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Title: Flaming Wings
Ship: Adrinette
Genre: AU, Romance, drama, angels, mythology, retelling.
Word Count: 40,000+
Word Count per chapter: 1,000+
Rating: NC-17
Chapters: 3/15
Beta: Un betated
Disclaimer: Si fueran míos, esto no sería escrito, sería vídeo :v
Music:
✨ Los comentarios, las estrellas y las galletitas me hacen feliz. ✨
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"Algo está podrido en el estado de Dinamarca".
Hamlet acompaña a los soldados a su guardia nocturna. El fantasma de su padre lo llama a un lado y debe escuchar, para su consternación, que el anciano rey no murió, como todos creen, de una mordedura de serpiente, sino que fue envenenado por su propio hermano, Claudio.
Y como se había ido sin la extremaunción, ahora debe expiar por ello. Le pide a su hijo que se vengue de Claudio; Gertrudis, por el contrario, debe ser salvada. Hamlet hace jurar a los guardias que no le contarán a nadie sobre la aparición.
¿Es locura?
Después, se apresura a ir con Ofelia, su amada; sin decir nada y con una mirada desesperada, la toma por la muñeca y luego se retira. Antes de eso, Ofelia está con su padre Polonio, el consejero estatal supremo de Dinamarca, quien imposibilita cualquier relación, al prohibir cualquier trato con Hamlet por el solo hecho de ser el legítimo sucesor del difunto rey.
"Hay más cosas entre la tierra y el cielo, Horacio, / de las que puede soñar tu sabiduría escolar".
También Laertes, el hermano de Ofelia, ha prevenido enfáticamente a su hermana acerca de Hamlet. Cuando Polonio se entera del extraño comportamiento del joven frente a su hija, llega a la conclusión de que Hamlet debe de haberse vuelto loco por el supuesto amor no correspondido de su hija. Polonio decide informar al respecto a la pareja real.
"Polonio: Será locura, pero tiene método. – ¿Queréis salir, príncipe, a donde no os dé el aire? –Hamlet: ¿A mi tumba? – Polonio: Ciertamente, allí no da el aire"".
Mientras Polonio habla con el rey Claudio y la reina Gertrudis, Hamlet aparece inesperadamente, ensimismado en la lectura de un libro. Claudio y Gertrudis se retiran, mientras Polonio intenta descifrar la supuesta locura de Hamlet, cuyas absurdas respuestas confunden al consejero estatal por su doble sentido y el significado oculto que parecen contener. También frente a sus antiguos compañeros de clase, Rosencrantz y Guildenstern, Hamlet se muestra como un espíritu débil: se da cuenta inmediatamente de que ambos fueron enviados por el rey para observarlo e informar sobre su comportamiento.
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Era siempre a esta hora que Adrien deseaba tener un sistema de seguridad, múltiples trampas y una puerta resistente.
Gruñendo en una mezcla de sueño y frustración, se sentó y lanzó una almohada al sonriente – culpable como debería ser en opinión de Adrien – rostro de su mejor amigo.
—Luka, ¡¿por qué demonios estás aquí y más importante, por qué demonios me despiertas?!
Luka se sentó en el suelo después de ser golpeado por la almohada de Adrien, frotando su nariz, consternado.
—Tengo una pregunta mejor. ¿Por qué pusiste tu alarma en la almohada?
Sostuvo el mencionado objeto y miró a Adrien, confundido.
—¡Me despierta!— Adrien se defendió.
—La mayoría de personas no ponen sus alarmas en sus almohadas.— Luka resopló.
—Fuiste tú el que me dijo que encontrara alguna forma para no golpear el botón cuando sonara,— Adrien sacó su lengua.
—Y estoy arrepintiéndome de ello cada vez que mi nariz palpita,— Luka sentenció con un frunce de ceño.
—Es tu culpa,— Adrien dijo, —¿Y qué haces aquí? Aparte de despertarme cuando obviamente no quiero ser despertado.
—Sabía que estarías muy perezoso y tratarías de dormir así que vine a decirte que te obligaré a salir conmigo y unos amigos esta noche.
—No quiero.— Adrien rodó, enterrando el rostro en su otra almohada.
Luka, de cualquier modo, sonrió.
—Pensé que dirías eso. Pero no tienes opción – no me iré y te dejaré durmiendo – no eres divertido después de ir a algún club, Adrien, así que mi misión de hoy es solucionar eso.
Adrien dijo lo primero que llegó a su mente.
—¡¿Por qué no tienes también una resaca, idiota!? —Se movió enojado mientras la sonrisa de Luka solo se hacía más grande.
Gruñó, colocando su almohada sobre su cabeza.
Luka, tomando esto como señal de rendición, sonrió feliz.
—¡Ahora me iré para asegurarme que Marinette no esté en uno de sus momentos antisociales otra vez!
Adrien parpadeó mientras Luka literalmente se iba dando saltitos.
"De verdad necesito amigos nuevos...amigos nuevos y cuerdos..."
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Tomó un par de horas, pero Adrien por fin dejó su cama y después de múltiples – pero no letales – dosis de pastillas para el dolor de cabeza, empezó a buscar ropa limpia para ponerse, porque conociendo a Luka como lo hacía, su mejor amigo iría y lo sacaría a donde fuera, sin importar si Adrien estaba presentable o no.
Tal como la vez en la que Adrien fue jaloneado a un concierto usando solo sus pijamas.
Luka había sido incapaz de dejar de burlarse de Adrien toda la noche; después de la centésima ronda de risas, Adrien lo pateó.
"Al menos eso no sucederá esta vez"
Adrien pensó con alivio mientras unos golpeteos en la puerta se dejaban escuchar. Gruñendo, Adrien abrió la puerta y vio el sonriente rostro de Luka.
...así como también el de alguien más.
Adrien ladeó la cabeza, confundido, mientras se preguntaba por qué la persona al lado de su mejor amigo le parecía familiar.
Al principio, al ver su rostro, había creído que Luka estaba llevando a alguna de las amigas de su hermana menor, antes de darse cuenta de súbito que la persona ahí no parecía tener la edad de Juleka.
Luka sonrió ante su expresión.
—Adrien, ella es Marimanette ¡ouch!— Luka frotó su frente y miró herido a su amiga. —¡¿Y eso por qué fue?!
—¡No me digas Marimanette!
—No es mi culpa que te hayas presentado así la primera vez.— Luka musitó.
Ignorando a Luka, la chica giró hacia Adrien.
—Marinette Dupain-Cheng; mucho gusto.
—Adrien Agreste,— respondió, sonriendo ante el puchero que Luka tenía.
—¡Bueno, ahora que ya se conocen, vámonos!— Luka sentenció, aun con un pequeño puchero.
—Antes de que Alya nos mate por llegar tarde, ¿no?— Marinette preguntó con una sonrisa.
—Nah, ella tiene a Nino para que la distraiga, si sabes a lo que me refiero,— Luka movió las cejas de manera sugerente.
—Luka, no hagas eso – son malas imágenes mentales.— Marinette dijo mirándolo sombríamente.
Adrien, quien había estado siguiendo al par, tratando de saber por qué Marinette parecía tan familiar; de pronto, dejó salir un grito ante la realización, el cual llamó la atención de los otros dos.
—¿Qué pasa, Adrien?— Luka preguntó.
—¡Ahora sé por qué ella se me hace familiar!— Adrien exclamó señalando a Marinette, la promesa que se hizo a sí mismo hace unas noches sobre nunca dejar que Luka supiera, fue olvidada con su emoción. —¡Fuiste tú la del techo!
Tomó algunos segundos para que la realización calara en Marinette.
—¡Tú!
Adrien rió.
—Sí... uh... lamento ese... malentendido...
Una pequeña sonrisa apareció en el rostro de Marinette, la cual Adrien pensó que lucía mucho mejor que la otra que había visto en ella aquella noche.
—Estoy confundido, pero asumo que Adrien hizo algo tonto otra vez,— Luka sentenció serio.
—¡Hey!— Adrien lució ofendido mientras Marinette reía. —Llegaremos tarde.— Sentenció, jalando las mangas de ambos chicos para que empezaran a caminar.
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Horas después, Adrien regresó a su departamento.
A pesar del recelo de Adrien, la había pasado bien – cuando su resaca desapareció, claro.
Entre defenderse de los ataques de Luka hacia su inteligencia y ver entretenido a los dos amigos de Marinette: Alya y Nino, la mayor parte de la noche la pasaron tratando de descubrir el aura de misterio que parecía cubrir a Marinette Dupain-Cheng como una neblina permanente.
Era difícil no notar que la Marinette que había visto en el techo luciendo como si estuviera por saltar y la Marinette que había visto con sus amigos esta noche, riendo y bromeando, parecían dos personas completamente diferentes.
Aquella que había visto esta noche había parecido a una estudiante universitaria normal, bebiendo y pasándola bien con sus amigos – aunque algo callada alrededor de él.
Aquella que había visto en el techo solo había irradiado emociones negativas, parecía...
Triste y...
Solitaria...
Adrien notó con el ceño fruncido.
Mientras iba al fridge a sacar algo frío, se preguntó por qué estaba pensando tanto en alguien que acababa de conocer y por qué sentía las súbitas ganas de ayudarle... De quitar la intensa soledad de sus ojos.
Moviendo la cabeza, Adrien decidió que de verdad necesitaba descansar lo que quedaba de la noche.
Continuará...
Capítulo arriba!!
Denseeee