de fiesta, así que le dije que yo dejaría un poco, sólo un poco, eso de lado y ella empezaría a abrirse más
- No creí que te volverías a interesar en alguien después de los Cullen - Hizo una mueca de asco al nombrarlos
- Es que ella es diferente - Aclare algo incómoda por escuchar el apellido de los vampiros - Es más reservada, es hermosa, tiene una sonrisa que casi nunca vez pero cuando la muestra es... - Suspiré y Jared soltó una carcajada
- ¿Qué pasó contigo? - Se burló con una sonrisa radiante - Antes no te enamorabas ni de casualidad, ahora llegas a Forks y ya van dos veces que te dejas enamorar, en serio que está chica tuvo que hacer un milagro
Rodé los ojos divertida antes de tomar un peluche de mi escritorio y lanzarselo, con demasiados buenos reflejos debo decir, logró atraparlo y me sacó la lengua burlón para seguir riendose.
- Ya, me debo ir a ver con ella - Me levanté para mandarle un mensaje a Leah de que estaba yendo - Vamos que te dejo en tú casa
Bajamos las escaleras, escuchando las brumas de Jared por mi parte, hasta que antes de pisar el último escalón lo patee y tropezó pero se logró estabilizar; me fulminó de mala manera haciéndome reír ahora a mi. Nos giramos a la puerta viendo a Izzie que estaba por tomar las llaves de la camioneta.
- Oh no, tú no - Las agarré de antemano, ella me miró de mala manera - No vas a usar la camioneta
- Tú la usaste estos meses, me toca a mi - Estaba por sacarmelas pero se las tire a Jared que las tomó viendo serio a mi hermana - ¡Oigan!
- Si quieres ir a un lugar, yo te llevo, pero no vas a usar la PickUp ¿Creiste que se me olvida lo que hiciste?
El día que Leah me había contado lo que pasó con Sam, recibí una llamada de Jessica que me decía gritando como loca que Izzie había sido capaz de subirse a la motocicleta de un desconocido a mitad de la noche, en un club de motociclistas y dejando a Jessica sola en medio de la carretera. Básicamente estaba demente.
Ese día Leah descubrió mis ataques de ira.
- Vamos - Pasé a su lado y Jared volvió a lanzarme las llaves para ir hasta la camioneta
- ¿Qué mierda? - Seguí la mirada de mi mejor amigo para ver algo detrás del vehículo, eran cosas enormes tapadas debajo de una manta. Suspiré cansada antes de caminar hasta allí y moverla lentamente
Motocicletas.
- Genial - Bufe irónica. Me giré a Izzie que jugaba con las mangas de su camiseta sin alzar la mirada - Estas demente - Negué decepcionada abriendo la puerta
Jared se subió quedando en medio de mi y mi hermana, yo suspiré arrancando el vehículo. Me aferre al volante con fuerza tratando de controlar la adrenalina. ¿A caso le parecía divertido hacerme despertar a papá y a mi cada noche en la madrugada por sus gritos? ¿Que las personas nos llamen por qué hace locuras? Una cosa era llorarle por unas semanas, ¿Pero hacer locuras por alguien ya no está? Si seguía con esas preguntas sin respuesta iba a chocar.
Respira.
No puedo.
Respira.
No puedo.
- Morocha - Escuche la voz de Jared y sentí como ponía una de sus manos sobre la mía que estaba en el volante - Respira
- Odio esa palabra - Murmuré apretando el volante, pero termine cediendo ante las caricias de mi mejor amigo
Detesto ser así.
Dejé a Izzie en lo de Jacob Black, algo que me sorprendió. A partir de allí, Jared fue caminando hasta su casa y yo comencé a ir a pie a la casa de los Clearwater. Llegando hasta estos momentos en los que estaba sentada en la mesa del comedor junto a Seth, ayudandolo con sus deberes.
- Si esto me lo hubieras pedido dos meses atrás... - Murmuré tomando una hoja de su libreta - Seguramente me hubiera reído e ignorado, pero enseñarles a unos niños fue parte de aprobar así que ayudó de cierto modo a mi paciencia y tolerancia a los mocosos de tú edad - Le sonreí burlona
- No me digas mocoso - Bufó siguiendo con su tarea, yo lo ignore para empezar a doblar la hoja - ¿Qué hago aquí? - Me mostró los ejercicios
- Eso está fácil, sólo tienes que saber despejar la x - señalé el signo - Después el resultado lo escribes ahí y ya terminas
- ¿Pero cómo paso esto, morocha? - gimió cansado echando la cabeza para atrás de la silla, me reí dejando la hoja a un lado
- Mira o te dejo haciendo la tarea sólo - volvió la mirada a la hoja - Pasa este para el otro lado del signo igual, luego pasas este y resuelves, luego la x queda de un lado y el resultado del otro - Explique con obviedad volviendo al papel
- Eres mejor que Leah para esto - Susurró haciendo lo que dije, yo me reí al ver que justo entraba la nombrada por la puerta con tazas de chocolatada
- Eso me ofendió - Habló dejando las cosas en la mesa y su hermano sonrió culposo
- Ambas sabemos que me prefiere a mi - Me burle tomando el avión de papel que acababa de hacer para lanzarselo a la castaña que vió como este la pasaba a un lado cayendo lentamente
- Patético - miró burlona mi avión de papel
Me reí asintiendo pero me levanté para volver a tomarlo, aveces extrañaba la escuela. Volví a sentarme para tomar la leche con chocolate que dejó Clearwater y ayudar al menor con su tarea.
- Listo, termine - Sonrió Seth antes de abrazarme - Gracias, gracias, gracias, morocha
- De nada, pequeño cachorro - Despeine un poco su cabello, me recordaba al hermano de las hermanas McGarrett - Dile a Marisol que deje de enviarte tanta tarea - Se giró a mi confuso
- ¿Por qué le dices a mi profesor de matemicas Marisol? - Preguntó confuso haciéndome reír - ¿Y cómo lo conoces?
- Lo tuve una clase de suplente; le digo Marisol porque uno de sus ojos ve al mar y el otro al sol - Leah se atragantó con su bebida mientras Seth reía
- Esa es buena - Me señaló antes de ir a su cuarto - Se la voy a decir a mis compañeros
- ¡No! - Se quejó Leah viéndome mal
- ¿Qué? - Pregunté con inocencia, ella negó pero la puerta fue abierta por los mayores Clearwater
Amaba a los padres Clearwater, más a Harry que era excelente consejero además de divertido, adoraba ir de pesca con él y papá, además de que ese fin de semana íbamos a ir nuevamente para que papá descanse un rato de estar con Izzie. La señora Clearwater era una mujer amable, totalmente cariñosa, siempre puso a su familia primero por lo que me fue extraño que no se enojara con Emily por lo que pasó con Sam.
- Hola, morocha Swan - saludaron ambos - ¿Cómo está tú hermana? - Preguntó la mujer y yo me levanté para saludarlos en un abrazo
- ¿Cómo está tú padre? - Siguió Harry aceptando mi abrazo
- No hablo con ella y bien - Respondí a las preguntas de ambos, me separe del abrazo viendo a Harry que fruncia el ceño viéndome extrañado - ¿Qué sucede, viejito? - Le pregunté algo preocupada, este entrecerró los ojos en mi dirección
- Sólo que... Creo que teníamos que hacer algo pero no recuerdo que - Solté una carcajada al verlo tan concentrado pensando
- Ir de pesca - Conteste entre risas y pareció ilumimarse una bombilla arriba de su cabeza por su gesto
- Me alegra verte más seguido por aquí - Habló Sue - No recuerdo por qué nunca fuiste amiga de Leah, incluso llegaste a ser más cercana con Harry
- Bueno, Harry no me gruñe cada vez que le digo algo lindo - Mire a Leah que rodó los ojos
- Yo me ruborizo - Harry fingió abanicarse haciéndome reír y su esposa golpeó su hombro riendo - Leah, dale atención a Leona ¿No ves que tiene un corazón roto? - Fingió un puchero con sus labios. Lo miré con falsa indignación
- Golpe bajo, Harry - Lo señale pero él se encogió de hombros inocente
Leah tomó mi brazo arrastrándome hasta su habitación para que no siga la charla con su padre, así que riendo me despedí de ambos para entrar al cuarto de la castaña.
- Oye, estaba hablando con mi suegro - Ella me ignoró yendo a su escritorio, me reí levemente antes de echarme en su cama - Ambas sabemos que caeras ante mis...
Frené al pensar en lo que estaba por decir. Leah por mi silencio se giró a mi enarcando una cena.
- ¿Qué milagro de los ancestros sucedió para que frenaras tú coqueteo? - Preguntó con un deje de burla
- Es que - Suspiré - Iba a hacer un chiste con...Marvel, pero luego recordé algo que estaba involucrado - Alice - y se me fueron las ganas
- ¿Por qué dejarías de ver algo que te gusta? - Cuestionó confusa, ¿Cómo explicarle que es por uno de ellos? Ella frunció más el ceño - ¿Quién te lo arruinó?
- Nadie - Murmuré algo incómoda, ella Bufó antes de tomar su celular y recostarse a mi lado - ¿Qué haces?
- Vamos a ver un maratón de Marvel ¿Te gustan no es así? - Mostró su celular, abrí los ojos sorprendida - Si alguien te lo arruinó, yo lo arreglo - Susurro más bajito - Ese era el trato, aprender... del amor
Los ojos chocolates de Leah se mostraban igual de complejos que la primera vez, u cabello lacio y castaño por debajo de sus hombros brillaba; sus labios carnosos estaban apretados en una tierna mueca. A Leah le costaba hablar de amor pero estaba dispuesta a devolverme mi fanatismo por Marvel. Sonreí casi incrédula por eso, no esperaba que alguien se interese en eso.
- Como me gustas - Suspiré inevitablemente, ella rodó los ojos como siempre con una sonrisa para luego prender su celular
- Veamos Marvel y cállate - Murmuró, podía ver un ligero rubor en sus mejillas
Sonreí acomodandose mejor para ver esas películas que ya casi me sabía de memoria hasta los diálogos del derecho y del revés.
- ¡Agachate Paul!
Lahote accedió a hacer lo que le pedí en un grito y yo salte a su espalda riendo, él negó divertido antes de acomodarme en su espalda y seguir caminando. Estábamos en la playa de la Push, ellos querían presentarme a alguien importante, decían que como mis amigos querían presentarme a su amigo más importante así podíamos salir todos juntos, lo que acepte.
- ¿Cómo está la pequeña, morocha? - Murmuró el castaño mientras yo jugaba con su cabello
- Bien, estuve algo ausente en la casa de Allison y Marina pero prometí ir a visitarlas - Respondí acomodandome para sostenerme bien
- Ya lo sé, el pequeño Leo no para de decirme que esperaba que tú fueras la novia de Allison y no un idiota midgardiano como yo - Solté una carcajada enorme al escuchar eso
- Por eso lo adoro - Sonreí recordando al pequeño pelirrojo
Seguimos hablando hasta llegar al enorme acantilado que ellos visitaban algunas veces, sonreí risueña al pensar en la idea de algún día poder lanzarme desde allí arriba, pero ni que fuera Bucky saltando del avión de carga de Sam, no estaba tan loca como para animarme a eso, siquiera sabiendo lo remotamente loca que estoy.
- llegamos al punto de encuentro, señorita Stark - Se burló Paul frenando
- Gracias V.I.E.R.N.E.S ¿Puedes mandarle mi ubicación a mis trajes? - Seguí con la broma
- Extrañaba tus referencias a Marvel - Me giré al escuchar la voz de mi mejor amigo - ¿Qué otro milagro sucedió?
- Callate, tonto - Golpee su hombro riendo
Mire detrás de él, notando una manta en el suelo de la playa con varias comidas encima y una pelota, seguí la vista para ver a dos chicos viéndome curiosos, frunci el ceño reconociendo a Embry Call, ya que es uno de los mejores amigos de Jacob, pero el otro no me sonaba aún que su rostro serio no me dejaba duda de quien era. Mierda.
- Morocha, ellos son Embry y Sam
Controlate.
respira.
Controlate.
Respira.
- Un gusto, Sam Uley - El castaño estiró su mano haciendo una mueca parecida a una sonrisa amable. Mire la mano tendida con seriedad
Tenía frente a mi al patán de los patanes, al imbécil que le rompió el corazón a Leah, era como un wakandiano de dos metros con el cuerpo fuerte de Starlord, pero la cara pateda del calamardo alienígena que intentaba robarse las gemas para Thanos.
- Si, sé quien eres - Mire su mano pero no la acepte, el chico frunció el ceño bajando la mano
- Leona - Murmuraron Paul y Jared al unísono
- ¿Me trajeron para ver a este idiota? - Me giré para señalar al hombre pero viendo indignada a mis amigos que fruncieron las cejas como si estuvieran ofendidos
- ¿De dónde lo conoces y por qué lo tratas así? - Preguntó Jared cruzandose de brazos
- Este imbécil - Murmuré empezando a caminar de vuelta a donde Leah para ir a verla - Fue quien le rompió el corazón a Clearwater
Ellos quedaron en silencio pero los ignore para seguir con mi caminata.
- ¿Cómo conoces a Leah? - Escuche la voz de ese Sam Uley, frene el paso apretando los puños
- Mira, imbécil sin estilo, ni se te ocurra decir su nombre - Ordene girandome a él con enojo
- Leona basta - pidió Lahote poniendo su expresión seria
- Pudrete Paul
- ¿Desde cuándo eres amiga de Leah? - Cuestionó mi mejor amigo elevando las cejas con indignación - Clearwater es una gruñona...
- ¡Cierra la boca si no quieres que te golpee! - Lo señale amenazante - No hables así de Leah
- No estoy diciendo nada que no sea verdad - Se defendió encogiendose de hombros histérico
Creí que cuando se referían a presentarme a alguien importante era a un amigo que yo no conociera, pero tenían que presentarme al imbécil que le rompió el corazón a la chica que estaba arreglando el mío, la castaña que estaba solucionando el daño que ellos me hicieron, e incluso eran capaces de defender los actos del idiota de Uley. ¿Sam Uley? Un asco.
- Leona - Murmuró Paul avanzando un paso - Leona respira
Respira. Respira. Respira.
- ¡Ya no quiero escuchar esa puta palabra de vuelta!
Grite enojada.
Si era cierto que quería explotar, mandar a la mierda el como Izzie me estaba estresando, como los Cullen me habían abandonado, como discutía con cualquier persona sin razón, como tenía que verle la cara al imbécil que rompió el corazón de la persona más buena. Quería explotar pero no literalmente.
Porque poco a poco sentía como mis huesos se quebraban.
- ¡Leona!