El Juego de Hades

By SabrinaMiicaela

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Aaron siempre fue el centro de las miradas y no por los mejores motivos. Entre otras cosas, tiene fama de ser... More

El Juego de Hades
〘Capítulo I〙
〘Capítulo 2〙
〘Capítulo 3〙
〘Capítulo 5〙
〘Capítulo 6〙
〘Capítulo 7〙
〘Capítulo 8〙
〘Capítulo 9〙
〘Capítulo 10〙
〘Capítulo 11〙
〘Capítulo 12〙
〘Capítulo 13〙
〘Capítulo 14〙
〘Capítulo 15〙
〘Capítulo 16〙
〘Capítulo 17〙
〘Capítulo 18〙
〘Capítulo 19〙
〘Capítulo 20〙
〘Capítulo 21〙
〘Capítulo 22〙
〘Capítulo 23〙
〘Capítulo 24〙
〘Capítulo 25〙
〘Capítulo 26〙
〘Capítulo 27〙
〘Capítulo 28〙
〘Capítulo 29〙
〘Capítulo 30〙
〘Capítulo 31〙
〘Capítulo 32〙
〘Capítulo 33〙
〘Capítulo 34〙
〘Capítulo 35〙
〘Capítulo 36〙
〘Capítulo 37〙
〘Capítulo 38〙
〘Capítulo 39〙
〘Capítulo 40〙
AVISO
〘Capítulo 41〙
〘Capítulo 42〙
〘Capítulo 43〙
☾Capítulo 44☽
〘Capítulo 45〙
〘Capítulo 46〙
〘Capítulo 47〙
〘Capítulo 48〙
〘Capítulo 49〙
〘Capítulo 50〙
AGRADECIMIENTOS
Epílogo
CONTINUACIÓN: El Infierno de Hades

〘Capítulo 4〙

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By SabrinaMiicaela

La clase se volvió eterna, y aunque quise no pude concentrarme mucho en ella, solo conté los minutos para que termine y así perder de vista al idiota de Hades. Apenas sonó la campana escapé como alma que lleva el diablo y ahora estoy esperando que Alex salga para que me diga donde está el mapa del instituto.

Recuerdo haberlo visto en una pared, así que lo mejor que puedo hacer es ir a tomarle una fotografía y guiarme yo sola, al menos hasta que recuerde las ubicaciones de las aulas. El instituto es de dos pisos, y es tan grande que ocupa media manzana, y la otra mitad es para el gran patio que tienen. Según mi abuelo es el único en el pueblo, y vienen chicos de los lugares aledaños, por lo tanto hay multitud de personas variadas pero un tanto aburridas.

O al menos no tan coloridas como me acostumbré a ver en la ciudad, con mi amiga Magnolia solíamos pasar el día paseando, yendo al cine, a parques de diversiones, a conciertos y todo lo que sea relacionado con salir a divertirnos. Claro que Magnolia se quedó en la ciudad y a mi me raptaron mis queridos abuelos al aburrido pueblo en el que nací. Según ellos, querían volver y sentirse más cercanos a mi padre.

Él murió hace dos años, pero yo no vivía con él, sino que me criaron mis abuelos. La razón me es ajena, no pregunto porque lo hice tantas veces que me acostumbré al silencio.

Yo veía a Luca Morrigan solo en las vacaciones, hasta que dejó de ir a verme y yo tampoco sentía esa conexión padre e hija que se supone debería sentir. Solo con mi abuelo forjé ese vínculo. Es por eso que venir un día a este pueblo a llorarle a la tumba de un padre ausente era un tanto... surreal. ¿Saben a lo que me refiero?

Sentí un poco de culpa, ya que después de todo era mi padre y tal vez debería haber llorado un poco, siquiera una lágrima pero no fue nada. Lo viví como un día normal y fue la primera vez que vi a mi abuelo llorar. Fue un segundo, porque siempre se mostró firme y recto ante el ataúd de su hijo muerto. Y yo solo esperé a un lado mientras personas desconocidas para mí me daban el pésame.

Alex no tarda en salir, y cuando lo hace siento que me busca con la mirada, para luego observarme con curiosidad.

—¡No jodas Gian! —su tono de voz es entre emocionado y confundido—. Ay que esto es super loco, bien cuéntamelo todo que estoy preparada —se pone seria esperando que hable y yo la observo con curiosidad y diversión. Ella camina y yo la sigo, notando que Hades acaba de salir del salón de clases y se quita los anteojos cuando sale por la puerta.

Me ve parada a unos metros de la puerta y me observa con una sonrisa burlona, para luego irse mientras las chicas del instituto pasan de él.

Hades es extraño, porque parece tener algo que repele a las personas.

Alex nota que lo observo y entonces me toma del brazo para que caminemos en sentido contrario.

—Ay no —murmura y yo la observo.

—¿Qué? —inquiero con perspicacia. La chica de ojos cafés de pronto se ve seria, tal cual una persona que está observando la hoja de un examen, con ecuaciones matemáticas imposibles de resolver.

—Ya te vi y solo tengo que decirte que no, ni en tus sueños más cochinos Gin —parece ciertamente alarmada, asqueada y asustada. Todo en la misma bolsa de expresiones de Alec. Me resulta un tanto peculiar su actitud, pasó de verse super alegre y con expresión soñadora mientras esperaba que le hable de Nika a ponerse seria y parecer que adquirió el espíritu de la señora que dice "No hiciste tu papeleo anoche".

—No entiendo a qué te refieres.

Alex se detiene frente a mí, cortando mi paso. Eso hace que tenga que dejar de andar para no chocarme con ella.

—Mira, hay cosas que no se hacen aquí, y una de ellas es juntarse con el hijo del director y su amigo ¿Bien? —sus ojos estudian los míos y yo me siento confundida. Este pueblo y su gente me confunde.

—¿Por qué? —cuestiono con interés. Alex suspira con pesadez.

—¿No lo sabes? —inquiere con asombro y yo niego con la cabeza.

—Es peligroso Gian —susurra acercando más su rostro al mío, asegurándose que nadie lo sabe—. Sé esto porque mi papá es policía, pero es un secreto, ¿Bien? No puedes decirle a nadie porque puede ser más peligroso aún.

Asiento la cabeza y la sigo cuando ella me guía dentro de los baños. Observa bajo las puertas para ver que no haya nadie, y cuando se asegura de que estamos solas cierra la puerta y me observa. Todo esto me parece exagerado para lo que quiera decirme, digo, ¿Qué puede ser tan misterioso?

—Bien, no me asustes tanto y dime —supongo que Alex percibe mi confusión cuando suspira y habla.

—Hades Fenrir y Aaron Draven estuvieron en una pandilla peligrosa, eran unos imbéciles que traficaban drogas y otras cosas ilegales —habla y yo abro los ojos con sorpresa por lo que me dice—. Es mejor que ni siquiera sepas el nombre de la pandilla porque te pondría en peligro, pero eso es lo que puedo decirte.

—¿Y qué ocurrió con la pandilla? —inquiero con intriga.

Alex parece recelosa en decirme, sin embargo de igual modo lo hace, aunque parece un tanto reticente. Acomoda sus gafas sobre el puente de su nariz y me sigue contando, sin poder huirle a mis preguntas.

—La policía los mató a todos.

—¿Cómo es que a ellos no? —la duda me carcome.

—Hades se salió una semana antes de la pandilla y Aaron fue el delator —susurra por lo bajo.

—¿Por qué se salió Hades?

Alex levanta los hombros y niega con la cabeza.

—No lo sé y tampoco sé por qué Aaron delató a su pandilla, pero no te acerques a ellos Gin, son peligrosos.

—¿Todos en el instituto saben esto?

—No, solo yo, pero a los demás les gusta especular en por qué son tan raros. Si me preguntas a mí, son unos imbéciles, todos los chicos en este instituto lo son —luego de decir esas palabras, reflexiona un momento—. Digo todos menos Nika. Bien ahora que ya sabes y que vas a guardar el secreto, cuéntame lo de Nika.

Reflexiono un poco sobre las palabras de Alex, y ella me escucha cuando le cuento que Nika me ayudó a encontrar el aula de computación y brevemente lo que charlamos. Ella presta suma atención a lo que le digo, y me guía a buscar el cartel donde está el mapa del instituto. Así que le saqué una foto.

¿Hades? Que le den, no necesito un estúpido tutor para guiarme por el instituto si lo puedo hacer yo sola.

Y ahora con todo lo que me dijo Alex... Me siento muy tonta pero ¿Debería sentir miedo?

Porque no me generó miedo, sino que más bien curiosidad. Siento como si estuviera en una de esas novelas de Wattpad que me desvelé al leer. Aaron es la clara representación de todos esos personajes masculinos que le quitan el aliento a cualquiera. Y eso me intriga muchísimo.

Es como Wattpad en la vida real.

Luego de llegar a mi siguiente clase, Alex me dijo que me siente con ella adelante, al lado de las ventanas. Nuestra aula era en el piso de abajo, y yo decidí sentarme del lado de la ventana, para obervar el patio. Había algunas personas haciendo actividades.

Mientras entraban las personas, Alex me hablaba de cómo era el instituto y me preguntaba por el mio.

Mientras yo le contaba ella mira mis medias y puedo notar la curiosidad en su rostro.

—Ya sé, ya sé —río observando a la gente entrar—. Es que perdí mi caja de medias en la mudanza, así que voy a ir a comprar hoy.

—Yo puedo acompañarte si quieres —se encoge de hombros, restándole importancia.

—Sería genial —le sonrío y miramos para adelante cuando la clase empieza. Sin embargo, minutos después algo en la ventana llama mi atención.

Giro la cabeza buscando lo que me desconcentró. Algo en el techo del instituto me causa curiosidad. Noto que hay alguien allí, caminando por el borde para luego sentarse sin prestar atención de que está al borde del techo, y si se moviera hacia adelante seguro tendría una caída de diez metros garantizada.

Por un segundo noto que me mira, y cuando sus ojos grises se posan en los míos giro el rostro, ignorándolo. No sin antes verlo enseñarme el dedo medio con diversión.

Imbécil.


═══════════●❤●═══════════


Luego de haber ido a comprar tres pares de medias blancas con Alex, la acompañé a su casa que queda a dos manzanas de la mía y luego me fui. Apenas llegué vi a Garu cruzar de la casa de enfrente y entonces entorné los ojos.

—Gato Don Juan —murmuro y entro en casa, no sin antes dejar entrar a Garu quien me observa alegremente. Miro la calle y noto que el auto de mi abuelo no está por lo que supongo que está en la tienda.

Mi abuela está haciendo la cena, así que subo a mi habitación. Cuando cierro la puerta, noto que hace un ruido extraño, como un crujido que me llama la atención, así que vuelvo a abrir y me quedo con el pomo en la mano.

Genial, acabo de romper el pomo de la puerta.

Bufo y bajo por las escaleras para preguntarle a la abuela si el abuelo está en la tienda. Y me dice que sí por lo que lo llamo por teléfono, volviendo a subir por las escaleras.

Cuando marco su número no tarde más que segundos en contestar.

—Andrés Morrigan —habla del otro lado de la línea.

—Señor Morrigan, acabamos de secuestrar a su nieta —finjo poner la voz gruesa—. Si la quiere volver a ver tiene que pagar un millón de dólares en billetes de un dólar.

Por un segundo oigo su respiración pausada del otro lado. Y cuando pienso que me quedé sin señal y que no me escucha lo oigo hablar.

—Se las regalo, pero tengan cuidado, come mucho —dice y cuelga la llamada.

Abro la boca con asombro entrando en mi habitación y me siento en la cama.

Vuelvo a marcar su número y él atiende al instante.

—¡Oye! —reprocho—. Que mal abuelo eres.

Andrés ríe y luego me pregunta qué ocurre.

—Es que se rompió el pomo de la puerta de mi habitación, ¿Puedes traer otro? —observo el pomo—. Este se ve un poco oxidado.

—Está bien. ¿Algo más?

—¿Unas papitas? —inquiero esperanzada.

—Justo se acabaron, que lástima —responde y luego cuelga la llamada.

Hago un mohín y me río, para luego tirarme en la cama. Y apenas me tiro en la cama mi teléfono suena.

Es Magnolia, mi mejor amiga.

«¡Gigi!» pone el mensaje con muchos corazones.

Yo sonrío y le respondo de la misma forma.

«¿Cómo estás? ¿Me extrañas? » Pone su mensaje. No tardo en escribir la respuesta.

«No sabes cuanto, este lugar es aburridísimo»

«¿Qué va? ¿De verdad? Debe haber algo interesante»

Me la imagino esperando mi mensaje con curiosidad. Magnolia es una chica muy linda, rubia de ojos celestes y porte de bailarina de ballet. Es delgada, de cuerpo estilizado y siempre muy correcta. Claro que lo de chica muy correcta se le va cuando nos íbamos de fiesta. Claro que yo me sumo a todo eso. Su actitud es chispeante y coqueta, pero soñadora y analítica. En cambio yo me siento menos sensible y más malhumorada, y físicamente hablando yo soy blanca de cabello castaño claro y ojos marrones comunes y corrientes.

Pero pegamos como el chicle, y ella es como mi hermana.

«Nada la verdad, los chicos son unos idiotas» La verdad es que todos son unos idiotas. A mayor escala pero idiota en fin. Por ejemplo Nika, él parece poco idiota, sin embargo Hades es un idiota mayúsculo. Pero por otro lado, Aaron es un misterio. Lo poco que hablé con él, si lo que ocurrió en la tienda cuando me quiso echar a la policía me da a pensar que no es una persona muy... comunicativa. Todo eso me hace difícil el analizarlo.

«Aquí las cosas están igual, ya sabes, sigo con Guille aunque está un poco extraño»

«¿Por qué? ¿Qué hizo ese idiota?» Quiero saber quitándome la ropa, quedando solo en bragas y metiéndome bajo la sábana.

«Le encontré videos porno en el móvil, sé que no es gran cosa pero eran de una chica del instituto y cuando le pregunté me dijo que se lo habían pasado»

Frunzo el ceño metiendome en la historia. Guille y Mag son novios hace un año, y Guille es un chico tranquilo, un tanto pausado para hacer sus cosas y obsesivo con otras. A primera impresión parecía buen chico, pero desde que Mag le encontró mensajes con una chica la cosa se empezó a enfriar.

Mi recomendación es que lo deje, pero ella está enamorada. Y esto no me sorprende en absoluto.

«Uy amiga, ¿Y qué hiciste?»

«Pues nada, solo lo ignoré pero creo que lo está haciendo de nuevo, deja su móvil con la pantalla hacia abajo y tiene contraseña así que bueno» Leo su mensaje y al segundo llega otro.

«Puedes decirlo, sin problemas»

«¿Decir qué?» Inquiero con curiosidad.

«Amiga date cuenta» Responde como si fuera obvio y yo niego con la cabeza.

«Le voy a partir la cara por infiel y a tí por no abrir los ojos» Envio el mensaje y ella me responde con algunas risas.

«Anda, cuéntame algo divertido para olvidarme un poco de Guille»

«Bueno, creo que si hay chicos interesantes en el instituto»

Apenas le llega el mensaje segundos después me manda muchos más para que le cuente. Y entonces, le cuento sobre Aaron y el episodio del supermercado. También le digo que me causa curiosidad, mucha curiosidad y me parece un tanto... caliente. Claramente ante su petición se lo describo con lujo de detalles mientras me muerdo el labio inferior para ocultar la risa cuando ella me envía emojis obscenos.

Luego le cuento sobre Nika, quien a mis ojos es un creido que está bueno, y vaya que está bueno. Me gustó un poco pero no tanto como Aaron. También se lo describo y ella me envía emojis de la bandera rusa, corazones y a una persona rezando. Creo que por su interés le pareció más atractivo Nika, y más aún cuando le dije su apellido ruso.

«Ya quisiera yo que toque un ruso» Me escribe y pone caritas sugerentes.

«Pervertida»

«¿No hay más? Parece que se me antoja ir a tu instituto»

«Luego hay otro que es un capullo, me cae super mal y no, no es lindo, es feísimo y un grano en el culo, además, yo creo que la tiene chica»

Siento un poco de mentira en el mensaje, pero sí, Hades podrá tener ojos grises y tatuajes, también ser caliente pero es un imbécil, pero un imbécil y me cae mal. Entonces según yo, él es horrendo.

«¿Y cómo es?» Quiere saber ella y yo se lo describo.

Lo hago lo más cercano a la realidad y le reconozco cierto atractivo, pero a decir verdad Aaron es otro nivel. Hades sin embargo es súper molesto y de la clase de personas que quieres tener lejos.

«Uy, ahora quiero un Hades» Pongo los ojos en blanco cuando recibo su mensaje.

«Todo tuyo, a mi se me antoja un Aaron para llevar» Río con su mensaje.

«Pero ve con cuidado, no te aceleres como con el imbécil de Fer» 

Niego con la cabeza al leer su nombre. Y si, se puede decir que mi amiga y yo somos el dúo de las cornudas. Porque sí, a Fer se le ocurrió ponerme el cuerno a los tres meses de salir con una chica más grande, de último curso cuando yo estaba en el anteúltimo y luego de tener sexo conmigo. Y desde ese momento ya no tuve novio.

Me rompió un poco el corazón que a la semana de hacerlo conmigo lo haya hecho con otra, y más aún diciendo que yo soy mala en la cama.

¿Qué esperaba si apenas era virgen? Esa fue mi primera y última experiencia amorosa. Y todo por no hacerle caso a mi abuelo cuando me dijo que era un mal chico.

Yo pensaba que él tal vez se equivocaba. Así que cuando pasé una semana llorando mi abuela me ayudó a mentir sobre que mi libro favorito no terminaba en un final feliz, así que lo ocultamos. El abuelo lo creyó, pero esa es la historia de mi primer fracaso amoroso. Y el último, claro está.

Magnolia me ayudó tiempo después, y enamoró a su novia. Claro, ella es es bisexual y no tiene problemas, aunque más le gustan los chicos. Su venganza hacia mí fue robarle la novia a quien me rompió el corazón y luego, botarla.

Se toma muy drásticas las cosas cuando se enoja, así que no hagan enojar a Magnolia.

A mi me pareció que eran segundos, pero en realidad, parpadee y ya era de día. Me quedé dormida hablando con Mag.

Me pongo de pie notando que aún falta para el instituto, al menos dos horas. Así que decido ir a ayudar a mi abuela con el desayuno, pero antes me pongo un short corto con rayas celestes, amarillas y rosas y una remera blanca haciendo fuck you que me regaló mi abuelo.

No me pongo el brasier y salgo de la habitación, notando que la puerta del baño de la planta de arriba está un poco abierta y hay unas herramientas en el suelo. Genial, el abuelo está arreglando el baño.

Bajo al de la planta baja y busco a mi abuela, pero no está. Voy al baño y subo de nuevo a mi habitación extrañada. Esta vez veo que la puerta del baño está cerrada y las herramientas no están.

No le doy importancia y empujo la puerta de mi habitación para luego entrar. Y lo que veo me hace dar un respingo del susto.

Hades está en mi cama, recostado con una de sus piernas sobre la otra, una mano bajo su cabeza y la otra sosteniendo mi móvil. Viste unos jeans negros y una remera blanca. Y cuando entro me observa con diversión, para luego mirar mi móvil.

¿Qué hace con mi móvil?

Mi boca se abre cuando lo escucho leerme en voz alta mis mensajes con Mag. Y me quiero morir de la vergüenza y matarlo por capullo.

Los otros sin son calientes, pero Hades es un capullo y es horrible, deberías verlo, apenas lo ves quieres sacarte los ojos jaja. Es feo, feísimo y un grano en el culo. Lo odiarías —lee en voz alta y yo camino hacia él, para intentar quitarle el móvil por lo que se apresura a seguir leyendo. —. ¿Pero no tiene algo interesante? Pregunta tu amiga y pone un emoji de fuego, y tú le dices...

—¡¿Qué haces aquí?! —inquiero con molestia contando sus irritantes palabras, intentando sujetar mi móvil pero Hades me sonríe con malicia y se pone de pie, caminando por la habitación—. ¡Dame mi móvil capullo engreído y ladrón!

—Entonces tú le dices No, Hades es un idiota y estoy segura de que la tiene chica, con solo verlo se le nota que ve un seno y se desmaya con la poca suerte que tiene el muy imbécil.

Siento que enrojezco cuando él levanta una ceja después de leer mis palabras y me maldigo a mi misma por haberlo escrito. Pero es la verdad. Hades es un imbécil.

Y un metiche ladrón.

—¡Hades dame el móvil! —chillo con molestia, intentando quitárselo. Y él sonríe cuando se lo quito. Inmediatamente lo bloqueo.

—¿Así que soy feo? —inquiere con diversión, recostándose contra mi escritorio y observándome con diversión y malicia.

Mi rostro se siente rojo por la vergüenza y no respondo, solo me giro a verlo con el ceño fruncido mientras que él parece disfrutar la embarazosa escena.

Lo quiero matar.

—Responde, ¿O acaso te tengo que enseñar modales?

—Sal de aquí.

—Que promiscua habías salido niñita —se burla de mí y yo paso saliva con fuerza—. Voy a admitir que la parte de los senos me hizo gracia, tienes un punto.

Ay dios...

Lo observo sonreírme con picardía. Luego noto que baja la mirada y me da un repaso, deteniéndose en mis pechos. Levanto una ceja cuando noto que está viendo mis pechos y él sonríe.

—A ver juguemos un juego, enséñame una a ver si me escandalizo —susurra y yo bajo la mirada, notando que mis pezones se muestran erguidos bajo la tela. Hades lo nota, y vaya que si lo nota.

Tapo mis pechos con mis brazos escandalizada y a él todo parece divertirle.

Lo odio.

—No des un paso más —ordeno con cierto nerviosismo. 

Me intimida el verlo caminar hacia mí con diversión mientras yo doy un paso hacia atrás. Hades me observa desde arriba con una sonrisa y yo levanto la cabeza para observalo con el ceño fruncido y confusión al notar que avanza cada vez más.

—¿No quieres probar si la tengo chica? Chica promiscua.




Advertencias para el público sensible: El Juego de Hades es una novela +21 que contiene temas delicados como sexo explícito, lenguaje vulgar, ilícitos, violencia, etc.

Es una novela ficticia en la cual NO se GLORIFICAN, ENALTECEN, MINIMIZAN o INCITAN a cometer ilícitos. Todo ilícito que se encuentre en esta novela debe ser penado como tal.

Recuerden en todo momento que esto es FICCIÓN, por favor, sepan separarla de la REALIDAD.

Aia.

No sé.

¿Qué opinan de la novela?

¿Qué opinan de Aaron?

¿Y de Hades?

¿Gianna alias Gigi?

¿Y su amiga Magnolia?

¿Alex? 

Un beso desde el infierno de Hades, 

La autora 

Sabrina Micaela

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