La carga física y emocional que Naruto llevaba era demasiada. Porque no tenía remedio, necesitaba el trabajo y el dinero. No podían vivir del aire.
Después de experimentar angustia por dejar sola a Hinata y que se hiciera daño regresaba a casa. Y podía respirar aliviado al verla correr hacia él sonriéndole.
Cuando lo llamaba tiernamente "Naruto kun", lo abrazaba y sus mejillas se sonrojaban el rubio podía ver a la Hinata que era antes.
Observaba esos ojos de luna y con ternura le acaricia el cabello se daba cuenta que seguía tan profundamente enamorado.
Ella siempre lo curaba de todos sus males. Porque Hinata era su hogar.
Y no iba a permitir que nadie se entrometiera.