7FATES: CHAKHO

By HYBE_HISTORIAS

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Nuevos capítulos semanales todos los viernes a las 9 p. m. CST ****** Es el Día de la Visita. La ciudad de Sh... More

2. La roca Beom
3.‌ ‌Retazos‌ ‌de‌ ‌memoria‌
4. Reclutando compañeros
5. Algo extraño y aterrador
6. El encuentro
7. La Espada de la Edad Antigua
8. Un choque violento
9. La vida ya no es lo que era
10. La Fuerza Mariposa Tigre
11. Los beoms se acercan
12. Otro encuentro
13. Preparativos
14. ¿Por qué a nosotros?
15. ¿Quién es el monstruo?
16. Una luz brillante y enceguecedora
17. Tienen que protegerme
18. Una criatura extraña
19. Quería vivir
20. El comebeoms
21. Perdón
22. Dame un pastel de arroz y te dejo vivir
23. Estamos vivos
24. Los odio
25. Una determinación inquebrantable
26. Reputación dañada
27. Por favor, no me mates
28. Héroes
29. Bastardo
30. La Espada de la Muerte
31. Cazador (Parte 1)
32. Cazador (Parte 2)
33. No esperaba menos de ti
34. Heoseo
35. Eso
36. ¿Qué es esa cosa?
37. División
38. Hupo
39. Mi padre
40. El hombre
41. Confusión
42. Un mal presentimiento
43. ¿Por qué?
44. Oruga
45. Decepcionado
46. Descartable
47. ¿Quién es?
48. Hay algo ahí afuera
49. Una oscuridad siniestra
50. Cicatrices
51. Ni humano ni beom
52. Tu nombre
53. Compasión (Parte 1)
54. Compasión (Parte 2)
55. Compasión (Parte 3)
56. Intolerable (parte 1)
57. Intolerable (Parte 2)
58. La asamblea
59. Bulti (Parte 1)
60. Bulti (parte 2)
61. Copo de Nieve
62. Fugitivo (Parte 1)
63. Fugitivo (Parte 2)
64. Resolución (Parte 1)
65. Resolución (Parte 2)
66. Resolución (Parte 3)
67. ¿Quién podría estar detrás de todo esto?
68. Los monstruos se acercan (Parte 1)
69. Los monstruos se acercan (Parte 2)
70. Los monstruos se acercan (Parte 3)
71. Los monstruos se acercan (Parte 4)
72. El fin del odio (Parte 1)
73. El fin del odio (Parte 2)
74. El fin del odio (Parte 3)
75. El fin del odio (Parte 4)
76. El monte Inwang (Parte 1)
77. El monte Inwang (Parte 2)
78. La ciudad de ceniza (Parte 1)
79. La ciudad de ceniza (Parte 2)
80. La ciudad de ceniza (Parte 3)
81. La Torre Yisal (Parte 1)
82. La Torre Yisal (Parte 2)
83. Hwanwoong (Parte 1)
84. Hwanwoong (Parte 2)
85. Hwanwoong (Parte 3)
86. El mestizo de la profecía
87. Más allá de la montaña
88. Epílogo (Parte 1)
89. Epílogo (Parte 2)

1. Los asesinatos del monte Inwang

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By HYBE_HISTORIAS







Tu...
tum...
Tu...
tum...
Tutum...

Los sonidos monótonos se originaban debajo de la tierra y resonaban con un ritmo similar a los latidos de un corazón.
De a poco, el golpeteo fue recubriendo la ciudad y la transformó en un abismo siniestro disfrazado de un enorme corazón palpitante.
En ese momento, de ese abismo interminable salió volando una bola gigante y la envió directo hacia él.
"No puedo respirar...".

—¡Ah!

Zeha se despertó de un sobresalto, jadeando en busca de aire.

Respiraba agitado y miraba el techo con los ojos muy abiertos.
Era blanco y no lo reconocía.

—¿Pero qué...?

No hizo falta que mirara a su alrededor para que supiera dónde estaba. El olor de los químicos arremetió contra todos sus sentidos y era suficiente para que se diera cuenta.

—¿El hospital? ¿Qué hago aquí...?

En el mismo instante en el que entendió dónde se encontraba, un dolor intenso le atravesó todo el cuerpo.

—¡Ay!

De inmediato, levantó la mano y se la llevó hasta el pecho. Ahí fue cuando se percató de la venda apretada que lo envolvía.
De ahí provenía el dolor, y Zeha no pudo evitar recordar aquel corazón. Frunció el ceño; no sabía por qué eso tendría alguna relación con su situación actual.

"Creo que soñé con un corazón...".

A pesar de que no lograba recordar el sueño con detalle por más que lo intentara, Zeha sabía que no había sido nada placentero.
Recordaba que lo perseguía una oscuridad siniestra, y que, al final, lo alcanzó y se enrolló alrededor de su corazón como si fuera una pitón estrangulando a su presa.
Cerró los ojos y apretó la mano contra el pecho, deseando que el dolor se fuera.

"¿Qué pasó? ¿Por qué estoy en el hospital...? ¿Qué es este dolor? ¿Cuándo me lastimé?".

No importaba cuánto lo intentara, no lograba recordar nada. Parecía como si alguien hubiese metido la mano a la fuerza dentro de su cerebro y le hubiera desacomodado algo.

Mientras Zeha intentaba comprender cómo fue que había terminado en ese estado, lo atacó un dolor punzante en la sien.

—¡Pero por favor...!

Se dobló del dolor con un gruñido de agonía. Parecía que el sufrimiento no terminaría jamás, hasta que finalmente disminuyó.

"¿Qué me pasa?".

No entendía nada de lo que le estaba sucediendo.
Pero, en ese momento, recordó que se había encontrado con un hombre misterioso cuando salía de su casa.

—¿No quieres saber cómo y por qué murieron tus padres?

Sí que quería.
Por desgracia, ni los profesores ni el personal del orfanato le habían contado nada. De hecho, cada vez que preguntaba, le daban la espalda con una expresión de incomodidad.

Y así fue como el vago recuerdo que le quedaba de la muerte de sus padres quedó sepultado en el fondo de su memoria. Como nadie tenía las respuestas a sus preguntas, Zeha decidió que algún día lo averiguaría por sí mismo.
Pero eso fue cuando era joven e ingenuo.
Cuando le llegó la edad de dejar el orfanato, se dio cuenta de que había otras cosas más urgentes para hacer primero. Descubrir la verdad sobre la muerte de sus padres tendría que esperar.
Primero y principal, necesitaba sobrevivir.
A pesar de que haber nacido en Shinsi tenía bastantes beneficios, necesitaba dinero para poder subsistir.
No podía darse el lujo de investigar la muerte de sus padres cuando todos los días tenía que preocuparse por poder poner un plato de comida sobre la mesa.
Entonces abandonó esa noble determinación para realizar varios trabajos de medio tiempo de la mañana a la noche, sin descanso.
Durante ese período, los recuerdos que tenía de sus padres fueron disipándose. Zeha comenzó a creer que lo habían abandonado. Con el tiempo, el anhelo que sentía por ellos se transformó en resentimiento, y se convirtió en un joven cínico y pesimista. Y así iba Zeha por la vida, luchando para sobrevivir. Fue en ese momento que apareció el hombre.

Si hubiese ido a verlo cuando todavía era un niño huérfano con sueños nobles, Zeha lo habría seguido sin pensarlo dos veces.
Sin embargo, hacía ya tiempo que había dejado de ser un niño inocente que iría detrás de un extraño que le ofrecía caramelos. Por lo tanto, lo rechazó.

—Maldita sea.

Antes de alejarse, le mostró el dedo del medio. Pero, por desgracia, en lugar de desistir, el hombre comenzó a seguirlo.

—Ey, ¿no quieres saber por qué tus padres sufrieron una muerte tan trágica? ¡¿No quieres saber cómo murieron, cómo gritaron de agonía antes de sus fatídicas muertes?!

Zeha no lograba descifrar el tono del hombre. Sonaba como si estuviera burlándose de la muerte de sus padres, pero también como si estuviese criticando a Zeha por haberse olvidado de ellos.

—Ah, bueno. ¿En serio? Un horror, la verdad...
—El monte Inwang. Ahí se esconde un secreto sobre tus padres.
"El monte Inwang".

Zeha frunció el ceño. Como se encontraba de espaldas al hombre, hizo de cuenta que eso no lo había afectado para nada.

—Qué lástima que no me gusta escalar. —Se encogió de hombros con indiferencia.
Zeha.

Escuchar su nombre hizo que se detuviera en seco.
Se dio la vuelta y fulminó al hombre con la mirada. El hombre sonrió con satisfacción y dejó ver su dentadura inmaculada.

—Veo que ahora tengo tu atención —murmuró—. ¿Quieres saber por qué sé tu nombre?
—Bueno, hay muchas maneras de averiguar eso. No es que sea información personal ultrasecreta. Ja... Y pensar que te tomaste la molestia de averiguar el nombre y la dirección de un joven apuesto como yo... ¿De casualidad eres un acosador? ¿O un pervertido?

El hombre arrugó la nariz.
"¿Qué fue eso?".
En ese instante, Zeha tuvo la sensación de que el hombre no era humano.
Expedía un aura que jamás había percibido.
Se estremeció al imaginarse que el hombre podría convertirse en una bestia feroz y que en cualquier momento podría morderle el cuello con sus colmillos afilados.

—¿No recuerdas que tu madre era una chamana?

El hombre dio un paso hacia adelante y Zeha se obligó a mantenerse firme en el lugar... pero no pudo evitar dar un paso hacia atrás en un acto reflejo.

—¿Te olvidaste de que tú y tus padres vivían cerca de la roca Beom en el monte Inwang?

"La roca Beom en el monte Inwang. Me acuerdo".
Zeha recordó a su padre, sentado frente a la roca Beom con él sobre sus piernas, tarareándole una canción.
Recordó a su padre acariciándole el pelo y sus manos tan suaves.

"Papá...".

Recordó que, aún en los brazos de su padre, había girado la cabeza para ver a su madre, que le sonreía.
Ella siempre lo miraba con cariño. Zeha recordaba cuán feliz había sido.
Pero, en ese momento, también recordó...

—¡Corran! —gritó su padre.

—¡Zeha!

Esa fue la última palabra que le escuchó decir a su madre. En un segundo vio pasar todos los recuerdos de su infancia, con las voces de sus padres haciendo eco en su mente.
"¿Cómo pude haberme olvidado de todo esto?".
Al ver que sus ojos reflejaban sus emociones en conflicto, el hombre dio otro paso hacia adelante.
Esta vez, Zeha no retrocedió.

—Ey, hoy el día está lindo. ¿Por qué no vas a la roca Beom? Averigua la verdad sobre tus padres. Hazlo por tu propio bien —susurró el hombre y se dio la vuelta.

—¡Ey, espera!

Para cuando Zeha volvió en sí y estiró la mano, el hombre ya se había ido.
Zeha se sentía tan abrumado que ni siquiera se dio cuenta de que el hombre era increíblemente rápido para ser humano.
La invasión repentina de recuerdos de la infancia lo dejó desorientado por completo.
"¿Eso fue un grito?
¿Por qué mi mamá me gritó con tanta desesperación?".
Tenía un millón de preguntas que le daban vueltas por la cabeza. En ese mismo momento, le sonó el teléfono.
Zeha se aclaró la garganta para recomponerse y miró qué era.

16 de enero, calendario lunar

Aniversario de la muerte de mis padres
"¿Fue solo una coincidencia que justo hoy apareciera un hombre extraño y me hablara sobre mis padres? No, no puede ser".

Y así, Zeha decidió faltar a su trabajo de medio tiempo y dirigirse hacia la montaña.


***

"Sí, fui hasta ahí. Tomé el autobús, me bajé y vi la montaña frente a mí. De eso me acuerdo. Pero ¿qué pasó después? ¿Cómo terminé en el hospital?".

En ese momento, entró una enfermera a la habitación. En cuanto se dio cuenta de que Zeha estaba consciente, se acercó rápido a su lado.

—Se despertó. ¿Cómo se siente? ¿Le duele algo?
—Siento el pecho un poco...
—No me sorprende. Tiene una herida grande ahí. Voy a pasarle algo para el dolor por la vía intravenosa.

Mientras lo hacía, la enfermera comentó:

—Estuvo tres días inconsciente, ¿sabe? Sangró muchísimo y estaba tan malherido que creí que no se salvaría. Es un alivio ver que se encuentra bien.

"¿Estuve inconsciente por tres días?".
Cuando se fue la enfermera, Zeha se esforzó para recordar lo que había sucedido en la montaña. Pero los calmantes lo hacían sentirse somnoliento.
Pasó un rato entre la consciencia y la inconsciencia hasta que, finalmente, se despertó con alguien que lo llamaba.

—Usted es Zeha, ¿no? Me enteré de que ya había despertado. ¿Tiene un momento?

Era un hombre.
Llevaba unos anteojos que hacían que se viera muy elegante.
Zeha pestañeó y lo miró fijo, confundido. A modo de respuesta, el hombre introdujo la mano en el bolsillo y sacó una tarjeta.

—Soy el detective Suhun Kim, de la policía de Shinsi —explicó.

Zeha tomó la tarjeta y la leyó.
Era la primera vez que recibía la tarjeta de presentación de un policía.
Miró a Suhun y se dio cuenta de que llevaba puesto un traje. No pudo evitar pensar que, más que un detective, parecía un fiscal.

—Solo quiero hacerle unas preguntas sobre el incidente en el monte Inwang.
—El monte Inwang...

Zeha también tenía preguntas sobre eso.
Soltó un gruñido y se incorporó con cuidado.

—¿Qué hacía en el monte Inwang el día 16 de enero del calendario lunar?
—Fui porque tenía que hacer unas cosas...
—Y yo le estoy preguntando qué cosas.

"Hay algo raro". Suhun hablaba con un tono acusador, como si Zeha hubiese hecho algo malo.
Zeha frunció el ceño y fulminó al detective con la mirada.

—Son asuntos personales —contestó—. ¿De verdad tengo que contarle eso también?
—Sí, para eso vine —declaró Suhun con firmeza—. Escuche, va a ser mejor que me diga la verdad —le advirtió—. ¿Qué estaba haciendo en la montaña?
—No quiero decírselo —replicó Zeha—. Quiero que se respete mi derecho a permanecer callado.

Suhun le dirigió una mirada glacial.

—Por lo general, son los criminales los que exigen que se les respete ese derecho.
—¿Disculpe? Solo quiero que se respeten mis derechos. ¿Y usted me compara con un criminal? ¿No le parece mucho? ¿De verdad puede hacer una cosa así? ¿Puede un policía acusarme solo porque pido que se respete un derecho que me corresponde?

Suhun suspiró y explicó:

—El día que no fue a trabajar y se dirigió a la montaña, se encontraron veinticuatro cadáveres mutilados en el área.

Zeha pasó unos segundos sin poder emitir palabra.
"¿Cadáveres? ¿Mutilados?". Solo había escuchado esas palabras en las noticias.

De repente, hizo una mueca y se llevó la mano al pecho otra vez.
Los calmantes que le habían dado empezaron a perder efecto y estaba volviendo a sentir el dolor.
Suhun sacó unas fotografías de un sobre y las colocó una por una frente a Zeha, que, al ver las grotescas escenas retratadas, se quedó sin aire.
Brazos arrancados, cuerpos destrozados, cortes profundos en el pecho y el estómago...
Zeha se preguntó si había visto esos cuerpos.

"¿Estaban ahí?".

De repente, se le cruzó una escena por la cabeza.
Manchas de sangre, respiración entrecortada, un grito...

—¡Zeha!

El grito de su madre sonó tan claro como si estuviera gritándole directo al oído, pero los demás recuerdos eran muy difusos.

—¿Zeha?

La voz de Suhun se mezcló con el grito de su madre.
Zeha lo miró con los ojos inyectados en sangre.

—¿Entonces? ¿Ahora sí quiere hablar sobre lo que pasó?


***


Zeha le dijo a Suhun que no recordaba nada.

—Era el aniversario de la muerte de mis padres... —continuó—. Fui a ese lugar porque ahí era donde vivíamos.

Zeha supuso que el detective no le creería si le hablara sobre el hombre misterioso que había ido a buscarlo a su casa.

—Recuerdo haber subido la montaña, pero después de eso no recuerdo nada más...

Cuando terminó de tomar nota de las declaraciones de Zeha, Suhun le dijo que ya se iba, pero antes agregó que tal vez tendría que volver a verlo.
Zeha volvió a recostarse en la cama y escondió la cara entre las manos.

"¿Pero qué fue lo que pasó?".

Las fotos que le había mostrado Suhun se reproducían sin parar en su cabeza como una película.

"No es posible que un humano haya hecho eso... ¿Cómo podría una persona matar a alguien de esa manera?".

Las heridas que tenían las víctimas no eran de cuchillos o hachas.

"¿Habrán sido unos depredadores? Como osos o tigres...".

Pero Shinsi era una ciudad grande. Era imposible que hubiese depredadores rondando por ahí.

"Maldita sea. De verdad no puedo recordar nada. Esto es una locura".

Lo que no sabía Zeha era que estos asesinatos del monte Inwang iban a dejar a toda la ciudad conmocionada. Era tan solo el principio...




Historia original: HYBE​
Co-producción: HYBE / NAVER WEBTOON​


https://go.webtoons.com/OfAsHlBulnb

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