■ NARRA TN ■
La noche se había hecho presente mientras Jin manejaba por una zona de pastizales y altas espinas color marrón.
No sabía dónde nos encontrábamos, tampoco sabía a dónde íbamos y mucho menos sabía porqué había tomado la decisión de seguirlo hasta acá.
Un palpitante deseo de salir corriendo se hizo presente, sin embargo al mirar la cortina de estrellas que estaba sobre nosotros recorde aquella vez que Jungkook y yo nos reunimos en el techo de la capsula para mirar el cielo.
En el fondo de mi corazón quería que la máquina del tiempo funcionará, pensarlo era estúpido, pero realmente quería que todo regresará a la normalidad.
-- Hemos llegado.-- dijo Jin quitando la llave del auto mientras la depositaba en el bolsillo de sus jeans.-- Sígueme.
Ambos bajamos del vehículo de un salto y comenzamos a caminar en medios de la oscuridad.
Nos encontrábamos frente a una pequeña granja de altos corrales color blanco, todo permanecía en silencio a excepción de nuestros pasos al caminar.
No había zombies aquí, sólo había algunos animales muertos alrededor, estaban casi en los huesos y el olor era terrible.
Seguí a Jin sin pronunciar una palabra, hasta que nos detuvimos frente a una estructura de madera gigante.
-- ¿Así que...-- dije mirando hacia arriba.-- Aquí te escondiste todo este tiempo?
Jin tomó el pomo de la puerta con su mano derecha, abrió de golpe y la madera rechino.
-- Si quieres privacidad, uno de estos lugares te salvará de cualquier problema.-- dijo mirándome a los ojos.-- nunca olvides mi consejo.
Ambos comenzamos a caminar hacia el interior de la granja, todo estaba iluminado con grandes lámparas amarillentas que colgaban del techo.
Jin se detuvo frente a una estructura enorme que tenía una cobija encima, la tomó de una esquina y tiró de ella.
-- Te presento a María,-- dijo Jin en voz alta.-- La máquina que nos regresará a nuestros amigos.
María era enorme, su estructura estaba perfectamente diseñada con metal color gris, mientras que los laterales contenían dos grandes cristales.
-- Impresionante.-- dije mirándola de arriba abajo.
Jin se cruzó de brazos y sonrió para mi, parecía orgulloso de su invento.
Uno de esos cristales tenía el cerebro incrustado con cables, mientras que el otro permanecía vacío.
-- La realidad supera la ficción.-- dijo Jin.-- ¿No lo crees?
Asentí con la cabeza y trague saliva.
Era deslumbrante.
No había visto nada igual, Jin no estaba exagerando cuando decía que había estado construyendo una máquina en sus meses de desaparición.
Nunca me imaginé esto.
Mis ojos vacilaron por un momento y sentí el golpe de la realidad golpearme con fuerza en la espalda.
Jin había dicho que esta máquina solo funcionaría con la sangre de la persona que había originado el apocalipsis, pero nadie que estuviera vivo podría hacerlo funcionar.
Todos habían muerto.
El presidente había muerto, él había originado el apocalipsis pero no teníamos su sangre.
-- Pero Jin...-- dije en voz baja.
Él inclino su cabeza para mirarme y levantó una ceja.
-- ¿Que pasá? -- preguntó.
-- El causante del virus murió, no hay sangre que nos pueda regresar a nuestros amigos.-- respondí.
Jin comenzó a dar vueltas por toda la granja y miró hacia el techo agujereado de arriba.
-- No murió.-- dijo con firmeza mientras se detenía en seco para mirarme una vez más.-- Lo estás viendo con tus propios ojos.
Jin puso una mano en su pecho, se aclaró la garganta y soltó un suspiró.
¿El había causado el apocalipsis?
Los segundos pasaban, uno tras otro y yo seguía sin creer lo que estaba diciendo, pero la seriedad en su rostro me confirmaba la veracidad de sus palabras.
-- ¿Estas bromeando? -- pregunté.
Negó con la cabeza.
-- ¿Quieres que te cuente una historia TN? -- preguntó.
Asentí con la cabeza, estaba anonadada.
-- Te escuchó.-- respondí.
-- Hace algunos años, me encontraba con tu padre estudiando la reconstrucción de tejidos para la nueva empresa que haríamos, la llamaríamos "la capsula", pues el medicamento que haríamos tendría la forma de una capsula.-- explicó mientras me miraba con atención.-- todo pintaba de maravilla, hasta que un día me quedé a dormir en el laboratorio para impresionar a tu padre con un avancé, y así fue como nació el virus.
Sus palabras parecían recordar la historia a la perfección, hizo una pequeña pausa y yo aproveche para suspirar mientras miraba el suelo.
-- No puedo creerlo.-- dije en voz baja.
-- Al principió no lo consideré como un peligro, pues lo estuve guardando en secreto mientras experimentaba con ratones muertos, los cuales regresaban a la vida gracias a mi invento.-- su mirada cambió y frunció el ceño mientras observaba la máquina del tiempo.-- pero ellos no regresaban a su estado original, pues reaccionaban de forma diferente, su instinto por comer los consumía.
Solté un suspiró.
-- ¿Me estas diciendo que el día del apocalipsis liberaste el virus y dejaste que todos se infectaran? -- pregunté en voz alta mientras recordaba a Yoongi y a mi madre infectados por el virus.
-- No,-- respondió.-- Fue un error, pues cierto día decidí modificar el virus y crear algo mejor, pero cuando llegue al laboratorio tu hermano estaba peleando con tu padre sobre la herencia de nuestra futura empresa.-- continuó diciendo.-- su novia también estaba ahí discutiendo con ellos, así que decidí intervenir, pero una cosa llevo a la otra y mi virus terminó en el suelo junto con otros experimentos, al mismo tiempo su novia cayó sobre el virus y ella salió corriendo a la calle.-- cerró los ojos y me miró nuevamente,-- Fue cuestión de horas para que el mundo terminará en manos de la infección roja.
Abrí los ojos como platos.
A estas alturas de la historia no sabía cómo reaccionar, tampoco sabía que hacer, lo único que mi mente me repetía era la poca confianza que Jin nos había tenido.
Nunca nos había dicho nada.
Escondió todo y dejó morir a mis amigos por su culpa.
-- ¡Tu los mataste! -- grité.-- ¡Tu mataste a nuestros amigos!
Jin bajó la mirada y permaneció en silencio.
-- Yo...
Me lleve ambas manos a los ojos, tenía ganas de llorar.
Escuche unos pasos aproximarse a mi.
-- TN,-- dijo Jin en voz baja.-- Yo te regresaré a tus amigos.
-- No digas estupideces, esa máquina no funciona.-- respondí con la voz entrecortada.
Sentí sus manos sobre mis manos y de un delicado movimiento las bajó al mismo tiempo que las suyas.
-- Un mundo sin zombies, es un mundo sin mi.-- dijo en voz baja mientras levantaba mi mentón con la punta de sus dedos.-- cuando yo entregue mi sangre a esa máquina, regresaremos en el tiempo y tu mundo volverá a normalidad, tus amigos, la universidad, todo.-- dijo en voz baja.-- Un mundo sin mi existencia, es un mundo sin la infección roja.
Lo miré a los ojos, Jin era un científico-inventor desde hace mucho tiempo.
-- ¿Porqué borrarías tu existencia? -- pregunté quitando su mano de mi rostro.-- ¿No aprecias vivir?
Jin soltó un suspiro y me regalo una amplia sonrisa.
-- Mi vida siempre fue perfecta,-- respondió.-- tuve lo que quise y tampoco me faltó nada, pues mi familia creció con dinero en manos, salí con algunas chicas y dedique mi tiempo a lo que más amaba; la ciencia.-- miró hacia el techo.-- después de eso, conocí a un grupo de chicos mata-zombies que estaban dispuestos a dar su vida por mi, eran mis amigos.-- regresó su mirada hacia mí.-- ¿Es momento de devolverles el favor, no lo crees?
La confianza que Jin le tenía a la máquina del tiempo era notable, me sentía incapaz de decirle que sacrificara su vida por nosotros.
No podía decirle que lo hiciera.
Su silencio me hacía saber que quería una respuesta de mi parte, pero mis labios eran incapaces de pronunciar una palabra.
--Volveríamos a hacerlo.-- dije finalmente.-- volveríamos a dar nuestra vida por ti otra vez.
Jin soltó una risita, comenzó a caminar hacia mí y se inclino hacía a delante para depositar un beso en mi mejilla.
-- Sígueme.-- dijo en voz baja mientras tomaba mi mano.
Ambos comenzamos a caminar a un costado de la máquina, donde se encontraban algunos metales oxidados.
-- ¿Esta todo bien? -- pregunté.
Asintió con la cabeza.
-- Se que no diras nada, así que...-- dijo sacando unas esposas de metal.
De pronto, comenzó a colocar una de ellas en mi mano derecha y la otra a un tubo oxidado que estaba conectado desde el suelo hasta el techo de la granja.
-- ¿Que haces? -- pregunté intentando quitar las esposas.
-- Esta es mi decisión TN.-- dijo caminando lentamente hacia la máquina del tiempo.
Se detuvo en seco frente a María, justo donde permanecía la capsula de cristal vacía.
-- ¡No lo hagas! -- grité mirando todo.
La máquina del tiempo se encendió y toda la sala se iluminó al instante.
-- Gracias por creer en mi desde el primer día que nos conocimos TN.-- dijo entrando en la pequeña capsula de cristal.-- Soy Kim Seok Jin, no lo olvides.
La máquina del tiempo comenzó a moverse de un lado a otro, mientras millones de destellos blancos comenzaban a salir de su interior.
-- ¡Jin! -- grité con fuerza.-- ¡Jin!
• • •
La delicada brisa que entraba por la ventana era agradable, la primavera estaba a la vuelta de la esquina; una de las mejores épocas del año.
Una mano comenzó a moverme con fuerza y sentí como mi cuerpo se deslizaba con brusquedad hacia el suelo.
Me había caído.
-- ¿Estas bien? -- preguntó mi madre arrodillandose a mi lado.
Me lleve una mano al pecho, sentía un vacío en mi interior, como si hubiera pasado la noche llorando.
-- Estoy bien,-- respondí poniéndome en pie.-- No es nada.
Mi madre sonrió y se levantó del suelo mientras sacudía su vestido color verde.
-- ¿Quien es Jin? -- preguntó levantando una ceja.-- ¿Es alguno de tus idols del K-pop?
Negué con la cabeza, ¿De que estaba hablando mi madre? Yo no conocía a ninguna persona con ese nombre.
-- ¿De qué hablas?
Mi madre se cruzó de brazos.
-- Antes de que despertarás gritabas su nombre innumerables veces.-- respondió.
-- No lo conozco.-- dije.-- No se de que estas hablando.
Mi madre puso los ojos en blanco, como queriendo decir: "Ya me estaba esto".
-- No importa.-- respondió.-- pero tu padre vendrá en media hora para llevarte a la universidad, así que preparate para tu primer día.
Solté un soplido.
Había olvidado completamente que hoy era mi primer día en una de las universidades más estrictas del país.
Mi padre había decidido que era buena idea mudarnos de casa y eso se debía a que su actual trabajo no le permitía llegar a casa nunca.
Era molesto ser la nueva en una escuela.
-- Estábamos bien en nuestra antigua casa.-- solté.
-- Deja de quejarte.-- respondió mi madre.
• • •
-- Hemos llegado.-- dijo mi padre estacionando el auto a una calle de la escuela.
Asentí con la cabeza, me sentía nerviosa.
Socializar no era mi fuerte.
-- Gracias por traerme hasta aquí.
Mi padre sonrió, le había gustado mi comentario.
-- He estado pensando que sería bueno llevarte a la universidad una vez por semana.-- dijo con una sonrisa.-- ¿Que te parece?
Sus ojos me miraban espectantes a la espera de una respuesta.
-- No te preocupes por mi,-- dije abriendo la puerta del auto-- La parada del autobus está cerca de casa, no me haría mal caminar un poco.
• • •
Me encontraba en la sala de administración de la universidad, necesitaba completar mi trámite para poder ingresar a una de las universidades más estrictas del pais.
Mis notas eran perfectas, así que sería fácil estar aquí.
De pronto un hombre joven de traje color negro entró por la puerta y cerró la puerta con una fuerza impresionante.
Parecía enojado.
-- Buen día director.-- hice una revenrecia ante él.-- He venido a hacer mi trámite de inscripción.
El hombre de aspecto joven y rasgos definidos se aclaró la garganta y apuntó una de las sillas que estaba frente a su escritorio.
-- Toma asiento.-- dijo.
El director comenzó a mirar toda la sala y tomó asiento en la silla deslizable que estaba detrás del escritorio.
Enfocó su mirada en mi y suspiro.
-- ¿Cuál es tu nombre? -- preguntó.
-- TN.-- respondí.
El joven director soltó una carcajada y colocó ambas manos en el escritorio.
¿Que le causaba risa?
-- Bienvenida.-- dijo conteniendo una carcajada.-- No soy el director, pero espero que no te quedes en esta escuela, ya que es un infierno total, una chica como tú, no soportaría el estrés de este lugar.
Entre risas, nuestros ojos se encontraron y pude notar un ligero cosquilleo en el estómago.
Aquel chico me parecía conocido.
¿Lo había visto antes?
Su aspecto no solamente era atractivo, sino que también parecía ser una de esas personas que hacían lo que les apetecía cuando querían.
Un deja vú.
-- ¿Pasá algo? -- preguntó levantando una ceja.-- ¿No me digas que te has creído que realmente era el director?
Negué con la cabeza y lo mire nuevamente. El atractivo chico frente a mi tenía una identificación en las manos que decía su nombre:
Jeon Jungkook.
Lo miré nuevamente a los ojos, ambos soltamos una carcajada y comencé a reprocharle que era de mal gustó hacerse pasar por una persona.
Así terminaba todo, como debía ser.
Gracias a Jin, pude darme cuenta que los cambios suelen ser malos cuando no te adaptas a ellos, es decir, si una manada de zombies apareciera por la puerta de administración, estoy segura que no sobreviviría ni un día ante el apocalipsis del fin del mundo.
Por suerte, los apocalipsis zombie no existen, eso sólo es cuento de películas, libros, series y videojuegos.
Aunque...
Había ocasiones que despertaba en medio de la madrugada por las terribles pesadillas que tenía; siempre era lo mismo zombies.
La antigua TN no recordaba nada, ni Jungkook, Jimin, Taehyung, Yoongi, Nayeon y Namjoon.
El sacrificio de Jin había válido la pena.
Por otro lado, la nueva yo odiaba comenzar en una universidad que no conocía.
Pero como siempre dicen, el final de una historia, es el comienzo de una nueva, una nueva y maravillosa historia.
Todo seguiría su curso normal, como debía ser, tal vez un día todos volveríamos a reunirnos.
Y...
Jungkook y yo volveríamos a estar juntos.
Una vez más...
Fin.🖤