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El día era normal, se podía ver a la dama sostener con sus dedos un cuchillo, sus manos temblorosas retenían el objeto, indecisas de ejecutar aquello que en su mente había planeado y sus ojos nerviosos señalaron a gokú, que fuera de la casa trabajaba la tierra.
-no puedo hacer esto...- susurró Meláscula. Se notó preocupación en su rostro y en la forma en como sostenía el cuchillo sin despegar la mirada del chico saiyajin. -no, ¡tengo que hacerlo... debo hacerlo!.- ahora decidida tragó hondo y después de cerrar con fuerza sus ojos arremetió con fuerza hacía el limón que tenía frente a ella y logró partirlo en dos.
-bien, ahora solo queda...- murmuraba, el sudor de su frente se deslizaba mientras con la ayuda de su oscuridad exprimía la fruta cítrica en una pequeña jarra que había cerca y luego con dificultad partió dos limones más hasta que finalmente tuvo suficiente jugo.
-ahora sigue el agua...- murmuraba añadiendo poco a poco los ingredientes restantes hasta que por fín tuvo en sus manos una gran jarra de limonada que fue levantada con gozo. -lo logré!.- habló y salió de la casa rápidamente en dirección de su amado, era muy seguro que el calor del verano le fastidiaba y quería refrescarle.
-humano, te hice algo de jugo!.- feliz llegó y extendió un vaso para que gokú recibiese la bebida, algo extraño para él considerando que no es buena en la cocina.
-gracias Meláscula-chan!.- bastante feliz sostuvo el vaso mientras ella vertía la bebida. Con el tema del rey demonio y con la conversación de anoche parecía estar bastante alegre, ya la angustia no se notaba en su cara y solo quedaba a esperar a cómo las cosas se desarrollaban.
En cuanto probó la bebida se detuvo ante el sabor que le invadió y no era por las semillas del limón que flotaban o por la acidez del mismo, si no por algo más desagradable.
-meláscula-chan, no habrás confundido el azúcar con la sal no?.- riendo nerviosamente comentó y ella se mostró confusa,
-¿azúcar?, ¿sal?.- con dudas presentes dejaba en claro lo ignorante que era respecto a eso. -¿sabe feo?.- preguntó después ante la pausa del chico y su emoción se desvaneció.
-claro que no, está rica.- comentó riendo. -pero habría quedado mejor si le pones lo que había en el otro tarro.- explicó y como sea siguió probando la "limonada" y ella volvió a sonreír, sin embargo de un momento a otro el cielo terminó por oscurecerse y toda luz que viniese del sol desapareció.
-¿qué pasa?.- preguntó el Son y la chica giró a ver hacia arriba, momento en que gokú aprovechó para tirar la limonada restante.
-un extraño horror acobija el reino de britannia, la presión que se siente es única.- comenzó a comentar la diablesa y el sudor recorrió su frente. -¡es el poder del rey demonio!.- alarmó Meláscula.
-es muy distinto a la otra vez, qué pasa ahora?.- preguntó el saiyajin.
-muy seguramente encontró la manera de recuperar todo su poder, antes podía sentir la esencia de los diez mandamientos reunidos, pero ahora debió regresar de otra forma más poderosa.- ella dijo y gokú la cargó y la puso sobre su hombro repentinamente.
-supongo que eso ya no nos concierne.- habló y comenzó a caminar de regreso hacía la casa.
-es verdad... pero tratará de vengarse de nosotros.- con preocupación ella comentó y era verdad que en este punto no le interesaba nada de lo que pudiese pasar a los pecados o a britannia, pero no es como que estén libres de la ira de uno de los dos dioses de ese lugar.
Si viene entonces lo derrotaremos entre tú y yo, pero lo que pasa es algo que deben enfrentar los siete pecados capitales, o al menos meliodas y su hermano, ellos empezaron todo y ya sufrimos mucho ¿no crees?.- comentó el saiyajin, ella se mostró un poco escéptica, pero luego simplemente sonrió y se dejó recostar en la espalda de gokú mientras le abrazó.
-¿entonces qué haremos ahora?.- hizo esa pregunta de forma juguetona y gokú rascó su mejilla para pensar en algo.
-por lo pronto deberíamos hacer el almuerzo, ya tengo mucha hambre.- explicó y sonrieron juntos, a este punto Meláscula olvidaba que ya no era una demonio sirviente, y su vida habría tomado un giro distinto, no diferente a la de cualquier aldeano, porque debían estar apartados de todo y dejar que aquellos que se sienten con mayor responsabilidad se encarguen del mal venidero, así como gokú que debe respetar esa parte que le limita a no interferir en nada más que no sea esta vida y en su querida demonio.
-"El final de los mandamientos ha llegado a su fin".- pensó y al igual que su amado dejó todo lo que le atase a esa Era de penas y sufrimiento, y agradeció por como el destino había cambiado favorablemente para ella, claro que podía ir y luchar por los principios que una vez creyó era lo que se suponía su razón de vivir, pero así como gokú podía irse o simplemente no haberla buscado, ella decidió abandonar todo cuando perdió su vista, entonces comprendió que no existía solo para eso, podía ser quien quiera y gokú se lo enseñó, le mostró que la felicidad no está en compartir la voluntad de alguien más que no le toma en cuenta.
Al final era como se esperaba, porque incluso antes de que la noche cayese otra vez el sol salió, aunque eso no significaba que todo salió tan bien, porque sintieron perfectamente como britannia tembló fuertemente por la presión del gobernante del mal junto a ellos, pero ya sea por los pecados capitales u otra cosa, el mal terminó por esfumarse, porque el patriarca del reino demoniaco había perecido y con ello su voluntad. Cada demonio existente sintió esa extraña sensación de libertad dentro de sí y todos los reinos dejaron de estar bajo la amenaza del oscuro poder porque el enemigo de todas las razas mostró en el pasado y con ello, una nueva era dio inicio.
Fué un día y dos noches de completo festejo, no es que ellos hayan ido a las fiestas que en las capitales se celebraban, pero se podía sentir en el ambiente el regocijo de una victoria que ha cambiado de ahora en adelante la forma de vivir de los pueblos en toda britannia, gokú no evitaba alegrarse por la paz que de ahora en adelante podría vivirse porque aunque él no estuvo presente en la victoria, podía imaginarse el tipo de desgracias que acobijarían esta tierra si ese ser se saliese de control.
-hay que ir al nido de humanos a comprar vino y comida!.- con esa frase supo que había una demonio más emocionada que él, bueno, no se le podía culpar.
Aquella mañana era tan normal como las otras, podía verse a la chica estar atenta a los movimientos de su humano.
-de-deberías alejarte un poco meláscula-chan.- comentó el joven, pues el rostro de la demonio estaba tan cerca de la estufa que podría ser peligroso.
-quiero ver todo lo que haces para ayudarte en la cocina.- ella explicó, a veces se sentía inútil cuando gokú hacía todo, no negaba que al principio se sentía bien pero con el pasar del tiempo percibía que era injusto.
-no tienes que hacerlo de esa forma, si quieres que te enseñe lo haré.- apartando a la chica propuso, aunque no era una buena opción, pues la diablesa simplemente no podía, pero se esforzaba.
-está bien, pero si queda feo quiero que lo digas y no mientas!.- con esa condición aceptaría, aunque sabía que gokú diría que estaba bien a fin de cuentas, sin embargo había algo que estaba mal, pues la luz que entraba al lugar se opacó repentinamente y de forma extraña una silueta se posó en el exterior cubriendo las ventanas del frente y trayendo las tinieblas a su hogar.
Inmediatamente se percataron de la situación y un temor macabro invadió el lugar, la diablesa tomó la mano de su amante ante tal miedo que le consumió y eso que muy pocas cosas lo podían hacer, y sea lo que sea que fuese esto no era algo parecido al poder demoníaco o a la magia de las diosas, era una presión siniestra que nunca antes había sentido.
De repente el techo se destruyó y lo primero que pudieron notar fueron unos espantosos colmillos que devoraban la madera y trituraban todo a su paso buscando acertar un tajo, la saliva goteaba como lluvia espesa y en menos de lo que pudieron imaginar todo desapareció.
-debes escapar de él, debes huir de su poder!".- aquella voz se presentó otra vez, advirtiendo del peligro que había llegado hasta su propio hogar, el mal presagio de la sacerdotisa del caos se había hecho realidad y la encarnación misma de la inconsistencia de este mundo había hecho presencia.
En un parpadear se encontraban fuera de la casa, ahí Meláscula y gokú pudieron ver a la criatura retorcerse y olfatear con fuerza cada rincón, un monstruo pálido con manchas rojas destruía su hogar y tan pronto notó que sus fauces no alcanzaron al hombre señaló al saiyajin con una mirada ansiosa.
-¡¿qué es esa cosa?!.- Meláscula no podía creer lo que pasaba, no había visto algo similar nunca y aún así sentía miedo.
-vaya... ¡sí que eres rápido!.- la chillona y horrible voz emergió de las entrañas del deforme felino que humedecía su boca con la larga lengua que se paseaba por sus colmillos torcidos y la espesa saliva se derramaba de su boca.
-¡¿qué carajos eres y por qué destruyes mi casa?!- cuestionó al saiyajin dejando a su amada atrás.
-¿que qué soy?, ¡esa pregunta debería hacerla yo!.- sus pasos hicieron temblar el campo y sus garras emergían ansiosas. -tienes un poder extraño, algo que no se relaciona al caos de este mundo, es algo que altera todo lo existente y capaz de destruir cualquier cosa, ¡lo quiero!, ¡lo quiero!.- siguió diciendo, trayendo el tema del caos del cual advertía la dama del lago. -tú supones un peligro para el caos, puedo sentirlo, eres algo ajeno y muy por encima de lo que el caos puede manejar, todo ese poder puede alterar y destruir todo lo que hay en este mundo, ¡así que déjeme devorarte por favor!.- con esas repulsiva forma de expresarse se acercó a la pareja y sin siquiera decir algo más arremetió con sus fauces de forma horrorosa con la intención de devorarlos, sin embargo lo único que recibió como aperitivo fue un repentino ataque que destrozó todo su cráneo y esparció sus restos por todo el campo.
-¿que-qué ha sido esa cosa?.- preguntó la demonio por todo lo que había sido tan sorpresivo y literal no tenían ni una pizca de contexto respecto a lo sucedido, ¿un gato gigante?.
-no lo sé, pero algo me dice que esto es obra de esa sacerdotisa.- habló el saiyajin, sin embargo para su mala suerte nada había terminado aún, pues el gato se reconstruyó casi al instante y su monstruosa apariencia no disminuyó nada.
-eso no es magia, ¡eso es un poder delicioso!.- vociferó y de forma extraña comenzó a deformar su cara otra vez. -¡¿de eso está hecho el lugar de dónde vienes?!, ¡¿ese es el poder destructivo que corre por tus venas?!.- siguió exclamando y sin perder el tiempo arremetió otra vez, con la diferencia de que gokú desapareció nuevamente.
-no puedes huir, detectar una anomalía como tú es fácil!.- habló y se giró para encontrar al hombre que ya le esperaba con un nuevo ataque cargado.
-desaparece maldito gato.- exclamó el saiyajin y sin contenerse lanzó el poder que desvanecería cualquier cosa que no tuviese suficiente resistencia, y aunque así fue en un principio, de la nada su figura comenzó a aparecer.
-si te devoro a tí podré consumir el resto del caos y luego de eso destruiré todo, será tan glorioso que no lo puedo imaginar!.- exclamó otra vez y en esta ocasión el escenario bajo sus pies comenzó a deformarse, casi como si respondiese a la voluntad de ese animal.
-¡¿qué-qué es esto gokú?!.- habló Meláscula, y lanzó su oscuridad hacía la criatura, no obstante aunque le atrapó, su poder se desvaneció en tanto hizo contacto con la piel de esa cosa.
-no lo sé, pero no se muere con nada.- informó el saiyajin y ya harto de la situación tomó la mano de su amada y desapareció del lugar dejando a la bestia sola en los lejanos campos.
-inmediatamente aparecieron en el antiguo lago que hace unos días habían visitado, pero para la sorpresa de la pareja el lugar había cambiado totalmente y además no eran los únicos, pues quienes estaban ahí eran los siete pecados capitales.
-e-es gokú y Meláscula!.- escuchó a la gigante cuando se percataron de su presencia y el escenario no es que fuese mejor aquí, pues había gente herida y muchos rostros preocupados.
-gokú, que bueno que esté aquí...- la dama del lago pronunció su nombre y se dirigió a él. -algo ha ocurrido y una entidad que desafía al caos ha obtenido parte de su esencia y se ha enterado de su existencia y del poder que pone en riesgo este lugar.- informó la dama y gokú no es que estuviese contento con eso.
-¿me estás diciendo que esto no es obra tuya?, mi hogar fue devorado por esa cosa y puso en peligro a meláscula-chan!.- reclamó y todos se mostraron confusos por esa declaración.
-¿e-están hablando del gato de arturo?.- se preguntó el rey hada y eso llamó la atención de la maga. -eso es imposible, ¡arturo acaba de matarlo!.- exclamó meliodas por la información dada.
-no es así...- dijo merlín. -si cath ha devorado el poder del caos ahora debe tratarse de un ser completamente poderoso.- exclamó la maga y se dirigió a gokú. -si va por él significa que debe haber algo que lo atrae, una fuerza que puede ayudarle a encontrar el poder del caos absoluto.- concluía y aunque parecía preocupada, podía verse en su mirada que su curiosidad se desbordaba más que nunca, le brillaban los ojos como si alguien en la completa miseria acabase de encontrar un diamante, no le importaba lo que a su alrededor pasaba, de eso está seguro.
-la gula de merlín no tiene límites gokú.- esta vez la dama del lago le habló en su mente y dejó en claro los sentimientos de la pelinegra. - el odio y repulsión que eso le causa es lo más cercano a lo que cualquiera haría si puede ver en lo más profundo de su corazón, no se lamenta, no se arrepiente y no le tiene miedo, ahora el equilibrio que hay en los actos de esa mujer se ha alterado también.- siguió diciendo la sacerdotisa.
-qué se supone que harás, no es mi culpa que esa cosa me siga.- interrogó el saiyajin molesto.
-el caos está contenido en dos cuerpos, en la persona que está destinada a ser rey y en el monstruo que le atacó.- explicó la maga y eso hizo molestar al saiyajin.
-algo me dice que tú tienes que ver en esto, no quiero que hables.- habló y apuntó con su dedo al pecado de la gula.
-solo queda regresar el poder que cath robó a su portador legítimo, ese es el rey de camelot.- explicó la dama del lago y gokú se mostró con dudas de tomar parte en este repentino asunto, pero no había tiempo para pensar, pues el mal había llegado.
-no devolveré el poder del caos...- la chillona y tétrica voz se escuchó sobre ellos, precipitándose de las alturas y golpeando los montículos hasta posarse cerca de los presentes.
-terminaré por devorarlo todo, me comeré a estos dos platillos y seré uno con ambas fuerzas que poseen, esto es emocionante y me abren el apetito como nunca!.- siguió diciendo y con esa amenaza el mal herido rey de camelot trató de reincorporarse.
-entonces no estaba muerto después de todo!.- exclamó el zorro de la avaricia.
-el poder del caos es el principio y el fin de todo lo existente, no hay fuerza que se le oponga a excepción de gokú, eso también aplica para su portador.- explicó la dama del lago y las múltiples miradas de los pecados señalaron a merlín.
-qué es lo que has hecho?.- preguntó meliodas a su compañera maga, eso sumado a la verdad que les decía que todo lo vivido era una mentira no llevaba a ningún lado y el odio que mantenían no hacía más que incrementarse.
-por favor, no peleen.- jadeante el rey exclamó y su poder se desbordó apenas manteniéndose bajo control. -yo acabaré con esto y traeré la paz a mi reino!.- vociferó y como un relámpago arremetió contra la bestia y la hoja de su espada radiante de poder atravesó múltiples veces a la criatura, pero la historia se repitió.
-esa cosa no puede morir!.- exclamó Meláscula y en efecto, el monstruoso felino no tenía ningún rasguño a cabo de unos minutos.
-reino, ¿cual reino?.- con burla lanzó esa pregunta y todos los pecados se exaltaron al escucharla. -¡tu patético reino fue destruido en su totalidad, fue arrasado por los pecados y por este hombre en su pelea contra el rey demonio!.- sacó a la luz la verdad que nadie le había contado a arturo.
-estás mintiendo!.- exclamó y se dispuso a atacar otra vez, sin embargo la criatura se burló aún más.
-no miento, puedes verlo con el poder del caos si así lo deseas, ¡veamos quién es el que miente!.- habló y le incitó, palabras a las que muchos se opusieron pero en tanto las acató, pudo ver la realidad allá afuera.
Un estruendoso grito se escuchó en los alrededores, la gente, la ciudad y las promesas había desaparecido, observó cuánta sangre se había derramado en su tierra y podía ver las ruinas de lo que fue camelot alguna vez.
-alto arturo, no cedas a sus palabras!.- exclamó merlín esta vez alterada y ante ello el felino mutado no hacía más que burlarse.
-¡la realidad es que no importa nada!, ¡todo desaparecerá tarde o temprano ya que el caos es inevitable!.- exclamó y corrió hacía los presentes. -¡podemos hacernos uno con ese poder y destruirlo todo, así que permítanme comerlos!.- exclamó y todos se prepararon, sin embargo antes de que atacasen un destello salió y de forma brutal se chocó contra el monstruo que parado en un instante fue enviado a chocarse con todo lo que tras él se encontraba.
-¿humano?.- dijo Meláscula al notar que gokú fue el que intervino y todos le giraron a ver.
Él se agachó y cargó a su chica, notando como el miasma de la diablesa se quebraba y caía como la nieve de invierno sobre el suelo.
-su miasma...- dijo la princesa de lionés ante ese acontecimiento.
-eso es imposible, le otorgué el poder del rey demonio para preservarlo.- exclamó meliodas ante ese sinsentido que sus ojos presenciaban.
-el poder del caos está actuando ante ella al ser lo único que gokú tiene como importante en este lugar.- la dama del lago informó, a este punto las cosas solo se tornaban peor. -así como sabe que el rey de camelot se lamenta por sus desgracias, quiere hacer lo mismo con gokú, el miasma también hace parte de la creación y no tiene poder mágico que se le oponga...- terminó de informar la fatal situación, algo que nadie querría ver en la persona que se ama.
-si es así supongo que no me queda de otra más que interferir.- habló cuando su mujer le abrazó con fuerza.
-no quiero desaparecer, no quiero dejarte!.- exclamó la diablesa y se pudo ver sus lágrimas desborrarse.
-puedo preservar el miasma si se sumerge en el lago, ya que el poder mágico aquí es abundante.- se escuchó la voz de la sacerdotisa para calmar un poco la situación y aunque ofreció una advertencia con anterioridad, a este punto; ver el estado del rey de camelot y la poca confianza solo le dejaba con una salida.
-por favor gokú... ofrezca a este mundo una última batalla, contrarreste con su poder el caos que ha sido robado.-
fin del capítulo 18.
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nos vemos en el próximo capítulo.