Mi Alma Gemela

By Nagisa0808

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Todo comenzó cuando Harry Potter vagando por los pasillos del castillo se encontró en un baño cierto diario d... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Aviso Importante
Capítulo 51
Capítulo 52

Capítulo 18

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By Nagisa0808

Narrador

Tom poco a poco abría los ojos sintiéndose más renovado que nunca, jamás había dormido tan bien en su vida, aunque sabe por los recuerdos de su yo más viejo que una vez cumplió la mayoría de edad dejó el orfanato para tomar sus propiedades y se quedó con todo y lujos en la Mansión Slytherin disfrutando de comodidades que en ningún momento se permitió, como deseo experimentar eso.

Recordó que había días en que despertaba en su cómoda cama de sabanas negras angustiado de sentir ansiedad con que ese era un sueño y que tarde o temprano volvería a ese orfanato. Recuerda acostumbrarse con el paso de los años que nunca volvería a estar en las condiciones en las que vivió en ese infierno, disfrutando de sus comodidades alabando las noches cuando su piel tocaba esas sabanas.

Dejó escapar un suspiro nostálgico ante los recuerdos sintiendo a través de ellos lo mucho que Voldemort disfruto y atesoró su libertad, como se sintió independiente estar en su cómoda y protegida Mansión sin temer a que le cayera una bomba encima, vio que tuvo 4 elfos para sí mismo, pero a diferencia de algunos sangres puras los vistió con excelentes ropas dignas de los trabajadores de la casa Slytherin, jamás los trató como menos respetando su magia sin varita, aunque fuera más hogareña que la de los magos no significaba que fuera menos poderosa.

Se sintió conectado al ver los diferentes recuerdos arremolinándose en su mente, no todos eras matanzas o conocimiento, pudo ver como disfrutaba de la vida con sus seguidores, aunque su rostro era una máscara imperturbable. Lo vio vagar por los jardines hablando con diferentes serpientes muy animado al ver las diversas especies ya sea mágicas o no. Lo vio estar horas en la biblioteca tanto Malfoy como Slytherin explorando libros y libros que si no fuera por sus elfos se hubiera saltado miles de comidas, pero que de todas formas no abandonaba el lugar muy metido en la lectura.

Lo vio recorrer el mundo aprendiendo magia y cultura, pudo sentir la curiosidad vibrar de cada recuerdo como también la emoción de conocer algo nuevo. Lo vio interactuar hasta con Muggles con el fin de conocer tanto como se le fuera posible, los escuchó divagar y él seguir la conversación sin usar ni un solo encantamiento para torturar a los humanos solo interesado en aprender y saltar al siguiente país.

Vio todos sus viajes con nuevos ojos, como aún después de todo seguía en contacto con Abraxas, Lowell y Magnus de entre todos intercambiando cartas para mantenerse al corriente de lo que pasaba en su país. Se sintió ofendido de como las leyes para las criaturas en otros países era mil veces mejor que en Gran Bretaña y sintió lo mismo que él cuando quiso que eso pasara en su hogar, como trajo información para compartir con sus seguidores y los derechos que deberían ser para todos.

Cuando volvió a Gran Bretaña vio las diferentes reuniones con variadas criaturas mágicas de claras a oscuras, hasta grises sin ni un solo prejuicio contra ellas solo dialogando para encontrar deficiencias en sus derechos y prometerles un cambio, que haría todo en su poder para que vivieran tan cómodamente como los magos, eso lo dijo con toda pasión a las criaturas oscuras que, siendo como son, pudieron sentir lo que él también tenía sangre criatura y lo siguieron con gusto.

Vio como hizo una junta con un hombre lobo llamado Fenrir Greyback, era un hombre guapo de cabello liso y castaño, piel pálida y ojos dorados de sonrisa afilada, sabe que ellos son dotados de un perfecto olfato que ni el mejor de los glamures puede eludir. A pesar de los rumore pudo compartir el alivio de confirmar que el castaño no se aprovechaba de niños o vivía la vida mordiendo a la gente, sino que para él y el resto de los hombres lobo los niños son bendecidos y tan preciados como lo son para los magos, por lo que compartió sus ideas de un orfanato mágico siendo aprobadas y apoyadas de inmediato por él.

Vio con angustia como Voldemort de diferentes edades planeaba paso por paso sus leyes para el ministerio, cuando su deseo de ser profesor de DCAO se fue por la borda por la interrupción de Dumbledore, vio como todos sus seguidores lo ayudaban para la elaboración de varias leyes que harían que regresaran las culturas y tradiciones a su país, como pensaba hacer que los niños nacidos de Muggles entrar al mundo mágico antes para que entendieran de su mundo y lo abrazaran. Todas esas leyes a favor de su mundo negadas por ese viejo como si sus ideas fueran correctas y las suyas fueran una atrocidad insultante.

¡Hasta vio su proyecto de un orfanato mágico hecho ruinas por ese viejo! Sintió una ira fluir por su cuerpo al ver como un adulto Voldemort tomaba hasta reventar en la soledad de su Mansión cuando descubrió que sus esfuerzos hablando con el ministro, como había conseguido un permiso para construir un orfanato mágico, tenía todo legalmente al día hasta presentó sus títulos para más influencia junto con sus diplomados de educador. Sin embargo, todo ese esfuerzo se marchitó cuando Dumbledore le dijo algo a ese hombre y él horrorizado lo hecho de su oficina un lunes rompiendo en pedazos el contrato que habían firmado.

Se sintió devastado de ver como su sueño, el anhelo más grande de su vida se caía en pedazos solo porque Dumbledore pensara anda saber qué cosa sobre él y lo que le haría a los niños ¡Merlín sabe que jamás tocaría un solo pelo a un niño! Lo único que deseaba es que ningún niño mágico pasara por lo que él tuvo que vivir en ese orfanato ¡Hasta lo exorcizaron en una iglesia 3 veces por semana por AÑOS!

Merlín sabe todo lo que sufrió en ese inferno que cuando llegó al mundo mágico y sus primeras ideas y deseos fue crear un orfanato para aquellos niños huérfanos o los que son maltratados por sus padres Muggles que no aceptan la magia. No quería que nadie sufriera lo que él, que ellos tuvieran una vida normal.

Dumbledore no puede decir que sus intenciones eran oscuras, solo les daría un hogar no es como si fuera a hacer un ejército o algo peor ¡Dañar a los niños! Joder él jamás haría eso, hasta había torturado más allá de la locura a un Muggle en su viaje a Londres, ese bastardo estaba a punto de violar a un niño ¡A un niño! Arremetió con tanta fuerza con magia pura sin varita que debió sentirse como un crucio por la forma en que gritó, se sintió tan orgulloso de Voldemort por condenar a ese hombre, aunque tuvo que obliviar al niño, pero vio las lágrimas de agradecimiento antes de que él lo hiciera.

¿Cómo pudo Dumbledore negarle ese orfanato a su yo más adulto? Se sintió lívido de ira contra ese hombre que hizo la vida de Voldemort cuadritos, ni siquiera lo dejó ser profesor, se interpuso en su campaña para ser ministro, se metió en todas las leyes que deseaba crear y le negó su derecho y deseo de crear un orfanato. Pudo ver el sufrimiento de Voldemort todas las noches en su habitación viendo pilas y pilas de papeles en su escritorio que no estaban en su estudio sobre sus leyes y proyectos, pudo sentir la impotencia, la furia y la tristeza en su nube borracha.

Se sintió tan afectado de ver cuanto lo intento Voldemort por el camino legal, pudo ver la ira fría que se filtraba por su cuerpo cada vez que Dumbledore se cruzaba en su camino, pudo sentir su magia vibrar de ira y su criatura, o lo poco que quedaba de ella en ese tiempo, arremeter contra las barreras de su control para descuartizar al hombre. Todo eso acumulado por años explotó en la creación del quinto Horrocrux, pudo sentir el dolor deslizarse de su control siendo dominado por la furia y la locura.

Vio angustiado como sus seguidores poco a poco se acostumbraron al trato violento, a los Cruciatus que les lanzaba por no cumplir con algo cuando sabe de quien es la culpa, como estallo la guerra, el levantamiento de la orden del pollo, sufrió al ver toda la sangre mágica redamada, pero para su sorpresa pudo ver a Voldemort en la privacidad de su habitación llena de encantamiento de privacidad, protección y bloqueos llorar, literalmente, lo vio sufrir en esa esplendida cama por las vidas que tomaba, pudo sentir su dolor.

Vio con más claridad que nunca que el hombre se deslizaba más y más a la locura y su arrepentimiento se convertía en ira, vio con sorpresa a los Potter, los padres de Harry, pelear contra él, pero de todas formas les ofreció un lugar en sus filas reiteradas veces. Hasta que llego la fatídica noche en que escuchó la parte de la profecía que le contó Severus, se sintió tan idiota de perseguir solo un fragmento de algo tan efímero como la adivinación.

Alejó los recuerdos de esa noche de octubre por temor a reventar una oleada de magia. Se centró en los recuerdos de su adultez, puede que sea cruel en muchos aspectos y que la creación de Horrocruxes lo desgarro mucho, pero pudo ver que antes de la creación del quinto seguía teniendo su esencia, hasta el quinto no tocó muertes más allá de la división de su alma, solo lo necesario y ni siquiera los torturó, les dio a todos y cada uno de ellos una muerte rápida e indolora.

Ver todo eso le provocó cierto alivio, no era un monstruo despiadado sin corazón que mataba discriminadamente sangre mágica, claro eso hasta la creación del quinto. Al ver todos sus esfuerzos y sabe que no hubiera pasado tal desmadre si Dumbledore no pensara quien sabe que cosas sobre él para impedir todo lo que traería paz a Gran Bretaña.

Se recostó sintiéndose mucho más en paz consigo mismo al ver todos esos recuerdos con mejor enfoque gracias a Harry, sabe que es tan Voldemort como él mismo, claro que sin la locura rayada en la ira.

Tendría que aceptar cada parte de sí mismo, sería difícil considerando lo en contra que esta de que la gente lo alabara de la manera en que lo hicieron con Voldemort, sí, había conseguido que lo llamaran "Mi Señor" y era algo de cortesía, pero que se arrastraran por el piso y besaran su túnica o pies le daba repelús.

Tom lo que deseaba eran seguidores no lame botas, cobardes o muñecas, él quería que cada uno de sus seguidores mantuvieran su esencia dignos Lores y Ladies de sus casas, no masas tambaleantes que solo con pronunciar su nombre eran unas cosas miedosas.

Sin mencionar que el anagrama de su nombre no provocaba lo que quería y odiaba que ese nombre trajera consigo que la gente recordara todo lo que hizo, que se encogieran de miedo, bueno eso no le molestaba tanto, pero que sus seguidores no fueran capaces de llamarlo "Lord Voldemort" le molestaba, se hizo con ese nombre para que se utilizara no llamarlo "Tú sabes quien" o "El innombrable" ¡Era ridículo!

Y todo eso le traía que repudiara que sus seguidores se postraran a sus pies, si una reverencia está bien, pero que casi tocaran el suelo era excesivo, sin mencionar que ni siquiera se atrevían a mirarlo a los ojos o respirar en su dirección ¡Y todo eso por culpa del miedo que infundió!

Bueno, mirando a su lado sintió admiración por la única persona que a pesar de todo lo que hizo Voldemort jamás se inclinó ante él, no rogo, no desvió la mirada o se encogió. Harry, su hermosa pareja destinada.

Pudo verlo en su primer año donde sin conocimiento alguno se plantó frente a él y grito "No" como nadie lo había hecho, definidamente estaba hecho para ser su alma gemela. Sintió un pinchazo de orgullo pensar en eso, su pequeño león era fabuloso con una voluntad tan fuerte que no se doblego ante nadie a pesar de la cantidad inmensurable de bloqueos y compulsiones.

Agitó la cabeza alejando esos pensamientos, sabe que Harry ahora sin ningún tipo de bloqueo será más brillante que nunca, algo que lo emocionaba es ver nuevas facetas de él ya que está completamente seguro de que la obediencia no es algo de Harry y mucho menos la lealtad infundada. Desea ver en todo su esplendor a su pequeño compañero.

Suspiro enfocando sus ojos en Harry quien duerme tan cómodo a su lado, podía verlo dormir tan a gusto que tuvo que retener el impulso de acurrucarse a junto a él y volver al mundo de los sueños donde no le invadían recuerdos que no eran suyos, pero que poco a poco se sentían propios.

Alejando cualquier recuerdo se levantó lentamente de la cama y vio su ropa haciendo una mueca al recordar que solo ha tenido esta muda y que los encantamientos limpiadores son los que han mantenido estas prendas impecables. Se sintió inmensamente agradecido con la magia sin varita que puede emplear o sería muy difícil usar esos amuletos limpiadores.

Agitó la cabeza recordándose que pronto se comprará ropa apropiada, miró por última vez a su compañero y se dirigió en silencio a la sala viendo maravillado que su tronco de Yule aún estuviera en llamas.

Se miró a sí mismo y calmó su respiración para sisear un glamur en pársel, sabe más que nadie que los encantamientos en la lengua de las serpientes son mucho más fuertes y difíciles de romper que los hablados en inglés. Debido a eso se puso un glamur con el propósito de pasar desapercibido en el Callejón Diagon, ya que solo una persona tiene la memoria suficiente para identificarlo y es a donde se dirige.

Listo con su glamur que lo hacía tener rasgos más duros, un cuerpo un poco más musculoso y esbelto aparentando unos 30 años de cabello rubio opaco y de penetrantes ojos marrones. Se apareció en la entrada del Callejón Diagon y caminó por entre las pocas personas que se giraron a verlo con curiosidad, pero las ignoró a favor de hacer una compra rápida y volver antes de que Harry despertara, ya que sabe perfectamente el día que es, Navidad, naturalmente entregaría sus regalos en Yule como dicta la tradición, pero no tuvo el tiempo ni el cuerpo para hacerlo, sería la única vez que hiciera esto y por alguien tan especial como su pequeño compañero.

Una vez recorrió la distancia que recordaba llego a una tienda en específico, entró confiado aliviado internamente de que la tienda que él usará estuviera abierta desde tan temprano. Esperó a que ese hombre apareciera, cuando lo hizo apenas mirarlo frunció el ceño, se sintió expuesto bajo esa analítica mirada, pero sabía que esos ojos solo buscaban en su memoria su rostro algo que no lograría.

-Buenos días Sr. Ollivander -Saludó cortés.

-Buenos días -Devolvió el saludo aún en sus recuerdos.

-No quiero quitarle mucho su tiempo -Habló con un perfecto acento Frances- Solo quisiera comprar una funda para varitas y un kit de limpieza.

-¿De qué material y tamaño la funda?

-De 28 centímetros y de piel de dragón.

Él esperó pacientemente a que el hombre fuera por su pedido mirando el lugar que recordaba a la primera vez que había venido por su varita, su amada varita que en este momento no tenía, debería darse una vuelta por la Mansión Slytherin, si sus recuerdos eran algo preciso Voldemort había puesto un encantamiento esa noche de 31 de Octubre donde si por alguna razón él moría su varita desaparecería e iría a su funda encantada de su habitación en la mansión.

-Serían 13 sickles y 9 knuts -Llegó sobresaltándolo.

Tom asintió buscando en el bolsillo de su túnica el saquito conectado con su bóveda murmurando la cantidad que había pedido la cual no tardó en aparecer, le entregó el dinero al hombre quien asintió conforme y le hizo entrega de su pedido, el cual reviso notando que estaba todo.

Asintiendo en despedida salió de la tienda y caminó con su pedido a Flourish y Blotts con una idea en mente, sabe qué libro le encantará a su pequeño león.

Al llegar saludó con un asentimiento a la encargada y se dirigió directo a la sección que deseaba con urgencia, su criatura se estaba inquietando y estaba totalmente en su derecho cuando Aslak les dijo que no se separaran demasiado, uno porque Harry desbloqueó su criatura y él recién de regreso con el 100% de su criatura, necesitaban estar juntos unos meses para estabilizar su magia y criatura.

Teniendo en cuenta lo anterior se apresuró por los pasillos buscando el libro que deseaba, sonrió sin poder evitarlo al encontrarlo. Sin dudar ni un solo segundo lo tomó y casi corrió a la caja.

-Buenos días, señor ¿Desea llevar este libro?

-Sí, ¿Cuánto saldría?

Tom estaba ansioso por irse, su vena Ravenclaw estaba por explotar, hace mucho tiempo que no leía y estando en una biblioteca le picaban las manos por tomar algunos tomos de diferentes asignaturas y leer por sí mismo las actualizaciones de varias materias. Necesitaba salir pronto de ahí sino se llevaría la biblioteca entera.

-2 galeones.

Tom sacó de su saquito el dinero pedido y se lo entregó, dando un sutil agradecimiento en forma de asentimiento se marchó con su pedido en mano hacia un callejón para aparecerse directamente en la sala de estar del departamento de Salazar. Sin embargo, se detuvo al recordar un pedido que había hecho el día de ayer por lechuza, con una sutil sonrisa fue a recogerlo recordando como había redactado otra carta en nombre de Harry.

Él recuerda que nunca tuvo una lechuza, jamás se molestó en gastar el dinero que le daba la escuela para sus útiles en un ave como mensajera, eso debido a que no tenía a nadie para enviarle cartas cuando ingreso a Hogwarts, así que nunca intercambio cartas con otro ser humano hasta después de su segundo año y cuando se hizo cercano a sus seguidores, a su Círculo Interno quienes enviaban sus búhos para la mensajería.

Debido a eso y que posteriormente solo usaba la marca tenebrosa para llamarlos y hablar con ellos, jamás necesitó un búho y ahora que estaba de regreso no pensaba comprar uno, se había encariñado con el búho nival de Harry, ella le recordaba a otro búho, siendo tan inteligente y linda que quiso tener uno propio cuando podría ocupar a Hedwig y ella parecía encantada de entregar sus cartas.

Volvió a enfocarse cuando llego a la tienda y con unas pocas palabras y sonrisas encantadoras se fue con su pedido en mano a un callejón cercano para por fin aparecerse en el apartamento de Salazar, extrañaba a su pequeño león.

Una vez se encontró en el lugar, relajado siseo brevemente para terminar con el glamur en lo que hacía un leve movimiento de mano para acercar una piedra y transfigurarla en una caja donde echó el libro y sobre este los artículos de limpieza junto con la funda de varita. Cerró la caja y le colocó un elegante papel de regalo verde de cinta dorada. Acercó otra roca e hizo el mismo proceso, pero esta vez la convirtió en un hermoso papel de regalo color blanco con cinta negra. Satisfecho con su relajo para Yule, negándose rotundamente a llamarlo Navidad, se sacó el abrigo dejándolo en un sillón.

-Baen -Llamó al elfo que lo ha estado alimentando durante los últimos días.

-¿El joven maestro a llamado a Baen? ¿Qué puede hacer Baen por el joven maestro?

-¿Puedes traer un desayuno tradicional para Harry y para mí? -Preguntó mirándolo.

-Por supuesto, Baen estará encantado de traerle el desayuno al pequeño maestro y al joven maestro, sí, Baen lo hará.

El elfo desapareció con un poof mientras Tom caminaba hacia la habitación aliviado de encontrar a Harry todavía durmiendo cómodamente en la cama. Se acercó sentándose a su lado mirándolo con una pequeña sonrisa.

-Harry -Lo llamó moviéndolo.

A Tom le costó unos pocos minutos despertar por completo al pelinegro quien se sentó adormilado en la cama justo a tiempo, ya que Baen había traído dos bandejas de desayuno tradicional de Yule. Tan pronto como llegó se fue con una reverencia dejando al par solo en la cama.

-¿Ya es de día? -Lo miró somnoliento.

-Sí pequeño león -Se acercó dejando un beso en su frente- Feliz Yule Harrison~

El nombrado se sonrojó al escuchar su nombre en una voz tan suave y sin tener en cuenta lo elegante que sonó en la voz pársel de su compañero. Ocultó su sonrojo bajando la mirada sin ver como Tom se sonrojaba levemente ante la vista de tener a su pequeño león sonrojado y tímido.

-Fe-Feliz Yule Tom -Murmuró bajo.

El nombrado se estremeció al escuchar su nombre en pársel, sonaba tan bien en la boca de su compañero que no pudo contener el impulso de abrazarlo contra su pecho dejando otro beso en su cabello.

Se quedaron en esa posición unos pocos segundos donde Harry rodeo con sus brazos el cuerpo de Tom quien estaba fascinado con tener a su compañero en sus brazos y eso duro hasta que el estómago del pelinegro sonó.

-Deberíamos desayunar -Sonrió leve.

Fue de esa manera que ambos se sentaron uno al lado del otro en la cama tomando el desayuno que les trajo Baen. Recién iniciaba la mañana y ya estaban ansiosos por intercambiar regalos.

>...<

Harry junto con Tom apenas terminaron de comer el primero se vistió y se aparecieron en la habitación del pelinegro quien no había notado los regalos que fueron ocultados entre la ropa del castaño.

Al llegar Harry se sorprendió al ver regalos a los pies de su cama y no eran pocos, Tom frunció el ceño confundido de que pasara eso cuando su pequeño compañero había sido despreciado por la gran mayoría de Hogwarts.

-¿De quiénes serán? -Preguntó confundido.

-No lo sé, pero no me voy a arriesgar.

Tom se acercó a la pila de regalos y lanzó varios encantamientos de detención sin encontrar nada dejó que Harry tomara el primer regalo de color rojo con cinta dorada, al abrirlo encontró un horrible suéter dorado intenso con una H en el medio de rojo fuego.

-¿De quién es? -Se sentó a su lado en la cama una vez subió todos los regalos a ella.

-La Sra. Weasley.

-Dame un momento -Acercó su mano enviando otra serie de encantamientos- No te lo pongas.

-¿Tiene...? -Miró el suéter con cautela aliviado de no haberlo tocado.

-¿Hay algo más? -Lo interrumpió.

-Una carta.

Tom acercó su mano enviando los mismos encantamientos soltando un gruñido enojado, su magia reaccionó de tal manera que envolvió protectoramente a su compañero y sus ojos tomaron un color plateado lo que significaba que su criatura estaba muy presente.

-¿Tom? -Lo llamó sintiendo su enojo.

El nombrado se sobresaltó y de inmediato hizo un fuerte agarre en su magia escondiéndola, temiendo dañar a Harry sin notar que este soltaba un quejido entristecido por no sentir aquella magia tan cálida y protectora a su alrededor.

-Lo siento -Miró con enojo la carta.

-¿Detectaste algo? -Miró entristecido a Tom, deseaba sentir más de su magia.

-Compulsiones tanto en la carta como en el suéter.

-¿Cuáles? -Preguntó apretando los puños enojado,

-En el suéter tiene compulsiones de timidez, sumisión y repulsión a las artes oscuras.

Harry gruñó enojado, no podía creer que aún en Yule le enviaran tantas compulsiones, se sintió asqueado de pensar que en esa familia lo querían o lo apreciaban, al parecer no era cierto en lo más mínimo.

-¿Y en la carta?

-Compulsiones de obediencia y repulsión a la lengua pársel como también varios sobre rechazo a las serpientes y el rechazo al pársel.

Tom gruñó enojado de que quisieran controlar la preciosa habilidad de su pequeño león, que lo hicieran rechazar algo tan hermoso lo enfurecía. Su mente se nubló un poco sintiendo un instinto asesino dirigido a esa mujer que intentaba dopar con compulsiones a su compañero.

Harry por su parte, entre la nubla de su ira contra los Weasley sintió una furia que no era propia y nuevamente la exquisita magia de Tom envolverlo protectoramente, mientras otra parte hacía los vidrios temblar casi al borde de romperse por completo cuando varios ya se trizaron.

El pelinegro sin siquiera dudarlo se acercó y abrazó al castaño apegándose a su costado izquierdo sobresaltando al otro quien se dio cuenta de lo que estaba haciendo su magia con la habitación; las camas sobrantes temblaban, algunas cosas flotaban y los vidrios se sacudían al borde de estallar.

Harry no dijo nada solo liberó su magia envolviendo con esta a Tom para transmitirle tranquilidad, este avergonzado por perder el control de esa manera se dejó hacer pasando un brazo por la espalda del otro y apegarlo a su cuerpo.

Se quedaron unos minutos en esa posición, lo suficiente para hacer que Tom se tranquilizara, aunque seguía enviando miradas de odio y furia hacia el suéter y la carta. Lo bueno es que logró controlarse lo suficiente para ser capaz de guardar su magia.

-¿Continuamos? -Preguntó bajo Harry.

-Sí, adelante.

Harry se separó a regañadientes del abrazo para acercar el otro regalo esta vez de envoltura azul con una cinta dorada, curioso vio de quien venía sonriendo de inmediato al ver el nombre de Neville escrito en un pequeño papel. Abrió con cuidado el regalo que era una caja mediana, cuando logró sacar la envoltura y remover la tapa encontró una planta.

-¿De quién es? -Se acercó curioso Tom.

-De Neville ¿Sabes que flor es? -La sacó con cuidado.

-Lirio -Respondió de inmediato- Es linda.

-¿Cómo sabes de flores?

-Se sobre algunas por sus propiedades -Le restó importancia.

Tom recuerda perfectamente las propiedades y significados de varias plantas Muggles porque cuando joven trabajó en una tienda de ese tipo para tener el dinero suficiente cuando estaba en el orfanato y también para estar las menos horas posibles en el lugar.

Le gustaba bastante la naturaleza debido a sus horas con las plantas, por lo que la materia de Herbología era mucho de su agrado, se entretuvo bastante en la materia leyendo sobre las diferentes plantas mágicas, sus propiedades y funciones para las pociones, otra asignatura que le gustó bastante.

-El aceite del lirio ayuda para hacer masajes y reducir el estrés -Explicó cuando volvió en sí- Pero dudo que ese sea el motivo de que te la diera.

-¿No? -Miró la flor acariciando sus pétalos.

-Tu madre -Mencionó con cuidado ganando una mirada de Harry- Se llamaba Lily, en honor a una flor, lirio.

Harry miró la flor con otros ojos, pero en vez de sentir tristeza o enojo solo sintió cariño hacia la mujer que lo protegió, amo y dio su vida por él. Sonrió más ampliamente a la pequeña flor en su macetero negro y la colocó con cuidado en su mesita de noche.

(Créditos)

Tom solo pudo verlo con alivio, no quería que se arruinara más el momento de abrir regalos, lo que le recordaba lo que compro hace unas pocas horas atrás. Debido a eso se levantó caminando hacia la ventana bajo la atenta mirada del pelinegro.

-¿A dónde vas?

-Quiero darle algo a Hedwig.

-¿Enviarás una carta?

-No -Rio leve.

Apenas abrir la ventana un hermoso búho nival entro por ella encaramándose en el hombro de Harry ululando y dejando mordidas cariñosas en su cabello negro y largo un tanto alborotado.

-Hola niña -Sonrió con cariño acariciándola- Yo también te extrañe.

Tom divertido por la interacción volvió a su lugar llamando la atención del búho quien ululo y aleteo hacia su hombro dejando los mismos mordiscos en su cabello desordenándolo en el proceso sacándole una pequeña risa.

-Hola preciosa -Acarició sus plumas con cariño ganando otro mordisco cariñoso.

-Le agradas -Comentó Harry deseando tener una cámara.

-A mí también -Sonrió Tom.

-¿Por qué querías que viniera?

-Linda tengo algo para ti

El búho bajo hasta el regazo de Tom mientras este sacaba un pequeño sobre de regalo ganando una mirada sorprendida de Harry y una interesada del animal. Fue que el castaño le sacó la envoltura revelando un hermoso collar para búhos de color gris casi plateado con el escudo Potter en el medio reluciente y viéndose bastante refinado y caro.

-¿De dónde lo sacaste? -Preguntó sorprendido Harry.

-Lo pedí por correo ayer -Sonrió leve- ¿Me prestas tu varita?

-Claro -Se la entregó de inmediato- ¿Para qué la quieres?

-Quiero ponerle algunos encantamientos al collar.

-¿Cuales?

-Algunos de privacidad para que nadie interfiera con tu correo, para que solo tú y yo seamos capaces de tomar la carta que nos envíe Hedwig -Enumero colocando los amuletos- También que cuando enviemos una carta solo esa persona a la que es dirigida podrá tomarla y algunos de protección, odiaría que algo le pasara a Hedwig.

-No pensé que te gustara tanto -Lo miró con sorpresa.

-Me encariñé con ella -Dejó otra caricia en su plumaje- Tiene algo fascinante y tan inteligente.

El búho hinchó el pecho orgullosa y halagada por las palabras de Tom mientras este una vez colocó todos los amuletos que pretendía en pársel le colocó el collar a Hedwig que ululo encantada con su regalo.

-¿Te gusta preciosa?

Luego de varios ululeos más tarde y mordidos cariñosos Hedwig voló de nuevo a la Lechucería mientras que Harry entendía el motivo de tantas protecciones a su búho, evitarían que cierto viejo come caramelos no interviniera su correo, no dejaría que él volviera a meter su nariz en ello, ya que estaría recibiendo correo del banco.

Dejando eso de lado siguieron abriendo regalos, abrió el de Hermione que era un resumen de Hogwarts una historia, el de Dumbledore que era un par de calcetines empapados en compulsiones y reanudación de bloqueos que tuvieron que tomarse unos minutos abrazados para tranquilizarse luego de quemarlos.

Los otros regalos que recibió fue equipo de Quidditch de parte de los gemelos con una carta sobre su cariño y dolor por no recibir nada de su parte, dejándose una nota mental con ir al Callejón Diagon con Tom a comprar varias cosas y entre ellas regalos para los gemelos y para Neville. Sin embargo, una parte de la carta de ellos disparó alarmas a la pareja de destinados.

"Escuchamos hablar a nuestra madre sobre algo de un regalo que tenía que llegarte y era importante que tu comieras, no sonaba muy bien y te sugerimos que busques el lado bueno de nuestro murciélago de las mazmorras y que no comas NADA de lo que te envíen antes de que él lo revise"

Harry y Tom sabían que los gemelos sabían algo o que inferían que algo turbio pasaba en su familia, sintieron que podían confiar en ellos, el más reacio había sido el castaño, pero al ver la verdad en las palabras y como escuchó de ellos en los meses que su pequeño león estuvo solo decidió darles una oportunidad.

Fue lo que los llevo a mirar el regalo de Ronald Weasley, ya disparaba alarmas solo con ser un chocolate de origen Muggle cuando él es un sangre pura, otro punto a favor fue la carta de los gemelos que levantó tantas dudas.

-¿Crees que tenga algo? -Miró con cautela el chocolate sin ningún tipo de nota adherida.

-Si tus gemelos tienen razón estoy 100% seguro de que tiene algo, y aunque ellos no hubieran dicho nada ya es sospechoso ver que un sangre pura que nunca ha pisado el mundo Muggle te regale algo de ese mundo cuando existen dulces mágicos.

-¿Puedes ver si tiene compulsiones o algún bloqueo?

Tom no dudo en acercar su mano al chocolate y lanzar diversos encantamientos de detección de diferentes cosas frunciendo el ceño al no encontrar ninguna compulsión o bloqueo en el alimento. Inclinó la cabeza a un lado e intentó con otro tipo de detección gruñendo al ver que tenía que estudiar más sobre el área.

-No tiene compulsiones o bloqueos, pero tiene algún tipo de poción o pociones.

-Ron es pésimo para pociones.

-Debió hacerla su madre, dices que es buena para la cocina, debe ser buena en la materia.

-¿Y no sabes que poción puede ser?

-No, solo practique los amuletos de detección en relación a compulsiones, encantamientos y bloqueos de algún tipo, las de pociones solo los practique para saber si estaban presentes, pero no indague más en el tema.

-Tenemos que preguntarle a Snape -Suspiró derrotado.

-Suerte con eso -Se burló ganando una mirada fulminante de Harry.

-No es gracioso, ese hombre me odia.

-Lo dudo -Aseguró desinteresado.

-¿Cómo estás seguro?

-Porque tengo los recuerdos de Voldemort -Lo miró un momento para desviar la mirada- Puede que sepa porqué parece odiarte

-¿De verdad? -Lo miró con ilusión.

-Sí, pero tienes que hablarlo con él, yo no puedo decírtelo.

-¿Por qué? -Se quejó.

-Puede que yo mismo no conviviera con él, pero estoy sintiendo esos recuerdos como míos -Lo miró apenado- Siento que estaría rompiendo su confianza si voy y te digo lo que él me dijo en su tiempo.

-Bien, solo tendré que saber cómo abordarlo -Suspiro.

Harry entendía por completo a Tom, sabe que eso podría pasar, que sintiera todos esos recuerdos y sensaciones como propios, que los reclamara como suyos ya que Voldemort seguía siendo Tom, era una parte de sí mismo que tenía que acostumbrarse a aceptar.

Se sentía aliviado de que Tom fuera capaz de reclamar esos recuerdos, que los aceptará, se sentía feliz por él, sabe que será doloroso e incómodo el proceso, pero él estará ahí para su alma gemela. 

Continuará.

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Él era su salvación e iba amarlo con todo su ser. Publicada : 22/09/2020 √Historia completamente mía