Son solo negocios...
Recapitulación de lo último:
Edgar se quedó con Piper, la astuta mujer de cabellos dorados y mirada cautivadora; ella le demostraba lo dulce y delicioso que era saciarse con el roce de las pieles de ambos. No solamente eso sino que también le mostraba la increíble sensación que producían; los besos, las caricias, los rasguños, los apretones, las lamidas, las mordidas, los sonidos de las pieles chocando, las sensaciones que podían sentir ambos al estar unidos por un acto tan normal y a la vez tan único entre los mamíferos, pero que para nosotros los seres humanos llega a ser tan especial.
Mientras tanto Colette corría hasta el centro de la ciudad en busca de una ferretería o una tienda que vende todo lo que diga esa lista, ella le importaba nada de lo que pasaba a su alrededor, su misión era llegar con todo lo comprado y así poder salir con Edgar ya que quería aprovechar que estaban libres de todo trabajo que les dejaba su jefe, él cual que por alguna razón parecía estar ocupado con otros asuntos
Pero esta vez nos encontramos con cierta persona que por su pequeña intromisión empujó a cierta persona a despertar completamente sus sentimientos.
¿No sabes quién es?
Pues no importa ya te lo diré.
[Arcade de cristal]
El arcade que era el lugar preferido de los aficionados a los videojuegos y no solo eso, sino que también de cierto grupo de parejas que pasaban sus citas en ese excéntrico lugar, habían varias máquinas que las parejas podrían probar, por ejemplo las grúas con peluches, test del amor, máquina para probar fuerza y juegos de disparos para dos personas muy cooperativo, pero ese no es en los que nos vamos a fijar, nuestra mira tendría que estar en uno de los encargados de ese arcade y ese es El Boom Box baby.
Brock.
Brock estaba junto a sus compañeros de trabajo y amigos de hace mucho tiempo, Rico el encargado de la máquina de pelotas y el castillo de pelotas y a su lado estaba el más viejo y con la actitud más dura, el viejo 8 Bits, quien no dudaría en meterte una berguiza si lo llegas a molestar.
Los tres estaban reunidos en las oficinas administrativas del arcade, lugar donde hablaban que harían para mejorar su trabajo, aunque también era un lugar donde Brock descansaba después de salir de fiestas y esta no era una excepción.
Rico estaba sentada en una silla frente al escritorio donde Brock descansaba su cabeza, el boom box tenía puesto sus lentes oscuros y se quejaba amargamente por el dolor de cabeza que sentía en ese entonces.
—Amigo Brock por favor di que necesitas… —Rico se preocupaba por su amigo y compañero de trabajo.
El moreno suspiraba por el dolor y no tardó en responder.
—Rico, gracias por tu apoyo pero esto es algo que solo yo debo vencer... —Una pesadez era notable en la voz del hombre que apretaba con sus dedos su puente paranasal.
8bit caminaba lentamente hacia una silla que estaba cerca de él, pero por su velocidad le era difícil llegar, eso sí ambos amigos ignoraban eso, Rico aún estaba preocupado por su amigo y volvió a hablar
—Pero si necesitas ayuda no dudes en llamarme. —Rico tenía su mano en la cabeza de Brock y empezaba a acariciar esa cabeza del boom box.
A Brock parecía gustarle mucho eso ya que no parecía moverse, bueno puede que talvez se haya muerto o solo se durmió.
8bits logró sentarse y al acomodarse sonó con fuerza ese sonido que usa al empezar una partida.
Let's go!
Brock se levantó de golpe al escuchar ese fuerte sonido, al ver que fue 8bits se quedó callado ya que sabía que tipo de reaccionar tendría esa máquina de arcade con patas, Brock se agarró la cabeza pues al levantarse se golpeó con la mano mecánica de Rico…
Rico sabía que por su culpa, su mejor amigo se había golpeado con su mano y quiso atenderlo pero Brock se negaba, 8bit miraba la escena y se burló.
—Los seres humanos son débiles, una jaqueca a todos los humanos y los robots nos podemos apoderar de su mundo en un instante. —La máquina de arcade se acomodaba aún mejor.
Brock lo veía seriamente y con molestia, sabía que hacer en ese entonces.
—Viejo, solamente te lanzo una cubeta de agua encima y se te resetea el system 32. —Brock levantó sus gafas de sol y lo miraba seriamente, la máquina de arcade se bajó de su silla y con su pantalla de color roja con un emoji de enfado se cuadro en forma de batalla.
—Es una pelea lo que buscas. —8bits se movía lentamente para quedar frente a Brock, pero al ser lento le costaba, Brock con la mirada cansada seguía con la vista a la maquinita, suspiró profundamente y se marchó dejando sorprendido a 8bits, quien no lo tomó a bien—. Regresa aquí cobarde y pelea como un buen oponente.
—Si, si, mañana. —Brock salió de la oficina seguido de Rico y apagó las luces, dejando solo a la vieja máquina de arcade gruñona y maligna.
Al bajar llegaron a escuchar el sonido de sus máquinas de arcade, todas a un volumen alto que molestaba de gran manera al chico moreno, Rico sabía que eso lastimaba los sentidos de su amigo así que lo sacó afuera mientras lo cargaba con sus robóticos brazos, Brock sacado de onda por lo que hizo Rico solo esperaba que este se detuviera, haciendo eso exactamente a dos cuadras del arcade.
—A esta distancia no sufrirás por el sonido. —Brock levantó su ceja derecha y lo miraba fijamente.
—De acuerdo, antes que nada, gracias —Dijo Brock al colocar su mano en el hombro de Rico .—Pero debo de estar atento al arcade, es mi culpa el estar con resaca y no medir mis límites, así que debo soportar esto.
Rico también le puso su mano en el hombro a Brock y este habló con ánimo.
—Le puedo decir a Piper que haga sopita de pollito. —A Brock se le cayeron sus lentes por la sorpresa, se quitó la mano de Rico y puso sus dos manos en cada hombro de Rico.
—¡Harías eso por mí! —Brock estaba incredulo por las palabras de su amigo, era posible que probaría nuevamente la sopa de pollo de Piper…
Brock aún incredulo esperaba la afirmación hasta que vió que Rico caminaba en dirección a la casa de Piper.
Así Brock lo siguió, ambos caminaban felizmente sin molestar a Nadie o eso creían, ya que Rico al caminar las pelotas dentro de él se movían haciendo un sonido tosco y molesto, Brock lo sentía como si ese sonido estuviera en su cabeza y lo martillara fuertemente.
El moreno se detuvo y Rico también, Brock veía a ambos lados de la calle en busca de algo y sin nada que perder le preguntó a Rico.
—¿Sabes si hay una expendedora de bebidas? —Brock levantó sus gafas viendo al robot de pelotas.
Rico se veía sorprendido y apenado, Brock lo notó raro pero no le puso atención, solo esperaba que el robot le respondiera.
—Bueno, hay una expendedora dando la vuelta, pero soy muy penoso y ella es muy coqueta... —Decía rico viendo al suelo, Brock parecía gustarle mucho esa idea y se acercó a él y le pasó su brazo por el cuello a Rico.
—Oh, con que una coquetona. —Brock miraba a su amigo robot y notó que su único ojo estaba de color rosado, extraño pero supuso que así se sonrojaban los robots—. Y dime amigo Rico, esa expendedora te dice algo, ya sabes palabras bonitas.
La voz suave de Brock le daba un toque elegante a esa conversación y hacía que Rico tuviera más confianza en hablar.
—Hablamos en código binario y pues dice que soy atractivo. —Rico parecía estar feliz, Brock le acomodaba la chaqueta al robot.
—Eso mi amigo Rico, deberías de tener más de esas pláticas que te suban el, este… ¿los robots tienen autoestima? —Brock dudaba en responderle ya que desconocía sobre la programación y robótica.
Rico por su parte asintió y bajó la cabeza, la pantalla de su ojo cambió de amarillo a color azul, las pelotas que llevaba dentro se movieron al momento de bajar su cabeza, Brock le puso la mano en la espalda y tosio un poco.
—Mira, ve y háblale a esa máquina, no quiero ver triste a mi amigo. —Brock buscaba que Rico se animara y vuelva a sonreír o que la pantalla de su ojo dejara ese color azul.
—Pero Brock, ¿Qué le digo? —La pantalla cambió de azul a rosado, Rico juntaba sus dedos denotando su vergüenza, Brock le pegó un suave manotazo y suspiró.
—¡Vamos viejo! —Gritó no con molestia sino con coraje—. Dile que sus circuitos son lindos y que tiene una placa madre única en su estilo. —Brock le daba más ánimo al robot, por raro que suene y rico se “Sonrojaba” aun más.
—Brock no puedo decirle eso… —Brock lo veía estoico pero aún así dudaba si lo que dijo estaba bien o era ofensivo.
—Espera, ¿eso es algo ofensivo para ustedes? —la curiosidad estaba latente en el moreno y quería saber de los robots, Rico negaba pero su color rosa se volvía más tenue.
—No, no lo es... pero no quiero que piense que busco algo serio…. —Respondió Rico, Brock entendió bien ya que él estaba en las mismas andanzas pero recordó algo.
—Oye. —El ojo de Rico cambió a un amarillo tenue lo miró—. Pero tú no estabas en una relación con Piper.
Rico se puso de frente y asentía, Brock levantó la ceja al no imaginarse eso.
—¿Cómo así? —Preguntó Brock confundido.
—Soy el protector de la señorita Piper, mi deber es protegerla de cualquiera y cualquier problema, mi programador me instaló en mi sistema todo lo que tengo que hacer para defenderla. —El ojo de Rico se puso de color distinto a lo normal, su color se puso blanco y se veían unas letras verdes subir.
—Todo bien Rico. —Brock se sorprendió por su amigo y pasaba su mano por la cara del robot y este le tomó la mano.
—No hagas eso Brock, puedo lastimarte si estoy en ese modo. — Rico lo soltó y luego Brock tosio levemente y luego le dio un leve manotazo en la espalda del robo.
—Bueno, dejando eso a un lado debería dejar de hablar conmigo y comunicarte con esa muñeca. —Brock le señalaba a la maquina expendedora, Rico volvió a sentirse apenado.
Aún así y a puro empujones Brock se llevó a Rico hacia la máquina expendedora, Rico sacó un cable que estaba debajo de su cabeza y lo conectó en la parte trasera de la máquina, su ojo se puso negro, como si se hubiera apagado.
Brock dejó solo a Rico y se fue a una esquina, se miraba alegre y como no, su amigo estaba hablando con una máquina y no como una mujer como Piper.
—Esa Piper es todo menos jovencita, pobre mi muchacho no se lo merece, apuesto que ahora mismo está con otro hombre.
Al decir eso colocó sus gafas en sus ojos y recordó que no había sacado su soda, maldijo su suerte.
(***)
(Casa de Piper)
Y como Brock supuso Piper estaba con un hombre, uno joven y lleno de energía pero con poco conocimiento y probablemente eyaculador precoz.
Ahora mismo ambos estaban agotados en la cama de Piper, Edgar estaba respirando por la boca se veía exhausto, tenía tapada su cara con su brazo mientras que Piper si bien lucía cansada se veía feliz hasta parecía una niña risueña, miraba a Edgar que estaba a su lado y se acercó a él, depositó un pequeño beso en el cachete del joven, Edgar se sorprendió y la miró a los ojos y le preguntó.
—¿Eso por qué fue? —Piper lo miraba con una sonrisa agradable en su rostro.
—Pues quería agradecerte por cómo has aguantado hasta ahora, para ser un chico virgen el esfuerzo es mucho. —Piper le golpeó suavemente la nariz con su dedo índice y le sonrió.
Edgar solo pudo sonrojarse y apenarse, no pudo ver a los ojos a la rubia, ella con su mano obligaba a Edgar a que la viera, este giraba sus ojos para evitar la mirada cálida de Piper, aunque había algo más...
—Edgar… —Piper sonaba molesta pero él no quería verla—. Vamos Edgar...
El emo suspiró y cerró los ojos, Piper suspiró molesta y le jaló los cachetes, que por cierto Edgar gruñó por el dolor, abrió los ojos y miró el rostro coqueto de la rubia, sin duda era de las mujeres más hermosas que había visto, pero había una razón por la cual no podía verla a los ojos.
—No creas que no vi tus reacciones al verme. —Edgar abrió los ojos ante esas palabras, bajó la cabeza apenado y la vio nuevamente.
—Lo siento. —Un suave murmuro salió de la boca del emo, Piper lo miraba atenta, en parte le pareció tierno que el chico fuera así pero por otra ella odiaba que al estar teniendo sexo, la persona con la que estaba no pensara en ella.
—Es por Colette… —Ella estaba muy atenta ante las acciones de Edgar, él cual se sorprendió al escuchar el nombre de la peli blanco, miraba hacía arriba y con su mano tapó su boca, Piper ya tenía en mente que era lo que pasaba por la mente de él.
—Es que... —Edgar intentaba hablar pero un nudo se le formaba en la garganta, Piper sabía que si no hacía algo esta platica se iba a extender aún más de lo que ella quisiera, así que hizo un movimiento.
Se acomodó en el respaldo de la cama para estar un medio sentada en la cama, luego tomó la cabeza de Edgar y la pegó en su pecho desnudo, ella acariciaba suavemente el cabello de Edgar y lo apegaba más a su pecho.
Edgar se sonrojó y de inmediato abrazó fuertemente a Piper, ella se encontraba molesta y su voz era una forma de entender que tan molesta se encontraba.
—Pobrecillo se enamoró de su mejor amiga. —Ella fingió pesar con él pero en realidad le importaba un bledo.
Edgar se tensó al escuchar esas palabras, no sabía que decir pero supuso que tenía que ser sincero con Piper.
—La verdad es que no lo sé, digo… —El emo seguía titubiando pero esta vez diría todo—. Ella y yo tenemos un pasado muy turbulento.
Piper rodeó los ojos y suspiró.
—Sí, ella me lo contó todo —Ella cortó el rollo en el que él iba a entrar.
—¡Oh! —Edgar parecía sorprendido pero siguió con lo que pasaba en su cabeza al pensar en Colette—. Bueno ella me agrada y quisiera algo con ella pero ella tiene ese amor por todos los brawlers y no quiero que ella me cambie por cualquiera que entre y sea mejor que yo...
Piper se veía hastiada para ella eso era algo tedioso y estúpidamente ridículo, esos eran problemas que solamente se podían resolver hablando con sinceridad, ya se sentía mal por haber tenido sexo con él, talvez al inicio el morbo que sentía al hacerlo era muy beneficioso para su vida, pero esas pláticas le quitaban el ánimo de seguir adelante.
Ella suspiró y luego habló sin denotar sus verdaderos sentimientos.
—¿Y ya se lo dijiste? —Ella le preguntó, Edgar se soltó del abrazo de Piper y la vio frente a frente.
—Quería hacerlo pero una cosa llevó a la otra y ahora la vuelvo a engañar. —El rostro de Edgar estaba muy cerca al de Piper ella no quería que Edgar viera eso como un engaño, no le resultaba benefactorio.
—Pero cariño, ¿qué cosas dices? —Piper le acariciaba los cachetes a Edgar y le quitó el mechón de cabello que le tapaba el rostro—. Nosotros no engañamos a nadie, solamente te estoy enseñando a tener sexo.
La impresión que tuvo Edgar fue tanta que parecía estar fuera de sí, luego bajó el rostro y miró nuevamente hacia la rubia, ella solo maldecia a este chico por lo denso que se comportaba, ella iba a hablar pero en un rápido movimiento Edgar pegó sus labios en los de Piper, eso la molestó un poco y lo empujó, Edgar supo de su error y se disculpó.
—No voy aceptar tus disculpas, olvídalo se me olvidó que eras un mojigato… —Ella se había molestado realmente, miro al chico de arriba hacia abajo y notó que Edgar estaba sonrojado y también miró abajo de él—. ¡Es en serio!
El chico estaba apenado e intentaba tapar su vergüenza, no pudo hacer nada el volvió a ponerse erecto, si bien ella estaba molesta aún sentía esa necesidad de seguir haciéndolo, Piper sonrió y él al ver esa sonrisa se la devolvió.
Ella empujó a Edgar y este sonreía aún más mostrando así sus intenciones, Piper por su parte lo veía con superioridad, como si él no valiera nada.
—Parece que tengo que mostrarte que solo eres un mocoso y ponerte en tu lugar. —Ella se montó encima del chico, sintiendo la erección en su trasero, Piper movia su trasero y para así rosar el miembro del chico—. Por eso me gustan los chicos, llenos de energía, su único problema es que son inexpertos, pero aún así sirven.
Ambos volvieron a unir sus cuerpos en un lascivo acto que enloquecía al joven y a la mujer le quitaba el estrés, Edgar se levantó y se sentó, Piper notó eso pero no le puso importancia solo siguió en lo suyo, ahora ella abrazaba al chico y jalaba su cabello, poco a poco la mujer alcanzaba el clímax de su placer y eso que apenas había empezado, eso significaba que hacerlo 3 veces la había dejado sensible, pero no iba a dejar que Edgar se llenara de ego por haberla llevado al orgasmo antes que a él.
—Señorita Piper —Edgar hablaba entre gemidos y mordidas de labios, ella acariciaba la cabeza de Edgar pero bajaba sus manos mientras aceleraba sus movimientos de cadera.
—¿Qué sucede? —Los gemidos de Piper sonaban aún más fuertes y Edgar la abrazaba con fuerza, Piper sentía como un cosquilleo dentro de ella se hacía presente y como dentro de ella él falo del chico palpitaba, sabía que él también en cualquier momento culminaría al igual que ella.
Edgar estaba con sus ojos cerrados, esa sensación causada por los movimientos de Piper parecía llevarlo al cielo, sin duda tener sexo era la mejor cosa que un hombre podía sentir, era algo que lo volvía loco, buscaba como seguir dentro de ella pero eso era algo imposible ya que ella tenía ciertos movimientos que lo hacían venirse pronto, pero ahora mismo la sensación dentro de ella cambió, se sentía aún más apretado y caliente, eso lo dejaba con la mente en blanco y dijo la primera estupidez que le vino a la mente.
—Déjeme morderla porfavor... —Edgar le suplicaba a Piper y ella que gemía muy fuerte lo miró extrañada.
—¿Qué rayos? —Dijo ella en un leve momento de claridad, ella siguió moviéndose aún más rápido.
Y como tenía que pasar ella tuvo su primer orgasmo con el emo quien también lo tuvo al mismo tiempo, él la abrazó pegándola hacía él y en un instante clavó fuertemente sus dientes en el hombro de ella, haciéndola sangrar; Piper elevó su voz en un lascivo grito, ella por inercia le clavaba las uñas en la espalda al chico.
Pequeños temblores post–orgasmo recorrían en las piernas y espalda de la mujer al igual que al emo, Piper gemía con cansancio, Edgar la dejó de morder pero ella siguió rasguñando la espalda del chico para desquitarse por la mordida.
—Pequeño hijo~ de perra. —Piper estaba saciada y su voz claramente se notaba como estaba ella, sin duda alguna eso fue gratificante, tenía que decirle eso a Edgar quien se volvió a acostarse y Piper se dejó caer en el pecho del chico—. Por fin pudiste hacerlo, ahora mismo descansemos y si te sientes listo lo volvemos hacer.
Edgar que ya no podía ni respirar bien solo maldecia el estar aquí, era un sentimiento muy delicioso pero era extremadamente exagerado para hacerlo tantas veces en un día y aún así desvelado y cansado, ¡esa mujer lo quería matar!
Piper poco a poco perdía la conciencia y cayó dormida, Edgar le seguía el paso y también le entró sueño, no sin antes abrazarla
Lo que ambos no sabían era lo que pronto se les avecinaba sin duda eso iba a ser algo muy fuerte para ambos pero aún más para Edgar.
Y eso se encontraba frente a la puerta de la casa de Piper que estaba abierta, dejando entrar a dos seres que no se esperaba que estuvieran allí.
(***)
(Con Bronk y Rico)
Brock veía como el robot estaba tranquilo sin hacer nada, el quería saber que pasaba pero no quería interrumpir pero no fue necesario, Rico se desconectó y salió de ese lugar, Brock se acercó a él preguntó.
—¿Cómo fue todo? —Brock tomaba a Rico de la chaqueta, el robot parecía estar feliz y le contestó.
—Me regaló su dirección IP, quiere que nos veamos en línea. —Rico juntaba sus dedos y se veía apenado aunque también estaba feliz, Brock lo abrazaba de alegría y celebraba con él la primera cita de su amigo.
—Brock, habías dicho que tenías hambre, ¿verdad? —Rico preguntaba por las necesidades de su amigo y compañero de trabajo quien asintió con vergüenza—. Entonces vayamos donde Piper, seguramente ella tendrá comida.
Brock se tensó al saber que podía encontrar allí, no quería ver algo que seguramente pondría a su amigo triste, eso no era algo que el quería, pero no podía decirle no a esa carita feliz con la que le pedía eso.
—Bueno, creo que si podemos ir, espero que cocine bien. —Dijo Brock sonriente pero dentro de él estaba esa sensación de que algo iba a pasar.
Ambos caminaron ya que no estaba lejos, vieron como Jessie caminaba de la mano con Sandy, a Brock le pareció gracioso eso pero no le puso importancia ya que solo eran dos niños agarrados de las manos, no le pones atención a esas cosas.
Brock sentía que mientras más cerca estaba de la casa de Piper más grande era la sensación de que algo iba a salir mal, mientras caminaban veían a otros brawlers, como Colt junto a Poco caminando hacia la ciudad y a Max corriendo hacia el parque donde se encontró con Edgar.
Unas cuantas calles y ambos habían llegado a la casa de Piper ambos estaban frente a la puerta...
Pero…
Pero el robot se detuvo a inspeccionar la puerta, Brock se acercó y miró el ojo blanco de Rico, sintió una leve sensación de temor; Rico giro su cabeza y puso su dedo índice en su ojo, dando a entender que se quedara callado.
Brock comprendió y asintió, al instante vio que el robot estaba sacando dentro de su chaqueta su pistola de pelotas, Brock iba a decir algo pero el robot hizo la misma mueca y Brock volvió a callar.
El robot tomó la perilla y abrió fácilmente la puerta, ahora mismo Brock entendió el porqué Rico le dijo que se quedara callado.
Ambos entraron en total silencio y notaron que toda la cocina de Piper estaba limpia pero con algunas cosas fuera de su lugar, el robot volvió a poner su ojo en blanco, analizaba todo el lugar y dirigió su mirada hacía dentro de la casa.
(***)
(Rico y Brock aun no han llegado, aclaró para no perderlos)
Dentro de la habitación de Piper, ambos estaban vistiéndose, Edgar solamente traía puesto su pantalón y su bufanda; por su parte Piper se colocaba su sostén mientras las sábanas de su cama tapaban la parte baja de su cuerpo.
Edgar veía estoico la espalda de la rubia, aún tenia ganas de seguir tocando cada pliegue de ese cuerpo y no era de menos, sin duda alguna Piper lo había “hechizado” con sus “encantos” femeninos.
Edgar se acercó a ella sorprendiendo a la rubia, ella miró hacia atrás y vio al chico ayudándole con su sostén, ella sonrió y le habló.
—Que caballeroso. —Su voz sonaba con leve sarcasmo. —Edgar terminaba de abrochar el sostén.
—Esta bien o está muy apretado. —Edgar le dijo cerca del oído, Piper sonrió y se apoyó en el pecho de Edgar.
—Esta bien… —Piper cerró sus ojos y suspiró con alivio, levantó su cabeza y miró molesta a Edgar. —Espero que tengas una buena excusa para decirme, ¿por qué diablos me mordistes?
El emo quien no sabía ni que decir solo podía balbucear incoherencias ya que no había una razón en común, solamente lo hizo por querer hacerlo pero no tenía idea de como decirlo sin ser visto como un loco, Piper sonrió y se acomodó para verlo de frente.
—No estoy molesta. —Para Edgar eso fue como escuchar a un hablar, pero ese Ángel le pegó un con su dedo en la nariz—. Avísame antes de hacer esto lo que te gustaría que hiciéramos.
—¡Lo volveremos hacer! —Edgar parecía estar perplejo, Piper reía porque esa expresión le causaba gracia pero se puso seria.
—Si buscas algo serio con Colette deberías olvidarte de que hicimos esto. —Ella le colocó su mano en el hombro—. Mira, en una parte te enseñé que hacer para que no lastimes a Colette en su primera vez, créeme que si tienes una mala primera vez, no habrá otra primera vez.
Edgar miraba atentamente a Piper, el bajó su cabeza pues sabía aún estaba pendiente su asunto con la chica de cabellos blancos y dientes afilado, Piper le apretaba el hombro y el levantó su cabeza para verla al rostro.
—No rechaces el amor por una simple aventura. —La palabras de la rubia sonaban profundas aún si estas no la fueran, era claro para el que Piper sabia de ese asunto pues su mirada melancólica expresaba un sin fin de especulaciones pero eso de querer saber aun más de Piper ya sería muy inapropiado para él; Edgar entendió que lo que Piper dijo significaba mucho y tenía en cuenta algo.
—Le agradezco mucho por todo su tiempo invertido en nosotros. —Edgar agradecía sinceramente la acción de Piper aunque estas fueran mal interpretadas por Edgar.
Piper quería reírse pero no era buen momento, solo le siguió el juego y habló.
—Haces parecer como si yo gastara mi tiempo en ayudar a pubertos con problemas. —Ella fingió esta ofendida.
Edgar reía por la actitud de Piper, al instante le sobrevino un recuerdo y dio un respingo, recordó que Colette podría regresar en cualquier momento, Edgar se levantó de la cama en un fugaz movimiento, asombrando a la rubia.
—¡Qué sucede! —Piper miro que Edgar se acercaba a la puerta, se detuvo y la miró.
–Voy a traer mi teléfono, le diré a Colette que vaya a nuestra casa y le diga a una amiga algo importante. —Edgar se refería a Amber, no quería que la chica de cabellos de fuego se sintiera desplazada o algo así.
—¿Lo dejaste en el comedor? —Preguntó Piper, Edgar parecía estar dudando y contestó.
—Eso creo… —El chico se tapaba la cara con su bufanda, Piper le sonrió y se acomodó en la cama, luego le respondió al chico.
—Dijiste nuestra casa, vaya al parecer si vas en serio con ella. —Piper lo dijo en tono de broma lo cual Edgar solo hizo caso omiso h abrió la puerta.
Grande fue su sorpresa al ver que alguien estaba frente a él.
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Continuará.